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Capítulo Cuatro: El helado más importante




Capítulo Cuatro: El helado más importante

Rayan


17 de agosto, 2016.

—Yo le dije a Gabriel sobre el beso.

Volteo con lentitud a ver a Breana que se lleva una gran cucharada de helado a la boca antes de verme con esos ojos azules que básicamente podrían ponerme a sus pies si ella así lo quisiera.

En este momento nos encontramos dentro de mi camioneta luego de haber ido a un supermercado por un pote de helado de fresa con sirope de caramelo. Es realmente enorme y aunque no quiero, ella nunca tuvo intenciones de ofrecerme, es casi graciosa la manera en la que lo acapara.

Tras haber pagado dicho helado y una botella de agua para mí, nos quedamos en el estacionamiento de dicho lugar mientras ella come helado y yo me bebo una botella de agua.

Hemos estado aproximadamente diez minutos de silencio mientras ella come y murmura para sí misma, no me molesta ser compañía para el silencio, pero ahora que ha hablado...

—¿Qué le dijiste a Gabriel? —pregunto.

—Del beso, nuestro beso.

Es la primera vez en todos estos meses que tan siquiera lo menciona, actúo tanto como si nada hubiese pasado que incluso comencé a dudar si lo había imaginado, después de todo se había sentido demasiado bien para ser verdad.

Nos quedamos en silencio simplemente viéndonos y sigo la manera en la que lleva más helado a su boca, saborea y traga antes de volver a hablar.

—Esa noche cuando me fui, me dirigí a su apartamento y le dije lo que había sucedido, ya llevábamos semanas con problemas y cuando eso pasó me sentí culpable de no sentir culpa y se lo dije.

»Hablé de cómo me sentí besándote, todas esas sensaciones y el hecho de  que debíamos terminar. Que sabía que estaba mal lo que hice, le hablé sobre cómo me gustaste durante tanto tiempo y que en ese momento se abrieron muchas compuertas de mis emociones ¡Por Dios! Casi le digo que quería besarte de nuevo ¿Y sabes lo que hizo?

Sacudo la cabeza en negación y espero a la expectativa mientras se engulle otra cucharada de helado.

—Que no importaba, que simplemente lo olvidáramos. No quiso hablar de ello, no se enojó, no quiso romperte la cara o discutir sobre ello, solo me dijo que nos fuésemos a dormir y cuando quise hablar de ello y terminar con la relación, dijo cosas que sonaron tan creíbles sobre intentarlo, superarlo y olvidar.

—Y decidiste olvidarlo.

—Cómo si olvidar ese beso fuese tan fácil —dice con una risa cínica—. Simplemente asentí y me fui a dormir. Me acosté a su lado y me quedé viendo la pared pensando en cómo olvidar un beso que me hizo sentir tan viva y cómo salvar una relación en la que sentí que ya no quería estar.

—Por eso nunca lo hablamos.

—Preferí fingir que lo soñé, que seguíamos siendo amigos normales, no quería perder tu amistad.

Que diferentes somos Breana y yo, ella eligió preservar nuestra amistad mientras que yo estaba dispuesto a arriesgarla en pro de saber qué rayos había sido todo aquello.

—Intenté que la relación funcionara, pero siento que dejó de verme, que eventualmente hizo lo que muchos hacen siempre y solo vio a la Breana que quería a su lado y no quién realmente soy.

—Sabía que tenían que haber muchas razones por las que me caía mal, aparte de que estorbaba.

Eso la tiene sonriendo de manera triste antes de comer más helado.

—Si fueses mía, Breana y me dijeras que algún idiota te besó, iría y arrancarle los labios, estaría tan celoso.

—¿Pero me dejarías ir si te dijera que sentí algo por alguien más luego de besarlo?

Me encantaría decir que sí, pero la verdad es que no sé muy bien cómo reaccionaría. Quisiera ser correcto y decir: por supuesto, me armaría de valor para dejarte volar. Pero siendo honesto, no sé qué haría. Retenerla contra su voluntad non sería una opción, manipularla tampoco, pero enamorarla nuevamente tal vez sí.

—No sabes qué responderme —dice tras mi silencio—. Pensé que eras un hombre bueno.

—No me quiero ir al infierno, pero no sé cómo ser bueno, lo confieso.

Eso la hace reír y yo sonrío.

—¿Está mal que en parte me sienta libre? Antes del programa había hablado con las chicas sobre no saber cómo terminar con todo y después lo hice, no de la manera en la que me hubiese gustado, pero en cierta manera pensé: ya está, lo hice.

—Mal estaría que siguieras en una relación en donde no te sentías libre —consigo decir—. Además, Gabriel no te merece.

—Lo dices porque no te agradaba —Se lleva otra cucharada de helado a la boca y rio por lo bajo.

—Ya te dije que era un estorbo, pero tienes razón, mi opinión no es objetiva —estirando una mano con los dedos le limpio del labio inferior y sus ojos azules se abren un poco más en tanto siento la calidez de su aliento contra mis dedos.

Por un momento me quedo con las yemas debajo de su labio inferior, tentado a introducirlos en su boca, pero consigo alejarlos y simplemente lamerme el rastro de helado para limpiarlos antes de que ella se aclare la garganta.

—Gracias por esto —susurra.

—¿Por el helado? ¿Por lamer los restos de tu helado? —sonrío.

—Por el helado sí y por estar aquí

—Siempre estaré, Breana, así es cómo me tienes.

—¿Cómo? —susurra.

Deslizo con lentitud mis dedos hacia su mejilla, inclinándome para que estemos más cerca y luego tragando cuando su mirada cae en mis labios.

—Si aun no puedes verlo, entonces esperaré que simplemente lo entiendas —Le planto un beso en la punta de la nariz que la hace sonreír—. ¿Terminaste con el helado?

—Aun no.

—Tomate tu tiempo —La aliento volviendo a mi asiento.

Breana y yo a lo largo de los años siempre hemos sido cercanos, de la manera en la que lo hemos sido todos. Puedo ubicarla en muchos recuerdos de momentos importantes de mi hija, riendo o llorando, haciéndole bromas o simplemente compartiendo silencio mientras nos sonreímos en reto de quien puede aguantar más, pero ella no es tonta y estoy seguro de que se da cuenta de que ahora es diferente.

Porque ahora no hay límites y no me ocupo de ocultar la manera en la que la quiero.

La quiero para follarla, mimarla, escucharla, follarla mucho más y si las cosas nos van bien: amarla. En serio, quiero amarla mucho... Y de nuevo follarla, este es un punto importante sobre todo lo que quiero hacerle a Breana Stone.

Puede que ella lleve apenas unas dos o tres horas soltera, pero para mí eso es suficiente para darme cuenta de que esta vez haré algo, de que valoro y amo un montón su amistad, pero no hacer algo sobre lo que siento me está matando. Puedo ser su amigo mientras sea su novio, prometido o esposo, pero necesito que seamos más, quiero que seamos más y por la manera en la que me ve, reacciona a mi toque y por cómo actuó cuando nos besamos, le gusto y lo hago un montón, aunque dudo que le guste tanto cómo ella me gusta a mí, pero podemos trabajar en eso.

—¿En qué piensas? —me pregunta.

—Te responderé, pero debes tener en cuenta que lo que diré no será simple.

—De acuerdo.

Asiento con lentitud y me aclaro la garganta antes de comenzar a hablar.

—He querido hacerte esta pregunta durante mucho tiempo, pero pese a que me cae muy mal Gabriel, entendí que no quisiste hablar de ello o al menos fingí entenderlo, pero ahora parece ser un buen momento o simplemente no puedo esperar más... ¿Qué pasó con ese beso? Nunca lo hablamos, yo quería hablarlo, pero simplemente hiciste de cuenta que nunca pasó y en algún punto incluso me pregunté si lo imaginé.

—Dices que tenía a Gabriel, pero tú tenías a la maestra de Summer.

—La ex maestra de Summer tiene nombre y es Ciara —señalo y sus mejillas obtienen algo de color— y yo no "la tenía", habíamos tenido un par de citas que detuve luego de ese beso cuando me di cuenta que un beso, Breana, un único beso contigo no se comparó con los pocos que llegamos a tener. No era justo seguir algo que no iba a funcionar cuando ella podría estar con otro que sienta cuando la bese lo mismo que yo sentí cuando te besé.

Por un momento solo me ve con los labios entreabiertos, pero poco después veo su entrecejo fruncirse y agarrar con fuerza el envase de helado, me da la impresión de que he dicho algo que la ha molestado.

—¿Por qué ahora?

Parpadeo y resopla.

—Durante años un lado fantasioso de mí esperaba que dijeras algo cómo eso, que fueses más que un crush y me viste cómo una amiga, entonces luego comenzaste a ser diferente, no sé si quieres volverme loca o qué es lo que quieres.

—¿Terminaste tu helado?

—Sí —responde con un tono enojado y asiento encendiendo el auto.

Salgo del estacionamiento de camino hacia su casa porque resulta que ya no quiere ir a casa de su madre y no es hasta que vamos a mitad de camino que vuelvo a hablar.

—¿Por qué es tan condenatorio que yo no supiera que te gustaba cuando tú tampoco sabías que me gustabas? —pregunto sin verla—. Me sacas en cara que no hice nada, cuando tú tampoco lo hiciste. Me acusas de no haber visto tus sentimientos, pero ¿Tú viste los míos, Breana?

—Eras bueno ocultándolo.

—¿Acaso tú no? —medio rio— Coqueteabas con Derek, actuabas con tranquilidad a mi alrededor, me tratabas como a los demás, siempre que salimos solos mayormente fui yo quien te invitó. Breana, te invité a cada recital de mi hija, a comer con nosotros o cualquier salida, siempre eras la primera opción.

Se hace otro largo silencio mientras conduzco y conociéndola cómo lo hago es muy seguro que se encuentre pensando en mis palabras, analizando cada oración.

Es cierto que fui sutil, pero Derek y especialmente Holden siempre dejaron caer que ella me gustaba como una "broma" y estas solo fueron escalando cuando Gabriel apareció. Es cierto que nunca dije nada directo y para ser honesto el pensar que no le gustaba me detuvo a hacer cualquier movimiento, de lo que me arrepiento muchísimo.

—No quería que me gustaras porque pensé que no tendríamos oportunidad. Sé que en el estudio se hablaba de que tuve sexo con Holden y no quería que dijeran que saltaba de uno a otro... Yo... Presto demasiada atención a lo que dicen los demás y sé que no debería —Habla en voz tan baja que casi no la escucho—. Pensé que te gustaba cómo una amiga y de hecho... ¡Dios! ¡Qué vergonzoso decir esto! Pero llegué a llorar ¿Sabes? Estaba frustrada de no verte cómo un amigo, de que no me vieras realmente, pero eso es pasado, Rayan.

»Somos diferentes personas ahora, aprendí a que somos grandes amigos y eso está bien, tu amistad significa muchísimo para mí como para arruinarla.

No respondo, simplemente conduzco hasta entrar a su residencia y solo cuando detengo el auto al llegar frente al edificio en donde vive en el que vive, me giro a verla.

—Somos grandes amigos, Breana y tu amistad significa muchísimo para mí, pero estoy harto de ser solo tu amigo.

Ella jadea y yo golpeo los dedos sobre el volante.

—Durante un tiempo pensé "oh, si no le gustas todo será incómodo y se arruinará la amistad" y fue una mierda tener que verte luego ser novia de ese estorbo de Gabriel.

—Rayan... —Intenta detenerme.

—Amo tu amistad, pero ya estoy en un punto en donde digo "al carajo" porque estoy cansado de vivir con la incertidumbre de qué pasaría si simplemente nos besáramos y folláramos como cualquier pareja, qué pasaría si pudiera mimarte cómo mi novia y qué pasaría si finalmente dejara a la pobre Summer tranquila para que no sea el puente de acercamiento para que salgas conmigo a solas.

»¡Cristo! He estado usando a mi hija y eso me hace un papá horrible, no puedo seguir haciendo eso.

—No eres un papá horrible —dice abriendo la puerta del auto—. Tal vez tú quieras poner en riesgo nuestra amistad, pero yo no. Pudo haber sido, pero ya no será, Rayan.

Todo lo que hago es verla y ella traga antes de inclinarse hacia mí y besarme la mejilla, haciendo que huela su delicioso perfume y que sea inevitable que sus pechos no me rocen un brazo.

—Te gusto Breana Stone y no sé si con la misma intensidad con la que tú me gusta, pero si sientes siquiera una mitad de lo que yo siento, entonces entenderás que no podrás resistirte por siempre.

Llevo una de mis manos a su cuello para que pueda verme de cerca y no se pierda mis palabras.

—Me encanta ser tu amigo, pero sé que me encantará aun más llamarte mía —murmuro sin dejar de verla a los ojos— Hemos esperado años y el que lo retrases un tiempo más no hará que esto desaparezca —Con el pulgar le acaricio la vena a un costado del cuello—. No importa cuánto me tortures diciéndome que ya no será, seguiré esperando porque va a pasar, Breana.

—No necesariamente...

—Mi rubia, tú no eres tonta y sabes que tengo razón —Le sonrío—. Esta es mi oportunidad y no la dejaré pasar.

—No entiendo por qué actúas así.

—Porque te deseo, Breana, porque estoy loco por follarte, besarte y darte todo ¿Es tan difícil de entender? —exhalo—. No sé que dice esto de mí, pero no dejaré que ningún Gabriel ocupe un lugar que es mío.

—¿Tuyo? —susurro.

Me quito el cinturón de seguridad para poder susurrarle al oído mis próximas palabras.

—Tú quieres ser mía.

—Rayan —susurra.

No queriendo presionar demasiado, dejo un beso justo debajo del lóbulo de su oreja, justo en la línea de su mandíbula antes de darle un apretón en el cuello y liberarla para volver a mi asiento y abrocharme nuevamente el cinturón de seguridad.

Lamiéndome los labios veo al frente y tomo el volante con fuerza porque siento la necesidad de querer besarla y Breana en este momento no está en un buen momento emocional tras terminar su relación.

—Gracias por traerme, por el helado y la conversación, Rayan.

—Descansa, no te sientas mal por Gabriel, siéntete bien por ti, por hacer lo que creías correcto para ti.

—Eso haré.

Permanezco sin irme hasta que la veo entrar al pequeño edificio de aspecto victoriano.

—Ella será terca —susurro poniendo el auto en marcha—, pero no me quedaré viendo a otros Gabriel aparecer, al menos debo mostrar mis cartas.





*Adelanto del próximo capítulo*

Extiendo los brazos para mi niñita que es más pequeña que una niña de su edad, pero es algo que no mencionamos porque se molesta, y la ubico contra mi cadera mientras pasa un brazo alrededor de mi cuello.

***

—¿Breana sabe que has estado botando las flores que envía Gabriel? —pregunta Parker.

***

—Cosa que no te recomiendo ofrecer —comenta Holden con seriedad—, eso es algo que no creo que ella quiera hacer.

***

Breana: sí, Rayan, eres una distracción más que bonita y muy sexi ¿FELIZ?

***


Holissss, volvamos a hacer la lista de siempre en InfoNews:

1. Rayan hablando con Breana en su auto.

2. La charla del beso.

3. Rayan modo intenso antes de dejarla en su casa

4. Esto es más un comentario: BREANA COMO HACES PARA RESISTIRTE?

5. Sé que no soy la única que se quedó como: ah, cierto que hace unas horas dejó a Gabriel.

Gracias por los votos y comentarios, me motivan mucho, es la mejor recompensa.

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Espero les guste.

Un beso.

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