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9. La entrada.

Alan está sentado en su trono, tarareando entusiasta.

― Nadie, me quiere, todos me odian, porque me como un gusanito, Cuando nadie me mire y todos se vayan voy a cometer suicidio. ― Canta tranquilamente Alan en su trono.

― Señor, tenemos un problema en las jaulas. ― Irrumpe Zeus en la sala.

― Bueno, tíralo a la lava. ― Soluciona despreocupado sin mirar a su subordinado.

― Sí, lo haríamos, pero no para de decir "Parlé". ― Explica Zeus ofuscado por lo surrealista de la situación.

― ¿Y eso qué significa? ― Pregunta Alan colocando mayor atención que antes.

― Que quiere hablar con el "capitán", y los piratas del grupo se niegan a que la tiremos hasta que se cumpla su código. ― Comunica Zeus con extrañeza.

― Ok, diles que ya voy, puedes irte. ― Ordena Alan con desgano bajando su mano por su rostro.

Zeus se retira de la sala y Alan da un suspiro de frustración antes de pararse e ir a pie a la sala mencionada.

― Por qué no simplemente la matan, somos villanos, ¿por qué estamos siguiendo un código? ― Decía Alan para sí mismo con molestia

― ¡Agh! ¡Suéltenme!, no pararé hasta que me hagan hablar con su líder ― Se quejaba una chica sujetada por 2 esbirros.

― A ver, a ver... ¿quién está haciendo desorden? Supongo que eres tú, vamos háblame. ― Interviene el joven villano.

― ¡¿Cómo sé si en verdad eres el líder?! ― Cuestiona enérgicamente la chica.

― Ok, suéltenla. ― Ordena calmadamente Alan.

La chica es soltada por los villanos.

― Vamos, habla, soy todo oídos. ― Pide desganado Alan.

― Acá no, llévame a tu sala y hablaré. ― Ordena desafiante la chica.

― Está bien... ― Acepta con molestia Alan.

El rey de los villanos coloca su mano en el hombro de la chica y se tele transporta junto a ella a la sala de su trono. Una vez ahí se teletransportó a su trono.

― Bueno... supongo que ya puedes hablar, primero dime quién eres... ― Inicia el villano.

― No te incumbe. ― Contesta la joven en tono insolente.

― Vaya, entonces dime tu nombre. ― Reformula Alan conteniendo su rabia educadamente.

La chica se queda en silencio, la paciencia de Alan se empieza a agotar al pensar que está frente a alguien que solo le está haciendo perder el tiempo.

― Bueno, si no quieres... creo que tendré que mandarte a la lava, ya que no estás cumpliendo lo que dices. ― Advierte Alan con serenidad antes de ser interrumpido.

― Me llamo Mía... ― Se apresura a cortar la joven.

― Asumo que eres del mundo que estamos atacando... ― Se adelanta el joven sin perder la calma.

― Sí... ― Afirma tímidamente Mía.

― Bueno, pues dime lo que tanto quieres... ― Acepta intrigado Alan.

― ¡Eres un pedazo de mierda!, ¡¿Por qué nos atacas?! ― Interroga con fuerza Mía.

― Simple... porque es mi destino niña ingenua. ― Responde cortante Alan.

― ¡¿Cómo es eso?! ― Pregunta Mía sin bajar el tono de voz.

― Bueno, siéntete afortunada de ser la única humana que va a oír esto... Me llamo Alan, yo iba a ser el villano de un juego, fui descontinuado, estuve mucho tiempo vagando en un lugar oscuro y desconocido lleno de datos y códigos, y cuando al fin pude salir, llegué a un lugar de información y logré ver mi destino, el cual es, ser alguien que jamás va a ganar, porque los escritores de las historias así lo quieren en este mundo, así que yo seré quien cambie la historia, tanto para mí como para los demás como yo. ― Narra Alan manteniendo la calma y serenidad en todo momento.

― ¡¿Y nosotros que culpa tenemos de eso?! ― Pregunta confundida la joven.

― A ver, déjame pensarlo... Eh, sí, TODA. ― Contesta Alan remarcando con su voz la última palabra.

― Estás enfermo. ― Insulta Mía tímidamente.

