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Artista de imagen multimedia: onlyou718 (Twitter)
En un rincón oculto de la nave, alejadas de sus compañeros, Adora y Catra compartían un beso secreto. Ambas habían llegado al acuerdo tácito de que aquellos podían ser sus últimos momentos juntas. Sus respiraciones se entrecortaban, por lo que se separaban y luego volvían a unir sus labios.
No habían emitido palabra alguna, desde que la rubia había guiado a la felina hasta aquel rincón oculto, donde nadie las vería. Simplemente se fundieron en un abrazo, un beso de añoranza. Catra pensó que la iba a perder, y ahora que la volvía a tener, volvía a temer perderla.
Adora era consciente de lo que sentía Catra, quería hacerle saber, a través de cada caricia, cada beso y cada abrazo, que no se iría de su lado, que lucharía por un futuro juntas. La incertidumbre de lo que sucedería parecía esfumarse al sentir la piel de la otra. Catra aspiraba el aroma de Adora como si fuera una droga, una droga que la hacía feliz a la vez que le excitaba.
Pero de pronto percibió un aroma diferente acercándose a ellas. Se separó bruscamente de Adora, tapándole la boca con una mano, echando un rápido vistazo a su alrededor vio la puerta de un armario y la empujó allí, para cerrar con rapidez. La rubia quedó algo aplastada por Catra, por suerte el armario estaba vacío, solían guardarse implementos de limpieza en ese lugar, pero Adora los había movido un tiempo atrás.
A través de una pequeña rendija se podía ver al exterior, en este caso, hacia el pasillo. Los pasos se iban acercando, las voces se oían más claras. Así fue como reconocieron que quienes estaban conversando eran Perfuma y Scorpia. Adora también quería escuchar, así que abrazó por la cintura a Catra, y apoyó su mentón en su hombro. El calor del cuerpo de la rubia contra el de la felina, hizo que ésta ahogara un suspiro.
—Pero es que de verdad pensaba que confiabas en mí —dijo Scorpia.
—Son cosas que pasan en este trabajo, pero no te preocupes, ya pronto acabará todo cariño.
—¿Cada vez que trabajes me vas a mentir, entonces? —preguntó dolida Scorpia.
—Si es para protegerte, lo haré. Pero si todo sale bien, volveré a Etheria, no tendré que seguir en esto.
Perfuma se acercó más a Scorpia, con una sonrisa coqueta. Tomó su rostro con ambas manos, y la acercó a sí misma para besarla. Adora estaba bastante sorprendida, a diferencia de Catra, que había escuchado a Scorpia parlotear sobre Perfuma antes. Al principio parecía un beso tierno, pero entonces, Perfuma tironeó la ropa de Scorpia para atraerla más hacia sí, haciendo que la más alta la abrazara.
Por alguna razón, Adora abrazó con fuerza a Catra, como una especie de reflejo. La felina no podía gruñirle o decirle algo, o las descubrirían. Cuando volvió a prestar atención, Perfuma estaba arrancándole la chaqueta marrón a Scorpia, quien no oponía mucha resistencia. No pasó mucho tiempo para que estuvieran ambas semidesnudas, usando sólo pantalones.
Perfuma se separó de la boca de Scorpia sólo para repartir besos húmedos por su cuello, hasta llegar a sus pechos, los cuales amasó y lamió juguetonamente. Scorpia inclinó su cabeza hacia atrás, jadeando de placer por todo lo que hacía Perfuma, quien con su mano derecha desabotonó su pantalón, para explorar el sexo húmedo de Scorpia.
Movió sus dedos con delicadeza, en un ritmo suave, escuchando jadear a Scorpia, poco a poco fue moviéndose más rápido, haciendo los gemidos en respuesta cada vez más altos. Perfuma se detuvo un momento, mirándola fijamente.
—Guarda silencio, no querrás que se enteren todos como pasó con Catra y Adora, ¿verdad? —finalizó sonriendo con malicia. Scorpia asintió con la cabeza, mordiéndose los labios, gesto que excitó a Perfuma, quien se acercó para morderle el labio superior.
Siguió moviendo su mano, mientras Scorpia se aferraba a ella, hundiendo el rostro en su cuello, intentando en vano aplacar sus gemidos. Mientras contemplaban la escena, Adora sintió el deseo de hacer lo mismo que Perfuma hacía pero a Catra, estaban muy pegadas la una a la otra, y el calor que emanaban sus cuerpos al tocarse había ido en aumento.
Comenzó a mordisquear a Catra en el cuello, hasta que la felina se giró y pudo besarla. Tener entre sus brazos a Catra de esa forma le parecía muy excitante, por lo que sus manos no tardaron en colarse debajo de la ropa de la felina, a la que masajeó sus pechos, sobre todo sus pezones.
Catra quería gemir, pero en vez de eso, se mordía su propia mano, a pesar de que sabía que aquello no era suficiente. Adora buscó su boca para besarla, y así acallar sus constantes jadeos. Catra entendió su idea, por lo que accedió a aquel húmedo beso. La rubia, impaciente, exploró con una mano la entrepierna de la felina, sólo para confirmar lo mojada que estaba.
Sus dedos se introdujeron con facilidad, notó que Catra gimió en su boca, lo cual le pareció bastante estimulante, así que se movió en un ritmo rápido, que sólo provocaba que Catra se mojara más y más en su mano. La cola de la felina se enrolló en la pierna de Adora, gesto que a la rubia le encantaba.
La sensación de control, de dominación, excitaban más de lo que esperaba a Adora, al igual que a Catra le encantaba que tomara la iniciativa, aunque no esperaba que la estimulación visual funcionara en Adora. De reojo, notó que ahora Perfuma estaba recostada en el suelo, gimiendo de placer mientras Scorpia le lamía con devoción su sexo.
Así fue como Catra y Perfuma alcanzaron el clímax al mismo tiempo gracias a sus amantes, aunque, a diferencia de Perfuma quien jadeó el nombre de Scorpia, Catra era prácticamente amordazada con la mano de Adora, quien notó a tiempo que la felina alcanzaba el orgasmo, y así evitó que la escucharan.
Sin embargo, Scorpia propuso a Perfuma ir a su cubículo de la nave, por lo que vistieron lo más rápido que pudieron para seguir más en privado, aunque fue muy excitante para ambas por el miedo a ser descubiertas, ahí, en medio del pasillo.
Eso les dio la oportunidad a Adora y Catra de salir del armario, la felina tenía toda su ropa mal puesta, lo que causó que la rubia lanzara una carcajada.
—¿Qué es lo gracioso? ¿Por qué hiciste eso? Nos podían haber visto, Adora.
La rubia rio aún más fuerte antes de contestar.
—No te hagas la ofendida, claramente te gustó —le dijo con una sonrisa pícara.
—Espero que te guste tu castigo, entonces —contestó con rostro serio Catra, intentando asustarla.
—Lo lamento, capitana, me he portado mal, aceptaré mi castigo —dijo con fingida inocencia Adora. Catra sonrió ante su respuesta. Adora estaba con la cabeza gacha, aparentando estar arrepentida de su comportamiento.
Catra se acercó más a ella, para levantar su rostro tomando su mentón.
—Será castigada severamente, cadete, para arreglar su mal comportamiento. Espero no le tema a mi látigo.
Adora no pudo evitar hacer una mueca de sorpresa, lo que divirtió a Catra. Pero se recuperó rápidamente, para responder con una sonrisa maliciosa.
—Estoy lista para recibir su castigo, mi capitana.
Con esa respuesta, Catra se limitó a guiarla a ese cubículo de la nave donde habían pasado tantas horas juntas, sumergiéndose en una fantasía que la hiciera olvidar el peligro que se cernía sobre ellas.
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Nota de la autora: Lamento mucho no haber actualizado antes, espero que les haya gustado este capítulo (si es así déjenme su voto :3). Primero no tuve tiempo, después me fui a la playa, apenas pude publicar el especial de halloween que había planeado de Catradora. En fin, si todo sale bien, mañana publico nuevo capítulo de Una aventura con la súcubo, la segunda parte de Siete noches con la súcubo, que si no han leído se las recomiendo mucho (está bien ricolín, y si han visto The Witcher y GOT les va gustar). En fin, hasta aquí mi reporte, gracias por leerme :3
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