13
Catra se aclaró la garganta, rompiendo el silencio, para que no sospecharan de ellos.
—Pensamos que no habría nadie de Etheria aquí.
—Nosotras somos hasta el momento las únicas que vienen de Etheria. Pero como ya deben saber, aquí hay guerreros de todo el universo —aclaró Netossa.
—Llegaron en un buen momento, en unas horas más se celebrará una fiesta, un pequeño descanso luego de una ardua misión en la galaxia Ulises. Tenemos un cargamento recién llegado de Asgard del mejor hidromiel que podrán probar. Si necesitan un baño, podemos ayudarles con eso. Si tienen hambre, podemos proporcionarles víveres para que tengan para el camino de regreso a casa —contó Spinnerella, con una sonrisa amable en el rostro. Mientras seguían caminando por un pasillo blanco que parecía eterno con los recién llegados.
Adora y Catra intercambiaron miradas, tal vez no podrían quedarse mucho tiempo en la Atalaya, por lo que quizás Summa y los demás no podrían infiltrarse a tiempo en esa enorme nave.
—¿Qué pasa si no podemos regresar? —tanteó Catra.
—¿Desertaron en medio de la guerra? Tenemos varios planetas que son un refugio seguro para ex soldados —le respondió Netossa.
—¿Ustedes saben de la guerra, pero se quedaron aquí? —preguntó con indignación Mermista. Sea Hawk la miró preocupado, temía que se dejara llevar por la ira. Le dio un apretón en la mano, para que viera su mirada suplicante de "no la cagues por favor".
—Netossa, ¿verdad? Me preguntaba, si en esta nave hay algo parecido a las aguas calientes de Mystacor, de verdad nos vendría bien un momento de relajo antes de participar en la celebración, estamos algo cansados —interrumpió Bow, tratando de evitar una discusión.
—Claro que sí. Pero estamos algo alejados, nos tomará un rato llegar, ¿no les molesta caminar más tiempo?
Todos negaron con la cabeza. El resto del camino lo hicieron en silencio. Catra se sentía inquieta, tenía muchas preguntas acerca de la Federación. Spinnerella pareció notarlo, por lo que se ubicó a su lado sutilmente.
—¿Tienes algo más que preguntar, querida? —le dijo a Catra. Ésta le devolvió una mirada de desconfianza, pero no tenía a nadie más a quien preguntar.
—¿Qué se necesita para ser parte de la Federación? —esa pregunta hizo que Adora prestara atención también, pues sabía de las intenciones de la felina.
—No mucho, en realidad. En la Atalaya se recopila información de guerreros destacados de todo el universo, pero hace un tiempo que han cesado en la búsqueda de nuevos reclutas. Nosotras llegamos aquí porque buscamos la forma de liberar el corazón de Etheria. Simplemente analizaron nuestros datos y nos permitieron ingresar. Hemos hecho muchas misiones desde entonces, pero no hemos tenido mucho éxito en nuestra búsqueda, sólo hemos encontrado pistas falsas, como si alguien nos estuviera saboteando.
Netossa se giró en ese momento para lanzarla una mirada enfadada a Spinnerella, al parecer había hablado demasiado.
—Nosotras también queremos ser parte de la Federación, y también quiero liberar el corazón de Etheria —habló Adora con seriedad. Catra la miró con su típica cara de "qué diablos estás haciendo".
—Ya estamos aquí —irrumpió Netossa.
Entraron a una enorme habitación llena de tinajas con aguas calientes, que mantenía el lugar lleno de vapor, lo que hacía imposible determinar a simple vista el tamaño del lugar.
Spinnerella y Netossa les mostraron los vestidores, que contenían todo lo necesario para los visitantes, desde toallas hasta ropa de baño. Ambas se despidieron anunciando que volverían en un par de horas más.
Bow y Glimmer fueron los primeros en alistarse y perderse en esa bruma. Luego le siguieron Mermista y Sea Hawk, que se veía notoriamente entusiasmado, a pesar de la cara de hastío de Mermista. Catra se quedó mirando desganada la ropa de baño, no esperaba para nada meterse al agua cuando llegaron a la Atalaya.
Adora la observaba con una sonrisa divertida, era gracioso verla así. Se acercó a ella para sostener su mano.
—No te preocupes, te prometo que va ser relajante amor.
Catra se ruborizó otra vez, seguía sin acostumbrarse a que Adora le llamara así, y como aún lo hacía en contadas ocasiones, sabía que la rubia no la hacía con otra intención más que tranquilizarla, lo que aumentaba su vergüenza.
Adora la abrazó por atrás, sujetando su cintura, besando levemente su cabeza gacha. Ese simple gesto le hacía feliz y sentirse cálida, sobre todo al escuchar el ronroneo de Catra en respuesta. Mientras estuviera con la felina, todo estaría bien, pues ella era su hogar, aquella chimenea que te mantenía caliente en invierno.
—No sé cómo logras convencerme, pero vamos —dijo Catra.
Se sumergieron en la tinaja más cercana a los vestidores, Adora fue primero, luego extendió su mano a Catra, quien la sujetó con fuerza antes de entrar al agua.
Se sentó al lado de Adora, muy cerca de ella, intentando no salir corriendo de ahí.
—¿No está tan mal, verdad? —dijo con una sonrisa maliciosa Adora. Verla así de cohibida a Catra sólo le causaba ganas de besarla y consentirla.
—No —murmuró sin mirarle la felina.
Adora se rio, era esa risa característica que sólo le dedicaba a Catra. Cuando vio el rostro enojado de la felina se acercó a ella, para besarla con cierta inocencia. Ese beso bastó para distraer la mente de Catra del agua, que de pronto quería más de esa sensación agradable que le brindaban los besos con Adora. Mordió su boca, provocándole, sonriendo malévolamente.
Adora se arrodilló frente a Catra, apoyó sus manos en el borde de la tinaja, acorralándola. Su mirada reflejaba el deseo contenido que sentía por Catra en ese momento. No importaba el momento o el lugar, siempre iba a querer más de ella, más de su piel, su aroma, su sabor, su lengua.
La besó nuevamente, esta vez Catra le abrazó por la nuca, dejándose llevar por esa danza de sus lenguas entrelazadas, mientras las manos traviesas de Adora jugueteaban con sus pezones, debajo del traje de baño. Su tacto y su lengua a la vez hizo que su cuerpo se encendiera, y el agua caliente no ayudaba para apaciguarle precisamente.
La rubia dejó de besarla, sólo para mordisquear su cuello y su hombro, aunque ella no podría igualar la cicatriz de los colmillos de la felina en su propio cuello. Su mano bajó por su vientre hasta su centro, quería sentir la obvia humedad de Catra con sus dedos. Corrió la ropa de baño que le molestaba, e introdujo un par de dedos en su interior, lo que hizo gemir a la felina.
—Guarda silencio, o te escucharán amor —murmuró en tono ronco Adora, tener a Catra así le excitaba demasiado.
Catra se mordió la mano, la actitud de Adora le estaba estimulando más de lo normal, su cuerpo se sentía muy caliente, y ya no sabía si era por el agua o por los dedos de la rubia en su interior.
Adora levantó el sostén de Catra, y con el rostro un tanto sumergido, succionó y lamió los pechos de la felina alternadamente, sin dejar de mover sus dedos. A la felina cada vez le costaba más trabajo contener sus gemidos, la sensación de la lengua de Adora jugando con sus pechos y sus dedos en su interior le hacían perder la cabeza.
La rubia comenzó a mover más rápido su mano, Catra intentó detenerla en vano, no podría contenerse si seguía así, Adora comprendió lo que le sucedía, y la besó con renovada pasión, la felina gemía en su boca, hasta que finalmente alcanzó el clímax.
Adora tuvo que sacarla en brazos, luego de acomodarle el traje de baño, ya que llevaban un buen rato en la tinaja, y aunque había disfrutado darle placer de esa manera, no quería que se desmayara, pero la sonrisa de satisfacción no se la quitaría nadie.
La soltó una vez que llegaron a los vestidores. La miraba de una manera que cualquiera se daría cuenta que estaba enamorada. Catra, sin embargo, se sentía algo engañada, como si Adora hubiese usado una especie de hechizo para mantenerla en el agua.
—Me las vas a pagar, Adora.
—Cuando quieras —le respondió la rubia sonriendo.
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Nota: Uff, le debo la inspiración de este capítulo principalmente a Arctic Monkeys, con su canción "I wanna be yours". La próxima semana pienso actualizar, ya que en ésta veo que va ser imposible que tenga tiempo. Les daré un pequeño adelanto de lo que se viene: Adora y Catra van a tener una experiencia notable con el hidromiel. Hace tiempo que quiero escribir sobre este par ebrias, la verdad. Espero que hayan disfrutado el capítulo.
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