CAPÍTULO 2
Voy en un bus camino al cementerio.
Hoy se cumplen dos meses desde que Andrea murió, y quiero visitar su tumba.
Cuando camino en medio del cementerio veo a alguien al lado de la tumba, el recién está llegando.
Camino y a medida que me voy acercando lo veo a él.
Cesar está parado al lado de la tumba hablando en voz alta, contando al viento lo tierna que me veo con barriga de embarazada, mis ojos se llenan de lágrimas al escuchar que en la extraña tanto como yo, que le hubiese gustado que nos acompañará en cada paso de este embarazo.
Escucho atenta sus palabras y mis lágrimas corren.
Está demás decir que estoy hecha un manojo de hormonas, cualquier cosa me causa llanto, al igual que enojo.
Y el verlo aquí haciendo lo mismo que venía hacer yo, me causa ternura. Se que eran muy amigos lo vi sufrir tanto como sufrí yo con su pérdida.
Cuando el voltea me ve.
Sus ojos rojos me observan.
-Isa... ¿Qué haces aquí?
- Hoy son...
-Dos meses.
-Si son largos dos meses.
- Han sido más a menos, sabiendo que falta menos para conocer al pequeño Dash. Si quieres estar a solas, yo puedo esperarte en el auto.
-No te preocupes, le dijiste casi lo mismo que venía a decirle yo.
Me acerqué a la tumba y dejé las flores que había comprado.
-Te extraño, me hubiese encantado tenerte cada día, que mi hijo te Dijese tía Andrea, pero siempre estarás entre nosotros, te quiero amiga.
Limpio las pequeñas lágrimas que derrame.
La verdad es que no sólo hoy he venido a su tumba, es por eso por lo que no tengo mucho que decir.
A veces estoy sola en casa, cuando no tengo clases en la Universidad y decido venir a su tumba.
Caminamos hacia el coche y nos vamos a casa.
Llegamos y yo comienzo a preparar comida.
Decido hacer panqueques, comienzo a mezclar la harina, cuando siento que cesar está detrás de mí.
Me toca la barriga y la electricidad recorre por mi cuerpo, aún recuerdo eso beso que dio al saber que nuestro bebé será un niño.
- te ves hermosa.
-Gracias. - me sonrojo recordando sus manos sobre mi cuerpo.
-Quería comentarte-el habla mientras sigo haciendo la mezcla de los panqueques-mi madre tiene deseos de venir a conocerte, ¿no sé si te molestaría que viaje?
Me volteo, mientras vierto el líquido de la masa en el sartén.
-claro que no me molesta Cesar, aparte que mi madre igual quiere venir. Así aprovechan de conocerse.
Por cierto, cuando mi madre se enteró, puso el grito en el cielo, aunque tarde más que ella en embarazarme, sigue considerando que soy joven.
Y la verdad es que lo soy, no me esperaba el embarazo, pero estoy más feliz que nunca.
Ahora claramente está ilusionada, ayer la llamé, para contarle que será un niño, y que le llamaremos Dashiel.
A mi madre le ha encantado el nombre y ahora ya no quiere matar a Cesar, así que planeamos su viaje, para que nos venga a ver.
- Mi madre vendrá en una semana, podrías decirle a tu madre que viaje igual, aunque sabes que no podrán quedarse en casa, esta casa es muy pequeña.
- por mi madre no te preocupes, ella se quedará en el hotel y a tu madre igual puedo darle una habitación.
- Claro, si no te hace problema.
-por supuesto que no me hace problema, es la abuela de mi primer hijo.
Yo sonrió ilusionada.
Sin esperarlo el me abraza y acaricia mi panza que ya está abultándose cada vez más.
El sentir sus manos, logran que una corriente eléctrica recorra mi piel.
- gracias - susurra contra mi piel.
- No tienes que agradecer, es la abuela de él pequeño Dash.
- no te agradezco por dejar venir a mi madre. Te agradezco por estar aquí, por dejarme estar aquí, a pesar de los errores que cometí, a pesar d haberte hecho daño.
