CAPÍTULO 11
Isabel:
Sigo abrazada a él, y hace que mis piernas rodeen su cuerpo, avanza conmigo hacia el interior del yate, es hermoso, tiene una área donde podemos comer, un lugar que es como una habitación matrimonial y una pequeña que tiene una litera, no puedo evitar emocionarme al imaginarme viviendo unas vacaciones en familia con mis pequeños hijos
Quito mi ropa y quedo en bikini, caminamos hacia la cubierta y me pongo a tomar sol.
Me duermo sin darme cuenta, el calor del sol dando a mi cuerpo, siempre ha sido ese botón en mi, logra que mis sentidos se relajen.
Cuando abro mis ojos, veo a Cesar sentado en una banca frente a mi, me observa y sonríe.
- no sabes las fantasías que me causas con esa ropa y tu piel sudada por el calor del sol de Miami.
- me encantaría cumplir tus fantasías... Mi amado esposo.
Él se levanta de la silla y se acerca a besarme, espero que acelere sus labios e intencifique el beso, pero no lo hace.
- no me provoques pequeña, vamos a comer, el almuerzo está listo-
Me levanto y al llegar hacia un lugar con sombra mi cuerpo cambia de temperatura, me coloco una pequeña bata de hilo, y llegamos hacia el pequeño comedor del jate.
Comemos en silencio, sólo mirándonos, no quería decirlo pero extrañaba como nada a mis pequeños revoloteando cada vez que comemos.
Sonrió para eliminar la angustia.
- ¿crees que podamos llamar a mi madre, para ver a los pequeños? -
Sonrió, pensando en la pequeña conexion que tenemos.
El marca el número de su madre y hacemos una video llamada
Su madre nos contesta, y pone la cámara trasera para que veamos a los pequeños en el antejardin de la gran casa que tiene en Madrid.
Ellos juegan en una pequeña manta que está tendida en el piso, sonrió y me tranquilizó, decidimos no hablar con ellos porque no sabemos si terminaran llorando.
Colgamos y terminamos de comer.
Salimos nuevamente al sol, y Cesar termina lanzándose del jate hacia el agua y termina mojando mi cuerpo al caer al agua cristalina y yo sonrió.
- ¡ven el agua esta deliciosa! - grita y yo me levanto de la silla para tomar sol. Me lanzó al agua y nado hacia donde está el, enrrollo mis piernas en su cuerpo.
Nos besamos y sonreímos ante la maravillosa situación, flote varios minutos sobre un cielo hermoso, sin ninguna nube tapando el maravilloso sol que nos cubría.
Nos salimos del agua y le observe babosa mientras el agua corría sobre su cuerpo.
Me acerque seductora y antes de llegar a su altura quite mi brasier.
- Que haces pequeña Isa - me observó con lujuria y miró hacia los lados asegurándose que nadie navegara a nuestro lado.
- Solo estoy jugando -
El se acercó y me tomó de la cintura.
- siempre te gustó jugar con fuego ¿eh? - me apega a su cuerpo y siento su ereccion.
Me levanta y me lleva hacia la habitación.
El calor que su cuerpo emana logra hacerme suspirar, su cuerpo rosa el mio, aun con la ropa puesta.
Mis manos bajan por su abdomen y llegan hacia aquella parte de su anatomía que me encanta.
Lo tome y él gime ante el contacto con mi piel, comienzo a mover mi mano y el se acomoda para darme un mejor acceso.
Su cuerpo sigue húmedo, mi mano sigue moviéndome muestras beso su abdomen aun húmedo por el chapuzon.
Mientras yo juego él también juega, mete sus manos en mis bragas y en el momento en que sus dedos contactan con mi piel, puedo notar lo húmeda que estoy.
Gimo, y nubla mi juicio, no puedo seguir con su tortura, porque yo estoy siento torturada.
Me alejo para que sus manos abandonen mi cuerpo, me bajo de la cama y quito su ropa y la parte inferior de mi traje de baño.
Me monto suavemente en él, cierra sus ojos y yo me hundo lentamente.
El sentir como me llena me encanta, esas sensaciones que jamás han desaparecido. Mi cuerpo es suyo y el lo sabe.
Me muevo lento y el me toma de la cintura para a pegarme a su cuerpo y que nuestras bocas se unan.
Me besa y me muerde fuertemente el labio, el cuello y yo grito extasiada, sin esperarlo esas mordidas causan el extasis en mi logrando liberar un delicioso orgasmo. Él al ver que me desvanezco también se entrega a las sensaciones y se derrama en mi interior.
Me bajo de su cuerpo y me abraza, juega con mi cabello y acaricia mi espalda desnuda.
Cierro los ojos y duermo en sus brazos.
***
Despierto porque Cesar se mueve bajo de mi cuerpo, no se cuanto he dormido, pero la luz del sol ya no pega por la ventana que da a la habitación.
- necesitamos volver al puerto, tengo una reserva para el desayuno en un lindo lugar, tu puedes seguir durmiendo princesa.
- quiero navegar contigo - sonrió y busco algo de ropa en el closet, un short y otra parte superior de un nuevo bikini.
Salimos hacia donde está el timon del jate, el aire es refrescante. En Chile jamás podría estar solo con esta ropa ni siquiera a las 9 de noche, porque me congelaria, y menos en Valdivia que casi siempre llueve.
Le abrazo por la espalda, jugando y acariciando su abdomen mientras navegamos juntos.
Es hermoso navegar de noche, al acercarnos al puerto. Las luces de la cuidad nos iluminan, se ve un maravilloso paisaje, sin esperarlo el amanecer comienza a surgir y cesar suelta el volante y vemos el amanecer juntos.
Los cambios de colores en el horizonte se ven hermosos, no puedo evitar ver como le dan los rayos de sol a aquel hombre con el que he decidido compartir toda mi vida.
Sus facciones se ver perfectas, aun me cuesta pensar que una persona como yo, de una pequeña cuidad, logrará encontrar el amor de un hermoso español, ahora casados, y con nuestros dos pequeños.
El me rodea la cintura con uno de sus brazos y susurra en mi oído.
- El primer amanecer de muchos. Te amo princesa.
Me besa suavemente y yo le abrazo, me hundo en su pecho por las sensaciones que causan en mi sus palabras.
Anclamos el jate en el puerto, busque en el closet unos zapatos, habían unas chalas hermosas con un tacon no tan alto, me plante en ellos y arregle mi cabello y me maquille.
Salimos hacia un restorant, le deja las llaves al mismo hombre que nos las entregó.
- ¿Que pasara con todas estas cosas cuando estemos en Chile? - preguntó preocupada.
- ¿recuerdas aquel hombre que le entregue las llaves? - yo asiento- Él la última vez que vine a Miami a una reunión de un casino que tengo aquí, el estaba afuera del casino edificio, pidiendo dinero, yo le di un trabajo, primero comenzó ayudando a limpiar la barra del casino, después decidí comprar el penthause y le dije que el podía cuidar del lugar mientras yo no esté en la cuidad, lo que ganaba era suficiente para que viviera, pero en miami las casas son muy costosas, así que desde ese momento el cuida la casa y el jate.
- ¿Entonces el vivirá en la casa cuando no estemos aquí?
- No pequeña - sonríe y yo me confundo - el vive en una casa que está a un par de cuadras de aquí, cuida el jate, y va de vez en cuando al penthause, y también le di trabajo a su hijo el va a la casa de vez en cuando a limpiar. - abro los ojos sin creerlo.
- ¿estaba con su hijo pidiendo dinero fuera de tu casino? - Asiente.
- El fue uno de los trabajadores que despidieron injustamente, la empresa la maneja un tipo muy egocéntrico, contrata personas por unos meses y luego los despide y los deja en la calle, él no sabía que hacer, me contó su historia, y yo le ofrecí mi ayuda, el había vendido su casa para salir de las deudas que le dejó la empresa, así que yo le compre una casa cerca del puerto, y se la descuento de poco cada vez que mi empresa le paga su sueldo.
A mi mente viene aquel escándalo que salió en televisión de un hombre multimillonario que tenía varias demandas en su contra, pero que nadie podía pelear, era su palabra contra la de un trabajador humilde.
- Entonces antes de conocerme eras gilipollas, pero de buen corazón - él sonríe.
-Era un gilipollas, pero hice lo que cualquiera hubiese hecho, él necesitaba trabajo, y yo podía darle uno princesa.
- se que te niegas a ver que siempre fuiste buena persona.
- no lo niego pequeña, simplemente digo que así como hice cosas buenas, también hice muchas malas, te lastime mucho.
- me lastimaste, pero estamos aquí, casados, y enamorados, en esta hermosa luna de miel.
El me toma de la cintura y me voltea en el aire.
- estamos aquí enamorados, porque tu siempre fuiste una gran persona, lograste perdonar todo el daño que te hice.
- estamos aquí porque nos amamos y punto.
Nos acomodamos en una mesa que estaba reservada.
Él se levanta y yo me quedo observando la carta, sin esperarlo alguien toca mi hombro, y voltie asustada, hasta que veo a Cesar.
- hola señorita, ¿no ha visto usted por casualidad una morena con una belleza fenomenal? - sonrió ante sus ocurrencias y el me besa.
- Primero que nada, yo no soy morena.
- pero ese bronceado te queda fenómenal.
Comimos tranquilos y riéndonos de algunas anécdotas, me contó sus primeras reuniones remplazando a su padre, que el no entendía nada de la manera que se debía manejar un casino, por lo que tuvo que asesorarse, de todos modos el presidente nunca hacía mucho en las empresas, sólo era el que recibía las ganancias, pero el no quería ser como su padre, quería involucrarse en todo, por lo menos hasta poder dejar a alguien de confianza, el sabia que no caería en el mismo error que él, viajar a todos lados por sus empresas y dejar a su familia de lado. Al menos eso lo tenía muy claro.
***
Los días pasaron rápidamente, paseamos por los lugares más hermosos de Miami, la playa, los parques, y también fuimos a el casino que dirige Cesar, conocí a la persona que tenía encargada de este lugar.
El no se ofendió, cuando el le preguntó que si yo era la mujer por la que el había decidido establecerce en Chile.
El confirmó con sus ojos iluminados y yo por supuesto me sonroje.
Todos nos saludaron y firmó unos cuantos papeles y nos fuimos.
Comenzamos a arreglar las maletas y debía reconocer que extrañaba a mis hijos, quería volver a verlos, los extrañaba como si mi vida se fuera en ello.
Había sido una gran semana, pero era imposible no extrañarlos, eran parte de mi hermosa vida.
Llegamos al aeropuerto y subimos al mismo avión privado en el que nos vinimos, viajamos unas cuantas horas y llegamos a Madrid.
Mi corazón estaba acelerado y Cesar me toma la mano.
- estoy ansioso de volver a verlos - eso tranquiliza mi corazón.
- Yo también - sonrió nerviosa.
Llegamos a la gran casa, y mi corazón se emocionó al ver a los pequeños en la sala jugando.
Dash me vio y alzó sus manitos para que lo tomará, lo tomé y lo abrace como si no lo hubiese visto por años, Cesar tomo a la pequeña Lu, y después intercambiamos.
Tenía ganas de llorar, no sabia el porqué, ni como explicarlo pero quería estar abrazada a ellos todo el día.
Ese día nos quedamos en casa, yo no fui capaz de separarme de ellos, por lo que les di su comidita y después los dejé dormir su siesta.
Me pare en el marco de la puerta a verlos, les tomé una foto y Cesar me acompañó de atrás en silencio.
- somos muy afortunados al tenerlos.
Yo asiento y le beso suavemente.
-💜-
Dedicado a KETM249
Gracias por todo el apoyo, y los comentarios 💜💜
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