Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 6

El sol de la tarde iluminaba Bilbao mientras Leyre y yo  caminábamos hacia San Mamés. La conversación giraba alrededor de la reciente interacción entre Oihan y yo, y Leyre no podía evitar chincharme porque siempre lo hace, a ella le da igual que le diga que paso de tener relaciones con futbolistas, ella sigue erre que erre.

―Venga, Sara, admítelo. Oihan te gusta ―dijo Leyre con una sonrisa pícara―. Te he visto sonreír cuando hablas de él.

Rodé los ojos, aunque una sonrisa traviesa cruzó en mi rostro. No admitiría eso que ella quiere que admita.

―No es así, Leyre. Me gusta su compañía, es divertido y agradable, pero no siento nada profundo por él. Además, sabes que me cuesta confiar en los futbolistas después de lo que pasó con Isaac.

Leyre levantó una ceja, escéptica.

―Sí, claro. Pero no puedes negar que algo revolotea en tu interior cuando estás con él.

Yo suspiré, sin saber cómo responder. Cambié de tema rápidamente, enfocándome en el partido al que nos dirigíamos.

―Vamos, que llegaremos tarde si no nos damos prisa.

Cuando llegamos al estadio, nos dirigimos a la entrada de la zona VIP, donde Oihan nos había invitado. Sin embargo, nos encontramos con un problema inesperado.

―Disculpen, pero no pueden pasar ―dijo el guardia de seguridad con firmeza.

―Oihan Sancet nos invitó ―dije yo, tratando de mantener la calma.

El guardia se rió despectivamente.

―¿Sancet? Sí, claro. Eso es imposible.

Antes de que pudiera responder, Oihan apareció, con una expresión seria en el rostro.

―¿Qué está pasando aquí? ―preguntó, mirando al guardia.

―Estas chicas dicen que tú las invitaste ―respondió el guardia, con tono sarcástico.

Oihan se acercó y miró al guardia directamente a los ojos.

―Sí, las invité yo. Y será mejor que esta sea la última vez que tratas así a mi novia.

Las palabras de Oihan causaron un revuelo inmediato. Leyre no pudo evitar una sonrisa emocionada, segura de que Oihan realmente sentía algo por mí. Lo que ha desatado el idiota este. Por otro lado, yo me sentí abrumada, pero no puedo evitar sentir algo revoloteando en mi interior al oírlo decir que era su novia.

En ese momento, Leyre vio a Unai Simón cerca y salió corriendo hacia él, dejándonos a mí y  a Oihan solos.

―Gracias por ayudarme ―dije, nerviosa―. Aunque creo que lo de novia fue un poco exagerado.

Oihan sonrió de una manera preciosa.

―Por ti, cualquier cosa, Sara.

Nos miramos a los ojos, compartiendo un momento especial, pero la escena se vio abruptamente interrumpida cuando una chica se tiró al cuello de Oihan, abrazándolo.

―¡Oihan! ¡Cuánto tiempo sin verte!

Oihan se quedó sorprendido al ver a la chica, pero peor me quedé yo cuando sentí como me subía la rabia en cuestión de segundos.

―Natalia, ¿qué haces aquí?

Natalia se giró hacia mí y, con una sonrisa falsa, dijo:

―Hola, soy Natalia, la novia de Oihan.

Las palabras de Natalia causaron un enfado inmediato en Oihan, puto mentiroso de mierda, que es diferente decía, hasta los vascos son iguales, y lo peor de todo es que causó una desilusión profunda en mí.

―Natalia, ya te he dicho que lo nuestro se terminó hace tiempo ―dijo Oihan con firmeza, logrando librarse de su abrazo.

Por mi parte, con el corazón pesado, me sentí traicionada una vez más. Es que no se puede confiar en un futbolista de primera división.

―Sabes, Oihan, solo te pedía sinceridad. No esperaba amor eterno, solo honestidad ―dije, con voz temblorosa.

―Sara, por favor, créeme. Lo de Natalia se terminó hace mucho. No hay nada entre nosotros.

Pero ya no estaba dispuesta a escuchar. Encontré a Leyre con Unai Simón y me dirigí hacia ella, dejando a Oihan frustrado y dolido porque no le creía.

―Vamos, Leyre, tenemos que irnos ―dije, tratando de mantener la compostura.

sentí como Oihan observaba impotente como me alejaba, sintiendo que había perdido algo importante. Ahora tendría que encontrar una manera de demostrarme su sinceridad y recuperar mi confianza. Pero por ahora, solo podía observar, con el corazón lleno de frustración y un anhelo profundo por arreglar las cosas. 

El ambiente en San Mamés era eléctrico, con los cánticos y gritos de los aficionados del Athletic resonando por todo el estadio. Pero para mí, el partido se sentía como un segundo plano comparado con el torbellino de emociones que había experimentado minutos antes.

Mientras los jugadores se preparaban para empezar a jugar en el campo, no podía dejar de pensar en Oihan. Había algo en su mirada desilusionada que me había calado hondo. Sabía que él tenía un buen fondo, pero todos mis miedos anteriores habían vuelto cuando vi a esa chica abrazarle, como cuando vi a Isaac abrazado a Sandra.

En la zona VIP, me senté junto a Leyre, aún sintiendo el eco de las palabras de Natalia. Leyre, notando mi ánimo decaído, intentó animarme.

―Oihan parecía realmente molesto por la aparición de Natalia ―dijo Leyre―. Estoy segura de que él no tuvo nada que ver con eso.

―No lo sé, Leyre ―respondí, suspirando―. Todo esto es tan confuso. Quiero creerle, pero después de lo que pasó con Isaac, es difícil confiar.

―Mira, Sara ―continuó Leyre―. Oihan ha hecho más por ti en estas últimas semanas que nadie. Sé que está siendo sincero contigo. Dale una oportunidad.

Asentí lentamente, pero seguía sintiéndome herida y confundida. Decidí tratar de disfrutar el partido, aunque mi mente seguía volviendo a las palabras de Oihan y Natalia.

El pitido inicial del árbitro marcó el comienzo del partido, y el Athletic salió con toda su fuerza. Oihan estaba especialmente concentrado, su desempeño en el campo reflejando su determinación de mostrarme quién era realmente.

En el descanso, con el marcador aún empatado, Oihan miró hacia la zona VIP y conectamos las miradas por unos minutos. Su corazón se aceleró al verla, pero sabía que debía mantenerse enfocado en el juego. No podía permitirse errores, ni en el campo ni tampoco conmigo.

El segundo tiempo fue intenso. Oihan jugó con una energía renovada, como si cada pase, cada tiro y cada movimiento estuvieran destinados a demostrar algo más que habilidad futbolística. Y cuando finalmente, en los últimos minutos del partido, marcó el gol decisivo, el estadio estalló en júbilo.

Desde la zona VIP, no pude evitar sentirme conmovida por el fervor y la pasión de Oihan en el campo. Leyre me observó, sonriendo.

―¿Ves lo que te digo? Ese chico está luchando no solo por su equipo, sino también por ti.

Cuando el partido terminó con una victoria para el Athletic, nos dirigimos a la salida. Antes de irnos, Leyre decidió buscar a Unai Simón para felicitarlo, dejándome sola por un momento.

Oihan apareció entonces, todavía con el sudor del partido y una expresión decidida en su rostro.

―Sara, por favor, escúchame ―dijo, respirando profundamente―. No tenía idea de que Natalia aparecería hoy. Lo nuestro terminó hace mucho tiempo, y no hay nada entre nosotros. Tú eres la única que me importa ahora.

Lo miré, con mis emociones mezcladas.

―Oihan, yo... quiero creer en ti. Pero esto es tan difícil para mí. No puedo pasar por lo mismo otra vez.

Oihan dio un paso adelante, sus ojos reflejando su sinceridad.

―No te pido que confíes en mí de inmediato. Solo dame una oportunidad para demostrarte que soy diferente. No tienes que decidir ahora, solo... dame tiempo.

Lo observé, viendo la honestidad en sus ojos. Asentí  lentamente, aunque aún con cautela.

―Está bien, Oihan. Te daré una oportunidad, pero no me decepciones.

Oihan sonrió, aliviado.

―Gracias, Sara. Prometo que no te arrepentirás.

En ese momento, Leyre regresó con Unai Simón, ambos sonriendo.

―¡Oihan, gran partido! ―exclamó Unai, dándole una palmada en la espalda.

―Gracias, Unai ―respondió Oihan, volviendo a mirar hacia mí―. ¿Nos vemos después?

Asentí, y Oihan se despidió para regresar con su equipo. Mientras caminaba hacia la salida, Leyre no pudo evitar bromear.

―Sabía que terminarías dándole una oportunidad.

Sonreí ligeramente, sintiendo que había tomado la decisión correcta.

―Sí, Leyre. Creo que merece una oportunidad. Vamos a ver cómo se desarrollan las cosas.

Mientras dejábamos el estadio, no podía evitar sentirme más ligera, con la esperanza de que esta vez las cosas serían diferentes.

___________________________

Holaaaaa. He vuelto, he estado un poco liada con la unviersidad y no me ha permitido escribir, pero vuelvo más renovada que nunca. 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro