Capítulo Seis: Futuro incierto
Capítulo Seis: Futuro incierto.
Breana.
13 de septiembre, 2016.
—Entonces ¿Qué pasa con el muchacho ese? —pregunta mamá
Dejo de ver el cuadro erótico de su sala de estar para mirarla mientras se recarga la copa de vino. Sus ojos tan azules cómo los míos me devuelven la mirada con intensidad y sin intimidarse.
Teressa Stone es francamente preciosa, es una versión más elegante de mí y menos voluptuosa, con un cuerpo que debería pertenecer a modelos de alta costura y con un cabello rojo que pinta desde hace seis años, se ve muchísimo más joven de lo que es, siendo honesta ni siquiera parece que tiene una hija de mi edad.
A mamá no le interesaba reproducirse, a veces le gusta decir que me tuvo más por curiosidad que por deseo, pero que las cosas salieron bien porque le caigo de maravilla y soy una buena hija a la que ama, pero que yo era todo lo que tendría porque se negaba a pasar nuevamente por todo lo que un embarazo y crianza conlleva.
Me hace un ademan con la mano recordándome que me ha hecho una pregunta y que, por lo tanto, espera una respuesta con sentido.
—Gabriel me había enviado flores unas pocas veces al princpio —Hablo finalmente dando un sorbo a mi té—, pero poco después de se detuvo.
—Ese chico era malas noticias, te lo dije —No pierde el tiempo en decirme—. Te puso los cuernos múltiples veces durante la universidad ¿Qué te hizo pensar que sería buena idea darle otra oportunidad siendo una adulta? Se supone se aprende de los errores, no que corres a repetirlo, Breana.
—No terminamos porque me haya engañado de nuevo, no me fue infiel.
—Seguramente porque no le diste tiempo y porque te te le adelantaste cuerneándolo primero.
—¡Mamá! —siento que las mejillas se me sonrojan y ella sonríe de lado, aunque lo oculta con su copa—. Me siento lo suficiente mal por eso, por lo que hice.
—No, te sientes mal de no sentir culpa de ese beso, pero tranquila, solo fue un beso que tu no pudiste callarte. Siendo honesta, Rayan Davis me dice más que ese Gabriel.
—No era correcto esconder el beso, tenía que decírselo y esto no se trata de Rayan.
—Eso es bueno, basar tu vida en un hombre sería demasiado lamentable.
Cuando hui de uno de los mejores besos de mi vida tras ir a ver a Gabriel, contarle y entender que no quería terminar y que él tampoco quería hablar de ello, al día siguiente vine a ver a mamá y ella había sido bastante crítica sobre que debería cobrarme los cuernos que me puso hace años y sobre cómo hice un alboroto por un beso, para finalizar en que mi ahora exnovio era un vivaz manipulador que debía dejar.
En ese momento la ignoré y simplemente la dejé abrazarme, pensando que estaba siendo abiertamente dura cómo siempre.
—Eres tan buena, Breana, vivo preguntándome en dónde está tu maldad —sacude la cabeza en negación —. No sé por qué eres tan noble.
—Ser noble no es algo malo.
—Pero estoy tan cansada de que se aprovechen de ti con respecto a eso. Los hombres no tienen piedad, cariño, es mejor usarlos antes de que te usen ¿Por qué crees que todas las batallas difíciles se nos dieron a las mujeres?
—Porque quien creo el mundo tal vez era un machista de mierda.
Eso la hace reír y yo sonrío.
—No, porque sabían que los hombres no tenían la capacidad de pensar y soportar tanto, aparte son tan inservibles que les tomó un montón de tiempo descubrir la función del clítoris —rueda los ojos—. Ser buena no es malo, Breana, pero ser tan crédula te lleva a que te lastimen.
»Mira nada más hasta donde llegó la situación con Gabriel, él sabía que ibas a dejarlo y fue a comprar un anillo para manipularte con tu buen corazón, afortunadamente estás lo suficiente enamorada de ese compañero tuyo cómo para no haber aceptado esa propuesta.
—La rechacé por mí, porque iba a terminarle no tiene que ver con Rayan.
—Pero no niegas estar enamorada. Me gustaría que no lo estuvieses, pero al menos Rayan es útil, guapo, gana su propio dinero y tiene responsabilidad afectiva.
—No estoy enamorada de Rayan, basta de decir eso.
Mamá simplemente bebe de su copa en tanto le frunzo el ceño y me pongo de pie, entendiendo que no puedo ni siquiera sacar el tema por el que vine y conseguir el tipo de apoyo maternal que deseo en este momento.
—Haz siempre eso, Breana —Me dice desde el sofá y no la entiendo.
Es la viva imagen de la elegancia y belleza. Mamá tiene un novio de su edad millonario que la adora y al que me parece que quiere, al menos más que a los que antes han sido su novio, pero le gusta tener su espacio por lo que vive sola pese a que a veces pasa días en la mansión de su novio o él viene. Es demasiado fiel a su independencia, activista de que las mujeres son superiores y me insta a despertar algo de maldad y dejar de ser el "oso felpudo" de los demás.
Soy hija única, mi papá murió cuando yo tenía diez años y mamá sostiene que fue lo mejor que pasó, que Dios, en quien poco cree, se lo llevó para que ella finalmente fuese feliz. Fue un matrimonio concertado entre familias y en sus propias palabras mi papá era un hijo de puta dominante que se creía dueño de ella y de mí, la verdad recuerdo muy poco, solo sé que me parecía intimidante y poco afectivo.
No recuerdo demasiado de mi mamá cuando papá estaba vivo porque ciertamente era más una sombra infeliz sarcástica, pero cuando el falleció tras un ataque fulminante de corazón, ella comenzó a brillar, a ser independiente, a no callarse y hacerse notar de cualquier forma. Me cambió todos los valores sobre mujer sumisa que papá inculcaba y me repitió que siempre debía reconocer mi valor y ser independiente, nunca depender de otra persona económica, emocional o mentalmente. También ha sido una mamá que peleaba con fuerza cuando eran injustos conmigo o me hirieron en el pasado, pero una vez fui mayor de edad dejó en claro que debía defenderme por mi misma, pero siempre tengo su apoyo y sus comentarios a veces demasiado duros.
Mamá es una fuerza de la naturaleza, es complicada, pero es una red de apoyo y amor que siempre he tenido.
—¿Hacer qué? —le pregunto.
—Hacer las cosas por ti y no por otros, debes ser tu prioridad. Di primero tú, segundo tú y tal vez de tercero otro, no, mejor tercero tu y quizá quinto alguien que valga pena —me guiña un ojo y le sonrío antes de arrojarle un beso.
—Lo tendré en cuenta, mamá.
La veo beberse lo que resta de la copa antes de arrojarle otro beso y salir de su exclusivo apartamento. La verdad es que el seguro de vida de papá fue bastante grande y ella invirtió un 40% de su parte, multiplicando muchísimo las ganancias, ya he dicho que es una mujer muy inteligente.
Suspirando le escribo un mensaje a Elise porque sé que ella es el apoyo perfecto, pero me responde cuando subo al auto diciéndome que se encuentra comiendo con Matthew y sus padres y aunque se ofrece a venir conmigo, prefiero dejarla en tranquilidad, así que al final decido hacerlo sola.
Soy toda calma y de hecho intercambio mensajes con Alexa durante todo mi paseo, pero es justo cuando estoy por conducir a casa y descansar o hacer algo antes de ir más tarde al estudio, que mi teléfono suena y me muerdo el labio viendo en el identificador de llamadas el nombre de Rayan.
Pero no dudo en responder.
—Rayan Davis —saludo poniendo el altavoz antes de salir del estacionamiento.
—Nope, soy Summer —dice una dulce voz infantil que me hace sonreír.
—¡Summer! Hola, cariño ¿No deberías estar en la escuela?
—Papi no quiso que fuese hoy porque tengo diarrea —dice con tranquilidad.
—Oh, pero ¿Te sientes bien?
—Sí, pero estoy tan aburrida. Papi dice que estás ocupada, pero ¿Vendrías a comer con nosotros? Contigo no me aburro.
Pocas veces he rechazado una invitación de Summer y una de ellas nos trajo un gran tiempo de tensión a Rayan y a mí, fue cuando tuve una cita con Gabriel que él había planificado con mucho esmero, de la que supe con poco tiempo de antelación, Rayan no lo había tomado bien y Summer se sentía herida, por un tiempo me sentí culpable por no estar ahí hasta que mamá con palabras contundentes me dijo que yo no era su madre y que tenía una vida, que no era un pecado ni mi responsabilidad, que era lindo que compartiera con la hija de mi amigo e hiciera esfuerzos por estar en muchas de sus actividades, pero no podían condenarme por no ir una vez o hacerme sentir mal por hacerme una prioridad incluso si eso significaba salir con el inservible de mi novio.
Siempre me ha gustado Summer y pasar tiempo con ella, ha sido lindo verla crecer y la manera en la que me quiere siempre me llena el pecho de amor. Ella es una parte de Rayan, una muy bonita, y también es el reflejo de lo maravilloso que es.
—¿Breeee? —me dice queriendo mi atención y sacudo la cabeza.
—Lo siento, estoy conduciendo.
—¿Puedes venir?
Veo rápidamente hacia mi bolso en el asiento de copiloto y trago ¿Por qué no?
—De acuerdo, estaré ahí en quince minutos.
—¡Yeihhh! Eres la mejor, te quiero.
—También te quiero.
—Dice papi que también te quiere —Me hace saber y sonrío antes de rodar los ojos.
—Dile que también lo quiero.
—Bien —suelta una risita antes de colgar.
Sonriendo giro para cambiar de ruta e ir, de todos los lugares en los que esperaba estar hoy, a la casa de Rayan Davis.
***
Me limpio las manos sudorosas del pantalón deportivo que tengo puesto segundos antes de que la puerta se abra y aparezca Summer gritando mi nombre.
Sonrío en cuanto me abraza por la cintura, acariciándole los bonitos rizos castaños que se encuentran un poco enredados.
—Estás aquí —me dice al alzar esos ojos verdes tan iguales a los de su papá.
—Vine tan rápido cómo pude.
—Pasa, pasa —Me toma de la mano y cierro la puerta detrás de mí dejando que me lleve hacia la cocina.
Es ahí en donde se encuentra el espécimen más seductor de la humanidad: Rayan Davis con un delantal en el que se lee "papi cocinero", llevando un short deportivo que seguramente le abraza muy bien el culo y una camiseta blanca que deja al descubierto sus brazos muy bien trabajados.
Lo más encantador es la sonrisa que me regala cuando nuestras miradas conectan.
—¿Qué cocinas? —pregunto, acercándome a él que me ofrece la mejilla para que se la bese.
Lo hago sintiendo lo lisa que está su piel tras un afeitado, pocas veces lleva vello facial y eso está bien porque permite que el mundo conozca el glorioso arte de su mandíbula perfectamente simétrica, cincelada y marcada.
—Hace sopa para que mi pancita se sienta mejor —dice Summer quien ya ha conseguido sentarse en una de las sillas altas frente al mesón—. He ido muchísimo al baño, Breee.
—Llamé a su pediatra, me dio indicaciones y me recomendó hacerle esta sopa y no dejar de hidratarla con agua y si no mejora, llevarla a su consultorio.
—¿Comiste algo que te cayó mal, Summer? —pregunto tomando asiento a su lado.
—Uhmmm anoche comí mucho pudín en donde la abue Lucy.
—Eso tiene sentido —señalo dejando mi bolso en el otro asiento.
—¿Entrenabas? —me pregunta Rayan recargándose del mesón.
—Lo hice bastante temprano, pero de hecho estaba en casa de mamá, la mujer más encantadora del mundo.
—Querrás decir aterradora —Se ríe y sonrío.
—No es tan aterradora —defiendo y él finge estremecerse.
—Tu mamá es muy bella —aporta Summer con los ojos muy abiertos— y poderosa. Dice que debo valorarme siempre.
—Ese es un buen consejo —garantizo dándole un toquecito en la nariz con mi índice.
—Eso dice papi, me valoro mucho.
Summer fácilmente es la niña más adorable, inteligente y divertida que he conocido o tal vez no soy objetiva al tratarse de la hija de Rayan, pero la amo mucho.
—Espero no hayamos alterado tus planes, Breana —vuelvo mi vista hacia la voz de Rayan.
—No, iba directo a casa a descansar.
Bueno, no exactamente.
Juego con mi reloj y debido a la atenta mirada de Rayan decido desviar la atención preguntándole a Summer sobre la escuela sabiendo que hablará muchísimo al respecto.
Escucharla hablar me hace olvidar preocupaciones, las insistencias de Gabriel, las cosas que atraso y el hecho de que Rayan me mira con tal intensidad.
—Y entonces Ronie tendrá un hermanito —concluye cuando Rayan comienza a servir tres tazas con sopa—, es tan injusto porque ella ni siquiera llamó a la fabrica de bebés.
Comparto una mirada con Rayan que se tensa sabiendo lo que se avecina.
—¿Por qué yo no puedo llamar a la fabrica de bebés y pedir uno?
—Porque la última vez que lo hiciste hablaste fue con Gabriel —dice Rayan hacia su hija que frunce el ceño.
—¿Quién es Gabriel?
Rayan se ríe llevando dos tazas hacia el área del comedor y tomo la otra, sentándome en la mesa del lado derecho mientras él va por los utensilios y agua. Los tres nos tomamos de la mano mientras Summer agradece por los alimentos, algo que sus abuelas le han enseñado porque sé que Rayan no practica ninguna religión.
—Amén —concluye Summer y Rayan y yo lo repetimos.
Tomo mi primer bocado de sopa descubriendo que está divina pese a estar baja en sal para no irritar el estomago de Summer. Sin embargo, por muy deliciosa que esté la comida no soy capaz de comer demasiado debido a mi estado de nerviosismo y preocupación.
—Breee ¿Todavía no quieres que llame a la fabrica por ti? Todo lo que quiero es un bebé rubio como tú y otro como papi y yo.
Le doy el intento de una sonrisa.
—Lo siento, cariño, pero no puedo.
—Pero ¿Quieres? —me atrapa con la pregunta, viéndome con conmovedores ojos verdes.
—Summer ¿Qué hablamos de preguntarle a los demás sobre llamar a la fabrica? —pregunta Rayan.
—Pero me cansó de esperar —hace un suspiro demasiado profundo para una niña de ocho años—. Es tan injusto. No tengo una mamá y tampoco puedo tener un hermanito.
La mención de la ausencia de su mamá me duele incluso a mí porque hay angustia y dolor en su voz.
—Summer tienes una mamá —Le dice Rayan con suavidad.
—No, no tengo.
—Summer...
—¡No tengo una mamá! No está, se fue y no tengo una mami.
Veo como el labio inferior comienza a temblarle y luego a Rayan respirar hondo.
—Summer, puede que tu mamá no esté en este momento, pero tienes una mamá, una que te ama mucho y sobre la fabrica de bebés, no puedes presionar a las personas a conseguir un bebé, eso no es agradable.
»Tampoco puedo darte un bebé ahora porque no es el momento. Queremos que nuestra familia crezca cuando nos sintamos listos ¿Cierto? Este no es el momento.
—Pero ¿Lo será algún día? Quiero uno.
La veo limpiarse los ojos llorosos con el borde de la camisa de su pijama mientras Rayan asiente y la insta a comer.
Lo bueno de los niños es que se distraen con facilidad y pronto Summer está demasiado enfrascada en convencer a Rayan de que le dé postre a lo que él le recuerda que pasó toda la mañana y media mañana yendo al baño. Creo que Summer simplemente busca algo de lo que aferrarse porque lucha con el sueño y cansancio del malestar porque casi se queda dormida sobre la sopa a medio comer y mi mano sosteniéndole la mejilla lo evita.
—Pequeña luchadora —susurro sonriendo.
—Demasiado terca.
—¿A quién se parecerá? —pregunto con ironía.
Me doy cuenta de que lucha contra la sonrisa antes de ponerse de pie y recoger con mucho cuidado el cuerpo de Summer, acunándola contra su cuerpo.
—Pasó una noche difícil, tiene que estar muy agotada.
—Puedo imaginarlo, necesita descansar.
—Y no es la única.
—¿Irás al programa?
—Mamá podría venir a cuidarla, pero prefiero quedarme con ella, ya le avisé a Karl y lo entendió —me responde antes de caminar hacia la habitación de Summer.
Siempre me es difícil no comparar la personalidad de Karl con Kennedy, nuestro ex productor.
Kennedy era un completo cerdo, machista y tan asqueroso. Siempre quería exhibirme con amenazas sobre que estaba en mi contrato obedecer, sobre atraer a la audiencia y ser la chica bonita que estaba destinada a ser. Nunca me llegó a poner un dedo encima, pero bastaba con sus miradas, con la ropa que encargaba para mí, sus palabras... Me hacía sentir incómoda y sucia, algunas veces me hizo llorar y lo que más me dolía era callarlo.
Para mí simplemente era otra persona sexualizándome y rebajándome, era yo acostumbrada a lo peor y esperando que algún día "mejorara", es un rasgo de mí que no me gusta, que trabajo por eliminar.
—Quedó totalmente noqueada —dice Rayan a volver y continuando con su comida mientras yo remuevo mi sopa.
—¿Es muy difícil ser papá?
—Es la tarea y reto más difícil que he tenido en mi vida, constantemente estoy preocupado sobre si estoy criando de manera correcta a este pequeño ser humano, sobre si será lastimada o si el mundo la decepciona, pero también es lo más bonito, pero eso es porque me gusta ser papá y es mi experiencia.
»Summer fue una sorpresa, de hecho, Melissa y yo no estábamos en un buen momento, pero de alguna manera ellas nos unió y fue aterrador, pero ahora no puedo imaginar mi vida sin mi pequeña —Hace una pausa breve—. Es cierto que lo ideal hubiese sido tenerla cuando estuviese más adulto.
—Y cuando hablas sobre esa fabrica de bebé, que por cierto creo que debes explicarle mejor eso a Summer.
—En algún momento, pero ¿Cuál es tu pregunta?
—¿De verdad quieres tener más hijos?
Durante largos segundos solo me mira y yo espero.
—Sí, pero no quiero ser tomado por sorpresa, me gustaría un bebé planeado, a diferencia de Summer, poder vivir más relajado la experiencia y ser más maduro al respecto, aunque nunca se está preparado para ser padre y no tienes el mismo bebé dos veces, por lo que todo sería nuevo y primerizo una vez más.
—Un bebé deseado y planeado, eso es lo que quieres —concluyo.
—Ese es el plan, espero y suceda así —Se ríe—, nunca se sabe y los deslices suceden, mi hermoso desliz tiene casi nueve años ¿Qué hay de ti?
Dejo de mover la cucharilla para verlo al rostro mientras hablo.
—Me gustaría ser mamá en mis condiciones, tener la oportunidad de elegirlo. Sé que nadie está preparado para ser papá o mamá, pero al menos sentir que estoy un buen momento para serlo. Tener un bebé deseado, es el tipo de embarazo que quiero vivir.
—Lo entiendo —Sonríe—. Entonces sí quieres ser madre a futuro.
—En un futuro sí lo deseo, no sé si lejano o cercano, pero quiero estar segura sobre el hombre con el que compartiré la crianza de mi bebé, con quien formaré una familia.
—Eso es razonable.
Me limpio las palmas sudorosas del pantalón deportivo y parpadeo continuamente para retener la humedad de mis ojos.
—¿Breana?
—No quiero tener un bebé con Gabriel —rompo y Rayan simplemente me mira—. Creo que podría estar embarazada.
—¿Embarazada? —De alguna manera su susurro de sorpresa no suena tan bajo.
—Soy irregular con mi periodo, pero estoy nerviosa porque no me ha bajado y últimamente tengo sueño, estuve vomitando durante todo el día hace unos días. Tuve sexo seguro, pero puede pasarme cómo te pasó con Summer.
Todo lo que hace es mirarme y parpadear continuamente.
Quería decirle a mamá, pero me acobardé porque no quería que me dijera palabras duras y Elise está ocupada, pero de alguna manera incluso cuando parece tan impactado, siento que libero algo al decírselo a Rayan, aunque estoy derramando lágrimas debido a los nervios y la angustia que he estado cargando conmigo desde hace una semana.
—Rayan... Dime algo.
—Necesitamos ir por una prueba de embarazo —Arrastra su silla hacia atrás y se pone de pie—. Espera, no puedo dejar a Summer sola y no podemos pedir una a domicilio...
—Compré un par —confieso—, iba a hacerlas sola en casa, pero no quiero... ¡Dios! Lo siento, estoy poniendo esto sobre ti, puedo irme...
—No digas tonterías, Breana, somos amigos y está claro que estás asustada, que quieres a alguien tomándote de la mano y seré esa persona incluso si estoy intentando procesar esto.
»Toma las pruebas, ve al baño y orina sobre ello o lo que sea que tengas que hacer, es mejor saberlo ahora.
Asiento con lentitud, viéndolo rodear la mesa para extenderme una mano que no dudo en tomar cuando me insta a ponerme de pie. De alguna manera consigue hacerme caminar hacia mi bolso y cuando me quedo simplemente de pie, suspira.
—¿Puedo tomar las pruebas de tu bolso? —él pregunta y yo asiento.
Me libera la mano mientras toma ambas cajas y luego con una mano en mi espalda baja me guía hacia uno de los baños de su casa, destapándolas y entregándome ambas pruebas.
—Ve y haz lo que tengas que hacer, estaré esperando aquí y hablaremos de esto porque puedo ver que tienes pánico.
Asiento parpadeando las lágrimas, entrando al baño y cerrando la puerta detrás de mí, dejando a Rayan esperando afuera y con la incertidumbre de cómo podría ser mi futuro después de esto.
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