Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo veintisiete: Pijamada


Capítulo veintisiete: Pijamada

Breana


8 de febrero, 2017

La primera cita con el terapeuta no es bonita y la segunda, la de hoy, tampoco.

Me cuesta sacar las palabras, mis silencios son prolongados y aunque la energía de Lance es buena, una parte de mí está aterrada de ser expuesta, de confiar y de que todo se derrame. De terminar en internet con todos mis secretos, de que Lance sienta que es demasiado o que es poco y solo soy una rubia tonta buscando atención.

—El tiempo está pasando... —digo.

—No tenemos prisa.

—De hecho, sí, tienes más citas ¿Cierto?

—Pero tendremos más días ¿Verdad? —responde y asiento con lentitud—. No dejes que el tiempo te apremie a hacer algo para lo que no te sientes lista.

Me remuevo en el sofá y miro alrededor. Es un consultorio cálido con sus paredes color cremas y cuadros de paisajes relajante, la ventana es pequeña, pero no me hace sentir atrapada, por el contrario, casi me hace sentir en una zona segura.

Estoy molesta conmigo por no hablar, por dudar y desconfiar, de estar aquí desperdiciando el tiempo sin avanzar.

¿Es un verdadero comienzo para sanar si no doy ningún paso?

Ni siquiera puedo servir para esto.

—Podrías estar lastimándote la pierna, Breana —dice Lance con suavidad.

Bajo la mirada y me doy cuenta de que estoy pellizcándome el muslo hasta el punto de que desgarré mis medias.

Vine directo del programa, quise posponerlo, pero cuando me había estacionado en mi vecindario, me puse en marcha y conseguí llegar pese a sentirme temerosa de enfrentar otra consulta.

Lance es un terapeuta a principios de sus treinta, simpático, amable y ágil con sus palabras, me había sentido cohibida al llegar con mi aspecto tan arreglado tras un día de trabajo, pero no me había dado miradas lascivas, incómodas y condescendiente. En nuestra primera cita tampoco me miró de una forma que no fuese amigable.

Estoy programada para esperar siempre lo peor y eso me hace sorprenderme ante el mínimo gesto de amabilidad o volverlo más grande de lo que realmente es. Celebro con demasiado ahínco los comportamientos normales porque recibo poco de ellos al conocer a nuevas personas.

—¿De verdad nada de lo que hablemos aquí saldrá al público?

—Te lo prometo, sin embargo, sé que mi promesa para ti en este momento no tiene peso.

—También firmaste un contrato de confidencialidad, pero ya ha pasado antes que muchos prefieren ser demandados a perder una gran cantidad de dinero.

—Mi ética no tiene precio, pero tus miedos son válidos.

—¿Lo son?

—Cada una de tus emociones importan, Breana.

Me descubro queriendo pellizcarme una vez más el muslo por lo que entrelazo los dedos de mis manos sobre mi regazo.

—No quiero ser más odiada de lo que soy y eso pasará si algo de lo que hablemos sale a la luz. Porque no soy bonita por dentro. Me odian sin conocerme, sería horrible que me odien luego de hacerlo.

»No sé cómo confiar o cómo sanar. Estoy sentada aquí, aterrada y paralizada, implorando que no me traiciones. Te pago para no hacerlo, pero por alguna razón es como si rezara que lo hicieras más allá del dinero, sin embargo, es algo que hago siempre: querer agradar. Temo que me conozcan y a su vez estoy deseosa de que lo hagan y me aprueben.

—Demos pequeños pasos ¿De acuerdo? En este momento somos una página en blanco en la que iremos escribiendo a tu ritmo, sin presiones. No he hecho nada para ganar tu confianza y también tenemos el peso de las expectativas.

El reloj suena.

—¿Lo ves? —pregunto con molestia—. El tiempo terminó y no hice nada.

—Hiciste mucho.

No le creo, pero asiento y cuando salgo, dudo, pero al final programo mi próxima cita esperando tener las agallas para volver.

***

13 de febrero, 2017

—¿De verdad estás bien? —pregunta Valerie a Krista.

Sonrío aun sin creerme que Valerie ha vuelto.

Lleva menos de un mes en Londres y parece que el contrato para su regreso al programa por fin se está concretando. Su ausencia siempre fue palpable y sobra decir que estamos extasiados con tenerla de regreso.

Su dinámica ha cambiado, ahora vive con sus hermanos y un hermoso bebé que pronto volverá a los brazos de su madre. Sin embargo, lo más notable, es la soltura en nuestra amiga.

Su personalidad reservada, tranquila y suave no ha cambiado, pero ahora es más segura, firme, independiente y lleva la valentía en su mirada, es admirable y amo ver todo eso reflejado en ella, me hace sentir que al final todos encontramos nuestros caminos y terminamos siendo una mejor versión de nosotros mismos.

Refuerza la esperanza que podría estar creciendo en mí.

—Lo estoy, a quién rayos le importa que mi exnovio se case —responde Krista dando un trago a su copa de vino y sonriendo—. Espero al menos con ella sepa no serle un infiel en alguna orgía que luego se filtre.

—Siempre me sorprende que Garrett te haya engañado de esa manera —admite Adelaide—. Fue como un gran giro de trama a tu vida.

—Su desarrollo de personaje —dice Alexa con entusiasmo—, como su gran arco.

—Aw, gracias por hacer que esa traición se sienta mucho mejor —Les sonríe Krista—, pero de verdad estoy bien. Ha pasado un tiempo para sanar y mi terapeuta ayudó. Obvio odio esa traición, pero es pasado. Estaré feliz si mi camino no se vuelve a topar con el suyo.

—¡Así se habla! —Elise se estira para chocar sus palmas.

—Y hablando de exes... —Alarga Alexa mientras doy un sorbo a mi mojito sin licor—. ¿Qué ha sido de Gabriel?

Alzo la mirada tomada por sorpresa porque Gabriel se ha convertido en un pensamiento lejano desde sus hirientes palabras y porque en la actualidad no hay ningún espacio en mi vida que quiera darle.

—No lo sé —Me encojo de hombros—. No nos seguimos en redes ni frecuentamos los mismos lugares, espero esté bien...

—Espero y esté muy mal —agrega Krista y la miro—. Es un imbécil que seguía fingiendo que estaban juntos para que las personas te quemaran en internet y es un manipulador, se merece lo peor, es justo que lo obtenga.

—Kris... —Valerie le da una mirada.

—No me retractaré.

—Apoyo esos deseos —secunda Elise alzando su copa— y si lo arrastran al infierno, mejor.

—¿Le estás deseando la muerte? —pregunta Adelaide.

—No, no, que viva el infierno en la tierra.

—Me gusta eso —aplaude Alexa— ¡Amén!

Valerie ríe y me da un encogimiento de hombros, me muerdo mi propia sonrisa.

Qué bien se siente estar reunidas todas de nuevo.

—Cuando me fui —dice—, no pensé que al volver finalmente te encontraría en una relación tan sólida con Rayan, Breana, me hace feliz que estén juntos.

—Y las folladas que se dan en el camerino dejan pequeñas a las de Adelaide y Jocker —se ríe Elise.

—¡Elise! —siseo mientras Adelaide se ríe—. ¿No te enfada?

—Para nada. Es cierto que Jocker y yo lo hemos hecho en el camerino —Se encoge de hombros.

—Y es obvio que Rayan y tú también cuando su camerino está cerrado —dice Krista—. No dejo de intuir que Rayan debe ser un intenso en el sexo. Debe de follar como entrena, con propósito, determinación, fuerza y enfoque.

La pateo debajo de la mesa y se queja.

—Es mi novio de quien hablas, cuidado.

—¡Uhh! Posesiva, me encanta —celebra Alexa.

—Extrañaba esto, a veces solo necesito a mis amigas —confieso—. Me hace sentir bien.

—¡Sí! ¡Al carajo salir siempre con los hombres del programa! —dice Krista con entusiasmo.

—¡O con los novios! —agrega Elise.

—Bueno, a mí si me gusta cuando están —confiesa Alexa, la miramos—. Todos son hermosos y a mí me gusta tanto verlos —suspira—. Es como ir a una convención de hombres caliente con pase VIP.

—Traidora —tose Adelaide.

—Me declaro felizmente culpable —acepta haciéndonos reír.

Siento una ligereza que pocas veces está. Esta es una parte de mi vida que me aterra perder, uno de mis tantos miedos.

Las copas van y viene, siendo Valerie y yo las únicas que no bebemos. Reímos, en su mayoría ellas hablan de sus problemas y hay algunas quejas. Valerie muy por encima habla de cuánto extraña a Edmun, nunca especifica por qué se fue a Austria o si volverá, simplemente hace saber que con cada día que pasa, su relación se deshace entre sus manos por más que quiere aferrarse y sus ojos se humedecen por lo que la abrazamos y luego llora entre risas por un comentario de Alexa.

Es una especie de terapia, una no oficial, pero es orgánica y sin dolor.

Mis amigas son una parte fundamental de mí incluso si soy una farsa al no hablar de mis miedos y problemas con ellas. Ni siquiera saben que inicié terapia.

—Entonces... ¿De verdad tuviste un trío con Holden y Derek? —pregunta Alexa a Krista de la nada y Valerie se ahoga con su limonada.

—Sí... —Krista sonríe—. Fue divertido y no dañó la amistad, funcionó y la pasamos bien, pero no es algo que repetiremos.

—¿Por qué? —Quiere saber Alexa y aunque las demás no lo preguntamos en voz alta, también queremos saberlo.

—Hummm, solo digamos que es algo que funcionó para solo una vez.

Se hacen unos segundos de silencio.

—Tengo que confesar que tengo la duda de si eran ellos dos contra ti o era todos con todos —admite Adelaide.

—Pregúntale a ellos —Se ríe Krista.

—¡Oh, Dios! Eso solo confirma que fue todos contra todos —celebra Alexa.

—No, solo digo que si quieren saber les pregunten a ellos.

—Lo haré —dice Elise y saca su teléfono llamando a Holden y poniéndolo en altavoz.

—Hola, cariñito.

—Holden ¿Derek y tú se follaron? —pregunta sin titubeo y achispada.

Hay risitas en la mesa, en las que me incluyo, mientras Holden se mantiene en silencio.

—Están borrachas.

—¡Yo no! —grito.

—Yo tampoco —agrega Valerie.

—¡Follaron! —chilla Alexa— ¡Todos contra todos!

—¡¿Qué?! —Se ríe Holden.

—Queremos saber si en el trío Derek y tú se dieron —Se ríe Elise.

—Demasiado borrachas —Se ríe—. Hablamos luego, las amo.

Y finaliza la llamada, pero Elise no se rinde y marca el número de Derek solo que la manda a buzón de voz porque seguro anda en una de sus tantas aventuras.

—¿Y si se enfadan? —pregunta Valerie.

—No lo harán, su bromance es parte de sus personalidades y saben que bromeamos sobre eso —tranquilizo y asiente.

—Aunque Derek y Holden serían tan lindos juntos —suspira de manera soñadora Alexa—. Ardientes y bonitos, solo de imaginarlo me estremezco.

—Controla tu imaginación —La empuja Adelaide—. Estamos bromeando.

Pasamos a otra conversación y las bebidas siguen llegando.

Para cuando salimos del bar, la mayoría se tambalea y sonrío cuando veo a Matthew esperando por una Elise que le grita Matthew de mierda como en los viejos tiempos, pero él se ríe mientras ella trepa sobre él, enredándole las piernas en la cintura.

—¿Muchas bebidas? —Me pregunta Matthew y asiento mientras Elise le muerde la barbilla.

—Valerie y yo no bebimos.

—¿Necesitas ayuda para llevar a algunas?

—Krista se irá con Valerie y estoy bien con Alexa y Adelaide —Lanzo una mirada a estas últimas, riendo recargadas de mi auto.

Lloran de la risa.

—Bien, entonces me llevaré a esta entusiasta borracha —Se ríe Matthew.

Nos despedimos y luego lo hago de Valerie y Krista antes de terminar en mi auto con un par de borrachas. Alexa gana el puesto de copiloto en tanto Adelaide desde el puesto de atrás le envía mensajes borrachos a Jocker y a Brody.

—¡Maldición! Qué asco, sin querer le escribí a Brody que me follara —finge arcadas—. Me traumé a mí misma.

—Siempre me pregunté por qué no sentía ganas de follar a Brody —reflexiona Alexa—. Es bello y está bueno, pero no me mojaba por él. Quizá lo veo como a un hermano.

—Seguramente —aporto con la mirada en la carretera.

—Así que... —dice Adelaide desde atrás—. ¿Cómo estás, Barbie?

—Bien ¿por qué?

—Estás delgada —responde Alexa— y no lo digo en el plan de persona horrible. Estás hermosa como siempre, pero has perdido peso y usas más maquillaje.

—Qué sutil, Alexa.

—Estoy bien —sonrío tentativamente.

—¿No te gustó la comida? —pregunta Adelaide y la veo por el espejo—. Casi ni la tocaste.

—Había comido antes un sándwich.

—Ah, es que estamos preocupados por ti —suelta Alexa—. Hablas poco de ti misma ¿Sabías?

—Muy sutil, Alexa —reprende Adelaide.

Río de manera fingida, pero en realidad me siento nerviosa.

—Solo digo que, si no estás bien, no estaremos enojados, está bien no ser perfecta y estar jodido, Barbie.

—¿Lo está? —Me encuentro preguntando.

—Ajá. No nacimos para ser perfectos, nacimos para mejorar.

—Alexa tiene razón. Velo como un camino de obstáculos, esa es la vida y cada paso es un desafío jodido que superamos.

—¡Qué geniales somos dando consejos! —celebra Alexa haciéndome reír— ¡Hagamos una pijamada!

—Suena divertido —Me sorprende Adelaide diciendo.

—¡En tu casa, Barbie!

—¿De verdad? —tanteo sin saber si bromean.

—¡Por supuesto! —grita Alexa— Y me dejarás cepillar tu precioso cabello ¿Sabes? Rayan es el hombre de InfoNews más afortunado, sin ofender a Jocker.

—No es para tanto —me río.

—Oh, pero no lo digo por tu belleza, que es muy obvia. Lo digo porque eres una persona maravillosa —Lo último lo grita—. Tu corazón es increíble, tu bondad y amabilidad, tus sentimientos, lealtad. Eres una increíble persona, Breana, yo me sacrificaría por ti en el fin del mundo. Tu belleza exterior no es ni la mitad de la de tu interior.

—Gracias —susurro conmovida.

—¡Bien hecho, Alexa! La estás haciendo llorar.

—¡Perdón! Pero es que te amo mucho, Breana —dice Alexa pellizcándome la mejilla.

—Ahora la estás maltratando.

Río ante las palabras de Adelaide y luego sonrío cuando de una manera brusca borracha, Alexa me limpia las lágrimas.

—¡Dios! Hasta llorando estás preciosa.

No tardamos demasiado en llegar a casa mientras Alexa relata todas las cosas que haremos en nuestra pijamada, sin embargo, la realidad es que se quita el pantalón y se acurruca en mi cama quedándose dormida de inmediato mientras que me hago mi rutina nocturna del rostro. Para cuando me acuesto en el medio de la cama, Adelaide está casi dormida.

—Perdón, Alexa a veces tiene estos planes y quizá querías tu soledad.

—No, me gusta —confieso girándome para que nos miremos—. Tuve pocas pijamadas en mi infancia.

—Yo tuve muchas con Alexa —sonríe como si lo recordara—. Generalmente son divertidas, es solo que ahora estamos borrachas.

—¿Crees que vomitarás?

—No —bosteza—, pero hay posibilidades de que me ponga toquetona acurrucándome a ti.

—Estoy bien con ello.

—Bien —murmura una adormilada Alexa pasando una pierna sobre la mía y pegándose a mi espalda—. ¡Ja! Presumiré a Rayan sobre esto.

—Me gusta cuando Ryry está celoso —confiesa Adelaide con los ojos cerrados.

—A mí también —susurro.

—Apuesto a que celoso te folla con fuerza. Son una pareja espectacular —murmura Alexa más dormida que despierta.

Sonrío y poco después soy la única despierta entre mis dos amigas y me doy cuenta de la tranquilidad, la manera en la que me siento segura. No pienso en calorías, mensajes hirientes o lo que está mal en mí, me permito bajar la guardia y luego, simplemente duermo acurrucada junto a ellas.

Ha sido un buen día y eso en mi lista, es una gran cosa.


Redes sociales:

Instagram | tiktok: DarlisStefany

Twitter  (X): Darlis_Steff

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro