- Pensé que lo había superado, pero sigo siendo la misma. - Expresó desesperada.

No me gusta verla así, ella tiene que brillar con su sonrisa. Por impulso, sin darme cuenta, la abracé.

- ¿Yoshida-kun?

- Yo estaré contigo, así que te escucharé, cuéntame tus problemas, lo que te preocupé, puedes contar conmigo.

Me deje llevar por lo que sentía, dije todo lo que pensaba en ese momento.

- Gracias, eres el mejor y único amigo que tengo. - Dijo entre lágrimas.

- No es nada.

La escucharé, quizás no pueda entender su dolor, pero podemos compartir lo.

- No te diré algo infantil como: Te ayudaré a superar tu dolor, ya que es algo que simplemente no puedo cumplir. Eso depende de ti.

- Lo que si puedo hacer es aliviar la carga. Cuentas conmigo, Chiba-san.

- De acuerdo. Lo que paso fue que al ver a esos dos rodearme... me hizo recordar el tiempo en que me acosaban.

Tenía la idea de que podía ser eso, pero no quería confirmarlo hasta escucharla.

- Después de lo que viví... me he dado cuenta de que se me dificulta relacionarme con los demás. Las multitudes me agobian, para interactuar con alguien de manera normal me cuesta, tartamudeo al momento de hablarles.

Lo de las multitudes lo supe con lo ocurrido en el festival, pero que se le dificulta relacionarse, es algo que no me imaginé. Eso no le pasó conmigo.

Por como uso sus palabras: Soy su único mejor amigo, me hace sospechar que quizás Chiba-san no tenga más amigos hombres aparte de mí.

- Pero por alguna razón, contigo fue diferente, Yoshida-kun. Para mí eres especial.

Al escuchar esas palabras, mi ritmo cardíaco aumento de golpe.

- ¿Estás bien? Tienes toda la cara roja hasta las orejas.

- Estoy bien.

Cálmate, cálmate, Daiki, no puede verte así o sospechara. Que la chica que me gusta dijera que soy especial fue demasiado para mí.

- Eso fue lo que pasó, una vez más, lo siento por preocuparte.

Recobré la compostura.

- Tranquila, ahora entiendo, no es necesario que te disculpes. Solo permíteme llevar algo de tu carga.

- Si es lo que quieres, por mi está bien.

- Yo todavía no me acostumbro a ésto de relacionarme con los demás. ¿Qué te parece si seguimos este camino juntos?

- Vaya, hoy estás muy atrevido, primero me abrazas de repente y ahora me propones esto.

- No es mi intención, lo del abrazo fue.

- Es broma, no tienes que explicar nada. Me parece bien, sigamos juntos el camino de la convivencia. ¡Vamos!

Me interrumpió antes de que pudiera terminar.

Estoy tan feliz y emocionado que no lo podría describir.

Se empeza a sentir la brisa de la primavera, nos olvidamos por un momento de lo que nos preocupaba.

Entonces recibí una llamada de abuelo.

- Hola, Daiki. ¿Me escuchas?

- Te escucho abuelo. Dime, ¿sucede algo?

Es una llamada repentina, espero que no sea nada grave.

- Un conocido mío me dijo que habrá un evento para novelista en Tokio, así que pensé en ti. Deberías ir, podría impulsar tu novela.

- Entiendo, lo tendré en cuenta. Voy a pensarlo y más tarde te diré mi respuesta.

- De acuerdo, piénsalo bien, pude ser una gran oportunidad, adiós.

- Adiós abuelo.

Con que un evento, ¿eh? Tengo confianza en las mejores que he realizado en la novela, no pierdo nada en intentarlo, aún así.

- ¿Pasó algo? - Preguntó mientras me miraba a los ojos.

- Nada malo, solo que habrá un evento para novelista en Tokio. Me está invitando a participar.

- ¡Genial! Seguro te irá muy bien. Si decides asistir, claro.

- Gracias por tenerme en tan alta estima... Me decidí, iré al evento.

- ¡Esa es la actitud! Yo no podré acompañarte, tengo algunos asuntos que no puedo posponer, pero te estaré apoyando desde aquí.

- Con tu apoyo basta y sobra.