Isabel:

Los meses pasaban en este país, y Dash ya había recuperado su vista, ya no usaba sus gafas oscuras, sus lindos ojos claros estaban reflejados cada vez que me miraba y miraba a la familia, obviamente María y Guille no habían vuelto a Chile, estaban aquí pasando el mayor tiempo posible con nosotros, a diferencia de mamá que se fue pasada sus dos semanas de vacaciones, bueno algo que influía en Guille y María, era que cesar era su jefe, y problemas laborales no tendrían.

Habíamos tenido una conversación como familia, yo no sabia si ellos deseaban seguir aquí, o querían que volvamos a Chile, las cosas allá seguían complicadas aunque más calmadas, pero la verdad tenía tan malos recuerdos que no me importaba quedarme aquí.

Hoy teníamos una cena, la novia de Dash, y él novio de Lu venían a casa, estábamos preparando la comida y sonó el timbre, Lu corrió a abrir y me sorprendió ver la familiaridad en la imagen del chico que entra a por nuestra puerta.

Me congele y Lu me lo presentó como Diego, aquel chico del que habíamos hablado, sonrei y disimule lo mejor posible.

Caminaron hacia el comedor y todos vieron el parecido, tenía muchas cosas en común con Simón, Guille y María no podían dejar de verlo, los mire de forma dura para que él chico no se sintiera asustado.

Cesar apareció en escena y lo miró con disgusto.

Lu los presentó y al ver que no era quien pensaba me miró y yo le devolví una mirada confusa, obviamente ni era quien pensábamos él chico que estaba frente a nosotros obviamente sólo tenía un gran parecido inmenso con Simón, seguimos con la comida y no pude evitar preguntarle la edad, era mayor que Lu, ¿podría ser hijo de Simón?

Después de la comida ellos salieron y todos quedamos en el living mirándonos.

— ¿vieron lo mismo que yo? — preguntó María sin creer la situación.

— es mayor de Lu — dije intentando hacer una cronología.

— es rubio... — dijo cesar pensando algo y se miró con Guille...

— por favor, no somos edward cullen para leer pensamientos. — dije para que verbalizaran sus pensamientos.

— puede ser hijo de Regina — dijeron al unísono. Abrí los ojos y María también.

— ¿y que haría un hijo de Regina en Madrid? —

— Lu me dijo que estaba de intercambio — dije suspirando.

— ¡Joder! ¡tendremos tanta mala suerte! —

— que sea hijo de Simón no quiere decir que sea como él — dije intentando defender al pobre chico, al cual querían condenar por su padre.

— no se veía mal chico — dijo Guille apoyando mi teoría.

— no podemos crusificarlo—

— ok, le diremos a Lu que lo traiga de nuevo, lo haremos pasar como una encuesta de padre y padrino celosos de la pequeña princesa. — Guille chocó los 5 con Cesar y en ese momento aparecieron de nuevo en la escena Dash y la novia.

— ¿tenemos reunión familiar? — cuestionó él, todos negamos y sonreímos, la chica era hermosa y se notaba cuanto lo quería, estaba feliz de ver a mi hijo contento, nos despedimos de ella y él fue a dejarla. Debo reconocer que mi atención se fijo completamente en Diego, ni siquiera recuerdo bien el nombre de la chica, pero si mi hijo era feliz, yo lo era con él.

Luego de varios minutos llegó Lu, con una gran sonrisa, no quería dañar la felicidad de mi hija por juzgar a alguien sin conocerlo y solo por el hecho de que su padre me haya hecho daño.

***

Maneje hacia la empresa de Cesar, me estacione y me paralice al verlo, era Simón, estaba apoyado en un auto negro pequeño, respire y cubrí mi abdomen para que no me viera débil.

— ¿que haces aquí?

— vine a verte.

— deberías sacar una foto, porque si no recuerdo mal tienes una orden de restricción —dije caminando en dirección a la entrada.

— conoces a mi hijo — dijo y yo sonrei.

— Irónico ¿no?, tu hijo se enamora de mi hija.

— deberías alejarlos.

— yo no haré nada de eso, ellos ven las decisiones de su vida. Si no quieres que salga con mi hija, deberías hablarlo con él.

Me tomo del brazo y yo lo empuje con fuerza para que no me tocase.

— no te atrevas a ponerme una mano encima hijo de puta — grite con odio al saber todo el daño que me había hecho, no permitiría que arruine mi vida, ni mucho menos la de mi hija.

En menos de dos segundos Cesar estaba en la calle alejandolo de mi.

— ni se ocurra volver a tocarla — lo empujó y el fue contra el, Cesar dio el primer golpe haciendo que chocará contra su coche negro.

— tenias que salir a defender a la princesa ¿no?

— ¡si te le vuelves acercar a ella, te vulevo a meter a la cárcel hijo de puta! — los guardias los tenía sujeto a cada uno.

— advierte a tu princesa — dijo mirándome refiriéndose a Lu. — se alejo y se subió al coche.

—¿Estas bien? — me pregunto preocupado y yo asentí — no entiendo que hace aquí.

— sabe lo de Lu con su hijo, pero algo me parece extraño, le dije que si quería que se alejara de Lu, que se lo diga él, y no dijo nada —

— ¿crees que no se conocen?

— debemos hablarlo con él —

— está noche va a casa como siempre — me recordó él y asentí.

Ese día que Cesar con Guille habían decidido hacerle una ronda de preguntas me negué, no podíamos jugarlo sin conocerlo, lo invitamos a pasar tiempo en casa a medida le diera la facultad, se notaba que era un buen chico, estudioso, y sacrificado, estaba con una visa de estudiante en el país, pero trabaja sus ratos libres en un bar de un compañero de la facultad, Lu estaba enamorada, y él también, pasaban mucho tiempo juntos y nosotros dejamos en el olvido su gran parecido con Simón.

Jamás tocamos el tema de su familia, lo único que sabíamos era que el había crecido con su abuela, en un pequeño pueblo de Chile, eso sólo nos confirmaba su procedencia, pero si no había crecido con Regina ni con Simón, siguiendo la hipótesis de que ellos sean los padres, no tendríamos porque asimilar que las conductas eran las mismas.

Lo dejamos pasar y lo acogimos tal cual como acogimos a la novia de Dash.

De hecho de tanto tiempo que pasaba en casa, era casi de la familia, supongo que podríamos sentarnos a conversar con él de forma sincera.

Entramos al edificio y mandamos un mensaje a Lu para que vinieran hacia acá, no quería que mi hija se enterara, pero ella era lo bastante grande como para entender las cosas, acariciaba mi abdomen con impaciencia esperando que lleguen, Cesar estaba con su computador en frente trabajando mientras esperábamos.

La secretaria dio el aviso, y ellos entraron.

— hola — saludaron ambos sonriendo y supongo que Lu vio la seriedad en nuestros rostros — ¿pasa algo malo?

— no princesa, solo queremos contarles algo — sonreí para que se calmaran — y algunas preguntas.

— mamá, papá, si esto es para hablar de sexo, estamos siendo cuidadosos, no quiero tener esta charla.

Sonreí ante la ocurrencia, yo sabía que mi hija era cuidadosa, Cesar negó con la cabeza y me sorprendió lo que dijo.

— eso ya lo hablamos — miró a Diego y él sonrió con familiaridad.

— ¿entonces que es? — preguntó Lu y les indique que se sentarán.

— necesitamos hablar de tu familia — dije de forma suave — tu nos contaste que creciste con tu abuela, en Chile como yo, necesito saber que sabes de tus padres.

— ¿que tienen que ver mis padres en esta conversación? — pregunto con tono triste, supuse que no era un tema agradable.

— yo conosco a tu padre — dije de forma directa.

— es imposible, mi padre está en prisión — dijo con el mismo tono triste que hace unos momentos.

— yo lo mande a prisión — dijo Cesar — él se metió con mi familia, y yo a mi familia la cuido contra todo— el se sorprendió y habló después de varios minutos de silencio.

— yo no conosco a mi papá, a mi madre solo la he visto en fotos, ella se fue al darme a luz, eso fue lo que dijo mi abuela, ella nunca me busco, y sobre papá, mi abuela me dejó claro que no era un buen hombre, así que nunca intente saber de él, solo se su nombre...

— Simón — dije yo completando, él asintio.

— ¿por eso me observaron raro la primera vez que fui a su casa? —yo asentí.

— se parecen mucho —

— ¿porque estamos hablando de él?

— ¿se ha intentado contactar contigo? — pregunté tanteando terreno y tratando de averiguar qué hacía en Madrid.

— si, ha llamado de números distintos siempre, por lo que decidí no contestar números desconocidos, no sé qué quiere, no creo que pretenda aparecer a estas alturas en mi vida.

— ¿estas reconocido por el? — pregunté y el negó

— llevó los apellidos de mi madre— bufo herido — que fue lo único que me dejó — Lu lo abrazo dándole fuerzas.

— si necesitas una orden de alejamiento nosotros la podemos tramitar, no sabemos que quiere, pero te protegerémos, tu ya eres parte de esta familia, y no dejaré que nada pase ¿ok?

Sonreí ante la actitud protectora de Cesar, y él nos miró con gratitud, comencé con la demanda de alejamiento por ostigamiento en contra de aquel hombre que en algún momento fue una parte importante de mi vida.

Quien diría las vueltas que da la vida, ahora el está con una orden de alejamiento, y yo estoy planeando un caso para que deje en paz a su hijo, pensar que me juraba que no veía a Regina, y resulta que tiene un hijo con ella de esas fechas, no es que me importe a estas alturas de la vida, pero me alegra jamás haber creído en el cuando Cesar se vino a Madrid y el intento algo conmigo.

Terminé de plasmar todo en un documento y se lo hice llegar al abogado de la empresa de Cesar.

El me felicito por la redacción y me propuso que yo fuese representante de la denuncia, yo me hubiese gozado, pero teníamos una orden de alejamiento, no podíamos estar juntos en un tribunal, que él rompiera la norma de alejamiento contra mi persona solo nos ayuda a alejarlo de su hijo, y eso es lo que esperábamos, contábamos con una mala reacción al recibir la denuncia. Me encargaría de que se aleje de nuestras vidas, en especial de las de mi familia, y Diego ya era parte de ella.