Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo quince: La... Mágica de Rayan


Capítulo quince: La... Mágica de Rayan

Breana.


22 de noviembre, 2016.

Sonrío por encima de mi taza de café mientras Rayan tararea al freír el tocino y huevos en mi cocina, mirarlo llevar únicamente bóxer me distrae de todo lo grasiento con lo que planea alimentarme.

Estoy sentada sobre la encimera frente a la cocina, llevando solo una bata de seda mientras miro todo este espectáculo y lo dejo consentirme como lo pidió.

No puedo evitar darme un pellizco en el muslo confirmando nuevamente que esto es real.

—Te ves bien en mi cocina —Le hago saber y gira para mostrarme una sonrisa.

—¿Quieres decir que pertenezco aquí? —pregunta con un guiño que me hace apretar las piernas, pero eso simplemente me hace recordar el dolor sordo entre ellas.

Estoy sensible y algo adolorida de una buena manera, habían pasado meses para mí y siendo honesta, Rayan tiene un tamaño considerable, además me folló tan fuerte y profundo de una manera en la que nadie lo había hecho, procuraré en esforzarme en caminar de una manera que no resulte sospechosa.

—De verdad te gusto un montón ¿Eh? —bromeo.

—Pensé que eso había quedado bastante claro, pero tal vez tenga que afirmarlo de nuevo.

—¿Cómo harías eso? —pregunto con la taza de café a la altura de mis labios viendo la manera en la que los músculos de su espalda se contraen con sus movimientos al cocinar—. ¿Con tus dulces palabras contundentes que me estremecen? ¿Con la profunda mirada de ojos intensos? ¿Con las palabras sucias de dormitorio? ¿O es que con tu lengua en mi boca o entre mis piernas?

—O en tu culo —Me recuerda girando y me sonrojo.

—¿Con tu bien dotada herramienta? —asiento hacia su entrepierna y ríe por lo bajo.

—No seas tímida, me gusta cuando dices la palabra polla con esos labios tan follables y encantadores.

Generalmente la charla de dormitorio no es lo mío porque lo sentía forzado o me cohibía y aunque las mejillas se me sonrojan, la verdad es que me gusta esta dinámica con Rayan.

Es excitante hacer algo más que gemir durante el sexo, desear o querer tanto que las palabras salgan sin pensar.

—¿Te gusta cuando digo «polla»? —Me encargo de modular con lentitud y su mirada cae en mis labios—. ¿Vas a afirmar que te gusto un montón metiéndome la polla? ¿En la boca? —Me deslizo en índice sobre el labio inferior antes de deslizarlo entre mis pechos— ¿Entre mis pechos? Eso nunca lo he hecho.

—Follarte las tetas suena como un plan perfecto.

—O ¿Vas a convencerme de lo mucho que te gusto metiéndola justo aquí? —deslizo el dedo en el vértice entre mis piernas, pero la seda no le permite ver—. ¿Cómo me convencerás, Rayan Davis?

—¿Por qué tendría que escoger cuando puedo hacer todo eso y más? —pregunta, girando hacia la estufa para terminar con nuestra comida.

Rio por lo bajo y una vez más nuestros teléfonos vibran uno al lado del otro a un lado de la encimera y puedo imaginar por qué, así que me permito salir de mi burbuja y tomo el mío, dejando la taza de café a un lado mientras lo desbloqueo e ignoro las múltiples notificaciones entrando directamente a Twitter.

Tal como lo esperaba somos tendencia, básicamente ocupamos los cuatro primeros lugares y mientras que mi dedo quiere presionar sobre el que tiene el titulo menos halagador, el miedo a arruinar lo que ahora se siente tan perfecto me guía a ir por el que tiene un corazón junto a «Stavis».

Es la decisión correcta porque, aunque necesito entender por mi cuenta que no necesito que nadie valide mi relación y hay mensajes odiosos, en este abundan más los bonitos y de apoyo. Hago clic en el que tiene dos fotos de nosotros.

En la primera estamos lado a lado hace tantos años cuando llegué al programa, él llevaba el cabello de otra manera y yo me veía más joven, tenía mejillas más regordetas y mi cabello una cosa cuestionable de rizos con laca. En la segunda foto, me envuelve con uno de sus brazos mientras su otra mano me toca el inicio del culo, mis manos se encuentran en su cuello y nos estamos besando de una manera nada inocente, la foto de ayer. Las palabras «Cómo empezó|cómo va»acompañan el tweet y simplemente doy clic en el corazón aun sabiendo el riesgo de que esto generará alguna reacción.

—Pareces muy concentrada en el teléfono —dice la voz de Rayan.

Alzando la mirada descubro que ya trae los platos de comida a la encimera antes de ir al refrigerador por dos vasos de jugos de naranja.

—Solo compruebo que en internet hablan de nosotros...

—Breana... —Comienza dejando los jugos a un lado y viniendo hasta ubicarse entre mis piernas.

—Leí muy poco y solo en donde casi todo es bueno.

—No me gusta que el "casi" sea la palabra clave.

Toma una tira de tocino llevándola a mis labios y dudo tensándome, lo que lo tiene entrecerrando los ojos, por lo que relajo mi cuerpo y abro los labios permitiéndome saborear la tira grasienta que hace mucho no comía y sabe tan delicioso, casi había olvidado su sabor.

—Pero mira este —digo tras masticar mientras él come dos tiras—. Una foto de hace unos años y una de ayer.

—Entiendo que me veo mejor con este corte de cabello —dice sonriendo antes de ampliar la foto de ayer—. Deberíamos enmarcar esta, al menos no se me ve la lengua y... ¿Le diste me gusta?

Me encojo de hombros tomando el tenedor que él usa, para ingerir algo de huevos revueltos, al menos es de claras y con poca sal.

—Fue un error de dedo y de nada sirve quitarlo —Me excuso sintiendo que las mejillas se me sonrojan.

Lo escucho reír por lo bajo antes de que tome su propio teléfono tarareando alguna canción y luego lo bloquea nuevamente dándome otra tira de tocino crujiente.

—Listo, mi dedo también cometió el error de darle retweet.

Me muerdo el labio para no sonreír, pero él me conoce lo suficiente bien para saber que quiero hacerlo. Comemos en silencio y eso no es necesariamente malo cuando constantemente nos estamos dando toques sutiles, compartiendo miradas cómplices y sonrisas.

No puedo dejar de pensar en lo que hicimos, en lo que quiero que vuelva a hacerme y las cosas que deseo que me haga por primera vez.

Fantaseé mucho sobre Rayan y pese a que creí que mi mente era bastante buena, le faltó acercarse a la realidad de tenerlo dentro de mí, de ser su centro de atención y devoción, porque sentí que más que follarme, me adoraba.

—¿Qué planes tienes para hoy? Antes y después del programa —Me pregunta.

Hoy no he entrenado y por el momento eso no me genera culpa porque estoy con él, supongo que podré hacerlo luego y también esperaba visitar a mamá, sin embargo...

—Estoy abierta a sugerencias —Le hago saber cuándo como otro poco de huevos revueltos y me siento llena.

Puede que generalmente coma poco, pero él come un montón y cocinó demasiado, por suerte, se lo termina a gusto.

—¿Qué te parece quedarnos aquí hasta que tengamos que ir al programa? —propone.

—Eso nos da... —Miro la hora en el teléfono— unas cuatro horas.

—En cuatro horas se pueden hacer muchas cosas —Me hace saber jugando con la atadura de mi bata y río.

—¿Le diremos a Summer? —susurro.

—¿Quieres que lo haga? Summer no es tonta y creo que la confundiría más no saberlo qué hacerlo.

—No lo sé, no quiero que se enfade conmigo o sienta que arruino la dinámica.

—La amas —Me sonríe y asiento.

—Por supuesto que la amo.

—Lo dices como tuviese que ser algo obvio ¿No has escuchado de las novias malvadas que a veces se vuelven madrastras?

No puedo evitar reír.

—Summer lo tomará bien, pero entiendo el punto de tu miedo, sin embargo, tendremos que pasar más tiempo juntos para que se haga a la idea y para que sea super feliz de tenerte a su lado...

—¿Summer o tú? —pregunto cuando deshace el nudo y una de sus manos se posa en mi pecho desnudo, trazando con su pulgar un pezón que comienza a endurecerse.

—Me descubriste, lo de pasar tiempo juntos se trata de mí, de mi necesidad de ti —Asegura con la mirada deslizándose por mi cuerpo expuesto—. ¿Tienes algún problema con ser sucios en la cocina?

—Después tendrás que limpiar.

—Lo prometo.

—Bien, en ese caso...

Con un movimiento de hombros hago que la bata caiga hasta acumularse a mi alrededor en la encimera, apoyando las manos a cada lado y abriendo las piernas con lentitud antes de tomarle la mano, lamerle dos dedos y guiarla a entre mis muslos en donde ya estoy mojada.

Su sonrisa es breve antes de que se incline y me bese en la boca mientras sus dedos se mueven entre mis piernas siendo extremadamente consciente de que me estimula más y también siendo bastante rápido en llevarme al orgasmo. Me besa profundamente mientras mi cuerpo se recupera de la rápida caída, pero eso solo me insta a desear más, a quererlo todo. Mi deseo es tan potente como hace unos minutos.

—Fóllame —digo entre besos y sonríe contra mi boca antes de morderme el labio inferior.

Me insta a enredar mis piernas alrededor de su cintura mientras me sostiene de los muslos y mis manos juegan con su cabello al dejarle besos en la barbilla, el borde de su mandíbula, la boca, sus parpados, cada lugar al que tengo acceso.

Nos lleva hacia mi habitación que aún tiene las sábanas desordenadas y mi risa resuena por el lugar cuando me deja caer sobre ella con un suave rebote, en donde me arrastro hacia arriba mientras se saca el bóxer y se acaricia con lentitud, pero en un agarre fuerte. Tomo uno de los condones sobre la mesita de noche en tanto lo miro subir a la cama hasta estar arrodillado frente a mí en donde mi mano sustituye la suya, tras arrojar el condón a un lado, acariciándolo de la manera en la que poco a poco descubro que le gusta mientras sus labios van a mi oreja.

—¿Y si la chupas? —me susurra— Es una sugerencia.

—No me pareces un hombre de sugerencias durante el sexo —Lo aprieto en mi mano.

Mirándome fijamente despliega una sonrisa ladeada que deja al descubierto su hoyuelo, bajando un de sus manos y sigo el movimiento para verlo pasar el pulgar por su punta oscurecida, hinchada y húmeda, recogiendo el líquido y luego deslizándolo por mi labio inferior. Jadeo y me excito aún más mientras presiona ese dedo dentro de mi boca, contra mi lengua haciéndome saborear los restos de sí mismo.

Mi lengua rueda sobre el dígito y luego en mi labio inferior haciendo que su sonrisa se vuelve más seductora.

—Tienes razón, no hay espacio para sugerencia —murmura con voz ronca.

Arrastra el dedo cubierto de mi saliva por mi labio hasta presionarlo en mi barbilla, haciendo la suficiente presión hacia abajo para que mi boca se abra.

—Chúpala, ambos sabemos que puedes hacerlo muy bien —ordena y a mí... Me encanta.

Retirando mi mano de su miembro, bajo mi torso para llevar mi boca a donde ambos queremos y una vez más se sostiene a sí mismo. Chupo la punta, lamiendo de manera juguetona y adrede levanto el trasero solo para que segundos después una de sus palmas descienda sobre una de mis nalgas con un azote que escuece, pero que me tiene gimiendo alrededor de su erección antes de que otro azote caiga solo un poco más arriba.

Él hace un sonido ronco y profundo que me tiene intentando apretar las piernas mientras me masajea una nalga en una caricia engañosa justo antes de que me azote el lugar y me estruje la carne con fuerza de una manera en la que nunca sospeché que me encantaría.

—Te encanta demasiado —susurra embelesado.

Cuando alzo la mirada me encuentro con sus pupilas dilatadas y la visión increíble de sus abdominales tensos. Es puro músculo, resistencia y piel lisa sin ningún tipo de marca o tatuaje, solo brilla con sudor.

Chupo la punta antes de sonreírle y besarla, abriendo mi boca para llevarlo tan lejos como puedo, hasta que mis ojos lagrimean y hago lo que pensé que mi reflejo nauseabundo nunca me permitiría, pero al parecer solo me hacia falta determinación y voluntad, porque el sonido que nuevamente escapa de Rayan parece llenarme el pecho de orgullo mientras los ojos me lagrimean y mi barbilla se cubre de babas.

No sabía que era del tipo de mujer que disfrutaba una mamada por el poder implicado en ello ni que sería arrogante ante el hecho de que le encante y le vuelva loco, estoy descubriendo cosas interesantes de mí sobre el sexo en horas.

—Me queda claro de que nunca me cansaré de mirarte chupármela —Me hace saber antes de darme una pequeña sonrisa—. Tal como lo esperaba, estoy fascinado con tu lado sucio, Breana Stone.

»Ahora, sube aquí —Me ordena mientras le chupo la punta con fuerza— y déjame follarte, mi rubia.

Lo libero y de rodillas frente a él mantengo la mirada abajo en tanto saco el condón del envoltorio con cuidado y lo cubro, acariciándolo sobre el látex mientras nos besamos durante largos segundos. Lo próximo es que me hace caer de espaldas sobre la cama, abriéndome las piernas flexionadas a los lados mientras sus dedos una vez más juegan conmigo para prepararme a su tamaño, no es que ya no esté lo suficiente mojada para y por él.

—Eres muy lento —Lo molesto y todo lo que hace es enarcar una ceja antes de reunir en sus dedos algo de mi humedad y cubrirse con ella antes de caer sobre mí.

Abro aún más las piernas, hasta que el estiramiento quema y mis manos van a su espalda mientras presiona la punta que poco a poco se introduce en mí hasta que está asentado hasta el final.

Me encuentro atrapada entre sus antebrazos abultados que sostienen su peso y lo ayudan a impulsar cada lento y tortuoso empujón.

—Ahora te demostraré cómo lento también es malditamente bueno —Promete sobre mis labios.

Empuja con fuerza, pero tan lento al entrar y salir que siento cada centímetro y grosor de su longitud, su pubis presiona contra mi clítoris con cada embestida lo que me hace arquearme mientras su pecho crea fricción con mis pezones. Gimo lo suficiente alto para que maldiga mientras suda sobre mí y mi orgasmo se construye como una tensión lenta y ardiente que duele, pero que promete todo un paraíso de placer.

—Lo bien que te sientes —murmura con su rostro a escasos centímetros del mío y mirándome con ojos entrecerrados—. Lo mucho que quería esto. Te sientes como el puto cielo.

—Eres... Todo —consigo decir, sin saber muy bien a que me refiero, pero deslizando mis manos por su espalda sudada.

—Todo ¿Eh? —Me sonríe de forma ladeada antes de traer una de sus manos a su boca, lamerse dos dedos y separarse los pocos centímetros que le permiten tocarme entre las piernas mientras su ritmo lento y profundo se mantiene.

»Mantén esos bonitos ojos de «fóllame y haz conmigo lo que quieras» en mí —Me lame los labios antes de besarlos—. Eres preciosa, increíble, maravillosa.

Gimo su nombre y soy incapaz de despegar mi mirada de la suya.

Nunca me sentí tan desnuda, vulnerable, pero tan adorada.

Nunca sentí que el sexo pudiera ser tanto, que realmente abarcara tanta conexión y entrega, que conllevara algo más allá del placer.

Sus dedos se sienten increíble en mi clítoris y empuja con más fuerza pese a su ritmo lento lo que me lleva a clavarle las uñas y arquearme mientras mis piernas tiemblan y un orgasmo potente me envuelve haciéndome gemir profundamente y sacándome un par de lágrimas por su intensidad.

Mis ojos apenas consiguen mantenerse abiertos, pero me alegra porque entonces lo veo sonreírme mientras me mira como lo más hermoso antes de que me bese y embista unas cuantas veces más, tensándose antes de finalmente correrse, pero no deja de empujar, embiste hasta el último instante de su orgasmo antes de dejarse caer sobre mí y no decimos nada.

Permanecemos en silencio mientras sale de mí y se mantiene sobre mi cuerpo. Poco tiempo después, tomamos una ducha por separados para evitar la tentación y cumple con su palabra al ayudarme a limpiar la cocina, arreglando mi cama y haciéndome verlo fijamente en el espejo de mi tocador cuando detrás de mí, mientras estoy sentada en la silla, me peina el cabello húmedo mientras con otra mano sostiene el secador.

Quiero llorar porque siento muchas cosas fuertes e importantes, cosas significativas, intensas y nuevas, pero en lugar de ello, le sonrío ampliamente con ojos humedecidos y sé que lo entiende, porque me devuelve el gesto mientras me mima haciéndose cargo de mi cabello.

Imaginé muchas veces como sería ser la novia de Rayan Davis, pero nunca me permití pensar en cómo iba a sentirse, pero está bien, porque no creo que me hubiese acercado a la magnitud de mis sentimientos y emocionales actuales.

***

—¿De verdad no vas a darme detalles? —pregunta Elise mientras me quito la camisa ajustada antes de ponerme un suéter blanco de lana cálido y holgado que desde mi punto de vista se ve genial con el pantalón lila que estoy usando.

—Soy una dama.

—Dudo que folles como una dama —dice y miro su reflejo a través del espejo mientras comienzo a desmaquillarme—. Breana, te has comido a tu crush, tu legendario amor épico, se han hecho novios, han llegado juntos y se envían miraditas y sonrisas, sin contar que Ryry está todo erguido y con la barbilla en alto como si hubiese conquistado algún país. Aparte tuvieron que taparte dos chupetones debajo de la barbilla. Tienes que decírmelo.

—¿Tengo?

—Lo merezco, Breana, lo merezco —exagera.

Respiro con la sensación de alivio y frescura en mi piel cuando me deshago de todo el maquillaje, no me malinterpretes, amo el arte que es maquillarse y sus resultados, pero estar sin maquillaje para mí se ha convertido en el significado de descansar.

Me doy unas palmaditas en la mejilla tras aplicarme agua termal para refrescarme y luego giro, poniéndome de pie para enfrentar a mi desesperada mejor amiga.

—Rayan tiene todo el derecho de sentirse un rey porque lo es —Le sonrío tomándola de los hombros mientras le sonrío—. Él fue... Increíble, Elise. Es como un conquistador de orgasmos y es dominante, atento, rudo, pero comprensivo y... Siento que ha estado entrenándose para complacer a una mujer porque es un amante... Guau, simplemente guau. Me lo dio rápido y también lento. Es sucio, pero contundente... Es... Guau, es simplemente... Me besó en lugares e hizo cosas... Y... Guau.

»Había tenido sexo antes, mucho, y algunos de ellos fueron maravillosos con orgasmos que me hicieron sonreír y relajarme, pero Rayan fue alucinante y te prometo que no estoy exagerando.

—¡Puto cielo! —dice abanicándose con una mano.

—Y tiene demasiada resistencia y energía, dice que es porque entrena mucho, pero tuve que decirle luego de comer que necesitaba un descanso abajo ¡Me duelen músculos que ni siquiera sabía que tenía! Se pone duro muy rápido y siempre quiere tocarme o comerme... Es como si no se cansara y cuando está desnudo quiero saltarle encima y ¡Dios! Estoy esforzándome en caminar decentemente porque me duele de buena manera, pero también quiero más y ¿Te dije que tiene mucha resistencia por lo que se recupera rápido?

Elise parpadea con la boca ligeramente abierta, pocas veces la tomo por sorpresa y es la primera vez que divago tanto sobre el sexo porque trato de no sexualizar a las personas o contar intimidades, pero siento que no puedo dejar de hablar de Rayan, creo que ella ni siquiera esperaba que de verdad le dijera tanto.

—¿Qué tan rápido? —Alude a su tiempo de recuperación y sonrío—. Mírate, esa es una sonrisa tan arrogante y orgullosa.

—Realmente rápido, pero cuando él baja también es muy intenso, siento que mis orgasmos duelen de lo fuertes que son.

—¿Crees que él sea alguna clase de deidad sexual? —pregunta con picardía y diversión— Porque sí lo es, entonces debes compartirlo.

—Es mío —digo en automático y luego con más fuerza—: es mi novio, mi deidad sexual, mi...

—¿Hombre?

—No es un término que pensé en usar, pero funciona.

Elise ríe antes de sacudir la cabeza con negación y peinarme el cabello con sus dedos.

—¿Sabes? Nunca me hablaste del sexo con otros.

—Sí lo hice.

—Lo hiciste, pero no con toda esta pasión y en entusiasmo, sino tuviese sexo fabuloso y explosivo con Matthew, sentiría celos de Rayan y su super polla mágica.

—¡Elise!

—Te brillan los ojos, te ruborizas y parece que quieres comenzar a cantar sobre lo feliz que estás y solo ha pasado un día, es impresionante, Barbie. Hace mucho no te veía así, todos los días eres preciosa, pero cuando estás feliz brillas de una manera muy bonita.

Me acaricia la mejilla con el pulgar.

—¡Joder! Qué suave tienes la piel ¿Se corrió en tu cara?

—¡Elise! —grito alejando su mano mientras tomo mi bolso y la escucho reír—. Me voy, pasaremos por Summer y luego me dejará en casa.

—Aw, qué bonitos.

—Tonta —ruedo los ojos, pero estoy sonriendo—. La tía de Summer la cuidó desde ayer y Rayan prefiriere ir por ella al salir y... ¿Por qué sonríes así?

—Mírate, preocupada por tu novio Rayan.

—Basta —Me río abriendo la puerta con ella caminando detrás de mí mientras apaga la luz.

En el pasillo Rayan se guarda en teléfono en el bolsillo del jean mientras nos sonríe y Derek mantiene un brazo alrededor de sus hombros.

—Así que te he perdido frente a Rayan que se niega a compartirte, Barbie —Se lamenta Derek.

—Tendrás que superarlo porque nos verás pasar tiempo juntos, soy un novio muy cariñoso y expresivo.

—¿Desde cuándo? —pregunta Elise mientras Rayan sale del agarre de Derek y me toma de la mano entrelazando nuestros dedos.

—Desde que así lo decidí.

Los cuatro caminamos hacia la salida despidiéndonos de los demás que aún se mantienen en el set, en el caso de Krista, ella ni siquiera nos escucha mientras escribe con rapidez en su teléfono.

De pie frente al ascensor soy consciente de que Derek y Elise nos miran como si fuésemos un experimento.

—Dejen de ser raros —Les ordeno sin verlos.

—Lo siento, pero se siente como un sueño —Se disculpa Derek—. Es alucinante saber que están follando y de una manera formal porque son novios.

—Y apuesto a que es un buen sexo ¿Eh? —agrega Elise—, después de todo, ambos desprenden energía sexual con tan solo una mirada, físicamente son una pareja que despierta endorfinas al estar junta. Sí, deben de disfrutar muchísimo del sexo.

—¿Quieres que los ignoremos? —Me pregunta Rayan con diversión y le sonrío.

—Ya lo estaba haciendo —Aseguro y ríe por lo bajo antes de darme un beso corto en los labios justo cuando las puertas del ascensor se abren.

Me tenso en cuanto veo a Demian conversando con la actriz de una serie que actualmente no le está yendo muy bien.

La mirada de Demian se encuentra con la mía antes de que mi atención vaya a Elise quien me hace una pregunta silenciosa con la mirada de si quiero subir, pero Derek ya está entrando y Rayan, que aún tiene sus dedos entrelazados con los míos, avanza llevándome con él.

Una vez estamos dentro, los saludos son intercambiados y me mantengo en silencio mientras Rayan está detrás de mí y retrocedo recargando mi peso sobre él, respirando hondo en cuanto su calor me reconforta.

—Hacen una hermosa pareja —comenta Demian.

—Lo saben —Le responde Elise con una falsa dulzura—. Breana finalmente está con el hombre perfecto para ella.

Vengo de tener un día increíble, no puedo dejar que un error del pasado lo arruine. Si quiero que él permanezca en el pasado, entonces debo aprender a vivir el presente y superar todo esto.

—Gracias —digo mirándolo de reojo—. La verdad es que es reciente, pero estamos felices.

—Es reciente, pero nos sentimos así casi desde siempre —asegura Rayan y mi sonrisa es sincera cuando consigue besarme la mejilla.

Las puertas del ascensor se abren y empezamos a salir, pero me detengo cuando Demian me roza la cintura antes de pasar delante de mí y no creo que fuese adrede.

Miro su espalda alejarse, no voltea y respiro hondo tratando de convencerme de que fue una casualidad y retomando mi caminata al lado de Rayan.

Con un abrazo me despido de mis dos amigos y subo al auto de Rayan en donde estoy en silencio durante los primeros minutos.

—¿Sucede algo? Estás muy callada.

Me muerdo el labio con suficiente fuerza para hacerme daño en el interior al mismo tiempo que juego con los anillos en mis dedos.

—No me cae bien Demian —consigo decir—. Es... Incómodo.

—¿Incómodo en qué sentido? —pregunta con una calma que me dice que es cauteloso sobre mi respuesta.

—Incómodo en que no quiero tener nada que ver con él. No me gusta encontrármelo y...

—¿Y?

—No me gusta su mirada —Hago una pausa—. Hay cosas sobre las que aún no quiero hablarte, pero él no me gusta.

Se hacen unos largos segundos de silencio en los que siento la tensión de mi cuerpo.

—De acuerdo, mi rubia, no te gusta y te incómoda, entonces trataremos de que no te topes con él.

—¿Así de fácil?

—Confío en lo que me dices y espero algún día me digas esas cosas sobre las que no quieres hablarme.

Sé que confía, pero también noto lo tenso que está porque seguramente imagina lo peor y no quiero que Rayan se meta en problemas.

