Capítulo 12: TODO ES PERFECTO
|°•°•°•°•💛•°•°•°•°|
SOL
《Siempre serás mi sol, mi estrella favorita de todo el universo》
Esas palabras permanecían en mi mente y sonreía al recordarlas.
Caleb, mi novio, estaba tan feliz y le daba gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de encontrarlo cuando era una niña y ahora que ya habíamos crecido.
El fin de semana habíamos salido a pasear juntos, fue una aventura muy linda e inolvidable.
A diario lo veía en la universidad, aveces almorzabamos juntos, otras veces solo nos encontrábamos en los pasillos y charlabamos, aunque tratábamos de que no fuera por mucho tiempo, ya que Mateo estudiaba aquí y aún no había tenido tiempo de hablar con él.
— Hola Mi Sol — hablando del rey de roma — ¿cómo estás?
— Hola Mateo — le respondí — estoy bien ¿y tú?
— solo el verte estoy bien — sonrió — he notado que has estado evitandome
— ¿qué? Claro que no
— claro que si — se sentó frente a mi, estábamos en la biblioteca — ¿es por Caleb?
— ¿qué tiene que ver Caleb en todo esto?
— Desde que llegó me ha hecho la vida imposible, se ha robado a la única chica que quiero — su mirada se encontró con la mía — Sol, no quiero perderte.
— Mateo, jamás me perderás, siempre seremos amigos — le sonreí amablemente
— No quiero que seamos solo amigos y lo sabes
— ya hemos hablado de eso
— por favor, solo dame una oportunidad, una oportunidad para enamorarte, para conquistarte.
— no puedo — le hice saber rápidamente, yo ya estaba con Caleb, no podía.
— ¿por qué no? ¿Es por Caleb? ¿Estas enamorada de él? ¿Es por eso? Sol, llevo años luchando por ti, por favor, solo una oportunidad te pido.
— lo siento Mateo, pero no puedo hacer lo que pides, solo te veo como un amigo, como un hermano, no puedo.
— No me rendire Sol — con esas últimas palabras se marchó.
¿Qué haría si le digo que estoy saliendo con Caleb? ¿Cómo reaccionará?
Dios, ayúdame, no se como decirle sin causarle más daño.
Recogí mis libros, los guardé en mi mochila y salí de la biblioteca, hace unas horas había salido de clases.
Fui hasta el centro de ayuda de mis padres, como siempre lo hacía primero me diriji donde los cachorros y jugué un rato con ellos.
Después decidí buscar a mis padres, seguro aún estaban trabajando, así que fui hasta su oficina.
— Hola Sol — me saludó Ross, quien hiba saliendo de la oficina de Papá.
— Hola tía
— ¿vienes a ver a tu padre?
— si, ¿sabes si mamá está?
— Creo que esta en recepción atendiendo unos asuntos.
— okey, Fue un gusto verte, entraré
— hasta luego Sol — se marchó de ahí a no se donde
Abrí la puerta y entré.
— Hola papá — saludé, él levanto la vista del computador.
— Hola mi Sol ¿qué haces aquí?
— solo vine a verte, no te vi el fin de semana en casa.
— Solo, estaba ocupado, tengo mucho trabajo
— No fuiste a la iglesia conmigo y con mamá
— estaba ocupado, ya te lo dije
— ¿aún sigues molesto con mamá? — le pregunté pero no respondió — ¿por qué discutieron? ¿Es por mi culpa?
— No sol, no tiene nada que ver contigo pequeña, solo son problemas de la empresa.
— okey, sabes que no me gusta que estén peleados, por favor papá, arregla las cosas ¿si?
— Si, tratare — me sonrió
— te amo papá
— yo también
No me gustaba para nada que mis padres estuvieran peleados, me ponía triste, me hacía sentir mal.
A veces deseaba no ser hija única, quizás si tuviera un hermano o hermana las discusiones no me afectarían mucho, pues tendría a alguien a mi lado, quizás así sería menos solitario.
Busqué a mi madre pero no la encontré, me dijeron que hace unas horas había vuelto a casa, así que yo también me fui a mi hogar.
Desde muy pequeña he pasado mucho tiempo en esta empresa, mis padres comenzaron con este proyecto cuando se casaron, después me tuvieron a mi y toda su vida la han dedicado a este lugar.
Al llegar a casa mi madre estaba cocinando.
— Hola mamá, pasé a buscarte a la empresa pero me dijeron que ya te habías venido
— Hola Sol, si me vine temprano.
— ¿necesitas ayuda?
— En realidad no, ya terminé — sonrió — pero cuéntame ¿cómo te fue con ese chico?
Le empezé a contar todo, sin tantos detalles por supuesto, le conté sobre el lugar a donde me llevó, que vimos juntos el atardecer y otras cosas.
Mamá parecía muy feliz cuando le contaba sobre Caleb.
— me alegra que te la hayas pasado bien — me dijo — algún día me gustaría conocer a Caleb, puedes invitarlo a cenar un día, así podremos saber quien es el chico que se ha robado el corazon de mi pequeña.
— oh, es una gran idea, hablaré con él y te avisaré que me dice
— perfecto
Estuve con mi madre toda la tarde, comimos mientras platicamos sobre diferentes cosas, anécdotas.
Papá llegó en la tarde y se disculpó con mi mamá por su actitud los días pasados, fue lindo ver que ya no estaban enojados.
Un mensaje llegó a mi celular, sonreí al ver quién lo mandaba:
CALEB💙:
— Hola mi Sol
¿Te gustaría salir a
caminar a la playa
conmigo?🥰
SOL💛:
— Por supuesto
Me encantaría💗
— te veo allá en
¿10 minutos?
— claro!🤗
— Te amo❤
<Yo también> pensé, pero ya no le respondí por que me estaba arreglando, pedí permiso a mis padres y lo bueno que accedieron con la condición de que no llegara noche.
Me diriji hacia la playa, en lo que esperaba a Caleb camine sobre las orillas sintiendo el agua entre mis pies.
Desde muy pequeña me había gustado, mejor dicho encantado venir al océano, disfrutaba estar aquí, disfrutaba la brisa fresca, el cálido sol, todo el mar.
La tarde era agradable, el sol estaba dando sus últimos rayos, la noche ya estaba por llegar, los pájaros volaban rumbo a su hogar, poco a poco la playa se hiba vaciando, todos se retiraban.
— Hola — escuché una voz detrás de mi, volteé y le sonreí
— Hola
— ¿llegué tarde?
— No, yo llegué temprano — reímos
Nos sentamos en la arena, me recoste sobre su pecho, él se recargo sobre mi cabeza y acariciaba mi cabello.
— ¿Sabes algo? — me dijo
— ¿qué cosa? — le contesté sin saber que era ese algo.
— a tu lado, todo es perfecto, quizás no puedo llevarte a pasear a lugares costosos pero donde quiera que estoy contigo todo es felicidad.
— Digo lo mismo — volteé a verlo con una sonrisa en mi rostro — eres lo mejor que me ha pasado, y solo estar a tu lado es lo que quiero.
— te amo mi sol.
— yo también te amo.
Nos quedamos viendo la entrada de la noche, nos recostamos en la arena y juntos miramos las estrellas.
— es impresionante — la dije — miles y millones de estrellas, la obra de Dios es asombrosa.
— Si, es asombroso, cada parte de la creacion nos muestra su amor.
Si algo amaba era que al pasar tiempo con Caleb siempre nos poníamos a reflexionar sobre las grandes obras de Dios.
Todo a su lado era perfecto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro