Aquí estábamos en el primer control, no podía dejar de caminar.
Los nervios me matan.

Maldita sea como puede estar tan tranquila.

— Cesar puedes dejar de pasearte, me mareas. Es solo una ecografía.

—¿segura que esto no le duele al bebé? No quisiera arriesgarme.

— Cesar esto lo hacen todas las mujeres embarazadas, puedes tranquilizarte, no le pasará nada al bebé.

— Isa puedes pasar. — dice el Dr. Soto y ambos nos volteamos a ver.

Trato de ayudar a Isa, dado que ya se le comienza a notar la pancita.

Me encanta verla embarazada, me causa cierta emoción saber si será niña o niño.

Me encanta acariciar esa parte baja de su pequeña barriga, porque me hace ilusión que se abulte por la presencia del bebé.

Entramos a una pequeña consulta que tiene las paredes blancas y una camilla, hay una mujer sentada al lado del Dr. y se presenta.

—Hola Isa, yo soy la esposa del Dr. y seré tu ginecóloga, puedes llamarme Mariela, Me alegra saber que todo se arregló entre ustedes.

Me sorprende su comentario, al parecer todos sabían de nosotros desde que me agarre a puñetazos con Guille fuera de su casa.

Ella sonríe y me observa.

—yo igual me alegro.

Isa se levanta de la silla y sigue las instrucciones de la mujer, se recuesta en una camilla y el Dr. me dice que puedo acomodarme a su lado para ver el monitor.

Le aplican un Gel y ella da un pequeño salto y yo me sobresalto.

— ¿Estas bien? ¿Te duele? ¿Le duele al bebé?

—Cesar por favor respira, es solo el Gel que está helado. —Isa me tranquiliza

— es igual que tú con nuestro primer hijo. — sonríe la mujer hacia el Dr.

—lo mío era peor, porque yo estudiaba medicina, pero me aterraba que le pasara algo a ese pequeño que ahora es todo un hombre.

Yo sonrió y miro fijamente a isa, me hace cierta ilusión después poder recordar estos nervios que siento, y después ver a ese pequeño que crece dentro de ella ya un niño, un adolescente o un adulto.

La mujer comienza a colocar un sensor sobre su barriga y comenzamos a ver imágenes borrosas en el monitor, que luego a medida el Dr. me explica para que me tranquilice se ven mucho mejor.

—¿quieren escuchar sus latidos? — pregunta la mujer y yo solo asiento.

Ahí en ese preciso momento mi vida se detiene, al escuchar ese ritmo acelerado de su corazón, siento una emoción muy grande, ya no puedo esperar para que nazca.

Sin darme cuenta mis ojos derraman algunas lágrimas, pero me controlo, apretó las manos de isa.

—¿se puede ver el sexo? — preguntó emocionado.

—si claro que se ve, ¿a menos que quieran que sea sorpresa?

La observó y no sé qué hacer, quiero saber, pero si a isa le hace ilusión esperar yo la apoyare en todo lo que decida.

—Yo quiero saber. — habla Isa.

— ¡Bien! — grito sin darme cuentas y todos se ríen.

La mujer mueve el monitor y el bebé se manifiesta y su barriga se levanta levemente.

Isa se asusta y yo más.

— tranquila son patadas que da él bebe, ¿es primera vez que se mueve?

—Si primera vez, me enteré hace poco que estaba embarazada y solo me he hecho las muestras de sangre hace unas semanas y es primera vez que se mueve, es normal que me doliera.

—Si es normal, es literalmente que alguien te patee por dentro. Puedo imaginarme que no lo notaste, para ir a los 5 meses, casi ni tienes barriga, pero eso es normal tu eres de contextura delgada así que no te preocupes.

Ella sigue con el monitor y por fin dice.

— Es un niño.

Yo me levanto de donde estoy y beso a isa impulsivamente, sé que prometí ir lento y estoy poniendo de mi parte, pero me muero por besarla, he estado pasando mis noches con ella, durmiendo mientras toco su barriga y me muero de amor por ella.

No puedo creer que todo esté tan bien y que este tan feliz por el hecho de ser padre, quien me viera y quien me ve.

Ella estira sus labios en forma de respuesta y yo acaricio su mejilla para poder limpiar sus lágrimas.

La mujer le dice que se limpie con un papel de nova que le entrego, ella se quita el Gel y se acomoda su camiseta.

Nos sentamos nuevamente frente al escritorio.

— tu embarazo va muy bien, el bebé está perfecto.

— ¿Es normal que su corazón latiera tan rápido? — pregunta isa.