― Jajajaja... ¿Crees que el enfermo soy yo? ― Pregunta el villano en voz baja mientras abre los ojos más de lo normal.

Alan baja de su trono y empieza a acercarse a Mía caminando en círculos alrededor de ella, pero sin observarla, sino que es ella quien lo sigue con la mirada.

― Ustedes sí lo son, modificando el guion para hacer ver a un simple ser inocente como alguien malvado que debe ser exterminado, mientras su mundo está lleno de ladrones, asesinos, violadores, gente que crea guerras en nombre de un pueblo que realmente no lo quiere y los manda a morir en su nombre, gente egoísta que solo quiere enriquecerse a sí misma, seres que contaminan su mundo y su naturaleza sin saber que es el único mundo que tienen, que arruinan sus caminos y sociedad sabiendo que no tienen vidas extra, personas que quieren subordinar a todos con su ideología en la que solamente su bando sale beneficiado... ― Justifica Alan en tono burlesco mientras remarca la voz para darse a entender.

El villano se detiene mirando desde lejos de frente a la chica.

― No niña, ¡no creo que aquí sea yo el enfermo! ― Cuestiona Alan en una actitud que refleja algo de frustración

― Pero aun así solo deberías castigar a unos pocos, no a todos. ― Se queja Mía encogidamente.

― Oh mujer, que equivocada estas... todos ustedes están hechos de bien y mal, pero siempre en las situaciones de peligro optarán por el mal, pensando solamente en salvarse ustedes sin importar si dejan a alguien desconocido atrás, dime tú, ¡gran conocedora del mundo! ¿Cuál es tu edad? ― Pregunta Alan dramatizando.

― 23... ― Contesta Mía en voz baja.

― ¡Guau, toda una vida aprendiendo! Cuanta experiencia p- ― Alan se detiene a media crítica y se queda un momento en silencio―¿Pues sabes qué más? ― Reanuda Alan.

Una ampolleta se prende en la mente del villano, Alan se empieza a acercar a Mía.

― Me gusta tu actitud, eres aguerrida y valiente, eso es lo que necesitan mis subordinados, y serías un buen aporte en cuanto a credibilidad, ¿te interesaría... estar de nuestro lado? ― Ofrece Alan en un tono siniestro no intencional.

El villano se para frente a la joven con ojos cerrados y manos en la espalda.

― Tendrías un montón de beneficios, podrías ayudar a decidir cómo manejar el mundo, que tipo de reglas hacer para este nuevo gobierno, y quién sabe, quizás yo deje que tú decidas cómo manejar a los humanos de tu mundo sin tener que matarlos, torturarlos o esclavizarlos. ― Expone Alan moviendo las manos pero desviando la mirada.

Mia solo guarda silencio.

― ¿Y bien?, ¿te interesa? ― Finaliza el joven villano.

― Si prometes que no dañarás a nadie. ― Pide Mía con timidez.

― Lo prometo... ― Asegura Alan mientras extiende la mano.

Mía no le responde.

― Te juro, que soy hombre de palabra. Sin trampas. ― Promete Alan mirando fijamente a Mía.

Mía estrecha la mano estirada de Alan de forma timorata.

― Así me gusta, no te arrepentirás, ya verás. ― Le promete el villano.

Alan ordena a la chica seguirlo, ella obedece aún insegura. Se dirigen al salón de reposo de los 7.

― ¡Chicos, nuevas noticias! Tendrán una subordinada. ― Avisa Alan en voz alta.

Nate escribía en una hoja de la mesa, Rock estaba leía un periódico, Regit escuchaba música en el sillón, Malet y Locker jugaban ping-pong mientras Andy contaba los puntos y Dash estaba durmiendo en el sofá contiguo a Regit.

― No parece que sean muy atentos. ― Interpreta Mía mientras observa a Alan.

― No, si me escucharon, solamente ignoran lo que no consideran importante. ― Aclara el jefe de los villanos.

Mía vuelve una mirada de preocupación hacia donde están los 7 generales.

― Ejem, ejem... ¡Al primero en llegar acá le doy un dulce! ― Grita Alan mientras saca un caramelo de su bolsillo

Todos los 7 se paran en una milésima de segundo frente a Alan.

― Bien hecho Andy... ― Felicita el líder al general mientras le lanza el dulce.

Andy lo ataja, y feliz, lo consume actuando como salvaje.

― Bueno, les quería decir que les integraré a esta chica llamada... ― Titubea Alan tratando de recordar el nombre de la chica.

― Mía... ― Completa la joven.

― Eso mismo, ustedes deben de cuidarla y entrenarla, tiene bastante potencial. ― Instruye Alan a sus generales.

― ¿Entonces ya no seremos los 7, sino que los 8? ― Pregunta confundido Rock.

― No, para nada, seguirán siendo los 7, solo que tendrán que estar con esta chica, deberán entrenarla, instruirla y protegerla. Y nada de acosarla, ¿entendido MALET...? ― Pregunta Alan acentuando la voz en el nombre del general en quien más desconfía que pueda seguir la orden.

― Se... ― Responde Malet desviando la mirada hacia el techo sonriendo inocente.

― ¿Y por qué no solamente le agregamos poderes como a nosotros? ― Cuestiona Rock intrigado.

― Je, je, je no aborto fallido, esta chica es una humana, no podemos estar 100% seguros de que esté de nuestro lado, así que pueden hacer que sea poderosa, pero que no los sobrepase en nada a ustedes. ¿Entendido? ― Explica Alan, enfático, trataba de comunicar la mayor tranquilidad para que Mía no desconfíe.

― Sí. ― Contestan todos los 7 menos Malet.

― Tal vez... ― Advierte Malet cruzando los brazos y cerrando los ojos.

Alan empuja a Mía en dirección a los 7, ella tropieza y cae accidentalmente, Locker la ataja evitando que llegue al piso, Mía levanta la mirada para encontrarse con un rostro que la deja helada.

― Bienvenida... ― Expresa Locker esbozando una sonrisa maniaca que cala en los más profundos miedos de la joven.

*Punto de vista protagónico. Río de Janeiro. 17:15 pm.

Nos bajamos de la avioneta y nos despedimos de Fede y Joaqui, ellos dijeron que aprovecharían el tiempo que queda para seguir ayudando a más sobrevivientes a llegar a las zonas de portales.

Estuvimos rondando por la ciudad de Río de Janeiro recolectando recursos que nos puedan servir en lo que puede que estemos por encontrar, cada quien iba por su cuenta, yo estaba en mi exploración de la ciudad cuando escucho gritos desesperados provenientes de una casa, mi intención obviamente era salir por patas de ahí, pero la fuerza hizo que tenga que volver y subir a ver qué ocurría.

Iba subiendo cuando escucho unos pasos metálicos en el piso de arriba, estaba increíblemente tenso, cuando me dispongo a volver, veo a un sujeto con una armadura negra, un cinturón de artefactos, una capa y ojos que al verme cambiaron de verdes a café, no lo recuerdo haber visto en ningún juego. Traía arrastrando del cuello de la polera a una mujer que parecía estar desmayada.

― ¿Eres... un humano? ― Pregunta el desconocido fríamente.

― Eh, sí... ― Contesto desconfiado a la par que confundido, con los nervios, olvidé mi coartada habitual.

― Debes venir conmigo. ― Ordena el sujeto.

― ¿Qué, por qué? ― Pregunto extrañado ante él.

De su hombro sale algo parecido a una torreta y roció un spray en el ambiente. Inmediatamente, salgo de la casa lanzándome por una ventana abierta.

El sujeto sale por la chimenea y se impulsa contra mí clavando un gancho en el piso, logro esquivarlo, comienzo a disparar, pero las balas no le hacían daño, la armadura las detenía, emprendí huida, pero el tipo aparecía en toda calle por la que intentaba escapar. Llegué hasta un muelle en donde me tenía acorralado, se acercaba lentamente hacia mí hasta que le llega algo parecido a un piedrazo en la cabeza que no le hace daño, aunque al menos lo distrae.

― Uy, creo que... eso no funcionó... ― Expreso Louis nervioso bajando su arma.

Salto al agua de inmediato, el sujeto corre donde Louis, mientras yo le disparo por la espalda para distraerlo de nuevo.

― Tendrán que venir conmigo, quieran... o no... ― Advierte el sujeto armado.

El caballero saca dos espadas, una parecía estar hecha de hielo y la otra de fuego.

― ¿Y ahora qué? ― Me pregunto a mí mismo.

El sujeto corre hasta donde Louis, él, para huir, se mete a una caseta de pescador que estaba atrás de él. Consigo llegar a la orilla.

― ¡¿Qué hago, que hago?! Vamos Félix, piensa por una vez en tu vida. ― Me apresuro a mí mismo, totalmente desesperado ante mi falta de ideas.

Comienzo a buscar entre unas cosas que había acumuladas en la entrada del muelle, entre varias cosas que me encontré, vi un cinturón con dinamitas y un zippo. A ver, muchas gracias a quien dejó acá esta cosa, pero ¡¿¡Por qué carajos alguien tendría algo como esto en un muelle?! De todos modos, no me quejo...

Narrador: Louis estaba atrapado en la casa mientras el sujeto lo buscaba arduamente, de pronto, oye a su hermano gritarle.

― ¡Louis, sal de ahí o vas a volar! ― Grita Félix desaforado.

Narrador: Tras oír eso, Louis ve una ventana abierta y sale de la caseta por ella.

Cuento hasta 3 y lanzo una dinamita al un galón de gas, pegado a la caseta, explota y se derrumba. Veo el cinturón y este vuelve a tener exactamente la misma cantidad de dinamitas, pero tenía una pantalla que decía "29", supongo que será la cantidad de dinamitas que tengo. ¡¿Qué es esta cosa?!

― ¡¿Louis, estás bien?! ― Pregunto preocupado sin verlo aún.

― ¡Sí, acá estoy! ― Indica mi hermano entre el polvo.

Veo a Louis a lo lejos viniendo hacia mí.

― ¡¿Dónde está ese sujeto?! ― Interrogo a Louis.

― ¡Mira! ― Mi hermano señala algo entre el polvo.

Vemos que, de los escombros de la caseta, se levanta el extraño, pero no sale a atacarnos, solo se levanta y se retuerce la cabeza de dolor.

Louis llega donde mí.

― ¿Le habrá dolido el golpe? ― Duda mi hermano mayor.

― No lo sé ― Respondo inseguro.

Lo veo con atención y observo que este trata de taparse de los oídos, rápidamente recojo una tabla y corro a golpearlo con ella, de esa forma queda tirado en el piso, le iba a golpear de nuevo, pero me aparta de una patada de vuelta donde mi hermano. Nos miramos fijamente con Louis, y ambos estábamos de acuerdo en lo que debíamos hacer. Comienza una nueva batalla.

Lo teníamos bastante claro, los ruidos fuertes aturdían al enemigo, y una vez este quieto, había que golpearle con armas cuerpo a cuerpo... sartén, llegó tu momento.

El sujeto corre donde nosotros con sus espadas, Louis y yo nos separamos.

― ¡Louis, toma! ― Aviso a mi hermano.

Le lanzo mi sartén.

― ¡Yo lo aturdo y tú lo golpeas! ― Ordeno a Louis.

El sujeto empieza a correr donde nosotros, obligándonos a esquivarlo y huir, si lo intentábamos golpear probablemente sería más rápido que nosotros y nos golpearía antes, así que mejor no lo intentamos, solo corríamos y lo distraíamos entre nosotros, hasta que logré estallar una dinamita frente a él para aturdirlo. Eso era más difícil de lo que piensan, pues debía esperar a que usara su gancho para acercarse a mí, tenía que dejarle la dinamita a medio camino y salir.

Después de unos 2 minutos que parecieron 2 horas, logré atinarle, mientras estaba aturdido, Louis rápidamente fue a golpearle con la sartén.

― Oh, ¿así que quieren resistirse?, bueno, pues acabemos esto. ―Expresa el sujeto mientras baja la mirada.

El caballero lanza una granada al suelo que le hace una mini base de piedra, esta se materializó dejando a Louis atravesado en uno de sus muros intentando soltarse.

― Un problema menos ―Se burla el desconocido.

Desde sus antebrazos se revelan unos disparadores de misiles de los que comienza a disparar, adivinen que... misiles.

Dispara 4 tipos de misiles.

Rojos: Salían disparados y hacían zigzag a ras de piso.

Azules: Eran disparados a media altura, hacían un recorrido en círculo de radio cada vez más pequeño, cuando no podía cerrarse más explotaba.

Verdes: Eran disparados como una bala de mortero que iba a caer exactamente al lugar en donde estaba yo, haciendo una gran explosión de área.

Morados: Era un misil que directamente me perseguía, pero era bastante lento, pasado un tiempo sonaba una alarma, esto hace que se detenga un momento y antes de dispararse hacia mi último lugar detectado, sin detenerse hasta explotar con algo.

Creo que ya está claro que debía hacer. (Me pregunto por qué los villanos tienen ataques que persiguen al enemigo, esos ataques siempre los terminan usando en su contra...)

Mientras estaba esquivando me dije: "¿Y si le lanzo las dinamitas adentro de su fuerte?", cuando se las lanzaba, rápidamente la congelaba con su espada de hielo y quedaban totalmente inútiles.

Después de mucho tiempo "bailando" para esquivar los misiles, hacer que los morados le lleguen a él, se terminó rompiendo el fuerte, liberando a Louis.

― No quiero matarlos, solamente les digo que vengan conmigo. Si se resisten mucho los mataré sin querer. ― Reitera alarmado el desconocido.

El enemigo dio un gran salto y se colocó en unos árboles que estaban al frente de nosotros y del costado de su torso en la armadura comenzó a sacar unos bumeranes que comenzó a lanzar, estos iban con una fuerza con la que, si nos golpeaba, más que hacernos daño nos dejaría noqueados.

Lanzaba 3 tipos de bumeranes:

Un bumerán que era normal, pero que sus puntas tenían una maza, con el que el sujeto planeaba derribarnos.

Otro que tenía unas especies de puntas como una boleadora con la que buscaba atraparnos.

Y otro que iba dejando un humo somnífero por donde pasaba.

Se me ocurre adivinar a qué árbol saltará el enemigo, calculando mi lanzamiento para que la dinamita explote y lo aturda haciéndolo caer, permitiendo que Louis le pueda golpear.

Pasamos un rato luchando y el plan funcionó a la perfección, pero una vez vuelto a golpearle, realizó una barrida haciendo a Louis caer de espaldas, lo agarra del pie, y con un bumerán somnífero lo duerme.

Comienzo a disparar, ninguna bala le atina.

― Creo que deberías practicar tu puntería ― Se burla el caballero.

― ¿Por qué? Si le atiné a lo que quería... ― Aviso al enemigo.

El sujeto se nota confundido.

Le había disparado a un árbol casi roto que estaba detrás, debilitando su tronco y haciéndolo caer justo sobre el extraño. El cual se dio cuenta muy tarde, su única reacción antes de que se le cayera encima, fue lanzar a Louis con todas sus fuerzas devuelta a mí, tratar de escapar saltando hacia el lado, pero falla y le cae el tronco encima cruzado en la espalda.

― Lo siento, señor, usted no parecía malvado, pero está interfiriendo en nuestro trayecto. Descanse en paz. ― Lamento con arrepentimiento la muerte del enemigo.

― No estoy muerto imbécil, yo solo... necesito... un descanso... ahhh ― Habla sorpresivamente el enemigo antes de apagar sus ojos cafés.

Me alejo arrastrando a mi hermano, no pienso volver a encontrarme con ese sujeto.

¿Y ahora qué hago con Louis?, ¿espero a que despierte, o me lo llevo a rastras? La fuerza extraña hizo que decidera tratar de despertarlo, trate de explotar una dinamita cerca de él... ni se movió. Le eché agua con un balde... tampoco se inmutó, en mi último intento, le golpeé con la sartén en el estómago y solamente tuvo una reacción refleja levantando las extremidades. Así que al fracasar todo esto no tuve más opción que llamar a Emma y preguntarles donde estaban y si consiguieron algo, me avisó que se encontraron a un vendedor de máscaras que, al conversar con él, les dio 5 chapas de villano. Me dicen que se van a reunir a los pies del Cristo Redentor. Genial, ahora me tendré que llevar a Louis hasta allá de alguna forma.

A ver, vayamos solucionando esto por partes, primero, ¿Cómo llevo a Louis?, si lo llevo cargando me detendré a descansar cada 2 metros, después de todo son más de 70 kilos, y a ese ritmo no llegaremos nunca. Podría... llevarlo en un auto ¡agh! Pero no creo que tenga tanta suerte de volver a encontrar un auto encendido, con gasolina y que no esté cerrado...

¡Ya sé! Esto es una playa, es más que seguro que alguien dejó una manta tirada durante el ataque. Busqué y efectivamente, había varias mantas que podía ocupar para llevar a Louis a rastras.

Y para resolver el segundo problema, debía obtener una forma de saber dónde estaba el Cristo Redentor, afortunadamente, me encontré uno de esos carteles con un mapa que dicen "Usted está aquí...", o en este caso, "Você está aquí...", le saqué una foto con mi celular, debía apresurarme, solo le quedaba un 15% de vida, sí, vida, ya que no creo que alguna vez vuelva a encontrar un cargador, enchufe y luz.

Cuando llegué donde Louis, lo coloqué encima de las mantas, creando una cadena de ellas para arrastrar junto a un casco que coloque a mi hermano para que su cabeza no se golpee en el trayecto, listo todo, procedí a llevarlo arrastrando las mantas como un vagabundo.

¡Agh! Lo que me costó llegar hasta allá, pues la zona no es que podamos decir que estaba muy "limpia" de enemigos. Tuve que llevar a Louis a través de enemigos como Zombis, arañas gigantes, Pokémon salvajes, y cosas extrañas que parecían objetos, pero que en realidad eran monstruos, esqueletos que eran muy difíciles de atinarles con las balas y solo me quedaba darles con la sartén cuando se acercaran, duendes que me trataban de robar armas, unos aliens que disparaban un rayo parecido a un kame hame ha y unos molestos mini dragones que volaban sobre mí y me disparaban de vez en cuando ¡Casi 8 kilómetros arrastrando 70 kilos y defendiéndome de enemigos! Menos mal que algunos obstáculos se juntaron para crear atajos naturales en la subida al cerro, ¡me quiero morir!

*Punto de vista antagónico.

En una habitación se encontraba Mía acompañada de los 7, estaban a punto de entrar a una sala que dice "Máquina de entrenamiento".

― No entiendo, ¿qué se supone que hay dentro de esa sala?, ¿un gimnasio? ― Pregunta confundida Mía.

― Entrarás sola, nosotros estaremos en un ventanal de arriba observándote y manejando las pruebas que te pondremos. ― Instruye tranquilamente Nate.

― Deberemos chequear tu velocidad, destreza, fuerza e inteligencia. ― Explica Rock desinteresadamente.

― Por favor señorita, háganos el favor de entrar... ― Indica educadamente Malet.

Mía los observa un momento y entra a la sala.

Una vez adentro, no ve nada, todo estaba oscuro, escucha por los parlantes una voz femenina robótica.

― Hola, bienvenida a la máquina de entrenamiento, por favor selecciona con qué aspecto quieres empezar. ― Pide la voz de la máquina.

Aparecen iconos de luz 3D, cada uno con el nombre de una habilidad que le habían nombrado antes. Ella selecciona "velocidad".

― Muy bien, has seleccionado "velocidad", si miras hacia atrás verás que hay una reja enorme hecha de láseres, esta te comenzará a perseguir, lo recomendable si no quieres morir es que corras... ahora. ― Avisa la computadora.

Mia ve como la barrera avanza rápidamente hacia donde estaba, la chica empieza a correr con todas sus fuerzas, pero la barrera estaba todo el tiempo a punto de alcanzarla.

Mia ya estaba gritando de desesperación y reduciendo la velocidad por el cansancio cuando escucha los parlantes otra vez.

― La barrera se detendrá en 3... 2... 1... tiempo. ― Determina la voz computarizada.

La barrera se detiene y Mía se desploma.

― Velocidad promedio alcanzada... 10 km/hr ... Velocidad máxima alcanzada... 18 km/hr ... Tiempo manteniendo la velocidad máxima... 5 segundos. ― Evalúa la máquina.

― Bastante mejor que los datos sobre la velocidad promedio de una mujer de tu edad. ― Ríe Rock desde un lugar desconocido.

― Pasemos a la siguiente disciplina... ― Habla Nate sin que se le pueda ver.

― Por favor selecciona el siguiente aspecto a probar. ― Pide nuevamente la máquina

Esta vez Mía escoge "Fuerza".

― Muy bien, has escogido "Fuerza" ― La computadora responde a la instrucción.

Mía siente como a su alrededor en la oscuridad empiezan a sonar unos ruidos tecnológicos.

― A continuación, te encuentras encerrada por 4 compuertas, arriba tuyo, una roca quiere aplastarte, levántala o, por el contrario, mantenla arriba, en 3... 2... 1... tiempo. ― Instruye la máquina antes de iniciar el conteo.

Mía levanta los brazos para que la roca no la aplaste, siente como poco a poco se hace más pesada, finalmente, después de haber sudado todo su cuerpo, vuelve a escuchar a la voz terminar la prueba.

― Peso máximo levantado... 75 kilos. ― Evalúa la computadora.

― Continuemos... ― Motiva Nate.

*Punto de vista protagónico. Río de Janeiro, 21:00 pm.

Después de 3 horas... ¡llegué hasta el lugar de aquella estatua! Creo que alguna lágrima cayó, ahí me veían Carl, Katherine y Emma llegar muerto en vida.

― Hah, hah... díganme que de acá no nos movemos... ahh... ― Alcanzo a suplicar antes de desplomarme, derrotado completamente.

― ¿Estás bien? ― Me pregunta con preocupación Carl.

Por mi parte, levanto el pulgar sin mover absolutamente nada más.

Carl me ayuda a reponerme, ahora estoy sentado apoyando mi espalda en la baranda mientras elonga mis extremidades y me repone con agua.

― ¿Qué fue lo que dijiste que te atacó? ― Pregunta Katherine acomodando las mantas que llevan a Louis.

― Era como un hombre con armadura, ojos cafés que brillaban adentro del casco, tenía varias armas estilo Batman, y que insistía todo el tiempo en que "debíamos ir con él". ― Describo al sujeto que nos atacó con dificultad, más que nada porque no sé identificar a un sujeto que nunca he visto que por mi reposición.

― Qué extraño... ¿Cómo se libraron de él? ― Duda Carl, sorprendido.

― Digamos que, le cayó el peso de la naturaleza. ― Ironizo la situación final del combate.

De repente, Louis se despierta mientras Katherine y Emma lo inspeccionaban.

― ¡¿Oh en serio?!, ¡¿tuviste todo el trayecto para despertar y lo haces cuando ya llegamos?! ― Pregunto molesto de que Louis se despierte después de haberlo arrastrado todo el camino.

― ¿Qué ocurrió? ¿Dónde está ese sujeto? ― Pregunta Louis alarmado.

― Nah déjalo, yo creo que se estará quieto un buen tiempo. ― Tranquilizo a mi hermano.

― ¿Qué es... eso? ― Pregunta Louis, esta vez indicando atrás de nosotros.

― ¿Qué? ― Responde Carl confundido.

Nos damos vuelta y vemos como una línea de luz celeste empieza a bajar lentamente del cielo, justo arriba del monumento.

― Guau... ― Expresa Carl con asombro.

― ¿No sienten como que viene gente atrás de nosotros? ― Pregunta Emma repentinamente mientras estábamos asombrados mirando la luz.

Nos damos vuelta y vemos corriendo hacia nosotros todos los enemigos genéricos a los que nos habíamos enfrentado llegando en una sola gran horda.

― Esta luz parece que no terminará de bajar hasta dentro de un tiempo y no creo que ellos quieran esperar con nosotros. ― Advierte Carl en un tono que refleja un poco de miedo, pero bien escondido.

― Emma, vete atrás de nosotros. ― Indica Louis a nuestra compañera.

― Pero- ― Intenta protestar Emma.

― Atrás... ― Interrumpe Katherine en tono de molestia.

Emma se coloca atrás de nosotros. Nosotros nos preparamos para la llegada del ataque.

Comienza la masacre...

Llegaron todos los enemigos, fuimos atacados primero por los zombis morados y sus variantes, no tuvimos mucho problema para eliminarlos, empezaron a llegar zombis más fuertes, Pokémon, robots, etc. Iba todo bien hasta que llegaron los esqueletos, estos al tener que golpearlos físicamente, hacían ganar mucho tiempo para que avanzaran los otros enemigos, los dragones también molestaban mucho, pero los aguantamos. De repente llega el Pyramid head, no le afectaban mucho las balas, era muy resistente y peligroso, de un solo golpe con la espada nos podía asesinar, nos dedicamos netamente a empujarlo fuera, los aliens y robots molestaban mucho disparando desde lejos y los cerberus si te descuidabas podían agarrarte por sorpresa y hacerte añicos.

Ya había pasado mucho tiempo y el Pyramid head seguía molestando mucho y se nos estaban acabando las balas, justo a tiempo, este se desplomó haciendo ver que estaba derrotado, estábamos sucios y teníamos unas cuantas heridas, una vez terminado nos damos vuelta y vemos que la luz ya casi había llegado al piso. De pronto el filo de una espada corta el viento, cuando nos percatamos, el Pyramid head estaba atrás de nosotros e iba a cortar a alguien completamente, todos nos movemos rápidamente, excepto Carl que se cae de espaldas...

...

Justo cuando el enemigo iba a matarlo, un cuchillo lo atraviesa y baja, rajándolo completamente, el Pyramid head cae muerto, había sido Emma quien lo mató.

Todos estamos atónitos, no solo porque Emma no se achicó ante un monstruo, sino por lo cerca de morir que estuvo Carl (Y yo por mi parte no entiendo como un arma tan precaria pudo dañar a esa criatura).

― Lo que acabas de hacer fue increíblemente arriesgado... pero, fue lo mejor... ― Felicita Katherine a su hermana con algo de miedo por lo arriesgado de su acción.

― Muchas gracias Emma. ― Agradece Carl recuperando el aliento.

Emma ríe sonrojada por los halagos.

Se escucha un sonido gutural muy fuerte, haciéndonos vibrar el estómago. La línea celeste acaba de completarse, ahora comienza a expandirse haciendo un óvalo vertical con lo que parecía un portal, se oye la voz de Glados.

― Si han llegado hasta acá, felicidades, no morirán por la zona, entren a este portal... y conocerán el mundo en el que estamos todos, incluidos, sus compañeros humanos... ― Comunica la máquina.

En el aire vemos una avioneta, saludamos a Federico y Joaquina, no sé si fue impresión mía, pero creo que Simón se asomaba por una ventana, bajan en picada y desaparecen en el portal.

Nos miramos unos a otros, probablemente somos los únicos de este portal que faltan por entrar.

― Y bien, ¿quién entrará primero? ― Pregunta Louis nerviosamente.

― ¿Y si hacemos una cadena humana?, nos tomamos de las manos y vamos entrando uno a uno. ― Idea Katherine.

― Me parece bien. ― Responde Louis.

― Concuerdo. ― Replica Carl.

― Opino lo mismo. ― Se suma Emma.

― Me cago en- ― Protesto.

Adivinen quién era el primero de la cadena en entrar al portal, exacto, YO.

Atrás de mí iba Carl, detrás de él, Katherine, después Emma, y al final Louis.

Respiramos hondo, veíamos como la zona estaba acercándose a nosotros, a esta altura debo admitir que es un espectáculo, justo antes de que nos alcanzara, comienzo a entrar, pero apenas toco el portal, este me succiona, arrastrándonos a todos rápidamente.

Íbamos volando a través de un espacio celeste increíblemente rápido, tanto así, que hizo que nos soltáramos, cada quien iba descontroladamente avanzando a gran velocidad, vemos que estábamos cada vez más cerca de una luz.

Finalmente, me desmayo antes de llegar a ella.

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