9: Mal entendido.
Después de su conversación, Taehyung no pudo dejar de pensar en las palabras de SeokJin. Cada vez que recordaba la forma en que el omega hablaba de su prometido, sus ojos llenos de miedo, la voz temblorosa y las pausas largas, un nudo se formaba en su pecho.
— ¿Quién demonios era ese bastardo?.— murmuró para sí mismo mientras afilaba una de sus armas en la forja del clan.
Por más que lo intentaba, Taehyung no lograba borrar de su mente el rostro de SeokJin en ese momento. Había algo en la manera en que sus ojos parecían perderse en recuerdos oscuros, como si reviviera cada golpe, cada palabra hiriente, cada traición.
Cuando finalmente terminó de afilar su arma, Taehyung decidió salir a caminar por el bosque cercano al campamento. Necesitaba despejar su mente, pero en lugar de lograrlo, sus pensamientos regresaron a SeokJin.
— ¿Qué clase de alfa podría hacerle tanto daño a un omega como él?.— se preguntó, pateando una piedra en el camino.
Recordaba cómo SeokJin evitaba mencionar su nombre, como si el simple acto de pronunciarlo tuviera el poder de invocarlo. No hacía falta ser un experto para notar que el miedo todavía lo consumía.
Esa noche, cuando regresó al campamento, Taehyung vio a SeokJin sentado cerca del fuego, abrazándose las rodillas. Su mirada estaba perdida en las llamas, y parecía tan pequeño, tan vulnerable, que el alfa sintió un impulso incontrolable de protegerlo.
— ¿Qué haces aquí tan tarde?.— preguntó mientras se sentaba a su lado. SeokJin dio un pequeño salto, como si no hubiera notado su presencia.
— Ah... solo pensaba un poco.— respondió con una sonrisa forzada. Taehyung lo estudió en silencio por un momento antes de hablar.
— Ese prometido del que hablaste antes... ¿por qué nunca dices su nombre?.
SeokJin se tensó al instante. Sus dedos se apretaron contra su propia ropa, y sus ojos se desviaron al suelo.
— Porque si lo digo, es como si todavía tuviera poder sobre mí.— confesó en voz baja. Taehyung sintió una mezcla de rabia y compasión.
— Ese tipo no tiene ningún poder aquí, SeokJin. No mientras estés conmigo y con este clan.
El omega levantó la mirada, sorprendido por la firmeza en el tono de Taehyung. Algo dentro de él quiso creer en sus palabras, pero el miedo estaba tan profundamente arraigado que le resultaba difícil.
— Lo sé.— murmuró al final, pero su voz apenas era un susurro.
Taehyung no presionó más. En lugar de eso, se quedó sentado junto a él, asegurándose de que SeokJin supiera que no estaba solo. Sin embargo, en el fondo de su mente, una promesa comenzó a formarse: descubrir quién era ese alfa y asegurarse de que nunca más pudiera acercarse a SeokJin.
. . .
El día estaba tranquilo, y el aire fresco del bosque llenaba los pulmones de SeokJin mientras se agachaba a recoger hierbas medicinales. Había insistido en ir solo esta vez; después de todo, era una tarea sencilla y quería demostrar que podía ser útil para el clan.
Sin embargo, no notó los crujidos en la maleza detrás de él. Estaba tan concentrado en identificar la planta correcta que no percibió la presencia de otro alfa acercándose con sigilo, sus ojos oscuros y su mirada llena de intenciones peligrosas.
— Vaya, vaya, ¿qué tenemos aquí?.— La voz del alfa resonó a su espalda, haciendo que SeokJin diera un respingo y dejara caer las hierbas que sostenía.
SeokJin se giró lentamente, el corazón martilleando en su pecho. El alfa frente a él tenía una sonrisa torcida, y aunque no lo reconoció de inmediato, su actitud era intimidante.
— Un omega solito en el bosque... Qué imprudente.— dijo el alfa mientras daba un paso más cerca.
SeokJin retrocedió instintivamente, pero tropezó con una raíz y cayó al suelo. Su mente se llenó de imágenes de Minho, de los momentos de dolor y humillación que había vivido. El miedo lo paralizó.
Justo cuando el alfa estaba a punto de acercarse más, un gruñido bajo y amenazante resonó entre los árboles. Antes de que SeokJin pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, Taehyung apareció de la nada en su forma humana, sus ojos ardiendo de furia.
— No te atrevas a dar un paso más.— gruñó Taehyung, colocándose entre SeokJin y el intruso. El otro alfa rió con desprecio.
— ¿Y tú quién eres para dar órdenes? Este omega no parece tener dueño.
Taehyung no respondió con palabras. En un movimiento rápido, lanzó un golpe que el alfa apenas pudo esquivar. La pelea fue intensa, con ambos alfas intercambiando golpes mientras SeokJin observaba, su corazón latiendo con fuerza.
Aunque el otro alfa era fuerte, Taehyung tenía algo más: la furia y la determinación de proteger a SeokJin. Finalmente, logró derribarlo, inmovilizándolo contra el suelo.
— Si vuelvo a verte cerca de él, te juro que no saldrás caminando.— advirtió Taehyung con una voz que hizo que incluso SeokJin se estremeciera.
El alfa gruñó, pero no tuvo más opción que retirarse, lanzando una última mirada amenazante antes de desaparecer entre los árboles. Taehyung respiraba aún con dificultad después del enfrentamiento con el alfa intruso, mientras SeokJin recogía apresuradamente las hierbas que había dejado caer. El ambiente estaba cargado, y aunque ambos estaban a salvo, las emociones seguían a flor de piel.
— ¿Por qué viniste solo?.— preguntó Taehyung, su tono mezclando preocupación y frustración.
— Porque no quería molestarte.— respondió SeokJin con la voz baja, sin mirarlo. — Tienes muchas cosas que hacer en el clan, eres importante para ellos.
Taehyung lo observó, incrédulo. Dio un paso hacia él, y con un tono firme.
— ¿Y qué importa, SeokJin? Si necesitas algo, vienes y me buscas. Me jalas, me interrumpes, lo que sea. Porque simplemente no puedo dejarte solo. ¿Entiendes? Eres mi responsabilidad.—
SeokJin levantó la mirada, sus ojos llenos de emociones que iban desde la sorpresa hasta la incomodidad. Esa palabra, responsabilidad, resonó en su cabeza como un eco pesado. Su corazón se encogió.
— ¿Responsabilidad?.— repitió, con un tono que reflejaba su creciente enojo. — Entonces, ¿eso soy para ti? Una carga más en tu lista interminable de tareas, algo que cuidar porque no tienes opción.
— No es lo que quise decir.— respondió Taehyung rápidamente, su expresión pasando de firme a preocupada. Pero SeokJin no dejó que terminara. Dio un paso atrás, sacudiendo la cabeza.
— Tal vez debería quedarme en tu casa todo el día como un buen omega sumiso. Así no tendrás que preocuparte por mí mientras haces tus cosas importantes.
— SeokJin, espera, no lo entiendes…— intentó explicar Taehyung, pero SeokJin ya había girado sobre sus talones, furioso y decidido a regresar al clan.
Taehyung lo siguió por unos pasos, pero luego se detuvo, sabiendo que en su estado emocional no lograría que SeokJin escuchara razones. En cambio, se quedó mirando cómo el omega desaparecía entre los árboles, sintiéndose impotente.
SeokJin llegó al clan con el corazón latiendo con fuerza, mezclado entre rabia y tristeza. No quería sentirse como una carga, como alguien que solo existía para preocupar a otros. Encontró un rincón tranquilo donde podía calmarse, pero las palabras de Taehyung seguían rondando su mente.
Por otro lado, Taehyung decidió esperar a que las emociones de ambos se asentaran. Pero algo dentro de él no dejaba de preocuparse. SeokJin no era simplemente una responsabilidad, y tenía que encontrar la manera de hacérselo entender.
. . .
Taehyung empujó la puerta de la cantina con más fuerza de la necesaria, su cuerpo cargado de tensión. Había pasado semanas intentando hablar con SeokJin, pero el omega lo evitaba a toda costa. Esa distancia estaba empezando a afectarlo más de lo que quería admitir.
Mientras se dirigía a la barra, una voz familiar lo llamó.
— ¡Taehyung! ¿Qué haces aquí con esa cara de pocos amigos?.
Era Jungkook, un alfa líder de uno de los clanes aliados, sentado cómodamente con una jarra de cerveza en la mano. Taehyung soltó un suspiro y se acercó, dejándose caer en la silla frente a su amigo.
— Estoy estresado.— confesó sin rodeos. — Y frustrado.— Jungkook levantó una ceja, interesado.
— ¿Problemas en el clan?.
— No exactamente. Es sobre un omega… SeokJin.— admitió, tomando un largo trago de su bebida.
— ¿El omega sin clan que llegó contigo?.— Jungkook preguntó, recordando las historias que había escuchado.
Taehyung asintió.
— Es tan complicado. No puedo entenderlo. Lo cuido, lo protejo, pero él simplemente me ignora. Y cuando intento hablar con él, parece que siempre digo lo incorrecto. No sé qué hacer.— Jungkook rió suavemente.
— Ah, ahora entiendo por qué estás tan frustrado. Déjame decirte algo, amigo. Mi pareja, Jimin, también era un omega sin clan cuando lo conocí. Era desconfiado, reservado y lleno de heridas que no podía ver, pero que estaban ahí. Al principio, no sabía cómo acercarme a él. Todo lo que hacía parecía molestarle o asustarle.
Taehyung lo miró con atención, intrigado.
— ¿Y qué hiciste?.— Jungkook sonrió con nostalgia.
— Tuve que aprender a escucharlo de verdad. No solo sus palabras, sino también lo que no decía. Jimin no necesitaba un alfa que lo protegiera todo el tiempo; necesitaba alguien que lo entendiera, que le diera espacio para sanar a su manera. Y, sobre todo, necesitaba saber que yo lo veía como un igual, no como una carga o una responsabilidad.
Las palabras de Jungkook golpearon a Taehyung como una piedra. Recordó las veces que había llamado a SeokJin su "responsabilidad" y cómo eso había provocado su enojo.
— Creo que lo he estado viendo de la manera equivocada.— admitió Taehyung con un suspiro. — He estado tan enfocado en protegerlo que no he pensado en lo que él realmente necesita.
Jungkook asintió, dándole una palmada en el hombro.
— Exacto. Si quieres que confíe en ti, necesitas demostrarle que lo respetas, que no estás ahí solo por obligación. Hazle saber que lo ves como algo más que un omega torpe o alguien que necesita tu ayuda.
Taehyung se quedó en silencio, procesando las palabras de su amigo. Después de un momento, levantó la mirada, decidido.
— Gracias, Jungkook. Creo que sé lo que tengo que hacer.— Jungkook sonrió ampliamente.
— Buena suerte, Taehyung. Si logras que ese omega confíe en ti, te aseguro que no te arrepentirás. Son los que más han sufrido quienes tienen los corazones más fuertes.
— ¿Qué más debo hacer?.— insistió Taehyung, mirando a Jungkook con frustración. — A veces parece que estoy avanzando, pero luego da un paso atrás y vuelve a levantar sus muros.— Jungkook se inclinó hacia atrás en su silla, mirándolo con una sonrisa divertida.
— Parece que estás pensando mucho en este omega, Taehyung. ¿Seguro que no estás enamorado?.— Taehyung casi escupió su bebida.
— ¡Por supuesto que no!.— protestó rápidamente, aunque el leve rubor en sus mejillas no pasó desapercibido para Jungkook.
— Ajá, claro.— respondió Jungkook, riendo entre dientes. — Primero te estresas porque te ignora, luego buscas consejos sobre cómo entenderlo, y ahora, casi parece que te estás esforzando más por él que por el resto del clan.
— ¡Eso no significa nada!— replicó Taehyung, cruzándose de brazos. — Solo quiero ayudarlo porque… porque es mi responsabilidad.
— Claro, claro, ‘responsabilidad’.— repitió Jungkook con burla, haciendo comillas con los dedos. — ¿Sabes qué es lo divertido, Taehyung? Así fue como empecé yo con Jimin. Al principio, todo era ‘mi deber como alfa’ y ‘mi obligación como líder’. Pero, en el fondo, solo estaba buscando una excusa para estar cerca de él.
Taehyung frunció el ceño, incómodo con la comparación.
— No es lo mismo.— murmuró.
— ¿Ah, no?.— Jungkook lo miró con una ceja levantada, claramente disfrutando de la conversación. — Mira, si realmente quieres entender a SeokJin, tienes que dejar de verlo como una carga o una responsabilidad. Los omegas como él no necesitan alfas que les digan qué hacer o cómo sentirse. Necesitan alguien que esté a su lado, no enfrente ni detrás.
Taehyung suspiró, rascándose la nuca.
— Es más complicado de lo que pensaba.
— Bienvenido al mundo de los omegas.— dijo Jungkook con una carcajada. Luego, su expresión se suavizó. — Hablando en serio, Taehyung. Si realmente quieres acercarte a él, tienes que ser paciente. SeokJin ha pasado por mucho, ¿verdad? Tal vez todo lo que necesita es saber que no estás ahí solo porque te sientes obligado. Hazle ver que lo valoras por quién es, no por lo que crees que debería ser.
Taehyung asintió lentamente, dejando que las palabras de su amigo se asentaran.
— ¿Y sabes qué más?.— añadió Jungkook con una sonrisa traviesa. — Deberías practicar tu propuesta de matrimonio. Suena como que por fin vas a tener un esposo.
— ¡Cállate, Jungkook!.— gruñó Taehyung, lanzándole una servilleta. — No es así, y lo sabes.— Jungkook solo se rió más fuerte.
— Claro, claro. Cuando llegue el día, estaré en primera fila con Jimin, aplaudiendo con fuerza.
Taehyung se levantó de la silla, sacudiendo la cabeza con exasperación.
— Eres imposible.
— Y tú estás negando lo obvio.— respondió Jungkook, alzando su jarra como si brindara.
Mientras Taehyung salía de la cantina, sus pensamientos regresaron a SeokJin. Las palabras de Jungkook seguían resonando en su mente. Tal vez, solo tal vez, había algo más detrás de su preocupación por ese omega tan complicado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro