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CAPÍTULO 10

Isabel:

hace unos días Lu cumplió su primer año, con Cesar ya habíamos reconocido a la pequeña, por lo que ya era una más de los Grayson.

Para el cumpleaños de Lu, Roger se encargo de traer una nueva cuna para la pequeña, Cesar por su parte compró todo lo necesario y en exceso como siempre.

Tambien habíamos solicitado la hora en el registro civil para casarnos, tenias fecha estipulada para un mes más, decidimos hacer algo pequeño, solo con 20 personas, Cesar por supuesto quería algo más elaborado, pero lo convencí de hacer algo sensillo.

Mi querida casi suegra oficial después del matrimonio se llevaría a los pequeños a España una semana, mientras nosotros disfrutábamos de nuestra luna de miel en Miami.

Si, no lo podía creer, en cuanto a la luna de miel, Cesar dijo que no cedería, ya me daría una boda sensilla, por lo menos que la luna de miel fuese a lo grande.

***

El día había llegado, estaba junto a mi madre, mi vestido era de color Marfil, muy sensillo, llevaba una pequeña cadena que me había regalado mi madre para la ocasión.

Y una corona que adornaba mi cabello, que me había regalado la madre de Cesar.

Los pequeños estaban detrás de mí, una mujer se estaba encargando de peinar a la pequeña que ya daba unos cuantos pasos y caía sentada al piso.

María llevaría los niños de la mano, Dash llevaría los anillos y Lu llevaría las flores.

Estaba jodidamente nerviosa, Cesar ya estaba en el local que habíamos arrendado, llegó Guille en un hermoso auto blanco, adornado para la boda, me sonrió y tomó algunas fotos, miro a María y sus ojos se llenaron de ilusión.

Ella iba con un color verde agua con un vestido largo, muy hermoso, Dash iba con un lindo esmoquin de color azul, y una humita de color morado, al igual que su padre que en ese momento esperaba por mi.

María y los pequeños se subieron a un coche que venía tras el nuestro.

— ¿muchos nervios? — preguntó Guille mientras manejaba, deteniendo mis pensamientos.

— Ni te imaginas

— Cesar igual estaba nervioso, jamás pensé verlo asustado de que no llegaras—

Sonreí ante tal estupidez, ¿porque dejaría yo plantado en el altar al amor de mi vida? Me pregunté en silencio, mientras seguimos conversando y el auto avanzaba hacia el anhelado destino.

Llegamos y espere un momento en el coche, lo mire sobre el velo que cubría mi cara, y se veía hermoso, con un esmoquin del mismo color que Dash, se veían idénticos exceptuando por la edad, mis ojos se llenaron de lágrimas y respire, no podía llorar antes de llegar al altar, se correría mi maquillaje, tenía un nudo en el estómago, el cual se intensificó cuando escuche la marcha nupcial.

Me baje del coche y Guille me tomo del brazo, dado que mi padre no estaba en el mapa, y la tradición decia que un hombre debía entregarme, Guille se había ofrecido, Cesar dudo, pero terminó aceptando.

Cuando el me vio avanzar al altar sus ojos se llenaron de lágrimas y sonrió al verme caminar.

Nuestros hijos venían detrás de mí, junto a María, no pude evitar sentir un pequeño dolor en el pecho al saber que una de mis mejores amigas no podía acompañarme en este momento especial.

Pero lo elimine al llegar adelante, y sonreirle a mi futuro esposo.

Nos miramos y el limpio algunas lágrimas de su rostro, elbjuez del registro civil, realizó uno pequeña ceremonia, hasta que llegó el momento de aceptar.

Cesar al ponerme el anillo dijo algunas palabras.

— Hoy delante de las personas más importantes en nuestras vidas, junto a nuestros dos hijos, prometo amarte toda mi vida, e incluso más allá, porque el amor que yo siento por ti, no desaparecerá aunque mi cuerpo peresca, estaré para ti en la salud en la enfermedad, cuando estés triste y cuando tengamos esos Bellos momentos de felicidad junto a nuestros hijos, te amo — sin darme cuenta mis ojos ya eliminaban unas cuantas lágrimas.

— hoy delante de todos y nuestros pequeños — repetí su comienzo y el sonrió — prometo acompañarte en todos los procesos que la vida nos entregue, así como cuando decidimos adoptar a esa hermosa pequeña, prometo que solucionaremos cada caída durante nuestro matrimonio, también prometo amarte y acompañarte siempre, pase lo pase, hagas lo que hagas, lo conversaremos y lo solucionaremos, porque el amor que siento por ti es mas grande que un error, y si ese error tiene concecuencias la enfrentaremos juntos, como los adultos enamorados que somos.

Puse su anillos, y ya ambos habíamos aceptado delante de todos que formariamos una unión ante el juez, las personas y nuestros corazones.

— entonces ya se pueden besar— dijo el juez, Cesar se acercó a mis labios y me beso lento pero apasionado.

Interrumpímos el beso cuando vimos caer pétalos de flores en nuestras cabezas, sonreímos, aceptamos las felicitaciones de nuestros amigos y familiares, mi madre llegó a felicitarme llorando, al igual que la madre de Cesar, se que lloraba de felicidad, pero no podía dejar de sentir que mi pecho se apretaba, recibimos abrazos de todos y caminamos fuera del altar.

Había sido una ceremonia al aire libre, llena de emociones, dejamos a todo el mundo en el coctel y salimos a hacer una pequeña sesión de fotos, unas cuantas solos y otras juntos a nuestros dos pequeños.

Volvimos al lugar, compartimos una cena con todos y los dejamos en una pequeña fiesta.

Y nos marchamos, me despedí de mis hijos y fuimos a casa, a cambiarnos de ropa y a hechar las maletas, salimos en el avión privado de la empresa, llegamos después de varias horas de viaje.

Aqui la diferencia horaria era de una hora, cuando llegamos aún era de noche y antes de entrar al penhouse que habia arrendado cesar el me tomó en sus brazos y me cargo hasta el cuarto.

Ya no llevaba mi vestido de novia, ni él su esmoquin, pero llevaba un jeans y una camisa que me hacia babear.

Yo llevaba un vestido suelto de color morado.

Se acercó con una mirada llena de lujuria, sonreí al sentir sus labios en mi cuello.

Yo comencé a quitar su camisa y la lance a una parte de la habitación, comencé a tocar su cuerpo que me encantaba y comencé a dejar besos desesperados encima de su cuerpo.

Me detuvo y el comenzó a desnudarme, soltó la amarra que cruzaba mi cuello, el vestido terminó en el piso y observó mi linda ropa de encaje, había decidido ponerme algo lindo y provocativo.

De un lindo color rosado claro, me di una pequeña vuelta para que me observase, me encantaba ver sus ojos llenos de placer, subían inmenzamente mi autoestima.

— te ves preciosa — se acercó a mí cuello y beso suavemente.

Sus manos llegaron a una zona muy húmeda y me miró con malicia.

Me estiró en la cama y abrió mis piernas, dejándome completamente expuesta.

Tenía muchas ganas de que ya se metiera en mi, con todos los prepararivos de la boda, habíamos decidido darnos una semana sin sexo, para que la noche de bodas fuese muy candente y épica.

Ahora me arrepentía de ello, sabía que me penetraria y yo llegaría a mi orgasmos deseado.

Comenzó a besar y chupar mi punto de placer y yo temble extasiada por la sensación.

Le suplique que se monte en mi, y me hizo caso.

Se monto encima de mi, me penetro lento y con lo húmeda que me encontraba solo me lleno de placer.

Comenzó con un movimiento lento, pero firme, este hombre sabía como volverme loca, le amaba y siempre me entragaba sin ningún reparo a él.

Explote nuevamente en sus deliciosas embestidas, cambiamos de posición y me puso en cuatro delante de él.

Sus embestidas ahora eran rápidas, llenas de una pasión desatada, afirmaba mis caderas con firmeza y eso me provocaba, sin darme cuenta me desplome nuevamente.

— ¿aguantas un orgasmo más? — preguntó susurrando en mi oído.

Sonrei porque me sentía agotada, hace mucho que no hacíamos el amor tantas veces y de una forma tan desatada.

Asentí y el siguió jugando con mi cuerpo, me volteo y tomó mis pecho con su boca mientras se movía lento pero con un ritmo delicioso.

Meneo sus caderas de una forma que jamás había sentido, en ese momento por fin explotamos juntos.

Me estire desecha en la cama, no podía ni siquiera mover mis piernas, ambos estábamos sudados y mis piernas llenas de su semen, pero no me importo, no tenía ni las fuerzas ni las ganas de moverme.

El me abrazo y sin darme cuenta me dormí profundamente.

***

A la mañana siguiente me desperté y el tenía el desayuno listo, ahora que el sol daba en el dormitorio, podía ver lo grande que era, me levante y sentí el ardor entre mis piernas, Sonrei recordando la sesión de anoche y Cesar me miró desde la mesa, como si supiera lo que pensaba.

Me metí rápidamente a la ducha y salí a tomar desayuno con él, me acerque y le bese.

— como dormiste mi amada esposa...

— como nunca. — reconocí y el me beso.

***

Salimos y nos bajamos hacia el estacionamiento, había un coche y una moto, me pregunté en qué momento había hecho todas las reservas, y recordé que el no necesita hacer las reservas, su secretaria puede hacer todo por él.

Decidimos ir en la moto, hacia un día caluroso, yo llevaba un pantalón corto y una bluza que dejaba ver la parte superior de mi bikini, Cesar me había dicho que donde íbamos debíamos bañarnos, quería hacer una pequeña maleta para llevar cosas, pero dijo que donde íbamos tenía todo lo necesario.

Así que solo me plante en un lindo bikini negro, aveces me sentía un poco insegura, mi cuerpo no era el mismo, de cierto modo había cargado por nueve meses una vida en mi cuerpo.

Pero Cesar siempre se encarga a de decirme lo bien que me veía, y debo reconocer que cuando pedimos la hora del matrimonio me puse a hacer mucho deporte, por lo que habia logrado una mejor figura, al menos permitiéndome usar el bikini.

El aire que nos pegaba mientras avanzamos en la moto, era cálido, los paisajes de miami son hermosos, el sol resplandeciente, sin ninguna nube cubriendo el cielo celeste sobre nuestras cabezas, las palmeras observando mientras avanzamos en el trayecto.

Después de unos treinta minutos llegamos a un muelle, me bajó de la moto y espero que Cesar deje las llaves con un joven.

Se acerca a un hombre que le entrega las llaves de un jate, mi cara de sorpresa no se las puedo describir.
El sonríe y yo simplemente avanzó perpleja.

— ¿te gusta?

— ¿Cesar no crees que es demasiado?

— la verdad no... Lo mejor para mi  princesa y mi familia, este lugar, el penhause, el auto, la moto, el jate todo es nuestro, de hecho es de la familia, podremos pasar los veranos en este pequeño paraíso, y no quiero el sermón de los gastos Isa, tengo dinero, manejo un gran casino, y otras empresas que dejo mi donador de esperma, y quiero compartir todo esto con mi mujer— me atrae a su cuerpo — y nuestros hijos.

Le abrazo, no porque comprara todo lo que compro, porque sinceramente yo compartiría una botella de vino con él y sería la mujer más feliz, lo abrazo porque le amo, porque llena mi vida de emociones nuevas que descubrimos día a día juntos.

-💜 -

Nota: capítulo por fin, dejen sus opiniones y sus lindos votos y comentarios.

Los quiero 💜

Fer

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