Capítulo 5
Primeras malas impresiones
Ya nos encontramos en el coche. Ellos dos en los asientos delanteros y yo en los traseros. Creo que no hay ni que describir el ambiente incómodo que hay en este sitio en estos momentos.
Sé que quizás la situación no es muy agradable, pero considero que no tengo culpa de ello y veo bastante innecesario este trato que se me está dando.
Eso, hazte la digna.
Solo digo la verdad.
— ¿Cuánto tiempo se supone que se va a quedar? —pregunta el sujeto. No me voy a dignar a llamarlo por su nombre. No se lo merece después de lo desagradable que ha sido.
Mentira, no lo llamas por su nombre porque no lo sabes y te da cosa preguntar.
¡Qué te calles, maldita!
—En principio, hasta que papá encuentre a alguien que sepa de ella o hasta que ella misma sea capaz de darnos esa información —responde Scott con simpleza y cierto tono de desagrado.
Después del maravilloso comentario de su hermano, mantuvieron una discusión fuera del coche mientras me dejaban dentro. Supongo que para que no escuchara, pero realmente me enteré de la mayoría. Confirmo, no me quieren con ellos.
—Genial... —murmura el sujeto desagradable mientras conduce. Desde donde estoy solo alcanzo a verle desde atrás, pelo oscuro que lleva medio revuelto y los ojos a través del espejo retrovisor, son de un tono claro, aunque no estoy muy segura. No he podido llegar a fijarme mucho y ahora me estoy haciendo la indignada mirando por la ventana del coche.
—Si os supone mucho problema, podría buscar otro sitio... —empiezo diciendo, aunque la risa agria de quien ya sabemos me corta.
—Ajá, como te conoces tan bien el pueblo y tienes tantos amigos te resultará fácil —me cae mal. ¿De qué va?
—Asher... Ee suficiente —le corta de forma tajante el rubio.
Asher... sí, definitivamente es nombre de idiota. Aquí tengo la prueba.
—Oh, venga, solo estoy siendo sincero, no creo que a la princesita le moleste, ¿no? — mira a través del retrovisor con cierta burla.
—No me digas así —respondo de forma seca viéndolo también, aunque sin tanta chulería, realmente me ha dolido lo que ha dicho.
—Cierto, perdona... ¿Tu nombre es? —la frase casi no le da tiempo a decirla después de que Scottie le diera un golpe en el brazo.
— ¡¿Pero qué coño te pasa?! —grita enfadado. Nunca lo había visto así.
Lo conoces de menos de un día, nena.
El tiempo suficiente para no imaginarlo de esa manera, realmente se ha enfadado con su hermano. No le culpo.
Creo que no hace falta decir lo mal que me siento en estos momentos. Vale, entiendo que pueda agradarte poco que una extraña se meta en casa pero no sé... Una cosa es que te limites a poner mala cara y otra que encima me estés restregando la situación como si fuera algo personal. Si pudiera elegir juro que me iría ahora mismo, pero, desgraciadamente, no es el caso. No me gusta decir esto, porque me daña mucho el orgullo, pero dependo de ellos en estos momentos.
Me muerdo un poco la lengua y viendo que parece que se van a matar de un momento a otro decido meterme para intentar rebajar un poco la tensión.
—Scott... da igual, en serio... —lo miro desde mi posición, me estiro un poco para colocar mi mano en su brazo y tocarlo levemente. No me da tiempo, reacciona antes.
—Nada de "da igual" —me contempla, puedo notar la dureza de sus palabras hacia mí, ni de lejos se parece al tono que emplea con Asher —flipo contigo —se limita a decir.
El contrario guarda silencio y el resto del camino lo pasamos así. Cada uno metido en sus pensamientos y con el ruido del coche como único acompañamiento.
No soy muy fan de los silencios. Me incomodan bastante, aunque este lo agradezco enormemente. Señal de que no van a sacarse los ojos en mitad del trayecto ni tampoco comentarios hirientes.
Esa no es la actitud.
¿Qué mal he podido hacer yo para verme en esta situación?
¿Insinúas que esto es tu karma?
Quizás... aunque he tenido que ser una auténtica arpía para verme envuelta en todo esto. No sé si aún será muy tarde para negarme y decirle a Erick que prefiero dormir en el cuartito de la limpieza del hospital. O, incluso, podría haberme quedado con Bonnie. La mujer se ve mil veces más amable que estos chicos, sin contar a Scottie, y me dijo que la tenía para lo que necesitara. ¿Eso incluye esto?
Sería demasiado pedir, lo sé, y al fin y al cabo tampoco la conozco, pero bueno, al menos no se ha reído en mi cara y me ha transmitido seguridad. Creo que ahora mismo es lo que necesito.
Deja el show y escucha, si los ánimos van a estar de esta forma, será mejor que te prepares. Me da que la cosa no va a ser fácil.
Ni con quince años de entrenamiento sería capaz de prepararme para esta convivencia. Solo necesito una cosa, solo una. Saber mi maldito nombre para poder salir de donde sea que me vayan a meter.
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