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Capítulo 23: Cielo Estrellado

Llegué al lugar donde me encontraré con Sakurai-san. Pude ubicarlo rápidamente, está sentado en una de las mesas de la cafetería.

No perdí tiempo y me acerque a él.

- Buenos días, Daiki, toma asiento, por favor. Te contacte el día de hoy para pedirte una disculpa.

- ¿Una disculpa? Se dió cuenta de su error y está pidiendo que le perdoné, ¿eh? No hay necesidad de eso, le demostré que se equivocaba, con eso es suficiente. - Continúe.

- Soy consiente de mis fallas como escritor más que cualquier otro, pero pude pulir mis habilidades. Por eso estoy aquí, acepto sus disculpas, aunque sean innecesarias.

- Muchas gracias, Daiki. - Dijo bajando la cabeza.

- No tiene nada que agradecer. Si eso era todo, me tengo que ir.

- Espera, leí tu novela y está excelente, me impresionó la mejora que lograste.

Me levanté de mi asiento, pero Sakurai-san me detuvo diciendo esas palabras.

- ¿A qué quieres llegar?

- Cielo Estrellado en sus inicios era muy diferente. ¿Cómo lograste crear personajes que lleguen al corazón de los lectores de esa manera?

Así que eso es lo que quiere saber, ¿eh? Bueno, no pierdo nada en decírselo.

- Con experiencias de vida, no sólo mías, también de mis conocidos.

- ¿Experiencias de vida?

Su cara demuestra que no quiere creer en algo así. Seguro pensaba que sería algo más profundo, pero es tan sencillo como eso.

- Utilidad, existencia, empezar de nuevo, mundo podrido, límite de una persona, soledad y objetivo. Todos esos pensamientos son sacados de personas que lo han vivido.

- Tras oír sus historias, fui capaz de plasmarlas.

- ¿Algo como eso hizo la diferencia? Vuelvo a recalcar que te juzgue mal, tienes un gran potencial, has madurado como escritor.

- Si no tiene nada más que decir, me retiro.

Mi ansiado deseo de ser reconocido y derribar la muralla del destino se a cumplido.

Ahora voy a encontrarme con Miku-chan para celebrar el éxito de la novela.

...

Mirando hacia atrás, muchas cosas han cambiado. Es curioso pensar que yo, un autoproclamado antisocial, terminó forjando lazos de amistad y amor.

Termine escribiendo una novela que refleja las vivencias de personas reales. Abuelo... ya no está conmigo, pero no me siento triste, logré salir hacia adelante.

La nieve cae fuertemente, hace tanto frío que puedo ver mi respiración en el aire. Observó mi teléfono y empiezo a leer los diversos mensajes que me llegaron.

No sólo de Miku-chan, también de las otras personas a las que conocí durante este año.

En resumen, todos me mandaron palabras de agradecimiento. Mis frases y consejos los ayudaron a seguir adelante.

Al principio, no era la intención que tenía, empecé todo por la novela. Pero resultó de está manera, no me arrepiento de ello.

- ¡Daiki, por aquí!

Miku-chan levantó su mano para que pudiera encontrarla entre la multitud de personas.

- Es diciembre y hay bastantes personas, veo con gusto que ya controlas las multitudes.

- Voy mejorando poco a poco, todo gracias a cierta persona. - Dijo mirándome a los ojos.

- Está nevando más fuerte que hace un momento, vamos a refugiarnos.

Nos pusimos debajo de un techo. Hay una máquinas expendedoras, así que compre dos cafés y le di uno a Miku-chan.

- Gracias, Daiki. Sabes, me gustó como te quedó la novela, juntaste las historias que ya tenías con las que fuiste obteniendo, me sorprendió bastante.

- Fue complicado, pero resultó bien. Las críticas han sido muy buenas al respecto, las ventas no paran.

- Lograste lo que querías, ¿cierto?

- Así es. Por cierto, las carreras de atletismo, ¿cómo van?

- Bastante bien, en primavera tenemos una carrera importante, ahora soy capitana, así que me estoy esforzando el doble.

- Felicidades por convertirte en capitana. Parece que los dos hemos conseguido avanzar en lo que nos gusta.

- También en nuestra relación. - Dijo sonrojada.

Me tomo de la mano, acerco su rostro al mío, cerro los ojos y me dió un beso.

- Es verdad, en esto también. - Dije con las mejillas sonrojadas.

- Mirá, ya paro de nevar. Bien, ¿qué hacemos hoy?

- No lo sé, déjame pensar... ¿Tienes hambre? Podemos ir a comer y luego veremos que hacemos.

- Ahora que lo mencionas, no he comido todavía, me parece bien.

Por estos momentos de tranquilidad y paz, es que aprecio mi vida actual.

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