—es normal, su frecuencia cardíaca estaba dentro de los rangos, no te preocupes Isa, aquí hice una grabación de la ecografía, para que la puedas llevar a casa y guardarla.

— Gracias. —le entregamos una sonrisa.

Salimos de la clínica y subimos a mi carro y nos fuimos a casa.

Si. A pesar de que no vivíamos juntos, yo pasaba en su casa, solo cruzaba a la mía, para buscar ropa.

Llevamos a su casa y comencé a quitar su abrigo, estaba lloviendo muy fuerte.

En esta peque cuidad siempre llueve.

Isa se quitó los zapatos y le ayude a ponerse unas pantuflas para que mantenga sus pies de forma cálida.

Su pequeña pancita me llenaba de emoción ya tenía 5 meses de embarazo y saber que solo faltaban 4 para poder ver a ese pequeño ser corriendo por la casa me llenaba el corazón de felicidad.

—¿porque me miras así? — Dice Isa sacándome de mis pensamientos.

Yo apoyado en el marco que separa el cuarto de estar de la cocina.

—Solo estaba pensando en nosotros y el bebé.

Ella se acaricia la barriga y suspira.

— ¿y que pensabas con respecto a nosotros y el bebé?

—Tú sabes que quiero estar contigo y el bebé, me gustaría mudarme aquí o que tú te mudes a mi casa.

— Cesar ya estás viviendo aquí. —sonríe de forma irónica, es cierto desde que las cosas van mejor, que no me he apartado de su lado.

—Si, pero quiero que sea formal, me gustaría comprar algo más grande para que al bebé no le falte espacio.

Ella sonríe

— Igual lo he pensado, pero las cosas entre nosotros aún no están claras, veamos cómo avanzamos en un mes más y yo podría mudarme a tu casa, no veo la necesidad de comprar algo aún, tu casa es más grande que la mía y podemos dejar un cuarto para el bebé.

Yo sonrió asimilando que ella dormiría conmigo ya que mi casa solo tiene dos dormitorios.

—me gusta la idea.

— si las cosas no se dan, yo me quedo aquí, el bebé duerme conmigo y tú puedes venir cada vez que quieras a verlo. Ya tienes una llave.

Eso borro mi sonrisa y solo asentí, sé que me había comportado como un gilipollas y me merecía esto.

Pero ha pasado un poco más de un mes y las cosas van bien, dormimos juntos, yo acarició su barriga, me encargo de sus antojos y daría lo que fuera por también encargarme de su placer.

Pero sé que aún es demasiado pronto.

—Sabes que yo daría todo para que lo nuestro funcione. Estoy dando todo.

—lo sé, por eso estas en casa conmigo y este pequeño que viene en camino- se frota la barriga.

Yo me pongo me agacho y beso su barriga sobre esa delgada tela que la separa de mí.

—¿Has pensado nombres?

—la verdad es que no, ¿tú tienes alguno en particular?

—había pensado que, si era niña, se llamara...

—Violeta como tu hermana—completa mi frase y yo sonrió al saber que lo recuerda.

—pero como es niño, me gusta el nombre Dashiel.

— ¿Dashiel? — me observa y sonríe.

— Si. ¿No te gusta?

— eh... Tranquilo. Me encanta

Sigo acariciando su barriga y le hablo.

— Daría lo que fuera por tenerte ya en mis brazos mi pequeño Dash.

Siento que mi mano se mueve y me asustó.

— esta pateando, creo que le gusta el nombre.

— o lo odia y por eso patea.

Vuelve a moverse y no puedo evitar que mis ojos se llenes de lágrimas.

Jamás pensé verme así, con el deseo de ser papá, estoy seguro de que sí fuese con cualquier otra persona no estaría así de feliz.

Pero me enamoré de esta niña como un idiota, pensé que sería fácil volver a mi país, después de haberla tenido en mis brazos, y fue lo más difícil que he hecho después de despedirme de violeta.

— debo ir a trabajar pequeño Dash, nos vemos en la noche— dejo otro beso y siento que ella se estremece.

Se lo que provocan mis caricias en ella, y sé que me quiere castigar.

Pero me encargaré de que me desee más que nada.

Estuve averiguando y las mujeres embarazadas, experimentan todo al límite, incluso la libido.

Tomó mi maletín del trabajo, con unos papeles que debo llevar a la reunión planificada y tomó las llaves de mi coche.

—Ya sabes que por lo más mínimo...

—no dude en llamarte.

Le doy un beso en la comisura de sus labios y me marchó.

No hemos hablado del beso que nos dimos al enterarnos del sexo del bebé, pero no quiero arruinar nada, por lo que prefiero dejarlo así.

Busco en la pantalla del auto, el número de mi madre y le marco.

—Cesar. ¿Hijo como estas?

— Muy bien madre, ya sabemos que es el pequeño que viene en camino.

Cuando Isa me conto que no estaba embarazada, mi madre se desilusionó tanto como yo, supongo que la idea de ser abuela le gusta.

Luego cuando me enteré de que tenía cuatro meses de embarazo la llame para darle la noticia.

Y me dijo que, si las jadía con Isa por mis gilipolleses, ella misma venía y me cortaba las bolas.

— ¿Y?

— Es un niño.

Mi madre comienza a gritar y debo frenar porque su grito me sobresalta y debo bajarle el volumen al auricular.

—madre por favor voy manejando.

—seré abuela en 4 meses, estoy tan feliz que tomaría el primer avión para poder conocer a esa niña que cambió a mi hijo mujeriego por un lindo osito.

Yo volteo los ojos.

— Lo conversaré con ella.

—¿lo dices en serio?

— claro que sí, igual me gusta la idea que se conozcan.

—me alegra que estés feliz con esto, creo que después de lo de violeta nos merecíamos una buena noticia como familia.

—Luego de que conozcas Chile, me gustaría llevar a Isa a España, pero las cosas no están del todo bien con ella, y quiero conversarlo con la Ginecóloga para ver si puede viajar.

—Ya sabes lo que te dije, compórtate cómo alguien adulto, y no hagas gilipolleces.

—Si mamá, llegue a la empresa, te llamaré cuando lo hable con ella.

Llego a la empresa y ahí está mi asistente.

—¿Y cómo fue el control? - habla emocionada.

La verdad que he logrado apreciar a todos de esta ciudad, es una ciudad pequeña y aquí todo el. Mundo saluda a todos, no como en las grandes ciudades.

—Es un niño.

Ella se levanta de su escritorio y me abraza.

Ven, eso es a lo que me refiero, son muy de piel, entregan cariño sin darse cuenta.

—Dale mis felicidades a Isa.

—Claro que sí Luisa. ¿Los de la reunión llegaron?

—Si. Están en la sala de juntas. - dice volviendo a su postura de secretaria profesional.

Camino a la sala de juntas y vemos las ganancias del mes, presentó las finanzas de los proyectos que lanzamos en las reuniones pasadas.

— Los proyectos que se lanzaron han funcionado buen por el momento así que los mantendremos por unos meses más. ¿Algún otro tema para hablar?

Nadie habla por lo que por fin se cierra la reunión.

— Entonces damos por finalizada la reunión, pueden retirarse a sus puestos de trabajo.

Me voy a mi oficina y veo una pequeña foto de mi amiga que decidí colocar junto a una que tengo con Isa.

Isa no ha entrado a esta oficina, por lo menos no desde que puse esa foto de nosotros.

Decido ir a visitar la tumba de Andrea, la verdad es que la extraño mucho.

Me despido de Luisa y me marchó.

El cementerio de esta ciudad está en dirección contraria a mi casa, por lo que decido ir manejando precavido, no conos o mucho la ciudad y no quiero perderme.

Llego al cementerio y recuerdo perfectamente el lugar donde me despedí de ella, camino entre los paisajes de este lugar, hasta llegar a su tumba.

Está llena de flores y no me sorprende. Era una gran mujer, la cual estoy seguro de que todos querían.

Me pongo de pie junto a su tumba.

— Han pasado dos meses sin ti, no sabes cuánto te he extrañado.
Me hubiese gustado que estuvieras ahí, cuando me enteré de que Isa no solo si estaba embarazada, si no que tenía 4 meses.

Siento lágrimas correr por mis ojos y estoy empezando a sospechar que yo soy el que carga al pequeño Dash, últimamente estoy hecho un sensible y todo me causa lágrimas.

—me gustaría que vieras a Isa con barriga. - suspiro- se ve adorable.
Sabes... Va a ser un niño, lo llamaremos Dashiel. Me hubiese encantado que fueses la madrina.
Se que Isa también necesita de tu compañía, y yo necesito de esas noches de tragos que teníamos.
Te extraño mucho, aun me cuesta creer que ya no estás.

Dejo un pequeño beso en mi mano y se lo dejo en su tumba.

- 💜-

Dedicado a: IsaRM42
Por ser una fiel lectora, creo que fuiste la que espero con más ansias esta segunda parte, espero que la disfrutes.