Como si fueran unos fugitivos Suri y Stella fueron conducidas a la prisión llamada casa por Adrián, quién no lucía nada contento por lo sucedido aunque las chicas le contaran lo sucedido.

Con un gesto de no querer escuchar nada de ellas abre la puerta de su casa con gran fuerza encontrándose a Max dormido en el sofá como primera cosa al abrir.

—Al parecer ya llegaron—se levantó—¡Pero qué veo! Chicas como pudieron irse de la casa aunque Adrián les haya dicho que no podían hacerlo.—dijo con voz dramática

Suri y Stella no vieron agradable ver a Max en la casa, ya que ellas se habían expuesto al momento de buscarlo por todo el lugar.

—Al menos hay alguien con cordura en este lugar.—dijo Adrián, dejando las compras en la mesa.

—¿Hablas enserio Adrián?—replicó Stella—Él es la persona con menos cordura aquí.

—¡No veo que haya salido cuando dije que no!. Por su culpa no pude comprar pescado seco.

—Olvida el pescado. Y escucha lo que tengo que decir...—apretó con fuerza el afiche que tenía en su bolsillo

—No tengo tiempo para oír excusas. Tengo mucho trabajo que hacer, así que no hagan nada que vayan a lamentar—subió en dirección al estudio.

—Ya veo de quién heredaste el temperamento—bufo Max.

—no tengo ánimos para bromas, Max.

—Stibaliz.—lanzó un libro siendo recibido por Stella.

—¿Qué es esto?—observo el libro.

—Creo que te ayudará con tu problema.

—¿Cómo lo conseguiste?

—Lo tomé prestado de la librería. Así que no desperdicies mi tiempo.

—Gracias.—se apresuró a leer el libro

—¿De que es ese libro?—preguntó Max

—Es de rastreo. Pero eso no importa ahora—se acercó de forma intimidante—.Me vas a contar lo que hiciste durante el tiempo en que te fuiste. Acompáñame a la cocina y hablemos.

—Okey.

Las cosas se pusieron algo tensas al llegar a la cocina. Suri activó un artefacto que silencia cualquier conversación que vayan hacer.

—Ahora dime, ¿Qué fue tan importante como para dejarme sola con Stibaliz?

—Prométeme que no te vas a enojar.

—lo pensaré y veré si merece mi enojo.

Max algo desconfiado le cuenta lo sucedido con la princesa Jamal y el plan sobre cómo traer la copa.

—¡¿Estás loco?!

—No había otra manera.

—Pero contactar con ella y que te traiga la copa... se me hace tan arriesgado.

Max se sentó en una silla al lado del repostero con una mirada decaída como si el encuentro con la princesa le hubiera hecho recordar sentimientos pasados.

—¿Estas bien?—arrimó su silla al lado suyo

—no lo se... es solo que ella se parece tanto a una persona que creí haber olvido

—¿una persona... ?

—Sus cabellos negros y su nariz raramente pequeña solo...—suspiro impotente.

—¿Es la joven del retrato?

—¡Cómo sabes eso!

—Es fácil. Cuando te conocí miré como la veías muy fijamente por un largo tiempo.

—¡¿Enserio?!—tocó su cabeza con sus dos manos—eso es tan vergonzoso.—intentó calmarse.

Suri intentó no reírse al ver a Max en esa situación y con mucha tranquilidad intentó calmarlo dándole palmadas en su espalda

—¿Ya estás más tranquilo?

—Un poco, si.

—Y bueno—se puso algo nerviosa—¿podrías decirme su nombre? Siempre tuve curiosidad por saber quién era.

—¡¿Qué?!—respondió exaltado.

—Vamos. Ya que tocaste el tema no voy a tener otra oportunidad para preguntártelo.

—Está bien. Pero no te burles.

—Lo prometo.

—Ella se llama Trishiana.

—¡¿Y cómo se conocieron?! —preguntó al instante.

—Pensé que solo querías saber su nombre.

—si, pero una historia bien contada no me vendría mal ¿no crees?

—Enserio me vas a hacer sonrojar demás—cubrió su cara con sus manos—¿Si te lo digo dejaras de molestarme?

Suri movió su cabeza en signo de afirmación entusiasmada por la información que le brindaría Max.

—Ella es solo una amiga de la infancia y el retrato con ella fue porque nuestras familias se llevaban bien ¿Satisfecha? . Ahora regresemos a lo que nos compete.

—¿Así que fue tu amor platónico?

—¡Suri!

—Solo pensar en un pequeño Max todo avergonzado se me hace tierno.

—¡Suri!

—¿Alguna vez intentaste decirle lo que sentías?

—¡Suri!—gritó con más fuerza

—Lo siento es que siempre he querido saber un poco más.

—Está bien, pero ahora hay que centrarnos en Lio.

—Cierto—puso una cara sería—.¿La princesa te cito a donde van a encontrarse para recibir la copa antes de irse?

—Antes de retirarse uno de sus sirvientes me dio un papel donde me mostraba el lugar y la hora de encuentro.—sacó un trozo de papel de su bolsillo y se lo enseñó a Suri.

—¨Ven dentro de dos días, a las cuatro de la tarde en el callejón donde nos conocimos"—leyó en voz alta—¿Cuál callejón?—le devolvió el papel a Max después de leerlo—.¿Sabes donde queda?

—Ni idea.

—Lo suponía. Dé eso nos encargaremos luego, ahora tenemos que buscar una manera de salir de este lugar. Y creo saber como hacerlo.

—¿Como?

—Tú solo aguarda hasta que se cumpla el paso.

Los dos días transcurrieron con normalidad. Suri había estado preparando una poción a escondida de los ojos de Adrián y Stella. Las preparaciones para encontrarse con la princesa ya están casi listos, solo faltaba reunirnos con ella en el lugar.

Justo cuando daban las dos de la tarde, Suri aprovechó el momento de distracción de Stella y Adrián para ser dos ilusiones de Max y ella en la cocina sin levantar ninguna sospecha. Max que lucía asombrado por el parecido de su ilusión intento jugar con él siendo detenido por Suri quien lo apresuraba para que pudieran salir por la ventana.

Un ruido fuerte en la puerta alertó a Stella, quien estaba estudiando el libro que le había entregado Suri. Por las escaleras se veía a Adrián bajando hasta el primer piso, buscando quien era causante de tal alboroto que no le permitía hacer su trabajo.

Irritado se acercó hasta la manija de la puerta sin antes decirle a Stella que se esconda—¡Ya dejen de tocar!—Al ver bien a los causantes de su enojo, Adrián lucía confundido por su visita—¿Princesa?

La princesa Jamal y su acompañante lucían algo incómodas por la recibida dada por Adrián.

—Veo que te sientes mejor, Adrián—dijo Jamal, intentando no perder la compostura.

—¿A qué debo su visita princesa?—intentó calmarse ante la situación—.No creo que sea correcto que usted venga a visitarme a este lugar.

—Entiendo que este lugar esté fuera de mis límites, pero tenía que darte esto y no podía esperar hasta las cuatro.

La dama al lado de Jamal, sacó de entre sus prendas una copa envuelta entre telas, mostrándoselos a Adrián.

—¿Eso es?—dijo tartamudeando—¡¿Por qué lo traes aquí?!

—Se que estuvo mal que me adelantara sin antes decirte, pero tuve que hacerlo para que el emperador no pudiera sospechar.

Las palabras de Jamal empezaron encajar en la cabeza de Adrián y hacer que él pudiera comprender un poco del asunto.

—Eso es...—observó la copa quien estaba sostenida por la acompañante de Jamal.

—No te preocupes por Liana, ha estado conmigo hace mucho y no creo que vaya a decirle nada de esto al emperador.

—Joven Adrián, podría permitirnos pasar. La princesa no puede estar mucho tiempo expuesta al frío—intento entrar siendo interrumpida con el brazo de Adrián quien le impedía el paso.

—No he limpiado hace mucho, no creo que sea un buen lugar para una princesa.

—No se preocupe, yo lo ayudare con la limpieza.—intentó apartar el brazo de Adrián de la puerta.

—No es necesario. Pueden volver en otra ocasión.

—No creo que se dé esa oportunidad, joven Adrián. Por el momento nos conformamos con entrar y calentarnos un poco—intentó apartar a Adrián.

—No traje le...—un fuerte sonido de un jarrón roto interrumpió a Adrián, captando la atención de la princesa.

—¿Qué fue eso?—aportó a Adrián, logrando entrar.

La figura de Stella intentando recoger el jarrón dejó atónita a la princesa Jamal y su acompañante. La persona por la cual el príncipe Jeffrey había dejado el imperio estaba frente suyo.

¡Hola! Mis Queridísimos Lectores.

Hoy les vuelvo a traer otro capitulo de esta obra que nos gusta tanto.

Dato curioso de este capítulo: La primera vez que Trishiana conoce a Max es debajo de un árbol cerca de los jardines. Ese fue el momento en que algo hizo clip en Max.

Nos vemos en la siguiente actualización.