- A veces dañamos sin querer, eres el padre de mi hijo, te quiero y siempre te querré a mi lado.
Él se aleja, pegando su frente a la mía, nuestras respiraciones se aceleran y muero por volver a sentir sus labios.
- Muero por besarte- susurra.
- y yo porque lo hagas- digo vencida, rendida completamente a este hombre.
Sus labios tocan los míos rápidamente, sin darme tiempo a pensar nada más, la suavidad característica de sus labios, hacen estragos en mi piel, siento su lengua en mi boca y yo sigo el beso de manera rápida.
Besamos nuestros labios hasta necesitar aire, al alejarse muerde mi labio suavemente y ambos unimos nuestras miradas, con la respiración más agitada de lo común.
El acaricia mi labio, y yo limpio los suyos del labial que he traspasado a su boca.
- Sabe a fresas, me gusta.
Sonrió como una niña y el vuelve a unir sus labios a los míos.
- prometimos ir despacio- me alejo lentamente.
-Lose- me acerca a su cuerpo y me abraza de una manera tierna, y yo me aferro a su piel.
**
Estamos en mi casa, era viernes y yo había llegado agitada de la universidad, las cosas aun eran difíciles sin Andrea, estábamos muy cerca de cerrar el año.
María y Guille pasaban la mayoría de su tiempo juntos, a veces nos reuníamos para la hora del almuerzo, pero a veces yo me fugaba para poder almorzar y pasar mis tardes con Cesar.
estaba ansiosa y nerviosa a la vez, me encargue de cada rincón de esta pequeña casa, no quería que la madre de Cesar se llevara una mala impresión de mí.
estaba preparando el almuerzo, frotaba mi vientre de vez en cuando, para que el pequeño dash dejara de moverse, al parecer estaba tan nervioso como yo.
siento la puerta de la casa abrirse y veo a cesar, entrar y aflojar su corbata. me encanta que haga eso, es la forma más sexy de verlo después de un rato alejada de él.
me volteo y el besa suavemente mis labios.
desde ese día que volvimos a confesar que nos necesitábamos mutuamente, habíamos comenzado a besarnos de nuevo.
dormimos juntos, pero solo hemos avanzado hasta lo besos.
pueden encontrarlo una estupidez, ya que estoy esperando un hijo de él, y ahora lo más que hacemos es besarnos por un rato antes de dormir.
me Moria porque me volviera a tocar, pero me gustaba esta pequeña sensación de noviazgo de adolescentes, me gustaba pensar que él no estaba aquí solo por mi embarazo, ni en busca de sexo.
el me quería, y se encargaba de confesarlo cada vez que podía.
-¿Estas muy nerviosa?
-Si. demasiado-dije acariciando mi barriga, y su mano cubrió la mía.
- no tienes por qué estarlo, mi madre te amara.
- Como estas tan seguro.
-Joder, lograste centrar a su hijo.
sonrió y el me abraza.
-Me colocare un chándal, para ayudarte con la comida.
sube hacia nuestro dormitorio, y baja 5 minutos más tarde, con un pantalón de buzo, o chándal como lo llaman en su país, había aprendido de a poco las palabras que se diferenciaban de las chilenas.
me gustaba verlo con ese pantalón, como bajaba por sus caderas, dejando ver levemente la marca de su bóxer.
Seguimos cocinando y la primera en llegar a casa es mi madre, nos abraza y toca mi barriga y abraza a Cesar.
Llego con una deliciosa botella de vino, de la cual no podré beber, pero me hace feliz verla.
Conversamos de cosas triviales como su trabajo y un hombre con el que lleva saliendo un tiempo.
Mi madre es muy lejana a relaciones, siempre ha sido una mujer individualista, luego de lo que pasó con mi padre, jamás la he visto con un hombre, por lo menos jamás me presentó uno de manera formal, supongo que no faltara el que este con ella, ya que es muy guapa.
Me alegra saber que está dispuesta a rehacer su vida, me gustaría verla igual de feliz como lo estoy en este momento.
Pasado unas horas Cesar se dirige a buscar a su madre al aeropuerto que está a las afuera de la cuidad.
Mi madre me nota nerviosa y trata de tranquilizarme. Pero se me hace imposible.
El auto de Cesar se estaciona donde siempre y los nervios desaparecen al ver una mujer sonriente dirigiéndose hacia mí.
Me abraza y no me permite procesar mis nervios.
- Joder eres más guapa de lo que pensé- acaricia mi rostro - con razón lograste centrar a mi muchacho. - observa a cesar - si jodes esto, te rompo los huevos.
Río inmensamente mientras cesar voltea los ojos, mi madre por su lado se ríe escandalosamente.
- por cierto, soy julieta, puedes llamarme julie.
- un gusto julie. - acaricia mi panza y dash se mueve.
- no puedo creer, apenas se nota tu embarazo, se nota que es un pequeñito.
Todo sonreímos y nos dirigimos a la mesa, entre la comida solo se habla de embarazos, julie cuenta que en el embarazo de Cesar jamás sufrió complicaciones, noto cierta nostalgia en su voz al contar ciertas cosas, por lo que Decido no preguntar.
La tarde se pasa demasiado rápido y se deben marchar, ambas se van al hotel que maneja cesar, ya que le ofreció una habitación de lujo a mi madre, por lo que ella aceptó feliz.
Por fin me estiró en la cama y descanso mis pies, esto de caminar y estar de pie me sobrepasa, pensar que antes me gustaba salir a caminar, hacer deporte, peor les juro que así, no movería ni un dedo.
Cesar llega a la cama y me quita las chalas de casa y me masaje a los pies.
- gracias. -
- pensé que habíamos dejado claro lo de las gracias, estamos juntos no debes agradecerme por todo lo que haga cesar.
- lose, simplemente no asumo, que estés aquí, conmigo, que estemos a punto de formar una pequeña familia.
- seremos una pequeña gran familia. - sonreímos y le golpeó la cama. El no vacila y se acomoda a mi lado, me acomodo en su pecho y su respiración me tranquiliza.
Cierro los ojos y sin darme cuenta ya estoy en los brazos de Morfeo.
***
Despierto de mal humor, últimamente dormir era todo un reto, no lograba acomodarme de la forma correcta para poder estar tranquila, cuando lograba dormir Dash comenzaba con las pataditas.
Observó a Cesar hacer el desayuno, mi ánimo aumenta al verlo cocinar solo con bóxer.
Ya habían terminado las clases, pero teníamos una pequeña ceremonia para Andrea, por fin podre quedarme en casa viendo pelis todo el día, lo bueno de mi embarazo es que el pequeño Dash nacerá un poco después de navidad.
Hemos hecho planes de pasar esas fiestas en España, junto con su madre, me hace una gran ilusión conocer España, dicen que Madrid es hermoso y muy grande, comparado con lo pequeño que es esta ciudad.
Mi día en la U pasa normal, la ceremonia estuvo preciosa, estuve junto a María y guille, me alegro de que las cosas no sean incómodas con él, le quiero demasiado, sé que le hice sufrir en su momento y lo lamento.
Pero en el amor no podemos hacer mucho, el corazón decide por uno, a pesar de todas las ganas que le metamos de salir adelante sin aquella persona.
Estamos fuera de la facultad y guille acaricia mi barriga de forma cariñosa y veo a Cesar acercarse con mala cara.
Le sonrió para que se relaje y le obligó a ver que María está a mi lado con la mano sujeta de Guille.
Por lo que me dijeron están intentando algo, después de lo de Andrea, pasaron mucho tiempo juntos.
No pude evitar recordar lo buena persona que es guille, lo bueno que es para consolar, recuerdo esas noches de charlas eternas, el escuchando mis lamentos porque Cesar se había marchado después de lo ocurrido con su ex.
Me alegra saber que pueden formar algo.
Cesar me sorprende con un beso, lo que quita todos los pensamientos de mi cabeza y solo me llevan a ese pequeño lugar mágico que son sus labios.
-💜-
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro