Me despierto, me doy cuenta de que casi no tengo comida en el refrigerador, ayer se me olvidó pasar por el supermercado. Tendré que salir a comprar algo.

Mientras caminaba por las calles, no pude evitar notar las ofertas y anuncios que hay con respecto a San Valentín.

- San Valentín, ¿eh? - Murmuré.

Ya es esa fecha del año. Está vez puede que reciba chocolates que no sean de mi abuelo.

Están Chiba-san y Makoto, yo también debería darles algo.

Hoy es trece, si inició ahora, creo que me dará tiempo para tener algo listo para mañana.

No se me ocurre otra cosa que chocolate casero. Compraré unos cuantos y los prepararé está noche.

- Que coincidencia, ¿le darás chocolates a alguien, Yoshida-kun?

Mientras veía los chocolates en venta, escuché una voz por mi espalda.

- Shimizu-San, sí, así es.

Me agarró desprevenido, por un momento pensé que era Chiba-san. Menos mal, que susto.

- Huh, bien por ti. - Dijo observando lo que llevaba.

- ¿Y tú darás chocolates?

Tengo que mantener la conversación, necesito que me tenga confianza para preguntarle sobre las historias que conoce.

Si todo sale bien, puede que Cielo Estrellado de un gran salto de calidad.

- ¿Yo? Le daré solo a mi familia, no tengo ha nadie tan cercano como para darle chocolates que no sean ellos. Aunque no los acepten.

No se los aceptan, eso es raro. ¿Estarán peleados?

- ¿Pasó algo entre ustedes?

- No es nada. - Expresó con una mirada fría.

Esa mirada, es la primera vez que veo algo así. Mientras más veo sus reacciones, más me intriga saber los motivos detrás de ellos.

- Ya me voy. Adiós, Yoshida-kun.

Giró sus tacones y siguió caminando.

- Adiós, Shimizu-san.

Si solo me baso en el comportamiento corporal... diría que no es algo externo a ella. En otras palabras, es algo que vivió ella misma.

Supongo que no tiene sentido pensarlo ahora, aún me falta información. Si lo sabré algún día, solo el tiempo me lo dirá.

...

Ya en casa, empecé a preparar los chocolates, entonces recibí una llamada de Chiba-san.

- Buenas noches, Chiba-san.

- Buenas noches, Yoshida-kun, ¿estás ocupado?

- No, tranquila.

No quiero contarle sobre los chocolates, quiero que sea una sorpresa.

- ¿Tienes planes para mañana?

- ¿Mañana? Nada en particular.

Su voz siempre me tranquiliza, hace que me olvidé de todo, solo me concentró en ella.

- Ya veo, entonces... ¿saldrías conmigo mañana?

- Claro.

Espera, espera, salir mañana, en San Valentín. ¿Será una cita? Con Chiba-san, mi mente está luchando por no salirse de control.

- Yoshida-kun, ¿sucede algo?

Tengo que calmarme, no actúes como adolescentes que apenas comienza a salir con una chica.

- Ya que aceptaste, nos vemos en la estación que está cerca de dónde hicieron el festival navideño, ¿recuerdas?

- Ya sé a cuál te refieres.

Sea una cita o no, por ahora no le daré importancia, me está invitando ella, es la primera vez.

En otra ocasiones, he sido yo el que tomaba la iniciativa.

- Nos vemos ahí entonces. Hasta mañana, Yoshida-kun.

- Sí, hasta mañana, Chiba-san.

Colgué el teléfono.

Seguí preparando los chocolates, pero ahora con más motivación.

Saber que saldría mañana con ella me generó mucha emoción.

...

Ya tengo todo listo, les mandé sus chocolates al abuelo y a Makoto, quién me mandó su dirección para poder enviárselos.

Solo faltan los de Chiba-san, se los daré cuando nos veamos.

- Todo listo.

Recibí un mensaje de Chiba-san que decía:

- Estaré en la estación a las once.

Así que fuí treinta minutos antes para no llegar tarde.

Mientras esperaba, empecé a ponerme nervioso, las manos me sudaban.

Entonces, salí de la estación para tomar un poco de aire fresco, gire la mirada y la ví.

- Yoshida-kun, veo que llegaste antes de lo acordado. - Dijo mirándome a los ojos.

- Sí, no quería llegar tarde, Chiba-san.

El corazón me empezó a latir rápidamente.

Llevá puesto una falda corta y medias negras altas que daban a relucir sus piernas.

Se ve hermosa, tanto que no podía apartar la mirada.

- ¿Por qué me miras tan fijamente, Yoshida-kun? ¿Tengo algo en la ropa?

- No, solo estaba pensando en algo.

¡Que linda! Es demasiado linda, esa ropa le queda muy bien. Demonios, debo controlarme.

- De acuerdo, si tú lo dices. Hoy no habrá inconvenientes, así que vamos a divertirnos. - Expresó emocionada.