5: Escocés Celoso.
SeokJin observaba el bullicio del pueblo desde un rincón tranquilo, sintiéndose pequeño e insignificante. Todos a su alrededor parecían ser increíblemente altos, fuertes y majestuosos, incluso las mujeres del clan parecían poseer una gracia imponente que lo hacía sentirse aún más fuera de lugar.
Los alfas eran los que más le llamaban la atención. No sólo eran grandes en estatura, sino que su presencia dominaba cualquier espacio en el que estuvieran. Sus rasgos afilados y físicos robustos daban la impresión de que pertenecían a otro mundo, uno donde la fuerza lo era todo.
Por otro lado, SeokJin se sentía delicado, casi frágil, con su cabello apenas más largo que de costumbre, sus facciones suaves y su complexión delgada. Había notado las miradas furtivas de algunos aldeanos, y aunque no parecían hostiles, la atención le incomodaba. Mientras intentaba disimular su nerviosismo, sintió una presencia familiar detrás de él. Antes de que pudiera girarse, Taehyung se inclinó un poco, mirando a su lado.
— ¿Qué estás mirando tan fijamente?— SeokJin suspiró y bajó la mirada.
— Nada... Es sólo que…— Dudó un momento antes de continuar. — Todos aquí son tan altos y atractivos. Me siento... extraño. Como si no encajara.
Taehyung arqueó una ceja, sorprendido por la confesión del omega. Luego, una sonrisa divertida apareció en sus labios.
— ¿Altos y atractivos, eh? ¿Eso incluye a mí?— SeokJin giró la cabeza rápidamente, sus mejillas enrojeciéndose al darse cuenta de lo que había dicho.
— ¡No quise decir eso específicamente de ti!— protestó, pero la sonrisa de Taehyung no desapareció.
— Relájate, estaba bromeando.— dijo el alfa, inclinándose un poco más para quedar a la altura de SeokJin. — Pero escúchame bien, no tienes por qué sentirte fuera de lugar. Aquí, los omegas son respetados y admirados, no importa cómo se vean o de dónde vengan.
SeokJin suspiró, todavía sin convencerse del todo.
— Aún así... yo soy diferente. Mi ropa, mi manera de hablar, incluso mi tamaño... Todo es distinto aquí.— Taehyung lo miró con seriedad por un momento antes de alzar una mano y colocarla suavemente sobre la cabeza de SeokJin.
— Eres diferente, sí, pero eso no significa que seas menos. De hecho, creo que tu diferencia es lo que hace que todos te noten. Y créeme, no es sólo por cómo te ves.
SeokJin levantó la mirada, sorprendido por el tono sincero del alfa.
— ¿Entonces por qué es?
— Porque tienes algo que ellos no tienen.— dijo Taehyung, con una leve sonrisa. — Esa luz, esa... pureza que hace que todos quieran acercarse a ti. Incluso yo.
El corazón de SeokJin latió con fuerza ante las palabras de Taehyung, pero antes de que pudiera decir algo, el alfa se puso de pie nuevamente y extendió una mano hacia él.
— Vamos.— dijo Taehyung, con un tono más ligero. — Tengo algo que mostrarte.
SeokJin dudó por un momento antes de tomar la mano de Taehyung. Y mientras lo guiaba a través del pueblo, ya no se sintió tan pequeño.
. . .
SeokJin estaba sentado bajo la sombra de un árbol cercano al mercado del clan, observando cómo los aldeanos se movían con naturalidad en sus tareas diarias. Todavía se sentía fuera de lugar, pero el ambiente cálido y animado comenzaba a calmar su nerviosismo.
De pronto, una figura alta y esbelta se acercó a él. Se trataba de una alfa joven, de cabello oscuro recogido en una trenza larga y mirada intensa. SeokJin sintió que su corazón se aceleraba mientras la observaba acercarse con una sonrisa confiada y un pequeño ramo de flores silvestres en la mano.
— Estas son para ti.— dijo la alfa, extendiendo el ramo hacia SeokJin. — Pensé que te gustaría algo que combine con tu belleza... tan extraña pero fascinante.
SeokJin abrió los ojos sorprendido, sin saber cómo responder. Nunca antes alguien le había dicho algo así, y mucho menos con tanta seguridad. Con manos temblorosas, aceptó las flores, mirando a la alfa con las mejillas sonrojadas.
— G-Gracias... son muy bonitas.— La alfa se sentó frente a él, inclinándose un poco para observarlo de cerca.
— No, tú eres bonito.— dijo con un tono casual pero sincero. — Eres diferente a todos aquí, pero eso solo te hace más especial. Nunca había visto a alguien como tú.— SeokJin sintió que sus mejillas ardían aún más.
— Y-Yo... no sé qué decir.— murmuró, sintiéndose halagado y nervioso a la vez.
— Entonces no digas nada.— respondió la alfa, inclinándose aún más y dejando un beso suave en su mejilla. — Solo recuerda que, aquí, no tienes por qué esconder lo que eres.
El gesto dejó a SeokJin sin palabras. No estaba acostumbrado a que lo trataran con tanta delicadeza y respeto, y mucho menos a recibir este tipo de atención. Se sintió extraño, pero al mismo tiempo... genial. Era la primera vez que alguien lo hacía sentir valioso solo por ser quien era.
Antes de que pudiera reaccionar, escuchó una voz grave detrás de ellos.
— ¿Interrumpo algo?.
SeokJin giró rápidamente para ver a Taehyung de pie, con los brazos cruzados y una expresión que oscilaba entre la curiosidad y algo más que no pudo identificar.
La alfa se levantó con calma, mirando a Taehyung con una sonrisa.
— Nada en absoluto, líder. Solo le daba la bienvenida a nuestro querido invitado.
— Ya veo.— respondió Taehyung, sus ojos moviéndose entre la alfa y SeokJin. Luego extendió una mano hacia SeokJin. — Es hora de irnos.
SeokJin se levantó rápidamente, todavía sosteniendo las flores, y siguió a Taehyung. Mientras caminaban, sintió el peso de la mirada del alfa sobre él.
— ¿Pasa algo?.— preguntó tímidamente.
— No.— respondió Taehyung, aunque su tono era difícil de leer. — Solo asegúrate de no dejar que todos esos cumplidos se te suban a la cabeza.— SeokJin lo miró de reojo, sintiendo una mezcla de confusión y algo de diversión. Quizá, después de todo, había logrado despertar algo más en el siempre confiado líder del clan.
Mientras caminaban de regreso al hogar del clan, SeokJin notó que Taehyung seguía mirándolo de reojo, como si esperara algo. Finalmente, el alfa rompió el silencio con un tono aparentemente casual.
— Solo digo que los cumplidos pueden inflar el ego si no tienes cuidado.— comentó Taehyung, alzando una ceja.
SeokJin se detuvo en seco, girándose para mirarlo con una sonrisa que mezclaba incredulidad y burla.
— ¿Lo dices por ti?— Taehyung frunció el ceño, sorprendido por la respuesta.
— ¿Qué quieres decir con eso?—
— Bueno.— continuó SeokJin, cruzando los brazos mientras lo miraba con descaro. — Los cumplidos deben haberte hecho creer que eres guapo.
Taehyung parpadeó, su boca abriéndose ligeramente mientras buscaba una respuesta.
— ¿De qué estás hablando? Yo no-
— Ajá.— lo interrumpió SeokJin, su tono cargado de falsa seriedad. — Cada vez que vas a un bar, las y los omegas se te pegan como imán. Seguro que utilizas ese coqueteo barato que ya está pasado de moda.
Taehyung abrió la boca nuevamente, esta vez para defenderse, pero ninguna palabra salió. Estaba completamente desconcertado por la audacia del omega. Finalmente, se cruzó de brazos y dejó escapar un resoplido.
— ¡Eso no es cierto! Yo no necesito coquetear para que los omegas se interesen en mí.
— ¿Ah, no?— SeokJin lo miró con una sonrisa divertida. — Entonces debe ser tu 'mágico' encanto natural. Qué suerte tienes, líder.— Taehyung no pudo evitar soltar una carcajada ante el sarcasmo de SeokJin, aunque trató de ocultarlo con una tos fingida.
— Estás siendo muy valiente hoy, ¿no? Quizás los cumplidos también te están afectando.
SeokJin levantó una ceja y alzó las flores que aún llevaba.
— Puede ser. Pero al menos mis cumplidos no vienen con coqueteo anticuado.—
El alfa se rió, esta vez abiertamente, mientras continuaban su camino.
— Deberías tener cuidado, omega. Si sigues hablándome así, empezaré a pensar que te caigo bien.
— ¡Ja! No te emociones.— replicó SeokJin, aunque no pudo evitar que una sonrisa traviesa apareciera en su rostro.
. . .
El día había sido tranquilo, demasiado, hasta que un mal paso de Taehyung cambió todo. Intentando cruzar un pequeño arroyo, el alfa calculó mal la estabilidad del suelo. La tierra bajo sus pies cedió, y antes de que pudiera reaccionar, ya estaba resbalando cuesta abajo hacia un lodazal. En un desesperado intento por detenerse, se aferró a una rama pequeña que, por supuesto, se quebró casi de inmediato.
El sonido del "crack" fue seguido por un fuerte chapoteo. Cuando Taehyung levantó la cabeza, estaba completamente cubierto de lodo, desde los pies hasta el cabello.
Desde arriba, SeokJin se quedó paralizado por un momento... y luego explotó en carcajadas.
— ¡Oh, por la luna!— exclamó el omega, sujetándose el abdomen mientras se doblaba de la risa. — ¡¿Qué clase de líder se confía de una rama tan pequeña?! ¿Creías que era mágica o algo así?.
Taehyung se puso de pie con esfuerzo, resbalando un poco mientras intentaba recuperar la compostura.
— ¡Deja de reírte y ayúdame a salir!.— Pero SeokJin estaba demasiado ocupado riéndose.
— ¡No puedo! ¡Esto es demasiado bueno!— Se limpió una lágrima que rodaba por su mejilla. — ¿Qué fue eso? ¿Tu gran plan de escape? ¿O solo querías impresionar a la rama?— El alfa gruñó, mirando a SeokJin con los ojos entrecerrados.
— Cuidado, omega. No olvides que puedo arrastrarte aquí conmigo.— Eso hizo que SeokJin retrocediera un paso, pero la sonrisa en su rostro no desapareció.
— ¡Por favor, ni siquiera puedes levantarte sin resbalarte! ¿Cómo planeas atraparme?—
Taehyung soltó un bufido, sacudiéndose algo de lodo de las manos.
— Ya veremos quién ríe al final.— Finalmente, SeokJin extendió un palo largo hacia Taehyung para ayudarlo a salir. Pero incluso mientras lo ayudaba, no dejó de burlarse.
— ¿Sabes? Si querías un baño de barro, solo tenías que pedirlo. Aunque creo que el barro se ve mejor que tu ego aplastado.
Cuando Taehyung finalmente salió del lodazal, con el rostro rojo de humillación y lodo pegado por todas partes, SeokJin dio un paso atrás, evaluándolo con una mirada burlona.
— ¿Sabes qué? Creo que hasta te ves bien cubierto de lodo.— comentó con una sonrisa traviesa. — Deberías considerarlo como tu nuevo look.
Taehyung levantó una ceja, dándole una mirada peligrosa.
— Te estás pasando, omega.
— ¿Ah, sí? ¿Y qué vas a hacer al respecto? ¿Resbalarte hasta mí?— SeokJin rió nuevamente, adelantándose para continuar su camino. El alfa sacudió la cabeza, un poco divertido a pesar de sí mismo.
— Eres imposible.— murmuró, siguiéndolo mientras intentaba limpiar el barro de su rostro.
Taehyung se limpió el rostro con el dorso de su brazo, pero en lugar de mejorar su apariencia, solo extendió el lodo aún más. SeokJin lo observaba desde una distancia segura, con los brazos cruzados y una expresión que mezclaba diversión y desdén.
— Por la luna, Taehyung, ¡no seas puerco!— exclamó, llevándose una mano a la frente como si no pudiera creer lo que veía. El alfa levantó una ceja, deteniéndose en su intento de limpiarse.
— ¿Qué tiene de malo? Solo estoy quitándome el lodo.
— ¡Con eso empeoras las cosas!— SeokJin negó con la cabeza. — Cerca hay un río. Usa agua, como una persona civilizada. Ahí podrás limpiarte la cara y las manos. ¿O prefieres seguir siendo un desastre ambulante?.
Taehyung dejó escapar un suspiro exagerado, claramente fastidiado por el regaño, pero SeokJin no había terminado.
— Debes ser más higiénico.— añadió con un tono de reproche que sonaba casi maternal. — Si alguna vez quieres conquistar a un omega, al menos empieza por mantenerte limpio.
El alfa soltó una risa sarcástica, colocando las manos en su cintura.
— ¿Ah, sí? ¿Y ahora eres un experto en cómo conquistar omegas, SeokJin?.— El omega levantó la barbilla con aire de superioridad.
— Por supuesto. Y te aseguro que a ningún omega le interesa un alfa que parezca haber salido de una pelea con un cerdo.— Taehyung dio un paso hacia él, inclinándose ligeramente para mirarlo a los ojos.
— ¿Y a ti, omega sabiondo? ¿Te importa mi apariencia?— SeokJin parpadeó, sorprendido por la proximidad repentina, pero rápidamente recuperó su actitud.
— A mí solo me importa no tener que soportar tu desorden. Ahora, ve al río y deja de actuar como un cavernícola.— El alfa soltó una carcajada mientras se alejaba hacia el río, sacudiendo la cabeza.
— Eres imposible, SeokJin.
— Y tú, un caso perdido.— respondió el omega, con una sonrisa de satisfacción en el rostro.
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