01
-¿Y de verdad pensaste que la solución era casi acabar con tu vida? –fue la primera pregunta que salió de los labios de Alice después de que se hubiera mantenido en silencio mientras yo le explicaba todo lo que había ocurrido en las últimas horas.
-Lo tenía controlado. –le aseguré aunque casi morir ahogada le quitaba autoridad a mis palabras. Rodeé con las manos la taza de té caliente que Garrett me había preparado, estaba sentado en uno de los sillones, dejando que fuera yo la que ponía al día a nuestra inesperada invitada de todo.
Alice negó, agitando su cabello ya de por sí rebelde en varias direcciones.
-Si hubiéramos sabido que Victoria estaba aquí, habríamos vuelto. Lo sabes, ¿verdad? Nunca te habríamos dejado sola ante el peligro. –sus grandes ojos dorados estaban empañados de culpa.
-Ves el futuro, Alice. –fueron las palabras de Garrett antes de que pudiera decir nada.
La susodicha dirigió la vista hacia él.
-Intentaba no meterme demasiado en la vida de Bella, no después de...-su mirada se dirigió de manera alterna hacia ambos.
Suspiré.
-Lo sabes.
Mi amiga asintió.
-No se puede tener intimidad contigo, eh. –el tono de Garrett era mordaz, estaba claro que no le hacía demasiada gracia que Alice estuviera allí.
-¡Nadie más lo sabe! –se apresuró a defenderse. –Sólo yo.
Alcé una ceja porque había una única persona a la que Alice no le guardaba secretos. Supe que se hubiera sonrojado ante mi mirada si hubiera podido, como una niña pillada en una travesura.
-Y Jasper. –acabó murmurando para después volver a su tono animado. –Pero os apoyamos y todo eso. Ni yo ni nadie tenemos el derecho a juzgarte, Bella. Además, si te hace feliz, yo soy feliz. Eres mi amiga. Siempre lo serás.
Se mordió el labio inferior, luciendo algo insegura. Y si algo no era Alice Cullen, era insegura.
-Si aún quieres ser mi amiga, claro está.
Apoyé una de mis manos sobre la suya. El contraste de su piel gélida contra la mía más cálida me hizo sonreír un poco. Alice era mi amiga, a pesar de todo. Sí, se había marchado pero más arrastrada por todos los acontecimientos que por decisión propia. Todos cometíamos errores.
-Claro que quiero, Alice. Aunque lo que no entiendo es cómo no me viste salir del agua.
-No lo sé. –su pequeña nariz se arrugó mientras olisqueaba el aire. –No quería sacarlo a relucir antes pero, ¿por qué oléis a perro mojado?
-Creo que es Jake.
-Hemos adoptado uno.
Nuestras palabras se solaparon y fulminé a Garrett con la mirada mientras él me daba una sonrisa inocente. Puse los ojos en blanco.
-Jacob es...una especie de hombre lobo.
La boca de Alice se abrió por la sorpresa.
-¡Los lobos no son buena compañía! –alzó un dedo acusatorio hacia Garrett con aire indignado. –Tú sabes que no son buena compañía.
Garrett se inclinó sobre el asiento, abandonando su postura relajada y frunció el ceño hacia Alice.
-Las hay peores. –replicó con tono gélido.
-Nunca pensé que me defenderías, chupasangre.
La voz de Jacob nos hizo girar la cabeza hacia la entrada. Estaba apoyado en el marco con los brazos cruzados y una pequeña sonrisa divertida aunque podía ver la preocupación en sus ojos cuando se centró en Alice y luego en mí.
-Así que...¿habéis vuelto?
Alice negó con irritación.
-Sólo yo. ¿Sabes lo que es creer que mi mejor amiga ha muerto sólo porque tú no me dejas ver lo que pasa?
-Te largaste, no te importará tanto.
Alice se alzó con rapidez, todos sus músculos tensos mientras enfrentaba a Jake.
-¿Qué has dicho? –siseó.
Me levanté con rapidez, dejando mi taza a un lado y apoyé una mano sobre el hombro de mi amiga. Incluso Garrett se colocó entre ambos, con movimientos casuales pero controlados.
-Si os queréis pelear, largaros al jardín. –ordenó.
-No os vais a pelear en ningún sitio. –aclaré yo.
Justo en ese momento el teléfono sonó.
-Ya voy yo. –dijo Jake, queriendo darse un poco de espacio y, quizás, dárselo a Alice para evitar la pelea.
-Saldré un momento, necesito aire puro. –la voz de Alice era más suave, casi la suya habitual aunque había un matiz de tensión en ella. Me dedicó una pequeña sonrisa antes de desaparecer.
Sólo nos quedamos Garrett y yo en el salón. Acortó la distancia entre ambos, su brazo rodeando mi cintura y una de sus cejas alzadas. Mis manos apoyadas sobre su pecho.
-Es realmente divertido tener invitados que quieren matarse entre ellos.
Sus palabras provocaron que una ligera risa brotara de mí mientras negaba con la cabeza.
-Me gustaría estar sólo nosotros. –admití. Habíamos tenido un día exitoso pero terriblemente largo y lo único que quería era darme una ducha caliente y dormir abrazada a Garrett.
-Oh, ten por seguro que te encantaría. –murmuró mientras sus ojos se oscurecían ligeramente y una sonrisa juguetona aparecía en su rostro. Me mordí en labio inferior mientras mis ojos se hundían en los suyos.
Ahora que nuestro horizonte estaba libre de amenazas podía ver todas las posibilidades de mi vida. Todo lo que ya había en ella. Y todo lo que podría disfrutar. Con el vampiro que me tenía entre sus brazos.
Su pulgar pasó lentamente por mi labio inferior, liberándolo de mis dientes y el aliento se me quedó atascado en la garganta. Pero cuando iba a inclinarme para besarle Alice entró como un huracán, apartándome de él con un movimiento.
-¡Es Edward! –sus ojos me miraban frenéticos, llenos de pavor mientras me agarraba por los hombros. Jacob apareció en la cocina con la mandíbula tensa. -¡Cree que has muerto y quiere morir él también!
Todos los ojos se dirigieron a Jake, que se tensó ante nuestras miradas.
-¿Se puede saber qué demonios has dicho en esa llamada, chico?
Las palabras de Garrett reflejaron todo lo que pensábamos los demás.
-Así que pretende ir a ver a los Vulturi. ¿Qué demonios le pasa a tu hermano? ¿Cree que vive en Romeo y Julieta?
Me habría reído de la perplejidad de Garrett sino fuera porque estábamos tratando de salvar la vida a Edward. Ya no sentía lo mismo por él, lo sabía, mi corazón no era suyo pero eso no significaba que quisiera que muriese.
Había llamado a casa porque Rosalie le había dicho que yo había muerto. Y después Jake le había dicho que Charlie estaba preparando un funeral. Lo cual era cierto pero no era el mío sino el de su amigo.
Era como un gran malentendido que iba a acabar de la peor manera posible.
-¿Cómo lo evitamos? ¿Vamos a ver a los Vulturis? –sugerí.
-Se congelará el infierno antes de que te pongas delante de esos casacas rojas. –el tono de Garrett había perdido todo el humor, su mano firmemente rodeando mi cintura mientras ocupábamos el sofá. Alice y Jacob habían ocupado cada uno un sillón.
-Estoy de acuerdo con él. –concordó Jacob e incluso Alice parecía apoyar sus palabras.
-Ya bueno, pues entonces decidme qué podemos hacer. –repliqué.
-¿Dónde está ahora mismo? –quiso saber Garrett.
-Río de Janeiro. –los ojos de Alice se desenfocaron antes de que siguiera hablando. –Intentaré subirse al primer vuelo directo hacia Italia. Será en dos días.
La sonrisa triunfal de Garrett me confundió aún más.
-¿Qué planeas? –le pregunté. Él me dedicó un guiño antes de contestar.
-Hace lo que mejor se me da. Interceptar gente en aeropuertos.
Y aquí empieza la segunda parte, misión: rescatar a Edward. Aunque todes sabemos que no se lo merece🙄
¿Qué os ha parecido el capi? ¿Os gusta el nuevo banner? Dejádmelo saber, ya sabéis que adoro leeros🥰
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro