Capitulo III. El Universo y su curso
Rose
¿Como es que estar frente a una simple prenda de ropa me había paralizado, al punto de que querer llorar de nuevo y meterme a mi cama?
No tenía respuesta a ello, frente a mi estaba mi uniforme de la Unión, que entre un montón de ropa, zapatos y bolsos, seguía siendo mi favorita; frente a mi estaban mis dos opciones que no sabía que debía tomar justo ahora, pues del lado derecho estaba mi uniforme como Comandante de la USS Roosevelt, este era una chaqueta azul índigo con negro, en con cuello tipo mandarín, manga larga que llevaba una delgada línea vertical azul índigo que a su vez tenía otra delgada línea que rodeaba un poco antes de la muñecas. Esta chaqueta en el frente tenía una forma delineada del cuerpo en color azul y por los costados era negra, también tenía unos dobleces en las mangas y en lo que era la cintura de la chaqueta. En los hombros estaban las jerarquías, la cual eran unos rectángulos grises con cuatro rayas que indicaban mi rango como comandante; también en el lado derecho del pecho de la chaqueta estaba el símbolo de Comando que era igualmente de color azul índigo pero que tenía la forma que daba alusión a las naves de la Unión, era un ovalo puntiagudo en los extremos y a sus lados salían tres curvas que se entrelazaban con el ovalo. El pantalón era negro y llevaba la misma línea azul índigo, solo que esta estaba enfrente e iba desde la cintura hasta los tobillos;
Así mismo, a su lado izquierdo estaba exactamente el mismo uniforme solo que en color verde manzana, y el símbolo que había en el pecho de la chaqueta, era un átomo que representaba el nivel científico de la Unión.
La Unión en sus formas de trabajo dentro de las naves interestelares tenía cinco divisiones: La primera es la de Comando, que era el parche azul con el Orville; el segundo es el científico, que es el parche verde con el átomo; el tercero es el parche rojo escarlata, con la forma de un escudo y tres líneas en formas de alas; el cuarto, es el parche naranja, con dos engranajes del mismo color, dentro de un círculo sellado con lo que parecían unos tornillos; y el quinto y último, es el parche verde esmeralda con una cruz y dentro de ella y en el medio estaba el átomo; este representaba el nivel medico científico, que es básicamente las enfermerías y centros médicos de la unión en las naves. Cada parche tenía un significa, un rango y una posición dentro las naves y de la unión, así mismo los colores de los parches determinaban los colores de los uniformes, con la única constante de que sus bases siempre eran en color negro.
Aquella simple decisión estaba constándome más de lo que pensaba, pero no quería alargar esta situación así que use mi uniforme como Comandante, después de todo, aunque mi nave haya sido destruida en batalla, no significaba que no pudiera aplicar para ser primer oficial o capitán de cualquier otra nave.
—¡Rosie se hace tarde! —grito fuera de mi habitación Tyler.
—¡5 minutos! —respondí.
—Hace 20 minutos me dijiste eso. ¡Vamos voy a llegar tarde a la entrevista!
Tyler tenía razón, había pasado más de media hora, así que tal y como le dije solo tarde 5 minutos vistiéndome. Baje las escaleras y ahí estaba el esperando Tyler esperando.
—Lo siento, no medí el tiempo.
—Vámonos ya Rosie, voy tarde.
No podía negar que salir de casa, había sido como un golpe a la realidad. Hacia semanas que no lo hacia y había sido como el primer paso para lo que sigue; para la vida que sigue luego de haber perdido a alguien. Durante el camino me di cuenta que el sol había salido como siempre, de hecho, el día estaba cálido, el mundo entero parecía estar en la tranquilidad de siempre, no tenían ni idea de que haces unas semanas a unos años luz de la tierra estábamos cientos librando una batalla para que la paz y tranquilidad de la que gozan sea perpetua. Que hace unas semanas yo lo había perdido todo por ello, y aunque me tomo tiempo aceptar que nuestro sacrificio fue el correcto, no quita ni un poco el dolor de la perdida.
Pero supongo que así es la muerte, todos siguen; el sol sigue saliendo, la tierra sigue rotando, las flores siguen naciendo, el mundo sigue riendo... Nada se detiene solo para la persona cercana de quien se fue.
—¿Quieres que vaya contigo? —dijo Tyler sacándome de mis pensamientos. Habíamos llegado.
—No esta bien, no quiero que llegues tarde a tu entrevista —respondí y mire a mi lado, ahí estaba de la casa de Marcos, sentí como mi estomago se contrajo.
—Vale, llámame cuando necesites que venga ¿Iras a la Unión luego, ¿no?
—Si, eso creo.
—Vale, te veo luego Rosie.
—Te veo luego Ty. —dije y bajé del auto.
Hecha un enorme nudo y sosteniendo las ganas de volver corriendo al auto de Tyler crucé el jardín de la casa de los padres de Marcos. Y por mas que no quisiera pensar en ello, incluso el jardín de los Whitten estaba precioso, como siempre; pensaría que algo que lo distinguía tanto como el jardín de sus padres y en el que el y yo pusimos tanto amor y tanto empeño, se marchitaría y desaparecería, pero no. Ahí estaba tan hermoso y frondoso como siempre.
La puerta se abrió luego unos segundos de haber tocado el timbre y ahí estaba la señora Whitten vestida completamente de blanco. En su cara estaba más que marcado el dolor que no sabia si era el mismo que yo sentía, pero podía decir que ambas no desearíamos nada mas que devolver el tiempo. Su cara y supongo que la mía también decía aquello porque apenas me abrazo yo volví a llorar como aquel día en la Unión.
—Rosie, que bueno que pudiste venir —dijo ella aun abrazándome.
—Quise venir antes, pero no era sencillo.
—Esta bien cariño —dijo separándose de mí y guiándome hasta dentro de la casa. —se que no lo es.
Detrás de la señora Whitten estaba el señor Whitten el padre de Marcos a quien también le ofrecí mis condolencias y el a mí.
—Sabemos cuánto te quería nuestro Marcos —dijo el señor Whitten a quien me era más difícil de mirar pues era el vivo retrato de Marcos.
—Igual que yo a el —respondí.
—¿Nos acompañas afuera? —intervino la señora Whitten. —Pensamos en que tal vez querrías tomar algo con nosotros.
—Claro, por supuesto.
—Bien, síguenos y de nuevo gracias por venir Rose. —Yo solo asentí, reunirme con los padres de Marcos en una situación como esta era algo que jamás imaginé. No cuando aquí solía venir en día de gracias, en navidades y hasta en vacaciones.
Marcos y yo éramos tan unidos que nos turnábamos para pasar las fiestas con nuestros seres queridos, pero juntos, sin que ninguno faltara. Por lo que estar en esta casa sin él, era más devastador de lo que podría creer.
Al principio la señora Whitten tenia muchas preguntas, algo absolutamente normal, yo también las tenías, solo que aún no tenían respuestas; y esas mismas preguntas eran algunas de las respuestas que tuve que darles a los padres de Marcos. De la misma manera alguna de esas preguntas conducían a recuerdos y anécdotas que ambos vivimos en su casa. Lo mucho que brillaban los ojos de madre de Marcos cuando habla de él, me hacía preguntarme si también los míos, porque ambas por momentos, parecíamos estar hablando en la tranquilidad de un día normal, mientras Marcos estaba con su padre y algunos amigos del otro lado riendo y compartiendo una cerveza.
Ella estaba tan emocionada contando la vez que ambos casi quemamos la casa tratando de preparar una receta que vimos, tanto que hasta los bomberos llegaron a la casa; las alarmas se activaron y les llegó la alerta y de pronto estaban ellos y mis padres entrando a la casa desesperados, pero Marcos y yo solo estábamos muertos de la risa mirando como nuestro pavo se había hecho un pedazo de carbón.
—Dios como lamento que tuviera que remodelar su cocina por eso —dije riendo a aquella anécdota.
—Bueno Thomas nos ayudo y Amelia también, así que la pasamos genial —comentó el señor Whitten.
—Hay mañanas que creo que nada de esto paso y que ustedes siguen en el espacio a años luz de aquí. Y espero a que sean las 8:00pm por su llamada, no llega y siento algo aquí —dijo la señora Whitten señalando su pecho— que arde.
—Haber llegado a la tierra sin Marcos siempre será irreal para mi. Prefiero imaginar que esta en la nave en el espacio, no se si algún día pueda aceptar que ya no está.
Ambas nos entendimos, y sin mas nos dimos un abrazo. El señor Whitten también evitaba llorar frente a nosotras, pero aquello era imposible así que, en medio de aquel abrazo, también le extendí mi mano. Los tres habíamos perdido a alguien importante e intentábamos encontrar algo en medio de aquel dolor, y lo único que había por ese momento era nuestra compañía y apoyo.
—Sabemos que la semana que viene es tu cumpleaños, y Marcos nos dijo que vendrían a la tierra a celebrarlo —dijo la señora Whitten ya más compuesta— así que me pidió que te comprara algo que el había visto. Así que te llame para dártelo, estoy segura que el así lo habría querido, además que no estaremos aquí la semana próxima pues iremos a Alabama, Marcos y yo queremos salir de esta casa y darnos un tiempo.
—Así es —secunda el señor Whitten. —pero no dudes en llamarnos si nos necesitas ¿De acuerdo? Aquí estaremos.
—Se que si —respondí tomando la pequeña bolsa de regalo que me extendía la señora Whitten—, muchas gracias. Por todo, por hacerme parte de su familia.
—No, soy yo la que te agradece por aparecer en la vida de mi Marcos y hacerlo tan feliz.
Yo no quise abrir el regalo frente a ellos porque no sentía que estuviera en mi mejor momento para mantener la cordura, así que decidí tomarlo y continuar hablando con ellos. Un rato más tarde decidí que era hora de volver a la Unión, así que me despedí de ellos, y por alguna razón también decidí despedirme de todo lo que viví en ese sitio con Marcos, no creía que volvería a ese lugar sabiendo que cada cosa me recordaba a él; y ahora que sus padres se iban a Alabama, no tenia porque volver ahí. Así que salí, le di una ultima mirada a ese jardín y continue mi camino hacia el auto de Tyler quien había ido a recogerme.
Al subirme a ese auto decidí no mirar mas a la casa, solo mantener en mi mente aquella imagen para la eternidad, pensaba que eso era mas que suficiente para darme aliento y así seguir con todo esto.
Durante el camino Tyler no hablo mucho, y yo tampoco. No sabia cuanto se lo agradecía; supongo que en mi rostro era más que evidente que aquel encuentro me había afectado, por lo que imagino que decidió guardarse para si sus preguntas. En el camino a casa noté que dentro de la bolsa había un pequeño sobre que medio sobresalía de la bolsa (de hecho, aun no revisaba el contenido) así que decidí abrirlo.
Dentro había una caja de terciopelo cuadrada, de color verde esmeralda, y a su lado el sobre. Por alguna razón me dio mas curiosidad ello que la caja, pues sentía que ese sobre contenía algo que me haría sentir más cerca de Marcos. Con cuidado la abrí y dentro de ella había lo que pensaba, una carta. De inmediato la abrí comencé a leerla.
No me di cuenta que estaba llorando hasta que una de mis lagrimas cayeron en el papel y extendió la tinta casi arruinándola.
Rosie:
No podría decirte en persona cuan afortunado soy de poder compartir un cumpleaños mas a tu lado, porque ya sabes que decir este tipo de cosas frente a frente no es muy lo mío; pero si puedo hacerlo por aquí, de hecho, creo que voy a decirte por aquí algo mas que un feliz cumpleaños.
Jamás olvidare la primera vez que te vi llegar a mi clase de vuelo, creo que nadie me había impresionado en esta vida como tu lo has hecho, y mira que he visto universos que no muchos tienen el placer de ver; sin embargo, todo ello no esta ni cerca de ser tan maravilloso como tú. Desde ese momento en que te acercaste a pedirme ayuda con un mapa estelar, tu sencillamente iluminaste mi vida, y desde entonces así ha sido.
Durante estos años siempre disfruté de tu compañía, de nuestra camaradería, de la forma en que podemos ser un gran equipo de trabajo, pero también los tontos mas grandes de toda unión, pero nunca me atreví a decirte que desde que te conocí estoy sincera y profundamente enamorado de ti y de todo lo que tiene que ver contigo.
Estoy enamorado de la Rose que no tiene paciencia con los alférez y los mapas estelares, de la Rose y su obsesión por inventar historias místicas a través de objetos que solo son productos de gases y reacciones cósmicas de este universo; de la Rose que adora plantar arboles en los planetas con ecosistemas como el nuestro, de la Rose que me abraza cuando algo no sale bien en el puente, y hasta de la Rose que huye del puente de mando porque siempre tiene la cabeza en ingeniería y los laboratorios de la nave... Sencillamente te amo Rose.
Se que tal vez hemos llevado esto como una amistad y una hermandad, pero no quiero seguir viéndote cada día de mi vida sin decirte lo que siento. He pasado los mejores tres años de mi vida y por alguna razón quiero pasar el resto de mi vida contigo a mi lado. No se si el sentimiento sea mutuo, pero puedo decirte que tu compañía diaria ya es un motivo para estar agradecido de por vida, de hecho, porque tu vida haya llegado a la mía.
Nuestro trabajo me ha impedido hacer esta declaración antes porque eres mi primer oficial, sé que tanto tu como yo, siempre estamos pensando es en el bien de la nave y de la tripulación, pero en esta ocasión quiero pensar en mi y en ti. Pero mas que todo en ti, y decirte que esto no es algo que salió de la nada, es algo que nació desde el momento en que te vi y que se afianzó desde el momento en que nos convertimos amigos.
Espero cuando leas esto no te aterrorices y si es así, solo respira y lo hablaremos. El que no sientas lo mismo por mí, no hará que yo deje de sentirlo por ti; pero tampoco quiero que esto te aleje de mí. Feliz cumpleaños Rosie, espero te gusté lo que encontré para ti (en realidad no quería dártelo, es muy hermoso y siempre quise una de esas) porque viene de un lugar muy importante para ambos.
Con amor, Marcos.
Haber leído aquello me había dejado en un completo shock, tanto que ni me había dado cuenta que Tyler había detenido el auto y estaba diciendo mi nombre una y otra vez para que reaccionara.
—Lo...Lo Siento —fue lo único que pude decir.
Marcos había estado enamorado de mi todo este tiempo, pero... yo...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro