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Y, Uesugi Rena Es...

Rena, con apenas siete años, tenía más preguntas que respuestas sobre el mundo que la rodeaba. La revelación de que Akane no era su madre biológica la había dejado en un estado de confusión profunda. Durante toda su vida, Akane había sido la figura central en su vida, la persona que la arropaba con su amor incondicional, la que siempre estaba allí cuando tenía miedo o necesitaba apoyo. Pero ahora, la aparición de Nakano Itsuki, la mujer que afirmaba ser su madre, lo cambiaba todo.

Aunque todavía era una niña, Rena no podía ignorar la sensación de que algo fundamental había cambiado entre ella y Akane. El descubrimiento de la verdad había abierto una grieta invisible en su vínculo, un espacio lleno de preguntas que no sabía cómo formular ¿Podía Akane seguir siendo su madre si le había ocultado algo tan importante? ¿O el simple hecho de estar siempre allí, de cuidarla y amarla, era suficiente para que siguiera siéndolo?

En contraste, Itsuki era una figura completamente desconocida. No la sentía como una madre, a pesar de lo que ella le decía. Era como una sombra de algo que nunca había existido. Sin embargo, Rena no podía evitar sentir curiosidad.

¿Qué clase de persona abandonaba a su hija?

¿Qué significaba realmente ser una madre, si esa palabra podía aplicarse tanto a Akane como a Itsuki, aunque de maneras tan diferentes?

Rena pensaba en Akane con un torbellino de emociones. Por un lado, sentía que Akane era quien la había traicionado, quien había construido una vida basada en una mentira. Pero, por otro lado, Akane era quien había estado con ella en cada momento importante, quien la había cuidado cuando estaba enferma y quien le enseñaba el valor de las pequeñas cosas. Si ser madre significaba amar y proteger, entonces Akane era su madre. Pero, si ser madre significaba también ser completamente honesta, entonces esa confianza se había roto.

Sobre Itsuki, Rena no sabía qué pensar. Para ella, ser madre no podía ser solo una cuestión de biología. Su corta vida ya le había enseñado que amar a alguien requería más que compartir un vínculo de sangre. Pero entonces ¿Qué era Itsuki para ella? ¿Una extraña? ¿Una figura que nunca debería haber existido en su vida?

En el fondo, Rena sentía que estaba buscando algo más grande que las respuestas inmediatas sobre su origen. Lo que realmente quería entender era el significado de ser una madre.

¿Era Akane menos su madre por no ser biológicamente suya?

¿Era Itsuki más madre por haberla traído al mundo, aunque nunca estuvo allí para cuidarla?

Para Rena, la confianza y el amor estaban entrelazados, pero también eran frágiles. Akane era su refugio, pero ese refugio ahora estaba cubierto de sombras. Itsuki era un enigma, pero uno que no inspiraba la calidez que Rena sentía en el abrazo de Akane. Quizá, pensaba, ser madre era mucho más que lazos de sangre o incluso palabras. Era estar presente, construir algo real y duradero.

Y en ese momento, mientras procesaba todo lo que había aprendido, Rena entendió que no buscaba reconciliación ni nuevos comienzos. Solo quería descubrir lo que realmente significaba esa palabra: Madre.

(...)

El frío del invierno envolvía el parque mientras Rena e Itsuki caminaban por el sendero cubierto de nieve. El aire helado les hacía respirar con pequeñas nubes blancas, y la atmósfera silenciosa parecía intensificar la confusión que Rena llevaba dentro. Caminaban juntas, pero había una distancia invisible entre ellas, como si ambas estuvieran atrapadas en pensamientos que no lograban compartir.

Rena no dejaba de mirar a Itsuki, pero no lograba sentir que realmente estuvieran conectadas.

El rostro de Itsuki era extraño, ajeno. No era la imagen de la madre que había imaginado. Pensaba en Akane, en cómo siempre estuvo allí para ella, siempre la cuidó, siempre la amó.

¿Por qué entonces todo se sentía tan diferente con Itsuki?

— Este parque me trae buenos recuerdos — Dijo Itsuki, su voz rompiendo el silencio mientras miraba a su alrededor — Cuando era joven solía venir mucho aquí. A veces, solo me sentaba y pensaba en lo que quería hacer con mi vida, y bueno... Una vez tu papá también cayó en el lago —

Rena la observó, sin saber qué decir. La verdad es que nunca había pensado en los recuerdos de Itsuki, ni en sus pensamientos del pasado.

— (¿De qué sirve que me hable de eso?) —  Pensó — (¿Qué tiene que ver conmigo?)—  Rena suspiro e intentó no dejar que la frustración se notara en su rostro — Suena... interesante —
Dijo en voz baja, sin mucha convicción.

Itsuki la miró con una leve sonrisa, aunque notó la distancia en su mirada.

— A veces, los lugares tienen esa magia ¿No? De hacerte recordar momentos que no pensabas que aún tenías dentro —

— ... —
Rena se quedó en silencio. Su mente comenzaba a vagar. No sabía si le dolía más la idea de que su madre biológica estuviera allí frente a ella o el hecho de que Itsuki nunca había sido parte de su vida.

— ¿Sabes? — Continuó Itsuki, tratando de mantener la conversación ligera — La vida da vueltas, la verdad es que... no estaba preparada para ser madre. Fue un golpe muy grande. Mis planes y mis sueños estaban muy lejos de todo esto —

Rena la miró, sus pensamientos comenzaron a girar a gran velocidad. No estaba preparada. Esas palabras la golpearon de manera extraña Pero, al mismo tiempo, recordaba el momento en que se enteró de la verdad, cuando se enteró que Akane no era su madre biológica. El dolor, la confusión, el sentimiento de traición... Como si todo lo que había conocido de su vida hubiera sido una mentira. Fue entonces cuando, por primera vez, comenzó a distanciarse de ella.

— (¿Cómo pude hacer eso? ¿Esto es lo que de verdad quiero?)—
Pensó Rena  — (Ella me cuidó, me amó. Y yo... yo no pude soportar saber la verdad. La eché de mi vida por miedo) —

— Fue tan difícil... No sabía que hacer en ese momento ¿Sabes? Pero... Ahora estamos aquí, cumplí todo lo que me propuse y estoy segura de poder darte una vida mucho mejor —

— Entonces ¿Me dejaste por eso? — Preguntó Rena sin poder evitarlo, con su voz temblorosa aunque trató de controlarla — Porque no estabas preparada para ser madre. Pero... ¿Qué pasó con todo lo demás? ¿Qué pasó conmigo? —

Itsuki la miró, un atisbo de sorpresa en su rostro.

— Rena... no es tan sencillo. Ser madre no solo es tenerte, es estar lista para lo que conlleva. No estaba preparada para asumir esa responsabilidad —
Respondió nerviosa.

—  Pero ¿Por qué no lo intentaste siquiera? ¿Por qué no intentaste darme la oportunidad de conocerte? —

— Nunca quise que te sintieras rechazada, nunca fue mi intención. Fue todo un caos... y no supe cómo manejarlo —
Itsuki la miró fijamente, luchando por encontrar las palabras adecuadas. Rena podía ver la frustración en sus ojos.

— Eso suena como una excusa —
Dijo Rena en voz baja.

— No te estoy pidiendo que me perdones, Rena. Solo quiero que entiendas que... no sabía qué hacer —
Itsuki bajó la mirada, como si las palabras de Rena la hubieran golpeado con toda la fuerza.

Rena dio un paso atrás, el frío viento soplando sobre su rostro mientras sus pensamientos se confundían. Akane siempre estuvo allí, sin excusas.

"¿Por qué no pude haber sido más fuerte y quedarme con ella?"

"¿Por qué tuve que alejarla?"

El pecho de Rena se apretó al recordarlo. No queria seguir sintiendo esto. No queria pensar en todo lo que  podría perder por un error.

Itsuki, al notar el cambio en la expresión de Rena, apretó los puños, como si buscara una salida para lo que estaba sintiendo.

— Es que... tú no entiendes — Dijo Itsuki con la voz quebrada, la frustración inundando sus palabras— Yo tenía mis sueños, mis ambiciones. No estaba lista para ser madre, no podía serlo. Fuutarou me dejó sola en todo esto. Nunca me apoyó, siempre estuvo metido en su trabajo, en sus propios problemas ¡Ni siquiera intentó entender lo que yo necesitaba! —

Rena se quedó allí, completamente paralizada por la acusación. Aquellas palabras, aquellas excusas, la sorprendieron. Sus pensamientos eran un torbellino de emociones, pero no podía quedarse callada.

— ¿Y por qué crees que papá trabajo tan duro? — Dijo Rena, las palabras saliendo con una rabia contenida. Su voz temblaba de ira, pero también de dolor— ¿Por qué no pensaste en mí antes de irte, huh? Fuiste tú quien se fue ¡Nunca me diste la oportunidad de conocerte! ¡Nunca intentaste quedarte, no intentaste luchar por mi! —

Itsuki se quedó muda, como si las palabras de Rena la hubieran golpeado directo al corazón. Rena no podía detenerse, el dolor  de su confusión y abandono salió a la superficie, y ya no podía retenerlo.

— ¿Sabes qué? — Continuó Rena, con el rostro encendido de rabia—  Akane fue la que me dio todo, la que me cuidó, la que me enseñó a vivir. Y tú, tú simplemente... Simplemente desapareciste ¡Y ahora vienes a culpar a papá por lo que pasó! ¿Acaso te olvidaste de todo lo que tú hiciste? El abuelo me lo contó todo ¡Eres una mujer egoísta! ¡¿Cómo pude estar tan ciega?! ¡¿Qué Akane me manipuló?! ¡No, tu lo has estado haciendo desde que te conozco! —

Itsuki dio un paso atrás, como si las palabras de su hija le hubieran dado un golpe directo. Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero se obligó a mantenerse firme, aunque el dolor de la verdad era evidente.

— ¡Ella... Ella solo es una entrometida! ¡Yo soy tu madre! —

— Si así fuera, no dolería el trato que le he dado a Akane, a mi madre... —Murmuró Rena, más para sí misma que para Itsuki — Yo... Me preguntaba que era una madre, cuando siempre la tuve enfrente, soy una tonta... Me odio a mi misma, pero ¡MAS TE ODIO A TI! ¡NO ERES MI MADRE Y NUNCA LO SERÁS! ¡POR TU CULPA LE DIJE COSAS FEAS A QUIEN ES MI VERDADERA MADRE! —

El viento sopló fuerte entre ellas, llevando consigo la sensación de que, por primera vez, las palabras no podían cambiar lo que ya estaba roto.

Itsuki se quedó allí, inmóvil, con las palabras de Rena retumbando en su cabeza. El frío parecía envolverse aún más a su alrededor, pero el dolor que sentía era mucho más intenso que cualquier viento helado que pudiera acariciar su piel. Su mente se nubló mientras trataba de encontrar una respuesta, algo que pudiera aliviar la culpa que la consumía, pero no había nada.

— Rena... — Susurró Itsuki, su voz rota— Yo... Nosotras cinco... Nos equivocamos... Todo... Todo.... Fue un error... —

Rena, sin mirar atrás, cerró los ojos con fuerza. Las lágrimas amenazaban con caer, pero su rabia era más fuerte. No podía permitir que su dolor la desbordara, no cuando tenía que hacerle frente a todo lo que había callado durante tanto tiempo.

— ¡No me importa! — Gritó Rena, su voz quebrándose por la furia— ¡Me diste la espalda y, ahora que estás aquí, todo lo que haces es tratar de justificar tu abandono! No me importa lo que pensaste en ese momento ¡Porque no fue lo que necesitaba! —

La nieve bajo sus pies crujió al moverse, y el viento sopló, como si la naturaleza misma intentara aliviar la tensión entre ellas. Pero Rena no lo permitía. No podía.

— Y ahora, después de todo ¡Arruinaste mi relación con ella! — Añadió, con los ojos llenos de ira y dolor— ¿Qué clase de madre se comporta así? ¿Qué clase de madre abandona a su hija y luego trata de volver como si nada hubiera pasado? ¡¿Qué esperabas?! ¡¿Que te recibiera con los brazos abiertos?! —

Itsuki la miró, con el rostro empapado en lágrimas que no había podido contener. Intentó hablar, pero las palabras se quedaron atoradas en su garganta. Su cuerpo temblaba, pero no podía moverse. Todo lo que había hecho, todo lo que había dejado atrás, todo le parecía ahora una enorme mentira.

Rena, por su parte, dio un paso adelante, su mirada fija y desafiante.

— No eres mi madre, Itsuki. No lo eres y nunca lo serás — Dijo con una claridad feroz — Akane, con todos sus defectos, me dio todo lo que tú nunca pudiste darme. Ella me amó de una manera que tú nunca fuiste capaz de hacerlo. Y por mucho que te duela, por mucho que quieras volver a ser parte de mi vida... Ya es demasiado tarde —

Un largo silencio siguió, en el que el viento parecía susurrar alrededor de ellas. Rena sentía que algo en su interior, algo que había estado roto desde hacía mucho tiempo, comenzaba a cerrarse lentamente. Podía sentir el peso de la verdad sobre sus hombros, pero también una extraña paz al saber que, por fin, había dicho lo que sentía.

Itsuki, sin saber qué más hacer o decir, dejó caer la cabeza, como si las palabras de su hija la hubieran derrumbado por completo. Su cuerpo temblaba, pero no de frío. Era el peso de una culpa que ya no podía seguir ocultando.

Rena, al ver a Itsuki en ese estado, no sintió la más mínima compasión. Había esperado este momento durante tanto tiempo, pero ahora que había llegado, lo único que sentía era vacío. Ya no había vuelta atrás. Ya no quedaba nada de lo que había sido.

— Me iré a casa  — Dijo Rena, sin mirar atrás mientras comenzaba a alejarse— No está lejos, mamá me trajo aquí antes —

Rena sentía un peso inmenso en el pecho al pensar en Akane. Había sido cruel con ella, la había alejado en su momento de rabia y miedo, pero ahora, al reflexionar, se daba cuenta de lo equivocada que había estado. Akane siempre estuvo allí, brindándole amor y apoyo, y ella la había rechazado por algo que no podía controlar. El arrepentimiento la consumía. No encontraba las palabras suficientes para pedir perdón, temía que fuera demasiado tarde. Pero lo que más le dolía era saber que había herido a la única persona que la había amado y cuidado como una madre.

— Mai.... Tenías razón.... —

Nota del autor.

5mentarios.

Los líos emocionales en esa niña son todo un dilema ¿No lo creen?

El momento de Itsuki llegó, son embargo, Rena de la nada explotó en medio de todas sus dudas.

¿Por qué Rena se comportó así?

¿Qué la hizo llegar a esas conclusiones?

¿Quien la influencio o la guío por ese camino?

Itsuki intento hasta lo más rastrero, que era culpar a Fuutarou, sin embargo el tiro le salió por la culata. Y ahora, Rena nunca confiara en ella.

¿Acaso Rena logrará disculparse con Akane?

¿Como reaccionara Akane a todo esto?

¿Quien es la siguiente en ser puteada?

Eso lo veremos próximamente.

¿Qué les pareció?

¿Les gustó?

¿Ahora Rena es más amigable o aún la odian?

¿Qué estara detrás de las cortinas?

¿Itsuki fue papeada por una niña?

BOEEEEE 🗣️

He decidido darle un especial de navidad a esta historia. Sin embargo ocurrirá un año antes de los eventos en Kioto, así que solo serán los personajes que tanto amamos.

El fic marrano probablemente no tenga ningún especial, quizás de año nuevo.

Y el fic de dal anda en su clímax así que ni en pedo.

¡Recuerden apoyar esta parte con todo su serrrrr!

Sin más que decir les doy un abrazo psicológico y nos vemos en próximas actualizaciones.

Chao chao!

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