Capitulo I. Efectos de la Identidad
4 años antes...
Sistema Solar, orbita de Pluton.
Eran las 8:30am según la zona horaria de la tierra, pero a través de su ventana era como la misma madrugada, oscura y solo iluminada vagamente por el resplandor de las estrellas del espacio.
El espacio: lugar donde antes los humanos solían soñar con ir, o especular sobre este, pero que 4 siglos después fue posible para todos —Bueno, para la mayoría que quería—. Por lo que sus pies estaban sobre La Nave interestelar USS ROOSEVELT, todo lo que había alguna vez soñado estaba ahí, pero, sobre todo; ahí podía ser ella misma sin tener que ocultar lo que ella llama sus dos mejores habilidades; pero que la Unión Interplanetaria denomina "Nivel Científico" y "Nivel de Comando".
La mañana lucía como lo venía haciendo hace días desde que estaban en la órbita alrededor de la estrella HR 8799 aún en el sistema solar, muy cerca de casa "La tierra"; quien tiene todo el amor y atención de Rose pero que sin duda no era una limitante para ir a observar el resto del universo, descubrirlo y aprender de él.
—Buenos días mi preciosa Rose. Increíble que yo esté rodeado de estrellas y tú seas la más hermosa y la que alumbra mi corazón —Exclamó Emmith quien era un Remooliano en forma de perro Pug carlino.
Desde que Rose puso un pie en la nave y se presentó, Emmith había decidido que ella era la mujer ideal para él. Cosa que le resultaba extraña a Rose, pues, aunque convivir con diferentes razas de diferentes planetas era algo completamente normal para ella, que un perro (extraterrestre pero perro al fin) estuviese enamorado de ella y hasta le haya insinuado muchas veces sus intenciones de mantener relaciones íntimas con ella, para Rose era todo menos normal.
—Buenos días Emmith, te recuerdo que puedes llamarme Dra. Wright o en su defecto Comandante Wright ¿Sí? Me alegra que estés tan de buen humor ¿Cómo va el arreglo del regenerador de tejidos? No podemos tener ese dispositivo dañado y menos si estamos navegando, en unos días estaremos a algunos años luz de la tierra, no quiero que nos arriesguemos.
—Ya lo sé mi Rose preciosa —Dijo Emmith quien junto a Rose caminaba hacia el comedor— estamos trabajando en ello. Te prometo que hoy te daré informes de ello.
—No a mí, a Marcos. Él me preguntará en lo que llegue al puente de comando, y como su primer Oficial no puedo mentirle —replico ella con su tono siempre suave y apacible que solía crear en Emmith un estado de relax. O al menos eso decía él.
—No te preocupes mi Rose preciosa, los tendré hoy mismo.
—Emmith si tengo que repetírtelo de nuevo, mandaré una queja formal...
—Ok, ok... de acuerdo Dra. Wright —dijo acercando una rosa que traía en el hocico desde hacía un buen rato— ten, no quiero que te enojes, a pesar de que luces hermosas enojada, tu dulce sonrisa me da motivos para levantarme de mi cama.
Rose quería reír al oír a Emmith, pues en ocasiones su manera de llamar su atención daba más risa que encantó. Así que tomó la rosa le sonrió y le señalo el camino mientras ella se quedaba en la puerta del comedor.
—Buenos días Comandante —Saludo Noloviz un Jabariano que trabajaba junto al Teniente Ross en ingeniería. Está especie proveniente de Jababia, un planeta a 6.5 años luz de la tierra, suelen ser brillantes en el desarrollo, creación y mantenimiento de los motores cuánticos.
—Buenos Días Alférez Noloviz —Saludo de vuelta con una sonrisa— ¿Ya tienen el dispositivo que necesitaban para arreglar el panel de ingeniería que solicitaron en la tierra?
—Así es Comandante Wright —Respondió el Jabariano— trabajaremos hoy todo el día con ello.
—Perfecto —dijo Rose y se adentró en el comedor— déjeme saber cómo le está yendo.
—Claro que si Comandante. Tenga buen provecho —se despidió.
Rose asintió con un ligero movimiento y se dispuso a pedir su desayuno en el sintetizador.
—Jugo de naranja y tostadas con mermelada —dijo y unos segundos después una luz circular blanca con destellos azulados apareció dejando sobre la mesa un vaso de cristal con jugo de naranja y un plato con dos tostadas y mermelada.
Con su desayuno en mano fue esta vez a buscar una mesa para así revisar los archivos que habían subido la noche anterior con respecto a la nave. Por lo general a Rose le encantaban las mesas que daban hacia las ventanas de la nave, desde ahí podía mirar el oscuro espacio y en ocasiones dependiendo del curso de la nave, algunas nebulosas.
—Marcos a Wright —sonó el comunicador de su muñeca.
—Wright a Marcos adelante —contesto Rose.
—Wright no vas a escapar hoy del puente de comando ¿de acuerdo? Quiero que en 30 minutos estés aquí.
—No trato de escapar señor —respondió Rose riendo, sabia a lo que se refería—, es solo que el laboratorio me ha necesitado estos días, me gustaría pedirle que reconsiderara la petición en ese tiempo. Aun debo ir a ingeniería a verificar el cómo va el panel que conduce parte del motor cuántico señor.
—Eso lo haremos juntos. La espero en el puente Comandante Wright —dijo y colgó sonriendo, sabía que había sobrepasado los días lejos del puente.
A pesar de disfrutar su puesto en el puente como Primer Oficial, adoraba estar en el área científica de la nave, pero el deber llamaba y tenía volver. Rose terminó de tomar su desayuno muy tranquilo, al tiempo que revisaba los reportes que había enviado Marcus, del puente a los almirantes.
—Ey, en el sistema Anan están las muestras de semillas que necesito —dijo para si al ver que el cartógrafo había señalado los próximos destinos de la nave.
Mientras caminaba a ingeniería a revisar lo del panel (no iba a dejarlo pasar y menos si la nave estaba en curso a otro sistema) notó que la nave estaba cambiando su curso.
—Rose al puente de comando. —llamó por el comunicador en su muñeca.
—Aquí Marcus ¿Qué sucede Rose?
—¿Por qué la nave esta cambiando el curso señor?
—Recibimos un llamado de la USS Orville encriptado, Un "Bottom Salute 13" vamos a ayudarles.
—Estaré en el puente enseguida señor. Debo revisar el panel cuántico y mucho más si tenemos que activar nuestras defensas.
—Muy bien Rose, asegúrate de que todo esté bien, y regresa al puente.
—Claro que sí señor.
Rose apuro el paso a ingeniería, en el camino veía algunos oficiales correr; segundos después toda la nave estaba bajo una luz roja, de alerta. Al llegar a ingeniería la nave se sacudió fuertemente, lo siguiente es ver como se abría un gran hueco en la pared y aspiraba a los oficiales al espacio. Rose intento correr, pero la fuerza del aire la estaba halando, hasta que con ayuda de uno de los oficiales que iba por el pasillo logro salir de ahí.
De nuevo la nave volvió a sacudirse, y por la ventana vio una gran nube naranja; otra parte de la nave había sido golpeada.
—Wright al puente de comando —llamó.
¡ATENCION A LA FLOTA PREPARENSE PARA ABANDONAR LA NAVE! ¡REPITO PREPARENSE PARA ABANDONAR LA NAVE!
Aquella voz no era la de Marcus era la de Philips, jefe de seguridad.
¡ABORDEN LAS NAVES DE ESCAP...!
La comunicación se había cortado, lo que se escuchaba a través de las bocinas era solo ruido, asustada Rose de inmediato corrió al puente de mando. De camino la nave seguía sacudiéndose una y otra vez, mientras corría sintió como alguien la tomaba de la cintura, y arrastro a una habitación justo antes de que una de las partes de la nave se desprendiera frente al ella nuevamente y dos tripulantes que corrían justo por ahí fueran absorbidos por la gravedad y presión del aire del espacio.
Rose no se había dado cuenta que estaba en uno de los pasillos que dan hacia las naves de escape.
—Wright a Marcos ¡respondan! ¡Wright al puente de mando! —pero nadie respondía, por mas que trataba de estar en calma, el miedo la arropó, era la primera vez que en medio de un ataque sentía tanto miedo, pero sobre todo en el que había visto morir a tantas personas en un solo momento.
Su entrenamiento, jamás le habría advertido que las personas con las que había compartido casi tres años podrían morir y junto con ellos, ella también.
—Comandante debemos salir de aquí antes de que exterminen la nave. Son demasiadas naves Kaylon.
— ¡No! Debo ir al Puente de comando, debo estar ahí con ellos.
—Señor, el puente fue destruido.
Y aquella noticia había paralizado a Rose, y lo próximo que sintió fue como uno del alférez la arrastraba hacia la nave de escape mientras ella peleaba con él pues no quería abandonar la nave, no quería dejar solos a sus compañeros, a Marcos... Aquello no podía ser cierto.
—¡Señor escuche! —alzó la voz—¸la necesito aquí de acuerdo. Necesito que este aquí guiándome.
El alférez a quien aún no reconocía Rose tomo los controles y comenzó a pilotar la nave mientras Rose veía como la USS Roosevelt se hacía pedazos y se envolvía en una nube naranja y amarilla. La USS Roosevelt era solo chatarra espacial ahora, y junto con ella las cenizas de quienes habían sido sus amigos, su familia.
Con el corazón hecho pedazos, se sentó junto al Alférez Taylor, a quien reconoció poco después y tomo los controles de la nave. De nuevo, cuando sintió un atisbo de confianza, pues a pesar de la circunstancia aun había una vida que salvar, pero la nave se sacudió una vez y segundo después, nuevamente. Estaban siendo atacados por una nave Kaylon.
—Alférez encuentre una vía al sistema más cercano que nos aleje de los Kaylon —ordenó Rose.
—Comandante el sistema más cercano es el Anan, está a tres puntos cinco años luz de aquí, pero no tenemos suficiente energía para poder lograrlo —respondió el Alférez.
—Ok, entonces los enfrentaremos y trataremos de volver a la tierra.
—Señor, nuestras defensas solo le harán un leve rasguño a la superficie de esa nave —replico el Alférez.
—Lo sé Alférez, entonces al menos hagámoslos enojar. Que nuestra vida valga la pena alférez, por nosotros y por las otras doscientas personas que acaban de morir.
—Entendido señor.
Entre Rose y el Alférez Taylor, intentaron evadir la nave, pero tal y como lo habían dicho antes sus defensas solo eran risibles ante la nave Kaylon. Por lo que poco tiempo después la nave logro cruzar el sistema solar y alejarse de los Kaylon, pero sin la energía suficiente como para volver a la Tierra.
—Señor, los controles y el motor cuántico están dañados. Y solo nos quedan al menos 3 horas de oxígeno.
—Bien, intentaré crear un canal para comunicarme con alguna nave cerca de la tierra o enviar algún código a la Unión.
***
Luego de la batalla, la Orville había quedado con daños considerables, por lo que por esa razón y porque había mucho que hablar con los almirantes de la unión, La Orville configuro su curso hacia la tierra.
—Sabes me enorgullece mucho tu decisión —le dice Kelly a Ed de camino a la nave. —pero en el fondo estoy realmente preocupada.
—Si te soy sincero, yo también —respondió Ed—, pero quiero creer que el Isaac que nos ayudó es el que estará siempre.
—Creo que lo mantendré extra vigilado.
—Ni lo menciones.
"Bortus a Capitán" —escucho Ed y enseguida respondió.
—Mercer al puente ¿Qué pasa?
—Señor repórtese al puente de mando, creo que debe ver esto —respondieron del otro lado.
—En camino.
Kelly y Ed dejaron la central de Unión Planetaria para ir a la nave. Una vez ahí, Kelly fue a la enfermería para comenzar a cumplir con su palabra de tener vigilado a Isaac, pues suponía que aún estaba ahí. Por su parte Ed, se fue al puente con la curiosidad de su ida al puente de mando. Estando en el sistema solar y tan cerca de la tierra no solían pasar cosas extraordinarias.
Señor nadie responde a la nave —comunica Talla a Bortus.
—Preparen una nave de rescate —ordena Bortus.
—Bortus ¿Qué sucede? ¿Cómo que una nave de rescate? —Pregunta Ed y enseguida Bortus se levanta de la silla del capitán y ocupa su lugar como segundo oficial.
—Señor, hemos recibido desde hace 30 minutos una señal de una nave de rescate proveniente de la USS Roosevelt, pensamos que podía ser una trampa, pero en efecto es una nave real. —comunico Talla la jefe de seguridad.
— ¿Se comunicaron con las personas a bordo?
—Lo intentamos señor, pero la señal está abierta, pero nadie responde.
—Pongan el canal de comunicación —ordeno Ed.
—Enseguida señor —responde Talla. —Listo señor puede hablar.
—Habla el Capitan Ed Mercer de la USS Orville ¿Pueden oírme? —No hubo respuesta.
—Ed, no creo que respondan —dice Kelly, quien había regresado de la enfermería pues Isaac estaba en ingeniería.
—Bien entonces, hagan lo que dice Bortus, preparen el lanzamiento de una nave; Malloy y yo iremos a investigar.
—Entendido Capitán —Asiente Talla y se vuelve hacia su panel de control para ordenar lo que había pedido el Capitán Mercer.
—Señor, por la forma en que la nave esta a la deriva, recomiendo que mejor utilicemos el rayo tractor y poner la nave entera dentro de la Orville. —sugiere Bortus.
—Bien, no veo porque no —dice Ed— ¿Cuántas personas hay abordo?
—Dos señor, usamos el bioescaner y encontramos que una de ellas parece haber fallecido y la otra detectamos pulso débil.
—¿Qué estamos esperando? Andando. Gordon activa el rayo tractor, Talla baja al puerto con seguridad y lleva contigo a la Dra. Finn.
—Entendido señor —asistió Talla levantándose de su silla.
—¿Vienes conmigo? —le pregunta Ed a Kelly.
—No, estaré aquí en el puente, para verificar los mapas de nuestros próximos destinos.
—Bien, te veo en un rato.
...
El rayo tractor había hecho su trabajo, la nave de escape de la USS Roosevelt estaba en el puerto de la Orville. Talla junto a dos oficiales esperaban a Ed y la Doctora Finn para revisar la nave.
—Los paneles están averiados señor —advirtió Talla al ver que Ed se dirigía al panel de control externo de la nave para abrir la puerta de abordaje.
—Supongo que lo haremos a la antigua... Talla ¿Abrirías este tarro de pepinillos por mí?
—Claro que si señor —dijo y tomo la puerta de abordaje y de un tirón la abrió.
—Gracias Talla. —dijo Ed.
Talla saco su arma y entro primero a la nave, detrás de ella e igual de preparado iba Ed. No era nada distinta a las naves de escape de la Orville, solo que estaba por donde pasaban estallaba y lanzaba chispas debido a los daños.
—Señor —llamó Talla. —Ella aun vive, es oficial de la Unión.
—Y el también —dijo Ed tomando el pulso en el cuello del hombre que estaba al lado de la mujer que habían encontrado. —Solo que el si no lo logro. ¿La doctora Finn esta afuera? Debemos sacarla de aquí.
Ed miro a la mujer y al mirar su rostro observo que de tenia una importante herida en su frente que sangraba y recorría parte de cara; la tomo entre sus brazos y salió junto a Talla de la nave.
—Aun respira Claire —dijo al ponerla en la camilla que traía la Doctora Finn.
—Increíble que aun vivas cariño —dijo ella escaneando su herida— Capitán ¿Es cierto que es de la USS Roosevelt?
—Si, así es.
—Pero yo vi como la nave fue destruida.
Todos de hecho. Pero supongo que si logra recuperarse sabremos que paso —dijo Ed sin dejar de mirar a la mujer que estaba en la camilla.
...
Ed había vuelto a su oficina, para reportar lo que había ocurrido y para solicitar a la unión que enviaran a una comisión para recoger el cuerpo del otro oficial que no había sobrevivido. Así mismo recordó colocar en el computador el código de la nave para saber quienes eran los oficiales a abordo.
En primer lugar, arrojo el nombre de la mujer, al lado de su ficha estaba su foto. Una mujer blanca de facciones finas, ojos azules y cabello negro con ondas:
Nombres: Rose Odessa
Apellido: Wright.
Rango: Comandante con nivel Científico y de Comando.
Asignación: Primer Oficial de la USS Roosevelt.
Ed leía su ficha la cual era bastante prometedora y podía entender como es que era el primer oficial de una nave como la USS Roosevelt, había obtenido bastantes reconocimientos dentro de la Unión al hacer reconocimientos y primeros contactos con planetas que aun eran desconocido para la unión. Mas allá de la información había algo que intentaba no prestarle atención y era a la innegable belleza de la Comandante Wright; no solo era la foto de su archivo, sino que al entrar y rescatarla algo dentro de el se había paralizado, y no le había prestado atención hasta que tuvo la foto de Rose en su pantalla.
Finn a Capitán Mercer —se escuchó en el comunicador de su muñeca.
—Aquí Mercer, adelante —respondió.
—Señor, creo que debería venir al sickbay —dijo y en el fondo se escuchó un fuerte grito.
—Enseguida —dijo colgando la comunicación, pero de nuevo este volvió a sonar. —Mercer.
—Señor, acaba de arribar al puerto de llegada una nave de la Unión con el Almirante Perry a bordo. —Era Talla.
—¿Perry? ¿Había una visita para hoy?
—No señor.
—Ok, ve con Kelly y recíbanlo. Yo debo ir al sickbay —respondió Ed.
—Entendido señor.
—Creo que hoy va a ser un día muy movido —Dijo Ed para sí, apago su computador y salió de la oficina.
...
Rose volvía en sí, ya no sentía dolor, solo estaba en calma. Al abrir los ojos, la luz era bastante fuerte, pero algo la atenuaba y era una figura alta con la cabeza plateada y dos ojos en forma de luces led, sin un rostro, solo ese par de luces. Aturdida Rose abrió sus ojos completamente y al divisar lo que tenia frente a ella entro en pánico, así que como un celaje se levantó rápidamente y con todas sus fuerzas le dio una patada a eso que tenía enfrente. El robot se tambaleo por el golpe, pero la camilla que estaba detrás el lo hizo tropezar dando una vuelta y cayendo del otro lado. Rose salió de la sala corriendo mirando atrás lo que hizo que tropezara con otra persona.
—¡Dios! —dijo la Dra. Finn quien entraba a la sala al ver al enfermero Parker en el suelo y a unos pocos metros a Rose. —Tranquila, solo queremos ayudarte.
—¡¡¡Ayúdenme!!! ¡Hay un Kaylon aquí! ¿Dónde estoy? ¿Dónde está el Alférez Taylor?
—Estas a bordo de La Orville, te encontramos en tu nave, ¿Por qué no te calmas y me dejas atenderte sí? Te explicaré todo, solo déjame ayudarte —pedía la Doctora Finn tratando de evitar que Rose siguiera su camino a correr hacia la puerta.
—Doctora Finn detecto que su paciente esta bajo una fuerte crisis nerviosa —dijo Isaac el Kaylon que había espantado a Rose.
Rose volteo y lo vio, de inmediato corrió sin importarle que Claire estaba ahí, tropezó con ella y la puerta del sickbay se abrió...
—Claire para que... —y aquella voz fue interrumpida al sentir el impacto de Rose caer sobre él.
—¡Capitán deténgala! ¡No deje que escape! —La doctora Finn busco rápidamente una jeringa plateada muy delgada.
Ed quien tenia a Rose sobre él, la atrapó entre sus brazos y poco a poco intentaba levantarse con ella, pero Rose forcejeaba con él para escapar.
—Por favor déjame ir, por favor ¿Dónde está el alférez que venía abordo en la nave? —pedía ella.
—Comandante Wright solo queremos ayudarla —dijo Ed quien pudo ponerse de pie. —Por favor...
Rose seguía forcejeando hasta que la Dra. Finn se acerco a ella e inyecto algo en su cuerpo, un sedante, el cual tomo solo unos segundos para que hiciera efecto y Rose se desvaneciera en los brazos de Ed y por fin se tranquilizara.
—¡Dios! —suspiro la Doctora Finn.
—¿Qué paso aquí Claire? —preguntó Ed quien junto al enfermero Parker colocaban a Rose en la camilla principal.
—Vine a buscar a la Doctora Finn porque solicito que viniera, y al no encontrarla decidí buscarla en la sala de hospitalización. Me acerque a la camilla y al despertar la oficial gritó y me atacó—respondió Isaac.
—Entiendo, se llevo un gran susto al despertar y lo primero que ve es un Kaylon —dijo Ed. —Sin ofender.
—Le recuerdo Capitán que no poseo la capacidad de sentir algún tipo de sentimiento en este caso la ofensa —replico Isaac.
De nuevo la puerta del sickbay se abrió y esta vez venían entrando Talla, Kelly y el Almirante Perry, quien abrió sus ojos al ver la razón por la que había ido a la Orville.
—Señor no le esper... —intento decir Ed, pero este ni siquiera le presto atención, sino que se fue directamente hasta la camilla donde estaba Rose.
—Señor, el Almirante Perry vino porque vio su reporte sobre la nave de escape que rescatamos de la USS Roosevelt —dijo Talla.
—La Comandante Wright es su hija —dijo Kelly.
—¿Cómo esta ella? —dijo el Almirante tomando la mano de Rose y mirando a la Doctora Finn.
—Al rescatarla tenia una importante herida, y el oxigeno de su nave se había acabado cuando la encontramos, sin embargo, pudimos reanimarla y curar la herida; está bien. Solo que hace rato despertó, pero tuvo una crisis nerviosa así que decidimos sedarla —explico la Dra. Finn.
—Muchas Gracias por salvarla —les dijo a todos el Almirante Perry. —No tienen idea de lo horrible que fue saber que la USS Roosevelt fue completamente destruida. Ver el reporte del Capitán Mercer antes de decirle a mi familia que habíamos perdido a Rose ha sido como una segunda oportunidad de vida.
—Ella también la tuvo Almirante, fue muy fuerte —le dijo la Doctora Finn.
—Bien, los dejaremos a solas unos momentos, mientras la Doctora revisa la Comandante Wright —dice Ed y junto a Talla, Kelly y Isaac salen del sickbay.
Mientras la Doctora Finn revisaba de nuevo a Rose y el Almirante Perry estaba junto a su hija, el puente de mando volvió a su lugar de trabajo, allí el tema de conversación el cual había pasado de Kelly y Ed a todo el grupo era el hecho de que el Almirante Perry tuviera una hija que nadie conocía. A pesar de que la Unión Planetaria era bastante grande, la información de consanguineidad era bastante precisa, y en los archivos del Almirante no estaba su familia, y en los de Rose tampoco.
—A ver tengo como 10 años conociendo al Almirante Perry y jamás habla mucho de su familia, pero tampoco había negado la existencia de sus hijos —dijo Gordon.
—Si, yo tampoco tenía idea de ello y mi padre y Perry eran bastantes cercanos —dijo Kelly—si recuerdo haber visto a su esposa en el funeral, pero no a sus hijos.
—Los archivos de la Unión donde está la Dra. Rose Odessa Wright no indica mas que sus logros profesionales y sus estudios. Además, es "Wright" no "Perry". —dice Talla.
—¿Doctora? —pregunto Bortus.
—Si, es Doctora en Astrofísica y en Biología, era parte del área de desarrollo científico en la tierra, y luego paso a ser primer oficial de la USS Roosevelt —respondió Talla.
—Guau, inteligente y bonita —dijo Gordon.
—Y es cinta marrón en Krav Maga —añadió Talla con diversión.
—Supongo que el rango de "Comandante" no se lo ganó por nepotismo —dice Kelly.
—Lo que significa que puede responder a los sarcasmos de LaMar con respuestas inteligentes —dice Gordon.
—Y si te acercas a ella, también puede responder con una técnica de Krav Maga —dijo Ed y Kelly me miro riendo.
...
Los resultados de la nueva revisión de Rose habían sido excelentes, cuando la doctora Finn se lo comunicó al Almirante Perry de nuevo este la abrazo y comenzó a llorar, suponía que era las emociones entre el pánico de haber tenido que lidiar con la muerte de Rose cuando aun no sabia que estaba viva y el hecho de que estaba de nuevo con él.
—No se preocupe Almirante, ella estará bien —le dijo la doctora Finn quien también correspondió aquel abrazo para darle conforte.
—Gracias de nuevo.
—No se preocupe, los dejare solos —dijo ella con una dulce sonrisa y salió de la sala.
Perry se acercó a la camilla de Rose tomo una silla que estaba cerca y se sentó a su lado, de nuevo tomo su mano y acaricio su cabello, de verdad estaba tan agradecido que poder decirle a su familia que ella estaba bien, por segundo se imaginaba diciéndoles a su esposa y a su hermano que Rose había muerto y todo en él se revolvía y sentía un vacío inexplicable.
Pero afortunadamente Rose comenzaba a despertar para devolverle a la realidad y de nuevo respirar porque ella estaba viva.
—¿Papi? —dijo ella aún algo adormilada.
—Mi amor —se levanto de su silla y beso su frente. —Estas bien, todo está bien.
—¿Cómo llegaste aquí? —pregunto ella.
—El Capitán Mercer envió un reporte enseguida que encontró tu nave de escape, me llego directamente a mi y tome la primera nave para venir a la Orville.
—No estaba soñando... Ellos... ellos murieron —dijo ella y sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Lo siento mucho mi amor —dijo el Almirante abrazándola.
—No pude ni siquiera llegar al puente papi —decía entre sollozos—todo pasó tan rápido. Ni siquiera pude verlos, ¿Dónde esta el Alférez Taylor? ¿Por qué nadie me ha dicho como está el?
—Rosie mi amor, se que nada de lo que diga podrá aliviar el dolor de haber perdido a toda tu tripulación, pero lo siento mucho; asi como también siento decirte que el Alférez Taylor murió dentro de la nave —Al levantar la vista vio que Rose estaba llorando—, Rosie sé que esto no va al caso, pero estoy tan agradecido con Dios y la vida por dejar vivir a mi pequeña, que solo puedo decirte que estar viva, es una oportunidad y nueva misión. Y estoy segura que tanto a Marcus como a Joe estarían agradecidos que tu vivieras, incluso el Alférez Taylor te regalo otra oportunidad.
Aquellas palabras solo desataron en Rose el mas profundo dolor, pues solo reafirmaba que ellos habían muerto, y que jamás volvería a verlos.
—¿Por qué nos atacaron? ¿Por qué los Kaylon se revelaron papá?
—Los Kaylon no fueron siempre una raza de tipo inteligencia artificial; ellos asesinaron a sus creadores, los exterminaron a todos y se hicieron del planeta. La Orville visito su planeta lo notó y descubrió que su idea de unirse a la Unión Planetaria era solo una farsa para acabar con todas las razas biológicas, como ellos le dicen.
—¿Por qué hay un Kaylon en esta nave?
—Isaac, el Kaylon que viste era un emisario de su planeta; por el fue comenzaron las negociaciones entre Kaylon y la Unión, sin embargo, en medio del ataque el se enfrentó a su gente para salvar la Orville. El Capitán Mercer cree que esta de su lado, así que pidió dejarlo en su nave.
—¿Cómo saben que el no les atacara de nuevo? ¿Qué no nos atacará de nuevo?
—No lo se mi amor, no lo sé...
—El no debería estar en una nave la Unión, debería ser escoltado hacia una celda en los calabozos de la Unión. La Orville tiene 300 personas a bordo, esto es negligencia.
—Rosie mi amor, La Orville es problema del Capitán Mercer y lo que el haga, es algo en lo que la Unión no interfiere, y aunque nosotros también lo creemos, queremos suponer que esa idea nos mantendrá alerta de un próximo ataque. Nadie conoce Kaylon mejor que él. Ahora vuelve a recostarse ¿Sí? Necesito que descanses. Llamare a casa y les daré la noticia de que estas bien.
Rose asintió y volvió a la camilla, si bien había cientos de cosas en su cabeza entre ellas el dolor de haber perdido a su tripulación, los efectos del sedante la mantenían en un estado tranquilo, pero también muy disociado por momentos, así que poco minutos después volvió a quedarse dormida.
...
Entre tanto la Orville seguía haciendo sus reparaciones y sus tareas habituales, Ed había vuelto a su oficina para seguir sus informes, Kelly estaba en el puente junto a Gordon y Talla revisando la seguridad, Bortus estaba con su "pareja" un termino arcaico de los Moclanos para llamar a sus esposos.
Ed quien revisaba los últimos reportes sobre los daños que tenia la nave, decidió por curiosidad volver al archivo de Rose, no sabia exactamente que estaba buscando, pero algo dentro de él sentía cierta extraña curiosidad por Rose. Sin embargo, fue interrumpido cuando tocaron el timbre de su oficina.
—Adelante —dijo y la puerta se abrió. —Almirante ¿Cómo está la Comandante Wright?
—Esta bien, la Doctora Finn la dará de alta en unas horas, así que nos iremos a casa.
—Me alegra escuchar eso.
—Capitán Mercer, no tengo palabras para agradecerle por haberle salvado la vida a Rose, Gracias de verdad.
—No hay nada que agradecer Almirante, de hecho, la nave había dejado los localizadores con las alarmas activas, así como el comunicador, por lo que creo que fue mas obra de su hija y su compañero que nuestra.
—De igual manera, gracias. Partiremos en unas horas y además de agradecerle informarle para que este al tanto el puerto de salida.
—Avisaré a seguridad señor, no hay de que no se preocupe —dijo Ed extendiendo su mano.
—De acuerdo —respondió el Almirante Perry estrechando la mano de Ed.
El Almirante salió de la oficina de nuevo rumbo a la enfermería. Al llegar Rose estaba despierta y hablando con la Doctora Finn.
—Menos mal estas despierta Rosie, ya informé al capitán Mercer para que prepare el puerto.
—Pero papá, me gustaría hablar con el Capitán y darle las gracias. Ellos salvaron mi vida —dijo Rose mirando a la Doctora Finn quien le dio una cálida sonrisa.
—Ya lo sé cariño, y yo mismo fui a darle las gracias al Capitán y a su equipo, tu tranquila, debes descansar y volver a casa.
—Así es Rose puedo llamarte así, ¿no? —Preguntó la Dra. Finn.
—Si, claro.
—Entonces escucha a tu padre. Todos estamos mas que contentos de haberte rescatado. La USS Roosevelt fue la primera nave en responder a nuestro llamado, también le debemos mucho y que tu estes viva es un pequeño aliento para nosotros, después de lo que sucedió —Y Rose agachó la mirada, escuchar aquello todavía parecía irreal.
—Ese era nuestro deber —dijo Rose.
Claire le miró de nuevo y se acerco a ella para abrazarle, algo le decía que aquel gesto podía hacerla sentir un poco mejor.
—Gracias de nuevo Doctora Finn.
—De nada Rose, un placer conocerte incluso en estas circunstancias.
Rose y su padre, listos para abordar esperaban las indicaciones de Talla, la jefe de seguridad de La Orville, así como el del oficial de salida, cuando la orden de salida fue dada, la nave tomo su curso y dejó la Orville, y con ella se quedaban algunos pensamientos de Rose, entre ellos el Capitán Mercer, quien solo estuvo con ella unos segundos antes de desmayarse por el sedante, pero su rostro era una imagen constante en su mente.
Allá
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