—No es algo grave.

—No lo sé, Breana, he aprendido que tiendes a minimizar las situaciones que te lastiman, pero decido confiar en ti.

Nos mantenemos en silencio durante largos segundos y puedo darme cuenta de que está pensativo y tenso, de que su mente debe de estar intentando unir el por qué Demian me caería mal cuando pocas veces nos ha visto conversar, no quiero su mente ahí, no quiero hablar de ello aun, así que me aclaro la garganta y alejo todo lo referente a Demian porque han sido dos días increíbles.

—Elise cree que tienes una polla grande y mágica.

—¿Qué? —Rompe a reír.

—En serio, genuinamente lo cree.

—Eso quiere decir que tu reseña sobre mi polla y follar fueron calificaciones realmente altas.

—Cómo si no supieras que eres bueno —suspiro—. Bueno, mucho más que bueno.

—Así que hablaste con Elise sobre ello.

—¿Te enfada?

—Cariño, ahora consideran que tengo una polla mágica grande, eso me dice que solo hablaste cosas buenas.

—Es que no tengo ninguna queja. Era grande, sabías usarla, estaba limpia y no sentí que me apuñalabas el útero, tampoco estaba de lado...

—¿De lado?

—Sí, ya sabes, cuando gira en la punta... No tengo una buena experiencia sobre ello con mi primer novio, pero entiendo que la anatomía muchas veces es así... ¡No te rías!

—Lo siento, lo siento —Se ríe—. No pensé que eras tan exigente sobre ello, pero me alegra pasar la prueba. Mi polla y yo somos felices.

Me doy cuenta de todo lo que he dicho y también río cubriéndome las mejillas con las manos.

—No puedo creer que te diera una reseña de tu polla.

—Estoy encantado —dice aun riendo— y no le he dicho a nadie en detalle lo que hicimos, aunque supongo que todos lo imaginan. Nos veíamos muy bien follados.

—Tampoco le di detalles exactos a Elise, solo estaba... Emocionada —admito y alcanzo a verlo sonreír.

—Pero puedo darte mi reseña —dice con entusiasmo—. Tetas increíbles con unos pezones exquisitos que me saben a maravilla y que se sienten increíbles contra mi lengua, también se ven fenomenal luego de que sean chupadas muy bien.

—Rayan —Me remuevo en mi asiento.

—Culo carnoso y tonificado que suena muy bien cuando lo azoto y que se siente increíble cuando lo tomo en mis manos, lo muerdo o lo beso... Por cierto, eso te gusto mucho ¿No?

—¿Qué cosa? —pregunto estirándome para bajar el volumen de la radio.

—Que te comiera el culo.

Volteo a verlo con la boca ligeramente abierta por su espontaneidad y suciedad casual. Pensé que era algo que no se hablaría porque bueno... ¡No sé por qué lo pensé! Ningún novio me había abierto de par en par las nalgas para besarme precisamente ahí con tantas ganas, de hecho, antes posiblemente habría hecho una mueca ante la idea, pero ¿Cuándo lo hizo? No puedo negar que me encendió de una manera difícil de explicar.

—Sí, te encantó —Tararea—. ¿Has tenido sexo anal, Breana?

Me mantengo en silencio tras toser y me mira de reojo antes de devolver la atención a la carretera.

—No es algo que tengas que responder si no quieres, pero quiero que sepas que podemos hablar de cualquier tema, fantasía, cosas que no te gusten o que te gusten sobre el sexo. No voy a juzgarte ni espero que me juzgues. Se trata de sentirnos cómodos y en confianza.

Me miro las uñas con mi buena manicura antes de responder.

—No, nunca he tenido sexo anal. Me han... Ehm, penetrado con uno o dos dedos, pero me dolía y no quise seguir, me dio miedo y me sentí incómoda. ¿Tú lo has hecho?

—Bueno, sí he tenido un dedo en culo —dice con tranquilidad—, no me molesta, me gusta mi próstata ¿Sabes?

—Claro —digo en automático y sonríe.

—Y sí, he tenido sexo anal unas pocas veces, cada experiencia fue diferente, pero te aseguro que nadie nunca salió lastimado.

Recuerdo la quemadura y el miedo, estar tensa y darme cuenta de que no lo disfrutaba. Lo intenté tres veces, dos de ellas con Gabriel y otra con Demian y la verdad no sé cuál fue más aterradora y dolorosa.

