Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 25 no les dijeron


-¿qué pasará con Emma?-pregunté.

-Tus amigos están en un cuarto aislado del portal... Están a salvo —dijo el oficial Diego.

-No me refiero a la chica que estaba desaparecida -aclaré, María y Diego se quedaron confundidos, pero en especial el señor Cruz tenía una mirada asombrada porque sabía a qué me refería-su cuerpo está a salvo, pero su alma aún quedó atrapada en ese lugar.

-espera... Pero... Eso no...-dijo María.

-pero Señor Everett, qué está diciendo eso no puede ser posible, le aseguro que la señorita Emma está-trató de aclarar, pero lo interrumpí.

-Yo sé lo que estoy diciendo, esto es lo que he estado haciendo con mis amigas en estos últimos días-respondí rápidamente.

—Creo que tiene mucho que pensar, señor Everett-Dijo el señor Cruz, los guardias vinieron a agarrarme los brazos.

- Señores, escolten al señor Everett al cuarto seguro, para que reflexione bien las cosas... --dijo secamente el señor Cruz.

Lo miré con una mirada fastidiada, me llevaron al mismo lugar, pero esta vez esa ventana estaba protegida. Supongo que para que intente escapar a través de los reflejos, como Alicia cuando volvió al país de las maravillas por un espejo. No encontraba ninguna forma de realizar un escape, las puertas estaban selladas correctamente, la habitación se encontraba bien iluminada, sin ningún rastro de sombras, tanto que llegaba a fastidiar mi vista, provocando un insoportable dolor de cabeza, al terminar mi búsqueda, me senté en la mesa cubriéndome debajo de mi chaqueta por las fastidiosas luces, di un leve suspiro. Siendo sincero, no me sorprende que no les dijeran, puesto que lo más seguro es que el Señor Cruz quiere quitarse el asunto de las manos, más que nada para salvar su pellejo.

De repente escuché varias voces, la mayoría de ellas expresaba mucho miedo, acompañado de muchos gritos. Quité mi chaqueta encima de mí, aún confundido de lo que estaba pasando ¿Acaso nos están asaltando? ¿Será? ¿Mis amigos escaparon? En eso Oficial Diego entra rompiendo la puerta, viéndolo con mucho asombro.

-Bien, niño... Es hora de irnos... -dijo el Oficial recargando de nuevo su arma, acompañado de la señorita María.

-pero... ¿Qué está?-pregunté siendo interrumpido por el Oficial Diego.

-creemos qué está planeando algo...-afirmó Diego.

-Al parecer no nos dijo toda la verdad-Añadió María.

-sí, pero... Mis amigos... Ellos-tartamudeo.

-No te preocupes, vamos a ir por ellos —dijo Diego recargando su arma, nos íbamos en camino, cruzando un largo pasillo, al llegar al final de ese lugar, teníamos que elegir un camino o el otro- en el lado derecho están tus amigos, en el izquierdo están las camionetas.

-De acuerdo, yo lo guiaré con sus amigos, tú puedes...-sugirió María.

—Hacer el trabajo pesado —completo la oración Diego, ella asintió— Sí, es lo que hago casi todos los días.

-Vamos, hay que movernos-dijo María, nos fuimos, yéndonos por el lado derecho.

María y yo corríamos lo más rápido para hacer esto lo más antes posible, en nuestro camino se aproximaron unos guardias a punto de disparar, con mis brazos los derribaron transformándolos en enormes cabezas de serpiente antes de que María les disparara.

-¿Qué?-pregunté.

—Me sorprende la habilidad que tienes —explicó asombrada, solo daba una pequeña sonrisa amigable, en eso añadió— si no te importa, ¿me dejarías examinar tus habilidades?

Seguimos con nuestro propósito, hasta llegar a una sala, en dónde adentro tenían una especie de celdas, pero en vez de rejas tenían vidrios, a través de la ventanilla de la puerta vi a los guardias, me metí a su mente, los hice desmayarse. Los dos entramos a la habitación, Vicky, abi y Leo se sorprendieron, al igual que sus madres, incluyendo la de Emma.

-¡voy a poner la contraseña para las celdas!-exclamó María, pero en eso entra un oficial, ella rápidamente le dispara.

-no esperaba que sepas disparar-Añadí.

—Aunque no lo creas, mi padre me llevó a cazar patos —afirmó María, mientras completaba la contraseña, qué al ingresar los vidrios se subieron arriba, Leo y yo nos miramos, él fue corriendo a abrazarme.

-¿Estás bien?-Preguntó preocupado Leo.

-si estoy bien-dije dándole una cálida sonrisa, noté que no estaba mi hermana y no estaba JN.

-debí suponerlo, las encerraron en otro lado-afirmó María, se acercó a la computadora, la Madre de Vicky le preguntó-¿qué estás haciendo?

-Buscando su ubicación-aclaró María, me acerqué a ella, mostraba un mapa en dónde se encontraba, a lado del otro monitor estaban las cámaras mostrando a Jennifer y a Tricé atadas en una especie de camilla e inconscientes.

-cuarto 230 —dijo María, después quitó el candado a una especie de closet que llevaba armas adentro. Las agarró, se las dio a las madres, la Mamá de Vicky fue a un armario, rompió el candado en donde tenían encerrada la mochila de Victoria, con el bate de béisbol con los clavos.

-¿quién lo lleva tú o yo?-preguntó Vicky a Abi.

-creo que esta vez quiero hacer los honores-respondió Abi.

De repente, la puerta se abrió de golpe y entró Diego, Patricia lo apuntaba con el arma a punto de disparar, luego se puso enfrente de ella, María impidiendo que le disparara.

-¡Quítate de mi camino!-gritó Patricia.

—No, no espera, es un aliado —aclaró María— no le dispares, va a ayudarnos. —Patricia lo dudó un momento, y lentamente bajó el arma.

—Okay, debemos irnos, los demás guardias no han de tardar en venir por nosotros —añadió.

—No espera, mi hermana sigue atrapada-dije preocupado, el oficial lo llegó a fastidiar un poco, dio un suspiro, dijo lo siguiente-de acuerdo, María llévalos a una de las camionetas, el niño y yo vamos por las brujas.

-De acuerdo-contestó María, los demás la siguieron, Leo me miraba preocupado.

-Estaré bien —aclaré con una sonrisa, ocultando mi falta de conocimiento, sobre mi bienestar, puesto que no sabía si saldríamos vivos de ahí.

-Mijo, nos tenemos que ir-comentó la Mamá de Leo agarrándolo de los hombros, se fue con ella.

-Andado niño.

Nos fuimos de ahí, en nuestro sendero venían muchos guardias a detenernos, Como es obvio, Diego les disparaba, en algunos casos los hacía ilusionar, me metía en sus mentes, les mostraba sus miedos, sus debilidades, Se terminaban quedando en una posición fetal, Diego me veía asombrado.

—Ya veo por qué eres muy importante para ellos —comentó.

-y eso qué nos está cuando me enojo-añadí.

—¿Qué pasa cuando te enojas?—preguntó, poniéndose en una esquina, viendo si alguien se acerca.

-Me transformó-respondí, él me miró serio, volvió a poner su mirada al pasillo.

-Recuérdame, no hacerte enojar —comentó—. Vamos.

Caminamos unos corredores, se me ponía la piel de gallina por el completo silencio que tenía, creo que me terminó afectando las películas de terror que veía, pues pensaba que iba a salir un asesino cómo Jasón Vorhees a asesinarnos, cruzábamos unas cuantas esquinas hasta llegar al cuarto 230, Diego patio la entrada, los científicos qué las estaban observando se veían asustados.

-Todos afuera-Ordenó.

-¿qué?-preguntaron los científicos.

- ¿qué dice?-dijo otro científico.

-dije ¡TODOS AFUERA!-Gritó enojado disparando el techo, todos los equipos se fueron de ahí corriendo asustados.

—Si como si necesitáramos llamar más la atención—dije.

-lo siento, pero más ayuda él que no estorba-Aclaró.

Con mi mente cerré la puerta de los tres casilleros delante de ella, quemé la cerradura, en eso Diego habría las celdas, desactivó el artefacto que tenía mi hermana y la de Jennifer, en seguida, me puse a lado de mi hermana, viéndola preocupado, la despertaba con cuidado.

-Trice, estás bien... — dije, ella abría lentamente sus ojos-Beatrice, por favor, despierta, tenemos que irnos—Trice abrió sus ojos, se levantó velozmente por el susto.

-¡¿Everett estás bien?!-exclamó preocupado Trice.

-si estoy bien-respondí, volteó a ver a Jennifer, me percató que todavía no se despierta a, al parecer alrededor de su cuerpo se paseaba una especie de humo de color verde.

-¿viste lo mismo que yo?-preguntó Trice-parecía que sus poderes la controlaba-explicó mi hermana, a lado de ella estaba su collar rotó, lo agarré.

-¿crees qué esto era lo que mantenía sus poderes calmados?-cuestioné.

-creo que sí-contestó Trice-no veo otra razón de qué lo tenga todo el tiempo.

-No es solo ella, también lo tiene su madre-aclaré.

—-Sé, oye interesante esto, pero tenemos que irnos de aquí —dijo Diego.

-¿él quién es?-preguntó Trice.

-él es Diego, nos está ayudando a escapar-expliqué, se escucharon unas voces acercándose, vi la única puerta que teníamos estaba sellada-Mierda-comenté.

—Ahora, ¿cómo escaparemos?—cuestionó Diego, Trice observó una pared, alzó su mano, el muro estalló dejando un hoyo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro