Capítulo 1: Un sueño
Hoy es el día, voy a conseguir que acepten, mi novela Cielo Estrellado está completa.
Pedí la opinión de muchos y ha tenido buenas críticas, está vez no pude salir mal, dicen que a la tercera va la vencida, lo lograré sin problemas. O eso creía.
- Tú otra vez por aquí, ya hemos rechazado tus novelas dos veces, no son malas, pero les falta algo para que triunfen y se hagan populares, aquí en la editorial Sakurai no aceptamos cosas así. - Dijo mientras me miraba a los ojos.
- Por favor, director Sakurai-san, échele un vistazo, sé que está no lo decepcionará. Cielo Estrellado será un éxito, producida ni más ni menos que por usted, crea en mis palabras, ganaremos mucho con esto.
- Daiki Yoshida-kun, con solo ver la primera hoja... me doy cuenta de que usted no sabe escribir una buena historia. - Continúo.
- En repetidas ocasiones le hemos dado consejos para que mejorará, pero parece ser que no tiene lo que se necesita. - Afirmó mientras miraba la novela.
- ¿Cómo puede decir eso? Me he esforzado, tome sus consejos y obtuve este resultado, que no le guste es una cosa, pero no diga que no tengo lo necesario. - Respondí desesperado.
- Se lo estoy diciendo por su propio bien, así no perderá más el tiempo ni usted ni yo, déjeme que le diga algo, su destino no es ser escritor. - Expresó con seriedad.
- ¿Destino? Siempre con eso, aunque no lo sea, no me voy a rendir. Ya lo verá, algún día seré un escritor famoso. - Afirmé mientras salía de la oficina.
- Lo que usted diga, Daiki-kun, que sepa que se lo advertí. - Expresó con indiferencia.
Estar atado por el destino, definitivamente no voy a dejar que algo así me detenga. Voy a ir más allá del destino, cumpliré mi sueño de ser un escritor de novelas reconocido.
...
- Si quieres seguir ese camino, por mi está bien, Daiki, eso sí, no te esfuerces demasiado. - Expresó preocupado.
- Tranquilo abuelo, sé que estaré bien, ahora mismo me preocupas tú, quiero que te mejores y salgas pronto de este hospital. - Dije mientras lo observaba.
- No pasa nada, Daiki, estoy en buenas manos. Dime una cosa, ¿qué es lo que critican de tus novelas? - Pregunto seriamente.
- ¿Te refieres a lo que no les gusta? Lo que siempre me dice el director Sakurai-San es que mis personajes son vacíos.
- Con que vacíos, ¿eh? Quizás sea debido al hecho de que no tienes amigos. - Afirmó mirándome a los ojos.
- ¿De qué hablas abuelo? Las amistades no tienen nada que ver en ésto, solo debo centrarme en darles personalidad y un buen trasfondo.
- Pero para hacer eso necesitas tener claro lo que quieres plasmar, en ese caso, te falta inspiración. - Continúo.
- Deberías convivir con las personas, conocerlas, ver sus formas de actuar, hábitos frecuentes, todo eso te puede ayudar. - Expresó con los ojos cerrados.
- Puede que tengas razón, si no puedo sólo, puedo apoyarme en los demás. A eso te refieres, ¿no? - Dije mientras lo ayudaba a recostarse.
- Exactamente, sal a la calle, busca amigos, conoce sus historias. Es un consejo que te doy como el mejor escritor de novelas de los últimos tiempos. - Dijo orgulloso.
- Está bien, lo voy a intentar, pero sigo creyendo que no cambiará nada. Ya me voy, descansa abuelo. - Expresé mientras salía de la habitación.
Conocer sus historias y personalidad, nunca creí que me vería envuelto en está situación.
Dejar de ser antisocial solo para tener inspiración para mi novela. Las vueltas que da la vida.
Bueno, tendré que hacerlo. Pensé mientras caminaba a casa.
La habilidad que poseo me ayudará mucho, soy alguien muy observador, sé lo que están pensando las personas debido a su comportamiento corporal, gracias a eso puedo ser muy asertivo en momentos críticos. Bien, empezaré a interactuar.
- ¡Cuidado!
Mis oídos captaron ese grito.
En ese momento, una chica chocó conmigo, mis cosas salieron volando, pero por alguna razón, no le dí importancia. Solo podía mantener la mirada fija en ella.
- ¿Estás bien? - Me preguntó mientras me ayudaba a levantarme.
- Sí, no te preocupes. - Le respondí sin apartar la mirada.
Un viento frío empezó a soplar, su cabello castaño ondeaba en el aire, iluminada por las luces de la ciudad, se veía realmente hermosa.
- Lo siento, iba tan apresurada que no me fijé bien. Esos papeles que se fueron volando... ¿Eran importantes? - Dijo preocupada.
- No, tranquila, ya no servían para nada.
- Menos mal. - Expresó con alivió.
Yo seguía deslumbrado, en los veintitrés años que tengo de vida, nunca me había pasado algo así. Quiero ver hasta dónde llega esto, así que le pregunté su nombre.
- Miku Chiba, ¿y el tuyo? - Respondió con una sonrisa.
- Daiki Yoshida, mucho gusto, Chiba-san. - Dije emocionado.
- Igualmente, Yoshida-kun. - Expresó mirándome a los ojos.
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