—Quizá no me prepararon bien —digo de manera distraída—. Me gustó tu boca ahí, podría gustarme otras cosas, confío en ti.

—Tendremos tiempo para descubrirlo y si no te gusta, no pasa nada, lo dejamos pasar y seguimos teniendo fabuloso sexo.

Me muerdo el labio inferior para no sonreír.

—Fue muy bueno ¿Verdad?

—Es muy bueno.

Finalmente dobla en una calle y a medida que reduce la velocidad, sonrío al notar a una niña sentada en unas escaleras de una casa junto a una mujer que sé por fotos de la abuela materna de Summer, que es su tía.

Summer se encuentra con su ropa de prácticas de ballet debajo del abrigo abierto y con un gorro que le cubre hasta las orejas. Al reconocer el auto de su papá se pone de pie y da pequeños saltos mientras agita la mano.

—Es demasiado linda —digo sin borrar mi sonrisa.

—Sí y parece que ya te vio —Me hace saber cuándo estaciona en paralelo a la acera y apaga el auto—. Y parece tener demasiada energía.

Desplazo la mirada hacia la mujer alta, delgada y preciosa que mira hacia el auto con el ceño fruncido. Su cabello rojo es unos tonos más claros de lo que recuerdo de Melissa, pero según las fotos que he visto, tiene los mismos ojos azules. Me atrevería a decir que es incluso más hermosa que Melissa, que ya es decir bastante.

—¿Debería quedarme en el auto? —Le pregunto cuando abre su puerta.

—No eres mi sucio secreto, Breana, no estamos haciendo nada malo y Summer ya te vio.

Asiento con lentitud y me desabrocho el cinturón de seguridad, bajando justo cuando Summer corre hacia Rayan para abrazarlo y él se agacha para besarle la frente. Luego ella me ve y me sonríe gritando el clásico "Breee" y abrazándome con fuerza.

—Feliz, feliz, feliz cumpleaños ¡Eres mi rubia favorita en todo el mundo! ¿Papi te dio mi abrazo?

—Apuesto a que le dio más que eso —musita la voz de su tía y casi me estremezco ante la frialdad.

—Janice —dice Rayan en un tono de advertencia—. Breana, te presento a la tía de Summer.

—Un gusto —digo extendiendo la mano que ella toma.

Pero se la limpia del pantalón una vez nuestras manos se sueltan.

Me da una larga mirada de arriba y abajo y aunque no soy vanidosa me encantaría haberme quedado con la ropa del set o algo más que la comodidad y ropa de "casa" por la que opté hoy, ni siquiera estoy maquillada.

—Te hacía más impresionante —comenta.

—Summer ¿Puedes esperar adentro e ir por tus cosas? —pregunta Rayan sonriendo a su niña que ve de él a su tía.

—Vale ¿Quieres venir, Bree?

No necesito ver a su tía para saber que no desea que entre a su casa.

—Esperaré con tu papá ¿Vale?

Nos da otra mirada y se encoge de hombros antes de abrir la puerta e ingresar a la casa, es entonces cuando la sonrisa de Rayan se borra y mira directamente hacia Janice.

—No voy a jugar este tonto juego de que seas irrespetuosa con mi novia, Janice.

—¿Tu novia? Es bueno ver en donde están tus prioridades, Rayan. Ya veo que mientras cuidaba de Summer, te follabas a la rubia de las noticias.

—Me llamo Breana.

—Si bueno, ese no es el punto de esta conversación. Creo que deberías esperar en el auto —Me hace saber.

—Sé muy bien en donde quiero estar y es aquí, no en el auto, Jannet.

—Janice —Me corrige.

—O solo tía de Summer —No puedo evitar decir.

—No conversaré contigo mientras tu aventura del momento está aquí, Rayan. Estoy cansada de lidiar con tus deslices.

Si cree que creeré en esa mentira de Rayan trayendo aventuras, está equivocada y si cree que Rayan dejará pasar esto, entonces es tonta, porque veo la manera en la que Rayan inspira hondo antes de dar un paso hacia ella y sé que esta discusión podría escalar rápidamente.

Melissa era agradable las pocas veces en las que conversamos o convivimos en uno que otro cumpleaños de Summer, nunca me hizo menos más allá de ser un poco distante, pero siempre educada y curiosa ¿Janice? Me queda claro que decidió despreciarme sin conocerme.



Redes sociales:

Instagram| tiktok: DarlisStefany

Twiter: Darlis_Steff

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro