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Capítulo 36

Dicen que después de la tormenta sale el sol

Estamos de regreso a casa. Nos ha costado un rato conseguir que Liam saliera de la cama por voluntad propia, pero después de una pequeña gran amenaza por parte de Asher se ha puesto de pie en apenas dos segundos.

Él va conduciendo mientras mi hermano se ha quedado dormido en la parte trasera del coche. Pobre, lleva toda la noche despierto dándole vueltas a la cabeza.

— ¿Qué tienes pensado ahora?

— ¿Sinceramente? —suspiro un poco mirando los árboles pasar por la ventanilla mientras avanzamos —no tengo ni idea. Creo que he llegado a un momento en el que me he quedado en blanco —confieso. Permanece callado unos segundos.

—Seguimos necesitando más información en todo este asunto.

—Dereck está trabajando en ello...

—Un detective privado a miles de kilómetros de aquí dudo que pueda obtener mejor información que nosotros —suelta muy digno.

— ¿Qué propones? —lo miro ahora con algo de curiosidad.

—Podemos hacer una parada antes de volver a la cabaña...

—Liam... —pronuncio entrecerrando un poco los ojos, intentando descifrar por dónde va.

—Creo que va siendo hora de que conozcas a mi madre, Eira —acaba diciendo y voltea a verme durante unos segundos volviendo a centrar la vista en la carretera.

— ¿Crees que sepa algo de todo esto?

—Quiero pensar que no, pero a estas alturas ya no descarto nada —responde y puedo notar cierta tensión en sus brazos.

¿Tú que crees?

Que el mundo es una mierda, que la sociedad lo es más y que aquí todos sabemos una parte de la historia.

Aún nos queda un problema bastante preocupante.

Ilumíname.

Mónica.

Si es cierto que ya está en el pueblo, no creo que tenga mucho más de dos o tres días para resolver todo esto antes de que mueva sus hilos para arrastrarme de nuevo a casa.

Suerte, la vais a necesitar.

—Liam... —lo llamo y aunque no me mira sé que tengo toda su atención.

— ¿Sabrá algo sobre Tammy? —si antes ya lo notaba algo tenso, ahora lo está algo más.

—Tiene que hacerlo... Hasta donde yo sé eran algo así como mejores amigas. Si mi madre no nos puede arrojar algo de luz en esto, dudo que nadie pueda —supongo que viéndolo así tiene razón

— ¿Y qué sabes tú sobre ella? —mantengo la mirada puesta en este.

— ¿Asher no te ha hablado de ella? —añade ante mi repentino silencio. Toda esta situación se me sigue haciendo muy rara.

—Le he preguntado, pero no es que tenga demasiados recuerdos.

—No creo que yo pueda decirte mucho más. Recuerdo haber estado varias veces en su casa y con ella cuando éramos críos, pero realmente la mayor parte del tiempo lo pasábamos en la calle o en mi casa.

— ¿Por Gerard?

—Qué va. Por aquel entonces el capullo era un padre normal y un tío con el que podías hablar. Después de que ella muriese vinieron los problemas —hace una pequeña mueca, como si recordara.

— ¿Qué le pasó? —digo algo más bajo, casi temiendo la respuesta.

—Eira, de verdad que yo no...

—Liam, era mi madre también, por favor —le insisto. Cierra los ojos dos escasos segundos, supongo que aprovechando que la carretera por la que vamos es larga y recta, y hace un ligero asentimiento con la cabeza.

—Cuando pasó solo tenía siete años, así que, como comprenderás, no me contaron la versión extendida de lo que ocurrió cuando nacisteis... —asegura y asiento centrándome solo en él, quien mira por un momento a su amigo a través del retrovisor —Clare me dijo que Tammy no se había encontrado precisamente bien durante esos días y que cuando la ingresaron en el hospital la cosa se complicó un poco... —añade y luego permanece callado.

— ¿Y? —le insisto para que siga hablando.

—Sabes de sobra lo que pasó, al tiempo, tanto Asher como yo entendimos que "la cosa se complicó un poco" Quería decir que el parto fue demasiado para ella y no lo soportó —suelta y eso me cae como un baño de agua fría. Permanezco callada, creo que no hay palabras que se puedan decir tras oír algo así —sé que no es algo agradable, pero pasa más a menudo de lo que nos imaginamos, fue mala suerte... Simplemente.

Soy consciente de que intenta suavizarlo lo máximo posible. Me he dado cuenta de que las situaciones en las que tiene que consolar o alentar a alguien no suelen ser de sus favoritas, pero siempre hace un esfuerzo por intentar endulzarlo todo un poco.

—Sabiendo cómo están las cosas, dudo mucho que todo sea así de simple —respondo al poco y me gano un suspiro por su parte. Si tiene pensado debatirme eso se lo guarda para él y seguimos casi todo el camino en silencio dejando que Asher descansara tranquilo.

****

—Sigo sin entender lo que hacemos aquí... No te enfades, yo estoy encantado de volver a ver a Clare, pero no creo que nos ayude demasiado —sí, a veces mi hermano puede llegar a ser un gran grano en el culo.

—Ya te lo hemos explicado —respondo yo —no te ha sentado bien la siestecita —lo molesto y rueda los ojos soltando un bufido sonoro.

—Como sea... —gira una última vez el volante a la derecha para acceder a la entrada de una casa bastante mona y apaga el motor —ya estamos aquí y si mi madre ve que nos vamos sin entrar nos cuelga a ti y a mí de la ventana por los huevos —Liam, la finura personificada.

Pone casi los mismos ejemplos gráficos que tú.

Ya quisiera, los míos son otro nivel.

¿Hay niveles en eso?

Pues claro. Él está en el nivel champiñón mohoso de los bosques, mientras que yo ya rozo el nivel "Eira"

¿Qué nivel es ese que lleva tu nombre?

El de la perfección, ¿no es obvio?

—Si ya habéis dejado los debates y los colgamientos testiculares... —llamo la atención de estos —... Me gustaría conocer a tu madre —me dirijo solo al castaño, que tarda poco en poner una sonrisa perversa en sus labios.

—No digas eso delante del señorito o se acabará poniendo celoso —se baja del coche y el que peor cara lleva por el momento es Asher.

Nos bajamos nosotros también y le espero para caminar juntos siguiendo al restante de este maravilloso trío.

Que mal suena eso.

Malpiensa lo que quieras, a estas alturas ya me da igual.

—Bueno, siento que tengo que ponerte en sobre aviso... —suelta Liam una vez que nos plantamos delante de la puerta.

—No me asustes... —miro de reojo a Asher, que ahora luce una sonrisilla más divertida — ¿Qué pasa?

—Clare es un encanto de persona, eso ya lo verás nada más conocerla un poco, pero hay veces que...

—Que es algo intensita —acaba el otro en su lugar.

— ¿Intensita en qué sentido? —arqueo una ceja viendo como llama al timbre de la casa que resuena levemente de fondo durante unos segundos.

—En el bueno, obviamente...

—Ya lo verás... —hermanito de mi corazón, no empieces.

—Yo solo aviso... —sigue diciendo y el ruido de la puerta abriéndose nos distrae a los tres — ¡Mamá! —exclama. Desde este momento todo pasa bastante rápido porque en dos segundos, la aludida, le cruza la cara a su hijo de un bofetón que, aunque resuena bastante, únicamente le deja roja la mejilla de forma sutil.

— ¡¿Se puede saber por qué no he sabido nada de ti desde hace dos semanas?! —gesticula con los brazos sin reparar en nosotros dos.

Me cae bien. Ha hecho que se calle un rato y que Liam esté rojo como un tomate.

— ¡Mamá! —repite, aunque esta vez más como un reclamo, haciendo un gesto con la cabeza en nuestra dirección. Creo que tanto Asher como yo estamos aguantando las ganas de reír —que no vengo solo... —murmura haciéndose a un lado para que Clare pudiera vernos. Los ojos de la mujer se desvían y su sonrisa se hace visible de forma rápida.

— ¡Asher, cuanto tiempo! —dice y extiende los brazos en su dirección para darle un abrazo de oso.

—Yo también me alegro de verte, Clare —dice este devolviéndole el abrazo con un brazo mientras le hace un gesto divertido a Liam, que se cruza de brazos y se acerca un poco a mí.

—Y así es como se repite el trauma de mi vida... Asher siendo el centro de atención incluso con mi madre —me susurra y cuando voy a responderle, Clare se separa y me mira con cierta duda.

—Yo... —comienzo sin saber muy bien qué decir.

—Ella es Eira, es una vieja amiga —interviene Liam de nuevo. Su madre asiente y por unos segundos pienso que también va a darme una bofetada, aunque rápidamente me veo envuelta en un abrazo casi igual que el que le acaba de dar al sujeto que sigue a mi lado con expresión divertida.

—Un placer conocerte, Eira —me zarandea un poco y me obligo a mí misma a devolverle el gesto —me llamo Clare —se separa un poco y me sonríe.

—Igualmente, Clare, yo...

— ¿Y para mí no hay abrazo? ¡Soy tu hijo! ¡Tu primogénito! —protesta quien todos sabemos.

—Y como podrás notar, soy la madre de todo un dramático —lo dice como si fuera una confidencia que genera reacciones bastante diferentes entre nosotros —venga, entrad, que hace frío —se hace a un lado, dejándonos entrar y agradezco el ambiente cálido de la calefacción.

—Así que intensita... —le susurro a Asher mientras los otros dos siguen hablando detrás de nosotros.

—No te hemos mentido —se defiende sonriendo y se quita su chaqueta. Lo imito y toma la mía dejándola en un perchero de la entrada. Comienza a caminar por el pequeño pasillo que, imagino, lleva a la sala de estar. Cuando miro un poco sobre mi hombro veo como Clare se está separando de Liam después de lo que parece un abrazo y le da dos palmaditas pequeñas en las mejillas, ahora sonríen ambos.

— ¿Queréis tomar algo? —nos ofrece estando ella asomada por el marco de una puerta de una habitación que había junto a la que estamos. Yo niego el ofrecimiento, Asher me imita y Liam va directamente donde ella apareciendo al poco con una lata de refresco dejándose caer en el sofá.

—Podéis sentaros, no cobramos —nos mira con cierta burla y ambos nos sentamos a un lado de este en el pequeño sofá de color grisáceo. Realmente, todo en esta casa era pequeño. El salón, la entrada, la propia casa en sí... Aunque todo lo que tiene de pequeña lo tiene de acogedora, eso seguro.

— ¿Qué os trae por aquí? Hace tiempo que no os veo —la voz dulce de Clare capta nuestra atención a la par que deja una bandejita en la mesa baja que hay delante de nosotros.

—Teníamos algo de tiempo y hemos pasado de visita —responde Asher sonriéndole, le devuelve el gesto y se centra en mí.

— ¿Y tú? —no entiendo por qué estoy tan nerviosa, la verdad —no recuerdo que ninguno de estos dos te mencionara antes —intuyo que lo dice por la presentación que le han hecho sobre mí.

—Hace bastante que no nos vemos... —es mi única respuesta y puedo notar como aún tiene sus ojos sobre mí. Nunca me había incomodado que me mirasen, pero me está viendo hasta los pecados ahora mismo.

Entonces tiene para rato contigo.

Ja, ja, ja, que graciosa.

Sabes que tengo razón.

Tristemente sí.

—Bueno... —Liam se incorpora un poco y palmea sus rodillas con sus manos oscilando la vista entre nosotros — ¿vienes conmigo fuera un momento? —en eso solo se dirige al moreno —tardamos dos minutos, lo prometo —añade con cierta insistencia y tras una mirada de desconcierto por parte mía ambos salen y nos dejan solas.

—Siempre andan tramando algo... —Clare niega con la cabeza sin perder la sonrisa —bueno, háblame de ti —entrelaza sus dedos sobre su regazo.

—Yo... Bueno, no sé exactamente qué decirte —confieso algo perdida. ¿Por dónde le empiezo a preguntar?

Sé directa.

Claro, que una desconocida pregunte por alguien del pasado con quien no tiene ninguna relación aparente es de lo más normal.

— ¿Conoces a Scott también? —no parece la típica persona que te juzga nada más verte. Su expresión es bastante serena y sus ojos, a pesar de ser oscuros, desprenden bastante brillo. Me sigue acribillando con ellos.

—Sí, es un encanto.

—Al menos no ha sacado el mal genio de Asher —se ríe ligeramente y yo sonrío.

—Menos mal, no podría soportar convivir con ellos si fueran iguales en ese sentido —admito y eso parece llamar su atención.

— ¿Estás viviendo con ellos? —mierda. No sé hasta qué punto sabe que en casa del sheriff hay una chica desconocida, pero si le digo que sí y lo sabe, la excusa de "una amiga del pasado no sirve"

—Ehh... Sí, pero no es convivir como tal, es decir, me están dejando quedarme unos días mientras...

—Eira... Lo sé —me interrumpe y tened por seguro que si llego a estar bebiendo algo lo habría escupido por la impresión.

— ¿Qué?

—No hace falta que me mientas... Te estaba tomando el pelo para ver lo que tardabas en decirlo — ¿las paredes se están empezando a juntar o soy yo?

—No sé de qué... —comienzo echando una mirada rápida hacia la salida por donde se habían ido los chicos.

¿Cómo de malo es decirle a alguien que hay que matar a su madre porque sabe demasiado?

Calla, no me des ideas.

—Tienes sus ojos —pronuncia, para mi sorpresa y ahí sí que es verdad que no sé qué decir. ¿Cómo carajos puede saberlo?

—Pero yo no...

—Vale, si quieres sigue negándolo o podemos seguir hablando de cosas más importantes —se levanta de pronto y yo me quedo sentada — ¿te piensas que voy a delatarte o algo? —parece divertida mientras se acerca a una cómoda abriendo unos cajones y rebuscando en estos.

— ¿Cómo lo sabes? —igual suena algo más a la defensiva de lo que pretendo.

—Ya te lo he dicho, tienes sus ojos —repite volviendo hasta donde estaba sentada y desliza un trozo de papel por encima de la mesa en mi dirección, una foto —compruébalo por ti misma —me incita y tardo dos segundos en mirar la fotografía. Es vieja, aunque no tanto como la que vi en casa de Bonnie. Son ellas dos, Clare y mamá —era mi mejor amiga, ¿sabes? —Liam al menos tenía razón en eso. Asiento con la cabeza analizando todavía la fotografía.

—Necesito que me cuentes todo lo que sabes —levanto la vista y la miro, tiene los ojos vidriosos.

—Eira, creo que tenemos que... —la voz de Asher me distrae un momento, pero no despego la vista de Clare.

—Me alegro de que por fin hayas vuelto a casa y quieras saber la verdad —esta también ignora a los dos chicos que nos miran desde escasos metros.

— ¿Qué ha pasado aquí? —pregunta con recelo Liam. Lo miro y lo primero que me sale es darle una sonrisa de orgullo.

—Clare nos va a contar todo lo que sabe.

— ¿Todo? —parece sorprendido.

—Absolutamente todo —dice ella por mí viendo a los dos chicos —Es necesario que sepáis lo que pasó con Tammy de una vez.

Y así de fácil es como he pasado de estar sola en todo esto a tener un buen equipo en el que apoyarme.

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