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02


Garrett POV

-Tienes que probar algo más. –mi voz sonaba desesperada mientras veía a Carlisle con la vista clavada en las últimas pruebas que le había hecho a Bella. No eran resultados que no dieran esperanzas.

-Lo intento, Garrett, pero su cuerpo es incapaz de retener la comida, ni siquiera los nutrientes por vía intravenosa la están ayudando. –alzó la mirada y apreté los puños porque había visto esa mirada en muchos médicos durante las batallas. Era la mirada de alguien que sabe que no puede salvar a su paciente. –No sé cuánto tiempo podrá soportar esta situación.

Había pasado una semana, sólo una maldita semana, y Bella estaba cada vez más cerca de la muerte mientras su vientre crecía a una velocidad exagerada.

Sólo en mis fantasías más locas, aquellas que nunca se harían realidad, había imaginado a mi humana embarazada. Formar una familia, tener una bonita casa, todas esas cosas que nunca me habían importado, que nunca había querido hasta que la conocí.

Pero la realidad siempre era más cruel que la fantasía. La vida robaba los deseos para retorcerlos hasta convertirlos en algo más doloroso, más difícil de soportar.

A eso había que añadirle que ni siquiera podíamos saber si la criatura estaba bien o qué clase de ser sería. Bella defendía que era un bebé, nuestro bebé. Parte de mí lo aceptaba emocionado pero ese sentimiento era opacado por el miedo de ver cómo su cuerpo se consumía poco a poco.

Salí del despacho sin decir nada porque tenía la sensación de que si abría la boca sería sólo para ponerme a gritar.

Pasé por el salón, que recordaba más a una habitación de hospital. Observé a Bella desde la entrada, cubierta por varias mantas y profundamente dormida. Cada día se cansaba más y cada día su cuerpo era más incapaz de generar calor.

Fruncí el ceño al no ver a Jacob allí, por lo general era él el que se encargaba de mantenerla caliente. Había evitado transformarse desde que llegamos, eludiendo así la posibilidad de que la manada se enterase de la situación.

Todos sabíamos que no era algo que pudiéramos mantener mucho tiempo pero, al menos hasta el momento, no teníamos al resto de lobos husmeando por allí.

-¿Dónde está? –murmuré para no molestarla. Rosalie señaló la ventana con la cabeza desde su butaca, donde hojeaba un libro. Ella tampoco de separaba de Bella, autonombrándose su protectora. Era la única que veía a la criatura tal y como lo hacía ella, como un simple bebé.

-En el jardín, ha dicho que necesitaba estirar las piernas. –hizo una mueca, como si le pareciera ridículo pero yo sabía que Jacob sólo necesitaba alejarse un instante de la muerte que rodeaba a Bella.

Asentí antes de dirigirme a la cocina. Alice estaba asentada en un taburete, los codos apoyados en la encimera y la cabeza entre las manos.

-¿Algo? –quise saber y un suspiro de cansancio fue su respuesta.

-Lo intento.

-Inténtalo más. –casi gruñí. La única posibilidad, el único atisbo de esperanza que podía tener era que Alice dijera que todo iba a salir bien.

Pero era incapaz de ver el futuro, ni de Bella ni el de la criatura. Me fulminó con la mirada, su rostro contraído por el enfado y la frustración.

-¿Crees que no quiero saber qué va a pasar? Lo intento y lo único que consigo es un maldito dolor de cabeza.

-Para una vez que nos puedes resultar útil y no lo eres en absoluto. –ni siquiera pensé en lo que estaba diciendo. Sabía que los Cullen nos estaban ayudando todo lo que podían. La mayoría de ellos no se separaban de Bella en ningún momento, algunos como Carlisle ni siquiera habían salido a cazar en toda esa semana.

Yo tampoco lo había hecho pero la sed había pasado a ser la última de mis preocupaciones.

Pero estaba muy lejos de tener mis emociones bajo control. Vi como Alice me lanzaba una mirada dolida antes de levantarse de su asiento y salir de la cocina.

Cerré los ojos apretándome los parpados con fuerza con los dedos e intenté calmar el enfado que bullía en mí. Nunca me había gustado no encontrar la solución a las cosas, siempre había otro camino, otro plan.

Salvo esta vez.

-No le vuelvas a hablar así a mi mujer. Nunca más.

Abrí los ojos sólo para encontrarme con el rostro tenso de Jasper. De todos los Cullen él era el más similar a mí, curtido en batalla, acostumbrado a los horrores de la vida.

-Estoy viendo cómo mi mujer muere y no puede hacer nada para evitarlo. No voy a pedir disculpas por ello.

Casi escupí las palabras, tentado a dar un paso más para encararme con él. Necesitaba golpear algo, a alguien, y Jasper era el único que me igualaba en la batalla. Su mirada se volvió más dura, más fría, sabía que estaba percibiendo mis emociones como propias.

Antes de que ninguno pudiera hacer nada, el sonido de los tacones de Rosalie repiquetearon hacia nosotros. Su melena rubia apareció por la puerta de la cocina.

-Bells pregunta por ti. -me informó para después pasar la mirada entre su hermano y yo con una ceja alzada, la tensión en el ambiente era evidente. -No la hagas esperar.

Sabía que era su modo de evitar la pelea entre nosotros pero no pude evitar resoplar, porque lo último que me faltaba era que alguien me dijera lo que hacer. Acabé tragándome la ira que me estaba envenenando y compuse una sonrisa antes de entrar al salón de nuevo.

Bella sonrió nada más verme. Me arrodillé frente a ella para ponerme a su altura mientras se incorporaba para quedar sentada. La manta se movió parcialmente, descubriendo parte de su vientre redondeado. Según Carlisle era como si estuviera en su quinto mes de embarazo; en una maldita semana.

-¿Cómo te sientes? –pregunté apartándole un mechón de pelo con ternura. Su melena había perdido el brillo y la densidad de antaño, un efecto directo de la desnutrición.

-Bien. –mintió y apoyó su mano, cada vez más delgada, sobre mi mejilla. Una arruga de preocupación apareció entre sus cejas. –Pareces cansado.

Eso me hizo sonreír pero me salió más una mueca triste.

-Eres tú la que está sobreviviendo, humana. –aunque sabía que no era así, que cada mueca de dolor, cada respiración costosa, era como si yo mismo lo estuviera viviendo. Porque yo viviría mientras ella lo hiciera. –Carlisle está intentando encontrar una forma de nutrir tu cuerpo. Si seguimos así...

No pude acabar la frase sino que cerré los ojos, intentando que el pánico no me invadiera, centrándome en la palma de su mano –fría, demasiado fría- sobre mi mejilla.

-Todo saldrá bien, Garrett. –me aseguró mientras yo inclinaba mi rostro contra su mano. Abrí los ojos para encontrarme con sus ojos marrones que no habían perdido el brillo de luchadora a pesar de las profundas ojeras que había bajo ellos. –Quiero vivir y quiero a este bebé. Sé que puedo conseguir ambas cosas.

Suspiré y giré la cabeza para besar su palma.

-Si alguien lo puede conseguir, estoy segura de que eres tú. Eres la humana más testaruda que he conocido.

Eso la hizo reír, una risa débil pero que hizo que su cara brillara levemente, casi como si fuera la Bella de antes.

-Yo también te amo. –pasó la mano por su hinchado vientre con su mirada clavada en la mía y esa sonrisa que me hacía sentirme el bastardo más afortunado del universo. –Ambos te amamos.

Apoyé la mano sobre la que tenía apoyada sobre su vientre sin decir nada. Ni siquiera sabía cómo sentirme respecto a la criatura. Ni siquiera sabía si saldría adelante, si ambos saldrían adelante. La posibilidad de perder a mi humana ya me estaba empujando al borde de la locura, el hecho de permitirme amar a ese pequeño ser y perderlo también sería demasiado.

El sonido de unas voces en el exterior me hizo girar la cabeza hacia la ventana.

-¿Qué les pasa a esos dos? –preguntó Bella, que miraba también con el ceño fruncido la escena que había a unos metros de nosotros, en el jardín.

Jacob y Edward estaban discutiendo. Fruncí el ceño, habíamos acordado no alterar a Jacob para que no entrara en fase. La única forma de mantener la situación en secreto.

-Que el universo nos quiera juntos no significa que yo te quiera a ti.

La voz de Edward, su tono de desprecio, llegó alto y claro hasta mí aunque mi humana no llegó a captarlo. Sólo vio cómo Jacob perdía el control, cómo Emmett se lanzaba hacia él para frenarlo pero fue demasiado tarde; un enorme lobo marrón había sustituido al chico que había en el jardín apenas unos minutos antes.

-No me jodas...-mascullé mientras la mano de Bella se aferraba a la mía con angustia.

-Garrett...-me avisó, había pánico en su mirada cuando encontró la mía.

-No te preocupes, yo me encargo. –le aseguré intentando mantener la calma mientras en la lejanía se levantaban un coro de aullidos. Me levanté con rapidez.

-Ten cuidado. –me advirtió.

-Nunca lo tengo. –intenté bromear pero sabía que la tensión había pasado a mi tono. Me incliné para besar su frente antes de salir con paso ligero. Justo en la puerta me encontré con Rosalie, su rostro de belleza perfecta ensombrecido por la preocupación. –Estate alerta.

Ella asintió para después entrar de nuevo en el salón junto con Bella mientras yo salía al exterior.

Era hora de plantar cara a algunos chuchos.





Nuestro pobre Garrett que intenta llevar la situación lo mejor que puede🥺

¿Qué os ha parecido el capítulo? Recordar darle amor y comentar, amo leeros🥰🥰

AH, Y TENEMOS NUEVO BANNER. Aunque están sufriendo amo saber que van a ser papis🙈

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