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Prólogo.

Mario.

Mi día a día es normal algo aburrido, aunque soy un doctor muy reconocido por los hechos que me describen.

Salvar gente que estaba al borde de la muerte, curar heridas que decían que eran imposibles y demás, pero detrás de ello me encuentro agobiado, agotado, desesperado, es solo que mi vida es insignificante para mi me siento vació.

Y una pregunta ronda mi cabeza últimamente, "¿Eres feliz?" definitivamente no tengo una respuesta hay problemas dentro de mi.

— Esta bien siempre y cuando se tome los medicamentos correctos, no se sobre esfuerce todo estará en orden —dije entregando la bolsa de medicamentos y una receta médica.

— Gracias doctor... Pero no tengo dinero para pagarle la consulta —decía la paciente guardando los medicamentos en un costoso bolso que claramente se veía que podía pagar.

—Podría darle gratis la consulta sin embargo los medicamentos si requieren ser pagados.

— Muy bien... Para pagar mi medicamento voy a traer algo de igual valor — dijo esta señora

—¿Okey? — cuestione extrañado "Estos medicamentos son muy caros "¿Qué cosa sería de igual valor?", esto es raro" se me vino a la mente esa pregunta.

Ella se levantó con dificultad de la silla para sacar su bolso un celular para marcarle a alguien, después de unos "si traela", "aja", "espero que ella valga el medicamento", colgó y me miro.

— ¿Me espera en lo que me traen el pago?

— Claro sin problema — le comente seriamente con cierta desconfianza.

Revise cosas triviales en mi celular como clientes con problemas comunes, otros que dicen que se mueren, a si el clásico que cree que Internet tiene la respuestas rodé los ojos para ver alrededor nuevamente.

Cinco minutos pasaron y le dije a la señora que saliera hacia la sala de espera para poder atender a otro paciente, posteriormente pasaron 45 minutos, donde me llamaron para ir a recibir mi paga.

— ¿Si? — salía del consultorio para observar.

— Esta es mi paga — me entregó una cuerda la cual estaba atada a la cintura de una chica.

— ¿De qué se trata esto?

— Estoy segura de que ella vale lo que valen mis medicamentos y si no le puedo traer otra para que acomplete así que un trueque justo, usted se queda con esta mocosa y yo me llevo los medicamentos — dijo arrogante la mujer.

Estaba bastante molesto y más que nada esperarse de una persona como ella así mismo mire a la joven para aceptar el trato.

Esta era cliente frecuente y eso me molestaba, anteriormente me había pagado con monedas de otros países.

— Gracias, así que ahora me retiro y vendré a la próxima consulta el viernes que viene — aclaro ella y solo suspire.

— Claro, vuelva pronto — le dije de manera profesional a sí mismo en mis pensamientos rondaban la tan baja dignidad qué tenía.

La chica llevaba puesta una camiseta con cortes qué dejaba ver una vendas muy usadas, unos shorts demasiado cortos, aparte de estos estar rotos teniendo un parche en el ojo que cubria parte su cabello como mechon de pelo el cual claro está maltratado, cenizo sin brillo, sucio sin contar moretones, raspones y cicatrices que ella tenía por todo el cuerpo.

La analize bien dando vueltas a su alrededor ella cerro los ojos esperando un golpe, el cual por obvias razones no llegó en vez de eso llego un abrazo.

"¿Qué clase de tortura es esta?" se cuestionaba la joven al mirar al hombre.

— ¿Te llamas Rosalina? — pregunte al mirar el papel que me dejo la señora, me asintió tímidamente entrecerrando los ojos de tal manera que suspire pesadamente.

— ¿Qué es lo que va a hacerme?

— Nada, simplemente nada. — le dije intentando desaparecer mi rabia hacia la paciente que me la había entregado.

Estoy teniendo muchas cosas en la cabeza.

— Mira se que no vas a confiar en mí por todo lo que te ha pasado pero yo te salvar— dije aunque ni yo mismo me la creía.

— ¿Salvarme de este infierno? — cuestiona.

— Yo mismo te sacaré de ese infierno que viviste, o al menos lo intentaré — dije no convencido.

— No entiendo nada — a esto la mire de frente viendo que esta forzó una sonrisa hacia mi.

— Yo haré que esa sonrisa sea una sonrisa real —  dije serio.

La lleve a la habitación donde usualmente tomaba mi descanso deje unas revistas y cosas luego le dije que se quedara ahí sentada por un tiempo. Posteriormente pasaron las horas con los pacientrs estimados.

— ¿Como estas? — Pregunte llegando al lugar ella estaba sentada en el suelo.

— Bien — cortante fue esa respuesta.

Cerré mi consultorio, al cabo de los minutos llegue a mi auto, mientras ella me seguía en la parte trasera.

— Sube.

Ella se dirigió al maletero del carro por lo que alarmadamente me acerque a ella para tomarla de los hombros y que me viera a la cara

— ¡¿Qué estás haciendo?!

— Subiéndome donde siempre voy — dijo con su típico tono frío.

"¡Que crueldad! y ella se ve inocente" lo más calmado posible me acerque a ella — N-no, tú subirás aquí —señalo el asiento del copiloto.

— Siempre voy aquí. — me rezongó a lo que la mire algo molesto.

— ¡Iras aquí!

Ella en silencio se quedó a lo que la tome con suma delicadeza de su brazo para abrirle la puerta del copiloto luego hacerla entrar por la fuerza al asiento ponerle el cinturón y subirme para manejar

— ¿Rosalina? — Volte a verla viendo que ella había asentido sin dejar de agachar la cabeza — Mi nombre es Mario.

Me había dejado hablando solo se veía en su mirada la pérdida total de la esperanza, era cruel, este mundo es cruel. "Deberé ganarme su confianza para poder ayudarla" a esto estaba poniendo música de fondo.

— ¿Qué va a hacerme?

— Yo te cuidare... — le comente con sumo detalle. "lo malo es que no tengo otra habitación en mi casa así que probablemente o duerma con ella o yo me duerma en el sillón."

Rosalina se la paso todo el camino en silencio cabizbaja, intentaba hacerla hablar pero me respondió cortantemente y de manera fría, era difícil hacer qué hablara.

Me daba mucho pero mucho resentimiento, al cabo de unos 30 minutos llegamos a mi apartamento donde le dije que me siguiera, cerré el coche y después me dirigí a la puerta para entrar al edificio.

Subimos por el asesor para esperar la llegada a mi piso, cuando paso abrí la puerta de mi departamento y entrar al mismo.

— Este será tu nuevo hogar.

— Mi nueva casa.. — comentaba fríamente "Mi nueva prisión" pensó la rubia.

"Su voz suena forzada esto va a ser difícil" pensé para después estar mirando mi reloj de muñeca"vaya que si es tarde hare de cenar".

La Rubia se sentó en el suelo mientras que comenzaba a hacer la cena no tardé ni cinco minutos en darme cuenta e ir y obligarla a sentarse en el sillón, le prendí la televisión para que viera una serie de caricaturas, pero  las aventuras de Ghospaa y los 13 misterios, se ve que se entretuvo con ella ya que no se movió de ahí y termine de hacer la cena.

— La cena está lista — anuncie tomando los dos platos.

Ella se levanta del sillón "¿qué será?,¿manzanas podridas?,¿verduras crudas algo pasadas?" su pensamiento era ese, y parecía que nada lo podría cambiar.

— ¿Por que hay dos platos señor? ¿vendrá su pareja?— me pregunto a lo que me avergoncé un poco.

— No tengo pareja, este platillo es para ti — comente algo avergonzado, ya que el tema del amor era curioso

— ¿En serio? — se notaba que estaba extrañada.

— Te hice mi especialidad espagueti a la boloñesa — le dije al verla me especuló la acción siguiente "tendré que dárselo en la boca" pensé así mismo le di un bocado.

"Está comiendo lo mismo que me sirvió" ella veía el plato.

— Con confianza come, conmigo no tienes por que desconfiar.

Tome su mejilla y con el tenedor le di la comida para ella mirar y no querer hasta insistirle unas 3 veces ella tomó para después probarlo muy a la fuerza esperando un mal sabor. Sin embargo en su rostro una pequeña sonrisa se formó de manera que simplemente veía feliz como ella lentamente se acercaba para comer otro bocado.

"La cara le cambió" pensé e incondicionalmente estaba sonriendo y pequeñas lágrimas salían de sus ojos.

— Come más, todo este plato y si  lo de la charola es más mi plato también es tuyo.

"¿Qué me está diciendo? debe estar bromeando ¿verdad?" ella mira su sonrisa "esa no es sonrisa malvada"

—Toma todo lo que quieras yo no te diré nada.

Después de 3 platos de comida ella quedó satisfecha se veía que le faltaba termine de comer para después ir al baño tomar unas cosas de ahí y ver como lo adaptaria.

— ¿Cuándo fue la última vez que te bañaste?

—No lo recuerdo — fue lo que me contestó, "indirectamente me dice que apesto"

— Vuelvo en diez.

Salí corriendo a mi auto para subirme para ir a la farmacia más cercana de  24 horas, ahi compre toallas femeninas, jabones de mujer y shampoo especial, luego pasar a otra tiendo donde compre una pijama y unas prendas de ropa calculando su talla para regresar rápidamente al departamento, entre y la vi sentada viendo la serie ya que había dejado la tele encendida pero ella se levantó de golpe para fingir no hacer nada y mirarme con una sonrisa forzada de nerviosismo.

— Ven aquí, te voy a bañar — comente serio sin embargo en mi cabeza algo dio click "¿Qué acabo de decir?"

Sin queja ella se acerco a mi con esa mirada fría sin mas la lleve al baño donde comenzó a quitarse la ropa,  su cuerpo era un total desastre, estaba muy herido, cicatrices, moretones, cortes frescos se notaban no llevaba alguna clase de ropa interior y la ropa llevaba estaba demasiado desgastada.

"Estoy sumamente decepcionado de esa clienta." pensé negando levemente mirando al suelo.

La tome de la mano para sentarla en la tina que había llenado antes de irme para ella sumergirse esperando agua helada sin embargo su expresión reflejo satisfacción al saber que el agua era caliente y de agrado.

— ¿Estás a gusto?.

Forzadamente me asintió para después tomarla de la cadera y ponerla de espalda, procedí tomando el champú y comenzar a tallar su sucio cabello.

— ¿Se siente bien? —ella me asintió— Dime si te duele no lo ocultes

Le talle el pelo suavemente pero al mismo tiempo con fuerza para arrancar esas capas de suciedad y mugre qué lleva acumulado, por lo que cuando termine su cabello era ridículamente hermoso, después la volte para que quedara frente mío.

—Cierra los ojos por favor — le pido con una esponja en mano.

Ella los cerró luego todo toda la cabeza suavemente con una esponja la tome de la cara y comencé a tocarle las partes más sucias como mejillas y barbilla, al cabo de unos segundos solté su cara para reír un poco.

— Te ves adorable. — la halago mirando detalladamente sus ojos "¿Por que tendría ese parche?" cuestionaba al ver los dos ojos sin ningún tipo de problema a simple vista.

Junte agua entre mis manos para lanzarse en el rostro y ella hacer un puchero para desviar la mirada, después tome su cuello para tallar delicadamente.

Para luego de ahí la enguaje de la misma forma que con la cara luego bueno tocaba sus senos y estómago por lo que algo avergonzado lo comencé a hacer.

"Es penoso pero cumple tu puedes" mientras masajeaba con la esponja uno de sus senos.

"¿Por qué aun no me ha hecho nada?, no me ha pegado asi estoy muy desprotegida"pensó la chica mientras Mario limpiaba su cuerpo.

Terminé de limpiar ahí para continuar más aún abajo lo que me llamó la atención es que era virgen, un alivio sinceramente pues pensé que la habían violado antes o que podía venir preñada, le limpie su parte íntima para después las piernas y terminar con los pies.

— Terminamos —dije enjuagando los restos de jabón de las manos.

La tomé con delicadeza para con la toalla que compre, su cuerpo se veía bastante bien pese a tener todas esas heridas su busto era de un tamaño normal diría copa C le seque el cabello con mi secadora tome mi peine y comencé a cepillar.

— ¿Estás cómoda? —me contestó con un simple "si" a lo que sonreí "es un enorme avance".

Después de acomodarlas hacerle un peinado conservando ese mechón de pelo que cubría uno de sus ojos le coloque lo que sería una pijama.

Esta pijama es de algodón suave y cómoda. El conjunto incluye una camiseta de manga larga con un diseño bonito en el frente y pantalones con cintura elástica para un ajuste cómodo. Es perfecta para dormir o relajarse en casa con estilo, pensé en eso al verla y esperaba que ella sintiera eso.

"Dormiremos juntos para generar una mayor confianza" fue lo que pensé.

"Me va a violar" la joven pensaba drástica ente cambiando la expresión de satisfacción qué tenía por una de nervios "Quiero creer que no lo hizo en la tina para ganarse mi confianza" especulaba lo que podría pasar después de ello.

La tome de la mano para que se sentará en la cama qué estaba rodeada por unas sábanas suaves luego de aroparla me acosté a su lado viéndola de frente.

— Todo estará bien, no te haré nada relájate y duerme yo te voy a proteger —me recoste dandole la espalda algo pensativo, apartir de ahora mi vida seria diferente, ademas de que esto sera duro apartir de ahora— Buenas noches pequeña.

Fin del Prólogo.

Gracias.

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