Isabel:

Me quedé aquí en la oficina acalorada, y un maldito chupeton en mi cuello.

Salí del baño y le vi subiendo al ascensor mientras Miguel se acercaba a mi, para que terminemos el caso que estamos llevando.

Fuimos a mi oficina y de la nada preguntó.

— ¿qué te parece el nuevo jefe?

— ¿porque la pregunta?

— porque se parece extrañamente a tu esposo — tomo la foto que hay en mi escritorio donde salgo con él y mis hijos.— me tomé la cabeza y le sonreí.

El ríe conmigo.

— Si, es mi marido, y me enteré  ayer en el desayuno que era el nuevo dueño.

— Así que tu esposo... Es dueño del casino. Lo tenias bien escondido.— dice sonriendo.

— no lo oculto, solo lo evitó y cuando me preguntan que hace, digo que es empresario, no lo presentó como el dueño del casino, porque si me pongo a decir de todo lo que es dueño no terminaría.

El sonríe y seguimos trabajando, la tarde paso rápido, quedamos de almorzar con Cesar, pase por los niños a la casa y salimos.

El siempre con ese traje impecable, el mismo con el que visitó la oficina hoy.

Le sonrió y me besa suavemente.

Pedimos unas papitas fritas para los pequeños, lo cual les consentida solo las veces que salíamos, y yo pedí la especialidad de la casa.

Comimos tranquilos y cesar no se aguanto y pregunto.

— ¿Que tan cercana eres a ese hombre con es que te fuiste a la oficina?

Lo mire y no pude evitar sonreír al ver su rostro serio.

— somos compañeros de trabajo, y sabe que eres mi esposo, había visto la foto que tenemos con Dash y Lu en mi oficina.

El asiente y sigue comiendo.

— por cierto, Guille y María llegarán mañana al bufete. — eso me sorprendió.

— ¿postularon?

— ajam... — sonríe, y yo le beso, mis amigos trabajarán conmigo, estaba feliz.

— Gracias —

— bonita, no lo hice por ti, son buenos en lo que hacen igual que tu, y me gusta tener los mejores. — dijo serio y yo no podía borrar la sonrisa — bueno puede que influya que los peques los adoren — dijo al final y me apoye en su hombro, no sabía que había hecho para merecerlo, pero no me importaba, le amaba y estaba demasiado feliz a su lado.

Terminamoa de comer y me fui a la oficina, la hora pasaba y yo estaba sumergida en un caso que me quitaba el sueño.

Vi que todos se marchaban mientras yo seguía trabajando, la puerta de mi oficina se abrio y al ver a Cesar apoyado en la puerta me hace mirar mi reloj, eran las diez de la noche, estaba todo apagado en el bufete y yo me tome la cabeza, cerré mi laptot y le sonrei.

— ¿un caso difícil? — asiento a su pregunta y me apoyo en la mesa, le mire seductora recordando lo ocurrida en la sala de juntas, el me miró entendiendo mi mirada y se mordió el labio.

Me senté en el escritorio y abrí levemente las piernas haciéndole una invitación.

No lo piensa dos veces y se acerca, me besa con fervor y yo le muerdo fuertemente el labio dejando una marca, es una pequeña venganza por el chupeton.

El gime y siento el sabor metálico de su sangre en mi boca.

— ¿No queda nadie? — pregunté desabrochando su camisa, el niega y yo comienzo a tocar su abdomen.
Me bajó de la mesa y dejó besos por su cuello, muerdo, chupo y sigo bajando, llego a la pretina de su pantalón y noto su ereccion, debo reconocer que el hecho de estar aquí en la oficina me excita, le mire y me mordí el labio mientras me observaba, baje su bóxer junto a su pantalón, solo lo necesario para que podamos disfrutar de sexo de oficina.

Metí su pene en mi boca lentamente, saborie ese toque salado y el gimió, mordí un poco y el gimió más fuerte, lo metí hasta el fondo y sentí como tembló ante aquella osadía.

Me alejo y me subió de nuevo a la mesa, desabrocho solo lo necesario mi blusa para poder chupar mis pechos, me retorci cuando no solo chupo, si no que mordió de forma brusca, pero grite de placer.

Sube un poco mi falda y él corrió mis bragas, me estiró en el escritorio para sentirlo mejor, me penetro fuerte, pero estaba tan húmeda que se resbaló en mi interior, comenzó a moverse de aquella forma que adoraba, los gritos aumentaron y temble antes de correrme, el sumo unas cuantas embestidas y estalló en mi interior.

Siempre adore cuando me llenaba de su semen, me sentía llena de placer, me sentía plena y completa.

Me sentía amada por mi esposo.

Comenzamos a vestirnos y mis piernas aún me fallaban, me ayudó a abrochar mi blusa y me tomó en sus brazos y me cargo hacia su coche, el guardia no estaba en la entrada asi que salimos sin despedirnos.

Llegamos a casa y los niños ya estaban dormidos María y Guille estaban en el sillón viendo una película, nos vieron llegar y sonrieron, se despidieron y nos despedimos con un mañana nos vemos en la oficina.

Nos fuimos a la cama y dormimos plácidamente, porque debo decir que no hay nada más bonito que dormir abrazada a tu esposo, abrazar ha aquella persona que amas y que le entregas todo de ti cada día.

***

Desperte y Cesar estaba apoyado en la puerta, estaba serio, me extraño verlo así, miro mi teléfono en la mesa de noche y lo cogi, tenía un mensaje.

Vi que era un video, antes de darle play podía notar que eramos nosotros la noche de ayer en la oficina, le mire y ahora no estáva serio, se veía triste, sabia que lamentaba haber sido descuidado ayer.

Vi de quien venía el mensaje y apreté el teléfono al ver que venía de Simón, apreté play y me veía yo de rodilla delante de Cesar haciendo un oral, mi mundo se paralizó, se veía el cargandome en la mesa, dejando a la vista mis pecho mientras los mordía y ambos disfrutábamos, yo estirada en la mesa y ambos gumiendo por el extasis.

El se acercó a mí y me miró fijarmenge.

— lo lamento.

— ¿Que lamentas?

— fui un descuidado, jamás debí ponerte en esa situación, jamás quise exponerte.

— no es tu culpa, yo te tente a que lo hicieramos ahí, no te culpes, ambos fuimos irresponsables, aun no entiendo como nos grabaron, alguien debió hacerlo.

— el guardia — dice de forma segura.

— ¿cómo lo sabes?

— me envió su renuncia y él es su abogado — su rostro se puso serio — lamento lo que haré — dijo y yo me asuste.

— no hagas nada por favor — dije recordando la última vez cuando  termino con aquella cicatriz.

— no iré a golpiarlo Isa, ni siquiera se donde está, pero aunque este el último rincón del mundo, te juro que se arrepentirá de que lo hizo, le di la oportunidad de que se alejara, y no lo hizo.

Suspiré fastidiada, jamás pensé que me había enamorado de un idiota con fetiche de grabar sesiones de sexo. Simón jamás demostró su verdadera forma de ser conmigo.

Fui a ver a mis hijos y ambos dormían juntos abrazados, los desperté y baje. Darles desayuno.

La niñera llego y la deje con ella mientras me duchaba.

Me vestí y Cesar me llevó a la oficina, mientras conducía recibió una llamada de Guille.

de fondo se escucharon gemidos y yo me alarme.
— Hermano deberías venir al buffet— cesar se estacionó afuera y ambos subimos.

Cuando llegamos estaba nuestro video reproduciendose, con altoparlantes y una gran imagen en el fondo del corredor.

Yo me paralice y Cesar alzó la voz, no se que dijo, pero el video se pauso y dejo de oírse.

María y Guille llegaron a mi lado y Cesar se posicionó en frente de todos.

— ¡quién lo reprodujo! — grito molesto.

— cuando llegamos ya estába andando — dijo uno de mis compañeros, en ese momento sonaron nuestros celulares otro mensaje de Simón.

Si me vas a hundir, yo me llevare la reputación de tu mujer por delante

El apretó la mandíbula y mis ojos se llenaron de lágrimas.

— Aclaremos algo— habló serio —no quiero comentarios sobre mi mujer en esta oficina ¿quedó claro? — todos dijeron si, pero se escuchaban los cuchicheos — Si. Escucharon bien, Isabel Morgan es mi esposa, cualquiera que hable mal de ella o pronuncie algo con relación a ese video estará despedido, porque que quede claro, este puto edificio es mío, y yo me cojo a mi esposa donde se me de la puta gana — dijo con ese acento español, no pude evitar sonreír levemente, me sentía expuesta ante todo el mundo, de cierto modo me habían visto en algo tan íntimo que no podía evitarme sentirme avergonzada, pero Cesar tenía razón, no somos un ligue de oficina, estamos casados hace unos años, y no es raro que  hagamos el amor donde se nos antoje.

Me miró y me beso.

— cualquier cosa me llamas pequeña — me dejó un beso en la frente y se dirigió a Guille — cuidala, cualquier comentario que escuches me avisas.

El asiente y yo me voy a mi oficina, la tarde paso y nadie dijo nada, mi amiga me ayudó con el caso que me tenía colapsada y logramos dar un gran paso, solo me faltaba que alguien viese el caso de otra perspectiva, sonrei y ella me miró como si me quisiese decir algo

— venga ya sueltalo— digo rendida, ella sonríe y dice.

— no puedo creer que se lo montacen  en esta oficina — sonrei y me sibroje

— en la sala de juntas también — dije encojiendome de hombros.

— no puedo dejar de decir lo bien dotado que esta tu esposo — dijo sin vergüenza y yo abrí grandemente mis ojos y le golpie el brazo. — no me puedes culpar, en el video se pudo notar, y dejame decirte que eres la envidia de muchas aquí.

Negué por el comentario y ambas dejamos de reír cuando Guille y Cesar entraron en acción abriendo la puerta de la oficina.

— ¿vamos a comer? — dicen al mismo tiempo y nosotras asentimos.

Cesar no tocó el tema del video, supongo que sabía que nadie había hablado de él tras pedirle un informe a Guille.

Comimos rápidamente y volvimos a la oficina, la trade pasó rápido y me fui a casa tipo 7 de la tarde, me despido normal de mis compañeros, y me fui a casa.

Cesar estaba con su portátil en la pequeña oficina de casa, le bese y me fui a regalonear con los peques, cada día estaban más grandes, y me gustaba ver como crecían día a día.

Estaban dormidos, estaba a punto de irme a la cama cuando escucho que Lu habla.

— hermano...— me asomo a la puerta y veo que ella se levanta de su cama junto a un peluche que le regalo Roger — puelo dolmir contigo... Co..como la otla noche...

Sonrió con el corazón en el pecho, me da tanta ternura verlos así, Cesar llega en silencio y me abraza y ve el espectáculo junto a mi.

— ¿otra vez en mi cama? — pregunta él, Dash vocaliza mejor, Lu le cuesta pronunciar la letra R, pero pronto irá aprendiendo, la niñera dice que ella les enseña a hablar y que a sus cuatro añoa ellos preguntan mucho el porqué de las cosas, les enseña las vocales y a contar, después hacemos juegos de aprendizajes, y así siento que estoy presente en su crecimiento.

— Si. Otra vez — dice ella y le mira de lado con cara tierna.

— bueno, puedes dormir aquí — el señala un lado de su cama y se acomoda.

— buenas noches — le dice suavemente y se acomoda junto a su peluche.

— Ahora sabemos como llega a su cama en las mañanas — dice susurrando Cesar.

Asiento y me alejo de su cuarto.

— estamos haciendo un buen trabajo — yo le abrazo y no puedo evitar preguntarle por Simón.

— ¿Que pasó con Simón? — él me mira y frunce el ceño.

— Mande los videos que habíamos reclutado de su casa a un juzgado junto con una demanda por acoso, porque nos grabó en un recinto privado del que yo soy el dueño.

— ¿Y que pasara?

— pasará lo que tenga que pasar. Tu no te preocupes ¿vale?

Llegamos a la cama y me besa.

— Yo me encargaré de todo, tu no tienes que preocuparte. Te amo princesa — dijo y yo me acomode en su pecho.

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Tendremos actualizaciones diarias hasta que la novela termine. Así que muy atentos.

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Fer Roses