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Y, Uesugi Mai Se Mantiene Firme

La nieve caía sin cesar, cubriendo el jardín y los tejados con una capa espesa y silenciosa. Dentro de la casa, el calor de la calefacción mantenía el ambiente acogedor, pero nada podía calentar la inquietud que se extendía en el pecho de Mai.

Sabía que no era la única que lo sentía. En la cena, todas habían estado en silencio. Sus hermanas sabían. Su madre sabía. Su padre sabía.

Ese grupo de mujeres regresaron, queriendo recuperar algo que ellas mismas dejaron, como si de un juguete se tratase.

Mai no era de las que se quedaban calladas. Nunca lo había sido. Su temperamento siempre la llevaba a hablar sin pensar, a reaccionar con furia cuando algo la hería. Pero esta vez… esta vez era diferente.

Ella iba a verla. Nino quería hablar con ella, y Mai había aceptado a regañadientes. No porque quisiera, sino porque sabía que huir no cambiaría nada y porque quería demostrar que siempre estaría con Akane.

Pero no sabía cómo enfrentarlo.

Por eso, cuando Akane tocó la puerta y entró con dos tazas de chocolate caliente, Mai no dudó en hablar.

— No.... no se que hacer —
Mai dijo sin rodeos, sin apartar la vista de la nieve en la ventana.

Akane dejó escapar un leve suspiro y se sentó en el borde de la cama, entregándole la taza.

—Lo sé —

La tranquilidad de Akane era algo extraño, en especial con todo lo que había pasado estos días.

Paso varios momentos de tensión. En primer lugar, cuando Hiroko casi es atropellada por el descuido de Yotsuba, y los enfrentamientos entre Yuk y Rena con las Nakano.

Rena no había querido hablar, y Yuki parecía más tranquila desde ese momento. Por más curioso que suene, después de lo que pasaba esas mujeres no insistieron más, y simplemente las que restaban esperaban con impaciencia que se diera el momento.

Mai tomó un sorbo de la taza , pero el nudo en su estómago no desapareció.

—No sé qué decirle — Confesó en voz baja— No quiero que piense que tengo miedo de ella. No lo tengo. Pero… no quiero perder el control. No quiero gritarle como si fuera una niña pequeña haciendo un berrinche —

Akane la observó en silencio durante unos segundos antes de hablar.

— ¿Qué quieres que pase cuando la enfrentes? —

Mai apretó la taza entre las manos.

—Quiero que entienda. Quiero que sepa que no tiene derecho a venir ahora y actuar como si nada. Quiero dejar claro que yo te elegí a ti, mamá —

Akane sonrió levemente, un poco conmovida por las palabras de Mai.

— Entonces no dejes que ella controle la conversación. No caigas en su juego. Si empieza a hablar de derechos o de lo que “debería ser”, recuérdale lo que fue. No necesitas gritar para ser firme, eres mejor que eso, cielo —

—Pero si empieza a decir que me ama, que se arrepiente… —
La voz de Mai tembló levemente, pero la ocultó con un sorbo de chocolate caliente.

—Déjala hablar — Akane diji — Y cuando termine, dile la verdad. Expresa como te sientes y lo que quieres , pregúntate a ti misma ¿La extrañaste todos estos años? ¿Sientes que te faltó algo sin ella? —

Mai negó con la cabeza de inmediato.

—No — Respondió con firmeza— Porque tú siempre estuviste aquí —

Akane se volteó un poco avergonzada.

—Entonces díselo. Sin miedo. Sin rabia descontrolada, Demuestrale que no eres como ella —

—Gracias, mamá —

Mai dejó la taza a un lado y se frotó las manos, ahora tibias.

— No es nada... — Respondió ella, dándole un leve empujón en el hombro— Y si al final terminas gritándole… bueno, que sea porque lo decidiste, no porque ella te hizo perder el control —

Mai rió suavemente y, por primera vez en todo el día, sintió que podía respirar. Afuera, la nieve seguía cayendo, pero dentro de ella, la tormenta se estaba calmando.

(...)

La nieve caía lenta pero constante sobre la ciudad, cubriendo los tejados y las calles en un manto blanco y silencioso. El aire era frío, tan frío que el aliento se condensaba en pequeñas nubes frente a los labios. Dentro de la casa, sin embargo, el ambiente era cálido, aunque cargado de una tensión sutil que se deslizaba por el aire como un fantasma invisible.

Mai estaba sentada en la mesa del comedor, observando la caja de bento frente a ella. No era un gesto vacío; podía ver la dedicación en la manera en que cada compartimento había sido cuidadosamente organizado. El arroz, moldeado en pequeñas bolas, estaba decorado con semillas de sésamo, mientras que los trozos de pescado dorados estaban acomodados con precisión junto a verduras cortadas de forma delicada.

No podía negar que se veía delicioso.

Frente a ella, Nino permanecía sentada con las manos sobre su regazo, con una expresión entre la expectativa y el miedo. No era una mujer que inspirara temor, no con su rostro marcado por el tiempo y la culpa. Pero para Mai, su sola presencia era como una tormenta esperando explotar.

—Lo preparé para ti — Nino dijo con voz suave— Le pregunté sobre lo que te gusta a Fuu-kun —

Mai no respondió de inmediato. Sus dedos tamborilearon sobre la madera de la mesa, una forma de contener las palabras que se acumulaban en su garganta. Sabía que tenía un temperamento fuerte, que su primera reacción sería explotar, pero recordó las palabras de Akane. No dejes que ella controle la conversación. No tienes que gritar para ser firme.

Finalmente, tomó los palillos y cogió un poco de arroz. Lo probó.

El sabor era bueno, reconfortante incluso.

Masticó despacio, sin apartar la mirada de Nino.

—Me alegra que te guste —

Mai dejó los palillos a un lado con calma, y con una mirada inquisidora observo a Nino.

—¿Por qué estás aquí? ¿Qué quieres de mí? —

Nino parpadeó, sorprendida por la frialdad de su tono. Aunque realmente no le sorprendía, después de todo, Mai era su hija.

—Porque quiero hablar contigo. Porque… quiero que estemos juntas una vez más —

—Ya me viste ¿Y ahora qué? —

—Sé que te abandoné. Sé que no hay excusa para lo que hice — Nino trato de hacer que ella baja poco a poco la guardia — Pero, me arrepiento, enserio lo hago —

Mai dejó escapar una risa seca, sin humor.

—No, no la hay — Mai dijo seriamente y la observo con una frialdad tremenda — No esperes que luego de más de 7 años te reciba como si nada —

Nino apartó la vista, como si la intensidad de la mirada de Mai la quemara.

—He cambiado, Mai — Nino dijo en un susurro— No soy la misma persona que te dejó —

—¿Y qué esperas? ¿Que te reciba con los brazos abiertos porque ahora has decidido ser mi madre? Que bien por ti, te tomaste la molestia de tenerme en tu cabeza luego de siete años ¿Tan aburrida estabas? —

Nino negó con la cabeza rápidamente.

—No espero que me aceptes de inmediato. Solo quiero una oportunidad para…—

—No tienes derecho a pedir oportunidades — Mai interrumpió  con dureza — No después de que intentaras quebrar a mi familia, después de lo que le hiciste a mamá ¿Enserio me crees tan tonta? Tendré siete años, pero no soy ingenua —

El silencio entre ellas fue pesado. Mai podía escuchar el tic-tac del reloj en la pared, el crujir de la madera por el cambio de temperatura.

Nino cerró los ojos por un momento, como si reuniera fuerzas.

—No quiero lastimar a nadie — Murmuró— Sé que ella estuvo ahí para ti cuando yo no lo hice, pero ya no hace falta, porque ahora yo estoy aquí, para demos recuperar el tiempo Mai... Yo te amo, de verdad —

Mai sintió que la rabia le subía por la garganta, pero la contuvo. Recordando con exactitud la conversación que tuvo con Akane.

—Entonces ¿Solo eso quieres? —

Nino levantó la vista, y por primera vez en toda la conversación, sus ojos reflejaron algo más que culpa.

—Quiero conocerte. Quiero que me dejes ser parte de tu vida —

Mai sintió su mandíbula tensarse.

—No puedes volver después de tantos años y esperar que las cosas sean tan simples ¿No tienes vergüenza? Solo metes excusas sin parar, solo son deseos egoístas ¿Te haz detenido a pensar en lo que yo quiero? ¿Lo que me provoca estar a tu lado? —

—No son deseos egoístas — Nino dijo con firmeza — Yo soy tu madre....—

Mai golpeó la mesa con la palma de la mano, interrumpiéndola.

—¿Mi madre? Si claro, mi "Gran madre" Decide aparecer luego de siete años de ausencia, cuando nadie pidió que apareciera, solo para arruinar la tranquilidad de la familia que dejó, no puedo parar de compararte con mi madre Akane... Incluso es una ofensa hacerlo, ya que tu eres tan.... — Mai suspiro, intentando calmarse — Simplemente... Tu no puedes ser eso, no puedo ni quiero darte lo que qieor w. Eso ya lo perdiste —

Nino abrió la boca de la impresión, Mai hablaba en un tono tranquilo aunque se veía tan tensa. Incluso contenía su vocabulario.

— ¡Pero yo soy tu madre! ¡Eso no se puede ignorar! —

—¿Y se puede ignorar el hecho de que me abandonaste e hiciste sufrir a papá por tus propios deseos? — Mai dijo con dureza — Nakano Nino, debiste elegirme a mi sobre todo, si realmente me querías debiste hacerlo, pero no lo hiciste. Decidiste cumplir tus propios deseos y dejar todo atrás ¿Sabes que pienso de todo esto? —

Nino bajó la mirada, su cuerpo temblando ligeramente.

—Lo sé… —

—No, no lo sabes —Mai se inclinó hacia adelante, con los ojos encendidos —Porque si lo supieras, no estarías aquí esperando que te perdone solo porque te arrepentiste —

El viento sopló fuerte contra las ventanas, y por un momento, lo único que se escuchó fue el silbido del aire colándose por las rendijas.

Mai respiró hondo y se recostó en la silla, tratando de controlar la tormenta dentro de ella.

—No quiero odiarte —Mai dijo finalmente— Pero tampoco quiero que pienses que puedes venir aquí y borrar el pasado con palabras bonitas —

Nino se mordió el labio, conteniendo las lágrimas.

—Nunca quise hacerte daño —

Mai soltó una risa amarga.

— ¿Daño? Ni si quiera sabía que existias — Mai sonrió con ironía — Cuando ya tenía algo que pensar sobre ti, ya habías empezado a torcer las cosas en mi familia —

Nino apartó la vista, sus manos apretadas sobre su regazo.

—Espero que algún día puedas perdonarme —
Nino susurro con debilidad.

— ¿Sabes por lo menos la razón por la que te odio? —

— ¿No es por que te abandoné? —

— Como te dije, no sabía que existias, hasta que apareciste y empezaste a arruinarlo todo — Mai respondió — Mi mamá siempre estuvo conmigo, por ella es que no te estoy gritando, porque soy mejor que eso, sin embargo... Eso no significa que me quiera quedar callada, después de todo desde que tu y esas mujeres aparecieron solo han hecho que las cosas vayan en declive. Hicieron llorar a mamá, por eso te odio —

Se levantó de la mesa, tomando su plato para llevarlo al fregadero.

Antes de salir de la cocina, se detuvo un momento y observo que Nino se había ido.

— Ah.... La verdad, no esperaba mucho más —

(...)

En un bar, se encontraban dos adultos hablando mientras compartían un trago. Esos eran Isanari y Marou.

— Y eso es lo que pasa y lo que pasará evidentemente — Isanari dijo luego de dar un largo trago a su botella — La gente no cambia con el simple hecho de quererlo o decirlo. Siempre hace falta algo necesario —

— Todo lo que pasó afirma eso para mí — Marou dijo, dejando la botella a un lado — Ellas no han cambiado, lo que han hecho para torcer las cosas hasta ahora lo demuestra, y lo que viven es sin peor —

— Te tomaste el tiempo de averiguar bien ¿Qué sabes? —

— Por la información que recaude, me enteré que Nino es muy concurrente en ciento bar de por aquí, por lo que se sabe es una alcoholica — Marou respondío — Y según registros médicos, Miku se ha autolesionado varias veces, esto lo confirme luego de que salió de ver a Yuki hace unos días —

— Santa mierda... ¿Tan mal estaban? —

— Es el peso de sus decisiones lo que las arrastró a esto. Y por mis sospechas parece que Ichika sufre acoso en su trabajo, en cuanto a Itsuki y Yotsuba poco se sabe, ya que parecen ser otros problemas más privados —

— Me sorprende que me digas esto, pensé que tal vez tratarias de encubrirlas —

— No hay nada que encubrir... Dado el momento, si es que es necesario testificare en su contra —

Nota del autor.

Dije que hoy lo haría y lo hice, aunque jugue como por 6 horas xdxdxd.

Mai alcanzó un nivel de madurez alto pese a su edad, y más allá de comportarse como Nino demostró ser mejor que ella. Con ello, reflejando que la crianza que se le dio fue una bastante buena.

Nino no pudo lograr convencerla a ella, y tal vez tampoco así misma. Reflejando que todo lo que las Nakano han hecho desde su aparición es deshacer los lazos que unían a la familia Uesugi. Sin embargo estos trascienden más allá, incluso de su propio entendimiento.

¿Qué pasará a partir de ahora? ¿Qué pasará con Kaede quien no ha tenido su reunión con Ichika?

¿Como será la relación familiar a partir de ahora?

Eso lo veremos en los próximos capítulos.

¿Qué les pareció? ¡Leerlos me anima bastante!

Sin más que decir les doy un abrazo psicológico y nos vemos en próximas actualizaciones.

Gusbay

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