Capítulo 21: Entrenamiento
Falta una semana para navidad y el teléfono comienza a sonar. Son las siete de la mañana, ¿quién será? Alzó la mirada y veo la pantalla del móvil.
- ¿Miku-chan? ¿Habrá pasado algo?
Contestó rápidamente sin dudarlo.
- Buenos días, Daiki. ¿Te desperté?
Se escucha una fuerte brisa, es como si estuviera hablando cerca de la ventana o en la calle.
- Sí, pero no te preocupes por eso. Más importante, ¿en dónde estás? Se escucha algo raro.
- Estoy realizando mi calentamiento de la mañana, ahora estoy corriendo, así que debes estar escuchando el viento.
- Realizas tus prácticas bastante temprano, ahora mismo está nevando, puede que no te caiga bien el frío, te puedes enfermar.
- No hay problema, estoy bien abrigada. Dime, ¿estás libre hoy? Me gustaría que te unirás a mi entrenamiento, conseguí pases de pareja en un gimnasio.
- Hoy no tengo nada que hacer, así que está bien, me parece buena idea.
- ¡Bien! Nos vemos en el lugar de siempre.
- Ya salgo para allá.
Durante el tiempo que estuve en el evento de novelistas en Tokio, Miku-chan fue a participar en una competencia.
Me contó que los días en los que se desaparecía era debido al atletismo, es alguien muy dedicada a lo que hace.
...
Llegando al lugar, me la encontré. Está toda sudada, pero irradia su sonrisa natural.
- Te esfuerzas tanto como siempre. - Le dije mirándola a los ojos.
- Ya me conoces, no me gusta estar quieta en un solo sitio. - Respondió atandose el cabello.
Puse mi mano en mi bolsillo derecho y saqué un pañuelo, me acerqué hacia ella y lo pasé delicadamente por su rostro para secar su sudor.
- Debes quitarte el sudor al terminar.
- Gracias. - Agradeció con las mejillas sonrojadas.
- Listo. ¿Vamos al gimnasio ya? Mire mi reloj, aún es temprano, pero imagino que estarán apunto de abrir.
- Deberías calentar un poco primero, corramos hasta allá.
Comenzó a correr diciendo esas palabras.
Luego giro la mirada hacia mí, quiere que la siguiera.
- De acuerdo.
Corrí con todas mis fuerzas, pero las habilidades de Miku-chan son superiores a las mías.
Me lleva una cuadra de ventaja, no puedo alcanzarla.
- Aquí es el gimnasio. Eres bastante lento, Daiki.
- No es eso, tú eres muy rápida, como te dedicas a esto, es normal que no pueda alcanzarte.
- Cierto. Bueno, ya calentamos lo suficiente, diría que estamos listos.
Pasamos y comenzamos los distintos ejercicios. Desde piernas hasta brazos, tras una hora... ya no podía más.
- Creo que no entrenaba así desde que terminé la preparatoria.
- ¿Pertenencias a algún club?
- Al de fútbol, pero no fue por mucho tiempo.
- Vaya. ¿Por qué lo dejaste?
- Me dejó de gustar. En ese tiempo me atrapó el mundo de las novelas. Ahí fue que decidí convertirme en novelista.
- Entiendo. Ahora que lo pienso, si hubieras tomado ese camino... quizás no nos hubiéramos conocido.
- Es muy posible, pero no me arrepiento de mi decisión, ser novelista me hace muy feliz. Además, estoy a tu lado, no puedo pedir nada más.
- Bien, me acabo de motivar. Levántate, vamos a seguir un poco más. - Dijo extendiendo su mano hacia mí.
- Solo un poco, ¿no? Vale, lo intentaré.
Tome su mano y me ayudo a ponerme de pie.
- Forman una gran pareja ustedes dos.
Una chica del gimnasio empezó a hablarnos.
En respuesta Miku-chan le dijo:
- Así es.
Luego se la quedó viendo un rato, es como si le pareciera familiar.
- ¿La conoces, Miku-chan?
- No exactamente, pero... eres la famosa idol que se retiró, ¿no?
Después de lo que dijo, la chica quedó perpleja por un instante.
Entonces respondió:
- Vaya, todavía alguien recuerda mi rostro. Acertaste, soy la antigua idol, Yu.
- Como olvidarte, los vídeos que subías me gustaban mucho.
Parece que Miku-chan es una verdadera fan de ella.
- Pensar que te encontraría aquí, todavía no me lo creo. ¿Me darías un autógrafo? Ponlo a nombre de Miku Chiba.
- Cálmate, Miku-chan, no la agobies.
- Tranquilo, estoy acostumbrada. Está bien, te daré el autógrafo.
- ¡Gracias! Además, me gustaría saber... ¿por qué dejaste de ser idol?
- Eres una de mis seguidoras, así que tienes el derecho a saberlo. Vamos a sentarnos, te contaré todo.
Miku-chan jalo mi brazo para que fuera con ella, así que la acompañe.
Ahora estamos sentados uno al lado del otro, mientras que la chica está al frente de nosotros.
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