6: Mentiras.
El grupo estaba disperso en la caza, siguiendo las huellas del ciervo que habían avistado más temprano. SeokJin, como siempre, ayudaba con tareas pequeñas, llevando agua para los cazadores y asegurándose de no interferir. Aunque se quejaba en voz baja sobre el polvo y los bichos, estaba decidido a demostrar que podía ser útil.
Sin embargo, esta vez, su regreso tardó más de lo habitual. Taehyung, acostumbrado a tener siempre un ojo puesto en SeokJin, notó su ausencia. Al principio pensó que el omega solo se había distraído, pero cuando pasaron más minutos, una inquietud se instaló en su pecho.
— ¿Han visto a SeokJin?— preguntó Taehyung al resto del grupo. Uno de los cazadores negó con la cabeza.
— Fue hacia el río a buscar más agua, pero no lo hemos visto regresar.
La preocupación en el rostro de Taehyung se intensificó. Sin decir una palabra más, dejó su arco y corrió hacia el río.
Mientras el grupo de caza seguía concentrado en su presa, SeokJin se ofreció a buscar más agua para todos. Había encontrado un pequeño arroyo cercano y decidió alejarse unos minutos para llenar las cantimploras.
Todo parecía tranquilo, pero al agacharse junto al agua, un sonido a sus espaldas lo hizo congelarse. Antes de poder reaccionar, una mano fuerte lo agarró por el brazo y lo giró bruscamente.
— Así que aquí estás.— dijo el alfa desconocido con una sonrisa cruel. — Un omega tan hermoso como tú debería saber que no es seguro estar solo.
SeokJin alzó la mirada y su corazón se detuvo. El hombre frente a él era la viva imagen de Minho, el alfa que lo había maltratado en su tiempo. Por un instante, creyó que estaba teniendo un sueño o que todo era una horrible coincidencia.
— ¿Minho...?— murmuró, su voz apenas un susurro mientras retrocedía con los ojos llenos de pánico. El alfa arqueó una ceja, divertido.
— Así que conoces mi nombre. Eso hace las cosas más fáciles. Escuché rumores de un omega extraño en el grupo de Taehyung, y parece que esos rumores eran ciertos.— SeokJin intentó zafarse, pero Minho lo sujetó con fuerza. — ¿Qué clan dices que es el tuyo? ¿El extinto? ¿O es solo una mentira para ocultar algo más?
Antes de que pudiera responder, un gruñido profundo resonó entre los árboles. Minho giró la cabeza justo a tiempo para ver a Taehyung emergiendo del bosque, con el rostro oscurecido por la ira.
— Suéltalo. Ahora.— Minho sonrió burlón.
— Vaya, el gran líder Taehyung. Qué sorpresa verte aquí.
— No voy a repetirlo.— advirtió Taehyung, avanzando un paso. — Suéltalo o haré que lo lamentes.
Minho, aunque era arrogante, sabía que no tenía posibilidades contra Taehyung. Relajó su agarre, pero no sin antes inclinarse hacia SeokJin.
— Ten cuidado, omega. Si realmente eres de un clan extinto, me pregunto qué otros secretos estás escondiendo.— Con esas palabras, desapareció entre los árboles.
Taehyung se giró hacia SeokJin, que estaba temblando, y colocó una mano firme en su hombro.
— ¿Estás bien?— SeokJin asintió débilmente, pero sus ojos aún estaban llenos de miedo. — Pensé que era él... Pensé que era Minho de verdad.
— ¿Minho? ¿Ese es su nombre?— preguntó Taehyung, frunciendo el ceño. — ¿Él fue quien te hizo daño antes de llegar aquí?.
SeokJin vaciló, recordando su mentira. Había dicho que provenía de un clan extinto para evitar preguntas sobre su verdadero origen. Pero la presencia de este alfa, que compartía el mismo rostro que su antiguo prometido, hizo que los recuerdos que había intentado enterrar volvieran con fuerza.
— Sí.— dijo finalmente, con un hilo de voz. — Era de mi clan. Antes de que todo... desapareciera.
Taehyung apretó los dientes y lo cubrió con su capa.
— No importa de dónde vengas. Mientras estés conmigo, nadie te pondrá un dedo encima. Vamos, tenemos que volver.
. . .
Era una noche tranquila, con el sonido del viento moviendo suavemente las hojas del bosque y las estrellas iluminando el cielo como un manto de luces titilantes. SeokJin estaba sentado en un tronco cerca de la fogata, observando las sombras que proyectaban los árboles en la oscuridad. Su mente vagaba entre recuerdos dolorosos y la incertidumbre de estar en un lugar que no era el suyo.
Taehyung se acercó con pasos firmes, llevando en sus manos un cuenco de sopa caliente. Lo dejó junto a SeokJin y se sentó a su lado, apoyando los codos en sus rodillas.
— Siempre te veo pensando demasiado por las noches.— comentó Taehyung, mirándolo de reojo. — ¿Qué pasa por esa cabeza tuya, omega?.
SeokJin levantó la mirada, encontrándose con los ojos penetrantes del alfa. Dudó un momento, pero luego se encogió de hombros.
— Solo... recuerdos.— Taehyung inclinó la cabeza, curioso.
— ¿Recuerdos de dónde vienes? Nunca hablas mucho de tu clan.
SeokJin sintió un nudo formarse en su garganta. No podía decirle la verdad, no cuando ni siquiera él entendía completamente cómo había llegado a este tiempo. La idea de revelar que venía de un lugar y una época completamente diferentes era demasiado arriesgada.
— Mi clan…— comenzó, dejando que las palabras se deslicen lentamente. — Era pequeño. Nos mantuvimos alejados de los conflictos entre clanes. Pero eso no nos protegió. Una noche, llegaron... alfas violentos, buscando territorio y sangre. No dejaron a nadie vivo.
Taehyung frunció el ceño, su expresión endureciéndose.
— ¿Tú cómo lograste sobrevivir?— SeokJin apartó la mirada, fingiendo una tristeza que en realidad provenía de otra parte.
— Estaba fuera esa noche, recolectando hierbas. Cuando regresé... ya no quedaba nada. Me escondí y corrí lo más lejos que pude. Desde entonces, he vagado, tratando de encontrar un lugar donde encajar.— Taehyung guardó silencio por un momento, sus ojos analizando cada detalle en el rostro de SeokJin. Finalmente, asintió, como si entendiera algo más profundo.
— Eso explica por qué siempre pareces tan... fuera de lugar. No solo aquí, sino con nosotros. Como si estuvieras buscando algo que no puedes encontrar.
Las palabras de Taehyung golpearon a SeokJin con fuerza. Había mentido, pero las palabras del alfa eran verdad. Estaba fuera de lugar, no solo en este tiempo, sino también en su propio corazón.
Taehyung colocó una mano en su hombro, firme pero reconfortante.
— No importa de dónde vengas, SeokJin. Ahora estás aquí, con nosotros. Mientras estés bajo mi protección, nadie te hará daño. Lo juro.— SeokJin miró la mano del alfa y luego sus ojos. Por un momento, sintió una chispa de seguridad, como si el peso de su mentira fuera un poco más llevadero.
— Gracias, Taehyung.— murmuró.
El alfa asintió, poniéndose de pie y dejando que SeokJin se quedara solo con sus pensamientos. Mientras veía su figura desaparecer en la oscuridad, SeokJin apretó las manos contra su regazo, sintiendo la culpa mezclarse con el alivio. Había mentido para protegerse, pero, por primera vez, se preguntó si algún día Taehyung podría saber toda la verdad... y si aún lo aceptaría.
. . .
La noche avanzaba, y la fogata chisporroteaba suavemente, llenando el aire con el aroma a madera quemada. SeokJin estaba sentado cerca del fuego, con las manos envueltas alrededor de una taza caliente que Taehyung le había ofrecido. El alfa, sentado a su lado, lo observaba con una mirada que mezclaba curiosidad y seriedad.
— SeokJin.— comenzó Taehyung, rompiendo el silencio. — He estado pensando en algo desde que te encontré.— El omega levantó la vista, su expresión cautelosa.
— ¿En qué?.— Taehyung se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en sus rodillas mientras lo miraba fijamente.
— Ese acantilado... donde te encontré. Es increíblemente alto. Cualquier persona que cayera desde allí no estaría aquí ahora, tomando té junto al fuego. ¿Cómo sobreviviste?.
SeokJin sintió que su corazón se aceleraba. Había intentado evitar este tema desde el día en que Taehyung lo rescató, pero ahora no tenía escapatoria. Tragó saliva, intentando mantener la calma.
— Fue un accidente.— dijo rápidamente, apartando la mirada hacia el fuego. "Estaba recolectando hierbas medicinales cerca del borde y... me resbalé. Supongo que tuve suerte.— Taehyung entrecerró los ojos, su instinto alfa notando algo extraño en su respuesta.
— ¿Eso es todo? ¿Te resbalaste? Porque parecía más como si hubieras caído de la nada. No había señales de lucha, ni rastros que indicaran que alguien más estaba allí.
SeokJin apretó la taza entre sus manos, intentando controlar el temblor en sus dedos.
— Te lo dije, fue un accidente. Ni siquiera recuerdo mucho... Solo sé que todo pasó muy rápido.
El alfa frunció el ceño, claramente insatisfecho con la respuesta. Sin embargo, no quiso presionarlo más. SeokJin ya parecía lo suficientemente incómodo, y había algo en sus ojos que le decía que tal vez no estaba listo para hablar del todo.
— Está bien.— dijo finalmente Taehyung, recostándose un poco. — Pero si alguna vez decides contarme más, estaré aquí para escucharte.
SeokJin asintió, sintiendo una mezcla de alivio y culpa. No podía decirle la verdad, no todavía. Pero en ese momento, algo dentro de él agradeció la paciencia de Taehyung, incluso si significaba mantener su secreto un poco más.
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