Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

03


La casa de Garrett no era en absoluto lo que me esperaba. Consistía en un loft decorado con un estilo industrial cuyo lujo contrastaba con la suciedad y la decadencia del barrio en el que estaba.

-¿Por qué tienes una cama? –pregunté sin pensar al ver la enorme cama que estaba en un extremo, un par de enormes ventanales dejaban ver una noche sin luna.

Sentí su presencia a mi espalda, tan cerca que su aliento frío me rozó la oreja al hablar.

-Me gusta jugar con mi comida.

Me aparté de él, girándome bruscamente para enfrentarlo con el horror congelado la sangre en mis venas. Y él soltó una sonora y ronca carcajada.

-Era broma, humana.

-Me llamo Bella. –espeté con el enfado volviendo a hacer circular mi sangre hacia mis mejillas.

-Te aseguro, Bella, que ningún hombre o mujer que haya pasado por esa cama ha muerto. De hecho se han ido muy satisfechos. –se cruzó de brazos, apoyándose en la barra americana de la cocina sin dejar de mirarme. Un mechón de su flequillo le rozó las pestañas. –Así que deja de temblar como un pajarillo, por favor.

Una duda se acababa de instalar en mi mente. Me mordí el labio inferior y forcé a mis pies a caminar por la estancia, ignorando deliberadamente tanto la mirada carmesí como la enorme cama.

-¿Cómo es posible tus...acercamientos? –pregunté finalmente, vencida por la curiosidad.

-¿Acercamientos?

Me atreví a mirarlo, sintiendo todo mi rostro ardiendo, y vi la confusión en el suyo.

-Tenía entendido que los vampiros y los humanos no podían...acercarse tanto. –señalé la cama y su rostro se iluminó con el entendimiento.

-Oh, te refieres al sexo. –asentí y su sonrisa esquinada no ayudó a mi vergüenza. –Funciona como entre humanos siempre que controlemos nuestra fuerza. ¿Sabes cómo funciona entre humanos o te tengo que contar la historia de las abejitas?

Bufé parando mi paseo nervioso y me crucé de brazos, imitando su postura para fulminarle con la mirada.

-Sé todo lo que hay que saber.

-Lo dudo. De la teoría a la práctica hay un mundo, preciosa.

No me digné a contestar sino que alcé la barbilla en mi mejor imitación de Rosalie y lo ignoré completamente para dirigirme a la nevera, buscando desesperadamente algo en lo que centrar mi atención. La blanquecina luz del interior del electrodoméstico me reveló un espacio vacío. Salvo por un limón que tenía un color verdoso nada saludable.

-¿Por qué tienes una nevera si no tienes nada dentro? –cuestioné cerrando el frigorífico. Garrett se había girado y estaba apoyando los codos sobre la encimera negra de la barra americana.

-Para disimular.

Alcé ambas cejas mirándole.

-Vas por ahí con tus ojos rojos. –le recordé.

-Suelo llevar gafas de sol.

Mi estómago sonó antes de que pudiera hacerle ver que un frigorífico completamente vacío no era la mejor técnica de disimulo, aunque él creyera que sí.

-¿Qué te pasa? -su ceño se había fruncido ligeramente con confusión.

Me sonrojé violentamente.

-Sólo tengo un poco de hambre. -murmuré caminando con pasos rápidos hacia mi bolso, que había dejado tirado al lado de la maleta. Empecé a buscar en él con ahínco. -Tengo una barrita de cereales por algún lado.

-¿Y eso va a ser tu cena? -cuestionó con escepticismo al ver la pequeña barra de cereales en mi mano.

La verdad es que era demasiado pequeña como para saciarme, iba a ser un snack entre vuelos pero el plan había cambiado demasiado rápido como para comer algo por el camino.

-Me las apañaré. -le aseguré aunque miré mi cena con poco entusiasmo.

Garrett resopló y abrió un cajón del mueble de la entrada. Vi cómo había varios panfletos coloridos y cómo sacaba varios de ellos.

-Comida china, comida india, italiana...-me mostró varios folletos como si fueran una baraja de cartas. -¿Qué eliges, humana?

Abrí la boca sin emitir sonido, sorprendida de ver el conocimiento de comida rápida que tenía. Los Cullen apenas habían aprendido lo básico y lo habían hecho cuando yo entré en sus vidas.

-Italiana está bien. -respondí cuando una de sus oscuras cejas se alzó al ver mi falta de respuesta. -¿Por qué tienes tantos folletos si tú...no comes?

Me brindó una sonrisa encantadora, marca vampírica y mi corazón se saltó un par de latidos.

-Parte del disimulo.

Asistí fascinada a su habilidad para pedir comida a domicilio. Era como ver a un animal salvaje adaptarse con facilidad a un entorno doméstico.

En menos de diez minutos un sabroso plato de pasta con salsa de pesto estaba ante mis ojos y me dispuse a devorarlo acompañado por una coca cola cuya azúcar me devolvió algo de energía.

Podía escuchar a Garrett moviéndose alrededor y giré mi taburete de la barra americana para observarlo acabar de poner sábanas limpias en la enorme cama.

-¿A dónde vas? –quise saber cuando se colocó un abrigo negro.

-Tú has cenado. –indicó señalando mi plato ya vacío. –Voy a hacer lo mismo.

Intenté que el contenido de mi estómago no me saliera por la boca ante la náusea que me provocaron sus palabras. El humor y la amabilidad con la que me había tratado me habían hecho olvidar momentáneamente su dieta.

Sus ojos rojos me miraban con sus cejas levemente alzadas.

-Te has puesto pálida, humana.

Bajé la mirada, enfocada en mis dedos que agarraban el mármol negro con tanta fuerza que mis nudillos estaban blancos.

-No estoy acostumbrada a...tu forma de vida.

Escuché cómo suspiraba y cogía sus llaves.

-Yo no estoy acostumbrado a las críticas. –su tono dejaba bien claro que no aceptaría ninguna, su humor parecía haberse agriado. Supuse que Carlisle lo habría intentado en algún momento y por eso se había cerrado en banda. –Puedes ducharte y dormir cuanto quieras. Volveré en unas horas.

Asentí sin mirarlo, fingiendo que mi vaso vacío era mucho más interesante. La tensión no abandonó mi cuerpo ni siquiera cuando cerró la puerta principal.

Mis ojos vagaron por el loft, ahora vacío.

Estaba sola.

Intenté no pensar en qué estaría haciendo mientras me tomaba una ducha en un enorme y moderno cuarto de baño.

Intenté distraerme mandándole un mensaje a Charlie para asegurarle que estaba bien aunque no estaba seguro de si me sentía así.

Ignoré la voz de mi cabeza que me preguntaba qué vida estaría sesgando Garrett mientras me metía bajo unas suaves sábanas color burdeos.

Cerré los ojos e ignoré todo lo demás.

Fue mi primera noche en la guarida del vampiro.



Estoy en racha con esta historia, lo admito, la inspiración viene sola🤭

Nuestra pobre Bella aún tiene que aceptar la dieta de Garrett, está demasiado acostumbrada a los Cullen (que no matan humanos, sólo los abandonan 🙄).

¿Qué os ha parecido el capi? Recordad dejar vuestros comentarios si os apetece y dar me gusta. Nos leemos!❤️❤️

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro