Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

II

Hoy fue uno de esos días en los que todo pareció envolverse en una suave capa de tranquilidad. Desde mi lugar en el sillón, pude ver cómo Alicia regresó de la escuela, su rostro iluminado con una sutil sonrisa brilló más que el mismo sol a pesar de ser un gesto casi imperceptible.

Alicia llevó su mochila, que era casi tan grande como ella, y se detuvo un momento antes de entrar en casa. La observé mientras tomaba una profunda respiración, como si se preparara para sumergirse en un mundo familiar. Cuando cruzó la puerta, el aroma a comida casera la recibió, un recordatorio de que estaba en un lugar seguro.

—Hola, cariño —saludó su madre desde la cocina, donde estaba trabajando con los ingredientes para el almuerzo—. ¿Cómo estuvo la escuela?

Su voz era suave, y podía sentir el amor en cada palabra.

—Hola, mamá —respondió Alicia—. Bien.

Caminó hasta su habitación, dejó su mochila, se lavó las manos, luego regresó hasta la sala, todo en menos de 2 minutos. Se movió hacia la mesa, donde había un dibujo a medio terminar, y comenzó a retocarlo con sus lápices de colores. Era su forma de compartir su día, de expresarse a través de cada trazo. Alicia tenía su propio ritmo, y eso era algo que todos en casa aprendieron a apreciar y respetar.

Mientras observaba a Alicia concentrada en su dibujo, no pude evitar estirarme en mi sillón, dejando que mis patas se deslizaran suavemente sobre el tejido. La luz del sol que entraba por la ventana se posaba justo en el rincón donde solía descansar, y la calidez me invitaba a un suave sueño. Pero, como una guardiana, decidí quedarme despierta un poco más.

La madre humana continuó con sus quehaceres, picando verduras y preparando la comida.

Poco después, el sonido de la puerta principal se abrió de nuevo, y el padre humano regresó de su jornada laboral. Él trajo a la pequeña humana de la escuela. Pero siempre se tardaba un poco más en entrar.

Había notado su manía de revisar los alrededores, asegurándose de que todo estuviera en su lugar y buscando posibles reparaciones. Era un comportamiento que comprendía bien. "Los humanos también tienen la necesidad de patrullar su territorio", pensé. Era curioso observarlo, casi como si tuviera su propio ritual de marcado y vigilancia. Siempre lo hacía luego de estacionar su auto.

El hombre mostró una mezcla de cansancio y alegría al ver a su familia. Se acercó a su esposa, y en un instante, se intercambiaron miradas. Luego, se inclinaron el uno hacia el otro y compartieron un beso tierno.

Difícil creer que discutieron hace poco.

—¿Cómo estuvo tu día? —preguntó la madre, mientras continuaba con la preparación del almuerzo.

—Largo, pero no tan malo. Solo un par de reuniones aburridas —respondió el padre, sacudiendo la cabeza con una sonrisa—. Pero ahora estoy aquí, listo para cuidar de nuestra pequeña artista.

Alicia, al escuchar esto, levantó la vista de su dibujo y sonrió, aunque rápidamente volvió a concentrarse en sus lápices. Sabía que su padre estaba allí, y eso le daba una sensación de seguridad. A veces, él se sentaba a su lado y la animaba a compartir sus pensamientos, pero en ese momento, parecía que ella prefería su propio espacio.

—¿Qué estás dibujando, Alicia? —preguntó el padre, acercándose con curiosidad.

—Es un dragón que vive en un bosque encantado —respondió ella, sin apartar la vista de su obra. Sus palabras eran suaves, casi como un susurro, pero con una claridad que mostraba su pasión.

—Suena increíble. ¿Puedo verlo? —dijo él, inclinándose un poco más para observar.

Alicia, en su estilo característico, le mostró el dibujo, explicando cada detalle con entusiasmo. Fue un momento de conexión pura.

El comportamiento de Alicia rara vez fue infantil, solo cuando habló de sus pasatiempos favoritos mostró esa ingenuidad y energía propia de los infantes.

Mientras tanto, la madre sonrió desde la cocina, disfrutando de la interacción entre ellos. Sabía que estos momentos eran importantes para Alicia, y que cada pequeño avance era un paso hacia adelante en su mundo. La calma que envolvía la casa era palpable, una burbuja de paz en medio de la rutina diaria.

El aroma de la comida y la promesa de un delicioso almuerzo eran demasiado tentadores. Con sigilo, me acerqué a la cocina, moviendo mis orejas para captar cada sonido. Sin embargo, la mirada de la madre me detuvo en seco. Sus ojos brillaron con complicidad, como si supiera exactamente qué estaba tramando.

—Oh, no, traviesa exploradora —dijo, sonriendo—. Debes esperar un poco más.

Mi cola se arqueó ligeramente. "¿Esperar? ¡Pero el aroma es irresistible!" pensé, mientras me alejaba con una mezcla de frustración y resignación. Me senté cerca de la entrada de la cocina, mis ojos fijos en la madre, esperando cualquier oportunidad para acercarme de nuevo. Mi estómago ronroneaba casi tanto como yo, una prueba de que hasta los guardianes felinos tienen sus debilidades.

La madre se asomó a la sala donde Alicia y su padre estaban concentrados en su dibujo.

—La comida ya casi está lista —anunció la madre—. ¿Podrían lavarse las manos antes de sentarse a la mesa

Alicia levantó la vista de su dibujo, asintiendo lentamente. Sin decir una palabra, se levantó de su silla y se dirigió hacia el baño con pasos tranquilos. El padre sonrió y, con un ligero movimiento de cabeza, la siguió.

—Voy a ayudarte a poner la mesa después de lavarme las manos —dijo el padre utilizando el lavavo de la cocina—. Mañana es mi turno de cocinar.

—Está bien —respondió la madre, sacando los platos de la alacena—. Necesitaré ayuda con los cubiertos también.

Alicia regresó del baño, con las manos limpias, y observó en silencio cómo su madre disponía los platos en la mesa. El padre comenzó a organizar los cubiertos, disfrutando del momento familiar.

—Alicia, ¿puedes ayudarme con las servilletas? —preguntó la madre con un tono suave.

Alicia asintió de nuevo, tomando unas cuantas servilletas y colocándolas en la mesa con cuidado. Su concentración era evidente, y aunque no decía mucho, su atención era total.

El padre sonrió mientras miraba a su esposa y a su hija trabajar juntas.

—Esto es un buen trabajo en equipo —dijo, sintiendo el ambiente familiar a su alrededor.

Era un día como cualquier otro, pero en la simplicidad de esos momentos, encontré una belleza que resonó en mi ser. A veces, la vida se trataba de esos pequeños instantes, de la calidez de un hogar.

En ese momento, todo estaba en su lugar. La madre y el padre interactuaron con Alicia, y yo, como su guardiana, estuve allí para presenciar el amor que se manifestó en cada gesto. Fue un día de calma, y en ese refugio, todos encontramos nuestro rincón de paz.

─── ❖ ── 🎄 ── ❖ ───

¡Segundo capítulo!

¿Qué edad creen que tiene Alicia?

¿Cuál piensan que puede ser el nombre de la gatita?

¿Qué les parece que la narración sea desde el punto de vista de la gata? 🐱 ฅ⁠^⁠•⁠ﻌ⁠•⁠^⁠ฅ

Es el inicio así que va tranquilo por ahora, más adelante se podrá ver la razón de las discusiones de la madre y el padre de Alicia 👀🔥.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro