18
-No es buena idea, Bells.
-Por primera vez estamos de acuerdo, chico.
Puse los ojos en blanco ante los dos hombres que estaba frente a mí con los brazos cruzados y negando con la cabeza. Era la primera vez que Garrett y Jake estaban de acuerdo en algo y tenía que ser en llevarme la contraria, por supuesto.
Le había explicado de manera rápida el plan a Garrett antes de volver a casa, darme una ducha y adecentarme un poco para reunirme con él y Jake en el bosque, alejados de la presencia de Charlie.
-Tenemos que darle lo que ella quiere, y resulta que lo que quiere es a mí.
-¿Y por eso vas a convertirte en un cebo? No.
Fulminé con la mirada a mi amigo, odiaba cuando se ponía tozudo.
-Los cebos no suelen acabar bien, humana. –lo apoyó Garrett, había estado en contra de ponerme en peligro desde el primer instante pero ya era hora de acabar con Victoria de una vez por todas.
Coloqué mis brazos en jarras mientras mi mirada viajaba de uno a otro.
-La otra opción es convertirme. Y ni siquiera sabemos si su obsesión acabaría o me perseguiría por toda la eternidad.
-No vas a convertirte en una chupa...-mi mirada le hizo dejar la frase a medias. –No es una buena opción.
-No quiero que te conviertas sólo por miedo. –era la primera vez que sacaba el tema de la inmortalidad a coalición y el hecho de que Garrett no se negara en redondo provocó una calidez en mi pecho que contrarrestaba con la mañana gélida.
Asentí, dándole la razón. Yo tampoco quería convertirme cuando Victoria marcara el tiempo, quería hacerlo a mi propia manera.
-Sólo tenemos que encontrar un sitio donde pueda verme a simple vista y que venga bien tanto a Garrett como a los lobos para atacar. –mientras hablaba un lugar me vino a la mente. Giré la cabeza hacia Jacob. –El acantilado desde donde saltáis.
Había visto a los chicos de la manada saltar desde un muy escarpado y muy alto acantilado. Allí arriba sería como un faro en mitad de la oscuridad, Victoria me vería a kilómetros.
-No vas a tirarte. –el rostro de Jacob estaba horrorizado.
Resoplé.
-No voy a tirarme, sólo a dejarme ver.
-No puedo entrar en su territorio. –recordó Garrett aunque podía ver en su rostro que el plan le parecía un poco más sólido.
-Estoy segura de que Sam te dejará pasar si eso significa acabar con Victoria.
-No estés tan segura...-murmuró Jake.
-Pues haz que pase, Jacob. –le ordené, hastiada de su comportamiento. –Charlie y un grupo de hombres van a salir a una partida de caza en unos días. Eso os pondrá en peligro a todos.
Pude ver cómo se acababa rindiendo porque sus hombros se destensaron con la fuerza de su suspiro.
-Bien, veré lo que puedo hacer. –acabó diciendo entre dientes.
No pude evitar sonreír, el éxito sabía realmente bien.
-No puedo creer que estemos haciendo esto de verdad. –Garrett paró mi camioneta en la frontera, no quería que su olor traspasara el límite para no alertar a Victoria. –No sé si tu idea es terriblemente buena o sólo terrible, humana.
-Es la única que tenemos. –le recordé y mi mano se apoyó sobre su rodilla con confianza. –Estaré bien, Garrett.
Giró todo su cuerpo hacia mí, su presencia llenaba toda la pequeña cabina de mi vieja camioneta. Se sintió familiar cuando su mano se posó sobre mi mejilla, era cómodo estar con él, era como estar en casa.
-Más te vale.
-Nunca te he visto preocupado.
-Cuando me preocupo tengo tendencia a actuar sin pensar, no me hagas preocuparme. –ordenó antes de inclinar la cabeza para apoyar su frente sobre la mía. Frío contra calor. –Vuelve de una pieza, Isabella Swan.
-Lo juro. –murmuré mientras me ahogaba en su mirada dorada antes de que nuestros labios se unieran.
Fue un beso delicado que escaló a los pocos segundos cuando su mano se deslizó por mi piel, sus anillos rozando mi cuello, hasta acabar en mi nuca, dotando al beso de un aspecto más posesivo, más necesitado. Mi gemido se ahogó en sus labios mientras notaba cómo la temperatura en el interior del coche aumentaba un par de grados, o quizás era sólo mi cuerpo que se encendía mientras cierto vampiro poseía mi boca con ansia.
-Para que tengas un recuerdo que te caliente ahí arriba. –susurró con una sonrisa torcida cuando nuestros labios se separaron y yo intentaba recuperar mi respiración.
-Idiota. –mascullé pero no pude evitar imitar su sonrisa notando mis mejillas calientes.
Jacob me esperaba en la playa. Su rostro estaba surcado por la preocupación.
-¿Qué ocurre? –pregunté cuando llegué a su lado, había dejado la camioneta en el camino asfaltado.
Agitó la cabeza, como si no supiera qué responder.
-No lo sé, sólo un mal presentimiento. –su mirada se dirigió al mar, negros nubarrones teñían el horizonte. –Amenaza tormenta, tendremos que hacer esto deprisa.
Asentí, ajustándome un poco más la chaqueta que apenas me protegía del frío viento que se estaba levantando.
-Esperemos que esté vigilando. –dirigí mi mirada al risco y después a él, formando una pequeña sonrisa tranquilizadora. –Todo irá bien, Jake. Nos veremos en un rato.
-Nada de saltar, ¿recuerdas?
Puse los ojos en blanco porque sonaba demasiado paternal para ser tan joven.
-Lo recuerdo.
Nos dimos un breve abrazo, la calidez de su cuerpo eliminó parte del frío que tenía y después me dispuse a subir por el empinado camino que me llevaría hasta el precipicio.
Cuando llegué a mi destino entendí por qué sólo los lobos saltaban desde esa altura, el hecho de llegar hasta allí ya me hacía resollar como si hubiera corrido una maratón.
Pero las vistas eran espectaculares. El mar infinito, grisáceo por las nubes que reflejaba. El viento, cada vez más fuerte, agitando mi cabello. El aire húmedo y salado embriagándome. Me coloqué a unos pasos del precipicio. Miré hacia abajo y el vértigo me hizo dar un paso hacia atrás.
No vas a saltar, relájate, me ordené a mí misma mientras mi mirada buscaba algún indicio de Victoria.
Apenas cinco minutos después la vi. Una mota roja en el mar. Desde mi posición no podía ver si me estaba mirando, pero lo sabía. Podía sentirlo. Esperé a que se moviera, a que se acercara a mí para darle la oportunidad a los chicos de atacar.
Nada pasó.
Mis nervios estaban tan tensos como cables de acero. Se estaba oliendo la trampa.
-Maldita sea. –mascullé en voz alta pero el viento se llevó mis palabras.
Tenía que hacer algo para que no creyese que era una trampa. Miré de nuevo hacia abajo, esta vez el vértigo fue menor pero también más intenso porque sabía lo que tenía que hacer. Lanzarme para demostrarle que estaba completamente sola.
Esperaba que Garrett y Jacob estuvieran cerca del agua.
Me quité la chaqueta y dudé si quitarme las zapatillas. Probablemente habría rocas al fondo así que mejor tener los pies protegidos. Eso si no moría ahogada antes.
No, no voy a morir así.
Ese pensamiento me dio el valor suficiente para mirar de nuevo el punto rojo del mar. Cogí aire, cerré los ojos y me dejé caer.
El impacto me hizo abrir la boca por la sorpresa, era como chocarse contra kilos de cemento helado. El agua se coló en mi garganta y pataleé para salir a la superficie. Cogí una bocanada de aire, había comenzado a llover pero el mar agitado apenas me dejaba ver algo.
Busqué de forma frenética hasta que vi una melena pelirroja acercarse. Vi otro movimiento un poco más alejado acercarse a toda velocidad. Garrett.
Bien. Bien. Bien.
Mi sonrisa murió cuando una ola me llevó de nuevo al fondo. Pataleé de nuevo pero una ola llevó mi cuerpo hacia el fondo. No sabía qué era arriba y qué era abajo, sólo pateaba de manera frenética mientras mis pulmones empezaban a arder ante la falta de oxígeno.
No me di cuenta de que nadaba hacia abajo, hacia el fondo rocoso. Sólo sentí un agudo dolor cuando mi cabeza chocó contra una roca.
Y después todo se volvió oscuro.
¿Cuáles son peores? ¿Las ideas de Garrett o las de Bella? Yo lo estoy dudando eh🤔🤣
El siguiente capítulo será el último de la primera parte, creo, la verdad es que tengo dudas de donde acabar esta parte porque no seguirá la línea de hechos de las películas (ya lo veréis en el siguiente😉).
Recordar darle amor y comentar si os apetece ❤️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro