CAPÍTULO 22
Cesar:
Cruce la puerta e Isa estaba a su lado, con las manos tomadas Roger y Lu también entraron al cuarto, me gane a su lado y respire profundo.
— Hijo... — dije casi sin voz y aclare mi garganta — lo que aquel hombre hecho en tus ojos causó quemaduras químicas muy severas — dije y él comenzó a entender, vi como su respiración se aceleraba — las quemaduras dañaron tu retina, por lo que necesitas... Necesitas saber que no podrás volver a ver — dije casi sin habla y escuche sus gritos. Cerré mis ojos y lo abrace, llore junto a él por la maldita impotencia de no poder hacer nada, llore por el hecho de que no quería que mi hijo sufriera, llore por desesperación.
— ¡papá! ¡Dime que es mentira! ¡Papá por favor! — gritaba con dolor y a mi se me desgarrada el corazón.
— Que mas quisiera yo hijo, pero es verdad, te prometo... Te prometo que saldremos adelante — el lloraba desconsolado.
— ¡no podré volver a verlos! ¡No podré! — gritaba con dolor y yo lo mantenía firme a mis brazos, Isa también lo abrazo y así nos quedamos hasta que se durmió con los parches húmedos. Lo recostados en su cama y yo seguía con el corazón partido.
Todos bajaron y yo me quedé cerca de su habitación por si necesitaba algo, escuché su puerta cerrarse y me acerque escuche la voz de Lu a través de la puerta.
— Papa, necesito estar solo — dijo Dash y ella le respondió.
— no soy papá.
— Lu, ¿estas bien? — le pregunto y no pude evitar recordar que él era el primero en correr cuando su hermana se caía o se lastimaba, corría y le curaba sus heridas, me sorprendió que se preocupara de su hermana aún con todo lo que estaba pasando en su vida en este momento.
— Lo siento Dash, se que quizás me debes estar odiando, porque esto es mi culpa.
— de que hablas pequeña, esto no es culpa de nadie.
— Claro que es mi culpa, tu fuiste detrás de mí, yo me puse a discutir, si hubiésemos salido rápido de ese lugar tu aun me verías — dijo y sabía que estaba a llorando porque su voz sonaba pausada. — pero te juro que tío Roger hara lo imposible para que vuelvas a ver, lo conversamos, el esta haciendo una especialidad oftalmológica, y podrá operarte, podrá hacer que tu vuelvas a ver a mamá, a papá y a todos nosotros, él me lo prometió, y tu sabes que el tío Roger siempre cumple sus promesas. Pero necesito saber que me perdonas, déjame estar contigo, deja que podamos contenerte, tu y yo hemos compartido mucho y se que estas pensando en cerrarte, y por favor no lo hagas, déjanos acompañarte en este proceso.
— Lu, esto no es tu culpa, a mi nadie me obligó a ir tras de ti, yo quise ir y protegerte, porque aún que tu te empeñes en recordar que no eres de esta familia, tu para mi eres todo, crecí contigo como si fuésemos gemelos, no solo hermanos, y te quiero y no quiero que te culpes de nada ¿ok?, ven aquí, que no puedo ver donde estas — dijo para que ella sonreira, abrí un poco la puerta y los vi, ella encima de su hombro y el acariciando su cabello, me recordó cuando apenas tenían 4 años y dormían en la misma posición.
— te quiero hermana, y tienes razón quería cerrarme, pero como dice mamá, todo saldrá bien, no te martirices porque recuerda que cuando tu sufres, yo sufro contigo — dejo un beso en su pelo y me aleje. — en cuanto a lo de tío Roger, no quiero ilusionarme con algo que es lejano, prefiero asumir esto, se que no será fácil, pero ustedes estarán para mi.
Estaba orgulloso de cómo habíamos criado a esos niños con el positivismo de Isa y con la fuerza que siempre les enseñe.
***
Las cosas estaban mejor, al parecer a Dash le había servido hablar con su hermana, obviamente habían días en que se encerraba en sí mismo, y no lo culpaba, pero siempre salía de ello y se acercaba sonriendo a la mañana siguiente, le habíamos regalado un pequeño perro y el andaba para todos lados con el, Isa a diferencia de todos se que intentaba estar bien, pero seguía mal por lo ocurrido con Dash, él había tomado las cosas viendo el lado bueno y por primera vez vi a Isa siendo la persona más triste de la casa, y eso lograba llevarse mi calma, ella siempre fue la luz de todos, la que sonreía, la que cantaba a todo pulmón, pero ahora intentaba refugiarse en el trabajo, los disturbios en el país seguían y las cosas no avanzaban, Isa después de lo ocurrido con aquel hombre que aún no sabíamos quien era, el hombre que había dejado ciego a nuestro hijo, pero teníamos algo claro era de los hombres de fuerzas especiales, aquel que jamás dio la cara a las cámaras que habían en las cercanías, andaban con cascos de protección y no se visualiza su nombre, bueno desde ese momento Isa odiaba todo lo que tuviese que ver con fuerzas especiales, le explique e intente ser el fuerte y sonriente de esta familia, pero eso siempre se le dio mejor a ella.
Como la veía mal le ofrecí irnos de la cuidad, podíamos irnos a España, si ella quería podíamos llevarnos a su madre para aseguenos de que estuviese a salvo, elka no había podido viajar dado que los vuelos estaban detenidos, porque habían manifestaciones en los aeropuertos, terminales y en todos los sitios.
Y ella se negaba a que el helicoptero o el avión de la empresa fuese por ella, de cierto modo ella aún estaba trabajando allá, pero con horarios menores para evitar los disturbios en las calles.
Isa estaba sentada frente a la tele, viendo una cadena nacional donde salía el presidente dando un discurso junto con los ministros de gobiernos, estaban en una mesa con comida y hablando, recién ahí me di cuenta que era un video filtrado por el pueblo.
Isa estaba con lágrimas en los ojos me acerque a ella y en ese momento dijo.
— no puedo creer que estén ahí, como si nada estuviese pasando, como si el país no estuviese en la crisis que está, como si mi hijo no estuviese sufriendo las concecuencias de sus estúpidas decisiones, porque no han hecho nada, ni siquiera se dan el tiempo de ver cómo el país arde mientras ellos comen ahí como si nada.
— no podemos hacer nada contra eso Isa, el gobierno jamás se ha preocupado por el pueblo, pasa en todos los países, hasta en los más desarrollados.
— lo se, pero como puedo sacar esto de mi, me siento que no soy yo misma, que estoy perdida en ira y dolor por lo ocurrido, no sé cómo sacar esto de mi.
— ¿Que necesitas hacer? ¿Dime que puedo hacer para que te sientas mejor?, ¿quieres salir a peliar con el estado? ¿Salir a marchar? ¿Demostrar tu descontento?
— No lo sé Cesar, solo quiero sacar esta rabia que tengo, de que por su culpa mi hijo este ciego.
— te lo digo enserio ¿quieres salir?, si necesitas salir y peliar con ellos aunque sea a la distancia, yo iré contigo, pero por favor, no te encierres aquí, necesito a mi esposa de vuelta.
— ok. Salgamos.
—esta bien, pero saldremos con mis cuidados, no pondré a nadie mas en riesgo, saldremos con chalecos antibalas si es necesario, algo para cubrir nuestros ojos — ella asintió y yo respire y le sonrei, la sacaría una vez, con todo lo necesario para que no saliera lastimada, tenía la esperanza de que ella viera lo que ocurría en los disturbios y se arrepentiera de participar.
Llame uno de mis contactos, y le dije a Roger lo que haríamos, obviamente no era una gran idea y él lo sabía, estaba poniendo demasiado en riesgo, pero que más podría hacer.
— promete que si algo sale mal no te hundirás y no te permitiré que te culpes por ello.
— todo saldrá bien Roger, tu solo encargate de mis hijos.
— esto es demasiado arriesgado.
— Lo sé, pero si ella lo necesita, yo iré con ella, hiria hasta el fin del mundo si ella me lo pidiera.
***
Estaba frente a mi abogado, le plasme ciertas decisiones por si algo salía mal, le dije que estuviera atento a alguna llamada por si nos tomaban detenidos, el me aconsejo que si esto era para que Isa se desquitara, que si nos intentaban llevar detenidos solo que nos dejasemos llevar, nada de resistencia, eso podía complicar las cosas, el se encargaría de sacarnos de ahí.
— Ahora, te hablaré como amigo — dijo mirándome fijamente — cuídense, las cosas afuera están peligrosas y ya tienemoa suficiente con lo que está pasando Dash como para que ustedes terminen detenidos en el mejor de los casos.
— Guille, prometeme que si algo sale mal mis hijos te tendrán. —
— eso no tienes para que decirlo, esos niños son como míos, mi hija los considera sus hermanos, sabes que fue la primera en correr aquí para ayudar a Dash y Lu, yo jamás le negaría nada a tus hijos. —
— entonces deseanos suerte — dije y el me abrazo y me dio un golpe en la espalda.
— Suerte, por favor vuelvan con vida — dijo y eso logró que mi corazón se parara, sabía que íbamos a la boca del León, y que esto era una desicion peligrosa, pero Isa lo necesitaba.
Camine apenas con el chaleco antibalas que llevaba puesto, mire a Isa junto a María y le sonrei para infundarle el coraje que en mi estaba desapareciendo.
Vivíamos cerca del centro por lo que caminamos de forma normal, ella en su cartera llevaba unas antiparras para proteger su vista de lo que quieran lanzarle a los ojos, los chalecos antibalas eran pesados, pero nada que no se pudiese soportar caminando un par de cuadras, no íbamos encapuchados, porque Guille y ella misma sabía que si nos veían ocultandonos nos juntaran con los demás y una de nuestras formas de salir de detención era alegar que sólo pasábamos como transeúntes.
Llegamos a la convocación, la plaza estaba llena, me sorprendió ver muchos jóvenes, padre con sus niños e intente relajarme, no sabía cómo lo hacían todos gritaban el descontento social con gritos Unidos e isa griatana furiosa, sacando la ira reprimida, no se cuantas horas pasaron y ella me sonrió, nos miramos y ella tomó mi hombro, esa era la señal, se sentía mejor, nos intentamos alegar de la multitud cuando todo el mundo comenzó a correr.
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