Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

19


La conciencia volvió a mí de forma brusca junto con una angustiaste tos provocada por mi cuerpo para expulsar todo el agua que había tragado, lo que me obligó a incorporarme con rapidez para no ahogarme.

-¡¿Se te ha ido la cabeza?! –el grito de Jake sonó demasiado cerca de mi oído pero estaba demasiado ocupada en intentar respirar.

-Es-estoy bien. –conseguí decir mientras empezaba a tener conciencia de mi alrededor.

Estaba tirada en la arena y tenía a un muy preocupado Jake prácticamente sobre mí. Ambos estábamos empapados así que supuse que él me había sacado del agua. Miré a mi alrededor, los recuerdos volviendo a mí a la vez que la angustia oprimía mi corazón.

-¿Garrett? –quise saber con apenas un hilo de voz.

Mi amigo señaló el mar con un movimiento de cabeza justo cuando alguien salía de entre el furioso oleaje. Su pelo caía como una pesada cortina enmarcando un rostro crispado por la preocupación. No, era más que preocupación. Pude ver verdadero pánico en sus ojos mientras tiraba la carga que estaba arrastrando por la arena antes de prácticamente lanzarse hacia mí tan rápido que no lo pude apreciar.

De inmediato sus brazos fríos me rodearon con fuerza, tanta que estaba empezando a costarme respirar pero no me quejé porque yo también necesitaba aferrarme a él.

-Vas a matarme un día de estos, humana. –gruñó en mi oído con enfado pero se aferró a mí como si su vida dependiera de ello.

-Estoy bien. –aseguré de nuevo, ignorando cómo mi cuerpo empezaba a tiritar por mi ropa empapada y por el cuerpo gélido de Garrett. Miré por encima de su hombro, aún entre sus brazos, y encontré lo que había lanzado a la playa.

Un cuerpo.

Sin cabeza.

Busqué de manera frenética, moviéndome entre sus brazos para buscarla. La encontré a unos metros. La cabeza de Victoria, una masa de empapado pelo pelirrojo. Al menos su rostro no estaba hacia mí, lo agradecí.

-Lo has conseguido. –murmuré sin poder creérmelo del todo. Había funcionado. Mi plan había funcionado.

Las manos de Garrett apartaron con delicadeza algunos mechones de mi rostro cuando dejó de asfixiarme con sus brazos y bufó en respuesta.

-No iba a dejar que te volvieras a poner en peligro, humana.

Una risa incrédula salió de mis labios. A pesar de la lluvia, del frío y de casi morir ahogada, la felicidad brotó en mí. Me encontré la mirada de Garrett que tenía ambas cejas alzadas pero las esquinas de sus labios estaban alzadas ante mi espontánea alegría.

-Te quiero. –las palabras salieron de mí sin pensarlas pero eran totalmente ciertas.

Sus ojos dorados se suavizaron mientras sus dedos acariciaban mi mejilla.

-Menos mal, humana, porque yo también te quiero y habría sido terriblemente incómodo que no fuera correspondido. –bromeó, provocando que yo agitara la cabeza con una sonrisa.

Me incliné hacia delante para besarlo. Sabía a sal y a libertad y a algo más. A Garrett. A casa.

-Og, por favor, buscaros un hotel.

La queja de Jacob hizo que me separara de él notando cómo me sonrojaba. Garrett resopló, mientras su brazo rodeaba mi cintura para ayudarme a levantarme. Tenía tanto frío que apenas sentía mi propio cuerpo.

-¿Te encargas de quemarla? –quiso saber Garrett señalando con la cabeza el cuerpo de Victoria. Ni siquiera le dirigió una mirada

Jake asintió, con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

-Sí. –se giró cuando Sam apareció a varios metros de distancia. Suspiró, la pena ensombreciendo sus rasgos. –Seré rápido mientras tú la llevas a casa.

-¿Qué ha pasado? –quise saber antes de ponernos en marcha.

-Es Harry. –contestó finalmente mi amigo, después de hacerle una seña a su alfa para indicarle que iría en un momento. –Le ha dado un infarto.

Recordé el nombre de algunas conversaciones con Charlie. Era su amigo.

-¿Está bien? –pregunté alarmada.

Jacob negó.

-Ha muerto. Victoria acabó con él.

La noticia evaporó toda la felicidad que había sentido apenas un momento antes. No importaba lo que hiciera, parecía que Victoria siempre iba un paso por delante incluso cuando habíamos acabado con ella

-Vamos, tienes que entrar en calor. –me recordó Garrett con delicadeza y me alzó sin esfuerzo entre sus brazos.

Estaba tan cansada y tan impactada por la noticia que ni siquiera me quejé.

-Siento tu pérdida, chico. –sonaba totalmente sincero y mi amigo asintió en reconocimiento.

-Llamaré luego, Jake. –aseguré antes de dejar que Garrett me llevara hasta el coche. Apoyé la cabeza sobre su hombro, sumergida en mis pensamientos.




No fue hasta que estuve metida en la camioneta, con la calefacción al máximo y las ventanas bien cerradas cuando Garrett volvió a hablar.

-No es tu culpa lo de ese hombre. Victoria lo pilló desprevenido.

Me escondí dentro de la manta que tenía guardada bajo los asientos, mi mirada fija en el paisaje que atravesábamos.

-Si se me hubiera ocurrido antes la idea...-murmuré pero la mano de Garrett sobre mi rodilla me hizo callar.

-No puedes llevar el peso de las decisiones ajenas sobre tus hombros y mucho menos de las tragedias. Gracias a ti hemos conseguido acabar con ella de una vez por todas. –su voz era calmada pero firme.

Me obligué a girar la cabeza para mirarle y encontré sus ojos, observando mi reacción.

-Has sido tú el que has acabado con ella. –le recordé.

Garrett se encogió de hombros dentro de su ropa aún empapada aunque la calefacción la estaba secando poco a poco. Y yo había dejado de tiritar aunque lo que más deseaba era una buena ducha caliente que me sacara el frío de los huesos.

-Trabajo en equipo. Tú, yo y el lobo. –una sonrisa juguetona atravesó su rostro. –Quién iba a decir que tendríamos incluso mascota.

Puse los ojos en blanco pero no pude evitar que mis labios se curvaran ligeramente hacia arriba.

-No te metas con Jake. –le avisé pero la diversión se había filtrado a mi voz.

Eso era algo único de Garrett, sabía cómo levantarme el ánimo incluso cuando todo parecía oscuro. Sus dedos tamborilearon encima del volante sin perder la sonrisa.

-Así que, ¿qué pasará después de la graduación? –quiso saber.

Su pregunta me hizo ser consciente del horizonte que había ante mí. Ya no más Victoria. No más amenazas de muerte o persecuciones. Era libre.

-¿Sigue en pie lo de viajar? –quise saber.

Su mirada brilló con emoción.

-Absolutamente.

-Pues viajaremos. –aseguré mientras la camioneta enfilaba la calle de casa. –Quiero ver Australia.

-¿Australia? ¿Por qué?

-Hay animales bonitos.

Eso le provocó una carcajada.

-Con la suerte que tienes probablemente tenga que sacarte de dentro de una pitón, humana.

Golpeé su brazo, que fue como golpear un ladrillo, lanzando un gritito de ofensa que fue ahogado por su risa.

Pero de repente su rostro cambió en apenas un parpadeó. Justo habíamos aparcado y sus ojos estaban recorriendo la calle oscura.

-Hay alguien aquí. –avisó, su brazo tiró de mí, acercándome a él.

Miré por encima de su hombro, a través de la ventanilla trasera y entonces lo vi. Un mercedes negro aparcado apenas a unos metros.

-Es el coche de Carlisle. –le avisé.

Sus hombros se relajaron un poco cuando vio el coche que señalaba pero sus labios seguían tensos en una fina línea.

-No es su olor el que capto. Pero apenas he visto al resto así que quizás sea uno de ellos. Veamos quién es.

Abrió la puerta del conductor y salió para luego abrir la mía a velocidad vampírica.

-Quédate detrás de mí, ¿vale? –me pidió mientras nos acercábamos a la puerta de la casa.

Asentí, mi mano aferrando la suya mientras su cuerpo cubría mi visión. Deseé haber llevado la manta porque el viento era frío.

Entramos en la casa. No había ninguna luz prendida así que sólo me podía guiar por la memoria espacial de mi propio hogar y por la firme mano de Garrett, que soltó un suspiro cuando atravesamos la entrada.

-¿No te han dicho nunca que entrar en casas ajenas sin permiso es un delito, pequeñaja? –su voz sonaba más relajada que instantes antes pero también más molesta.

-¿Y no se supone que tú mantendrías a Bella con vida?

Esa voz. Esa dulce y melodiosa voz.

Solté la mano de Garrett para encender la lamparita, que dotó a la estancia de una cálida luz amarilla mientras mi vampiro se apartaba para que pudiera ver a nuestra invitada.

Alice Cullen estaba plantada en mitad de mi sala de estar. Y en su rostro de duendecillo las emociones oscilaban entre la sorpresa, el alivio y la irritación.

-¿Se puede saber por qué demonios te has tirado por un precipicio, Bells? –espetó.

Y así, de repente, mi vida volvió a cambiar.

Los Cullen habían vuelto.



FIN DE LA PRIMERA PARTE.


Intentaré subir la presentación de la segunda parte en unas horas, siempre que consiga hacer los gifs sin que mi ordenador colapse🤣🤣

Tengo que deciros que vuestros comentarios han sido leídos y tenidos en cuenta así que veremos cómo avanza la historia a partir de aquí 😉

Aunque algunas cosas se mantendrán iguales y otras espero que os pillen por sorpresa🤭

Recordar darle amor y comentar, adoro leeros y que la historia se vaya transformando en algo común entre todes🥰

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro