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Interludio: Isanari Uesugi

Es difícil no sentirse frustrado cuando ves lo que algunas personas están dispuestas a hacer para lograr sus metas. Como si su propio bienestar, su éxito, o sus deseos fueran los únicos que importan en el mundo. No dudan en poner sus necesidades por encima de todo y todos, sin importar a quién hieran en el proceso. Para ellos, las personas no son más que obstáculos o herramientas, piezas que se pueden desechar una vez que han cumplido con su propósito.

Las quintillizas Nakano encajan perfectamente con esta descripción, personas que solo buscan alimentar su propio egoísmo y ambición.

Lo peor de todo es que ni siquiera son conscientes del daño que causan. O, tal vez, lo saben perfectamente y simplemente no les importa. Se mueven con una especie de arrogancia, creyendo que todo lo que tocan les pertenece, que todos a su alrededor deben ceder para que ellas puedan avanzar. Su mirada solo está puesta en el siguiente objetivo, en el siguiente placer o reconocimiento. Y si para alcanzarlo tienen que pisotear a otros, entonces lo hacen sin dudarlo.

He visto cómo estas mujeres destruyen lo que tienen a su alrededor, como si fuera un sacrificio necesario en el altar de su propio ego. Tal vez, piensan que el mundo les debe algo, que tienen derecho a arrasar con lo que sea para satisfacer sus deseos. Me pregunto qué es lo que buscan en realidad.

¿Es culpa? ¿Es una necesidad de ser reconocidas o admiradas por las niñas que abandonaron?

O quizá es un vacío tan profundo que intentan llenar con cualquier cosa, sin importar el costo. Y cuando no pueden encontrar la satisfacción que buscan, solo destruyen más.

Lo curioso es que, en su camino hacia esa supuesta grandeza, no se dan cuenta de lo que pierden. Siete años en los que las niñas crecieron y desarrollaron personalidades poco a poco.

Creen que volver como si nada arreglará el daño del pasado, pero no ven que cada traición, cada acto de egoísmo, que tomaron, les alejo de las personas que realmente les importan. Porque la gente puede perdonar muchas cosas, pero rara vez perdona sentirse usada o traicionada. Y, eventualmente, esos actos van formando un muro entre ellos y los demás, un muro de desconfianza y resentimiento que se hace cada vez más alto.

Quizás estas mujeres piensen que, al final, el fin justifica los medios. Que todo valdrá la pena una vez que logren sus objetivos. Pero  ¿Qué ocurre cuando llegan a la cima y se encuentran solas? ¿Cuando no hay nadie con quien compartir sus éxitos?

Al final ¿De qué sirve alcanzar algo si para conseguirlo has destruido todo lo que tenías a tu alrededor? Me parece que es una prisión que ellas mismas  construyeron, ladrillo a ladrillo, con cada acto de egoísmo, con cada persona a la que han traicionado.

Las niñas, Fuutarou, Raiha e incluso Marou fueron víctimas del egoísmo de esas cinco.

La ironía es que, aunque puedan obtener lo que desean temporalmente, solo será temporal. Una vez las niñas conozcan su verdadera naturaleza solo huirán lejos de ellas. Después de todo, son personas malas.

Y es ahí donde la verdadera justicia se revela: mientras más alto suben derribando a otros, más frágil es su posición. Porque quien vive en función de sus propios intereses nunca construye nada sólido. Tarde o temprano, su trono de egoísmo y ambición se desmorona, y lo único que queda son las ruinas de un reino que nunca tuvo cimientos. Entonces, tal vez, cuando no haya nadie a su alrededor, cuando miren a su alrededor y solo encuentren vacío, entenderán lo inútil que fue todo. Tal vez entonces comprenderán que en su afán por tenerlo todo, lo único que lograron fue quedarse sin nada.

Enfrente de mi, estaba la puerta de la habitación compartida de mi hijo y Akane-chan, la casa se sentía en un silencio incómodo. Las niñas habían salido a jugar con Raiha en la nieve, y a mis costados estaban mi hijo y mi viejo amigo.

— Déjame hablar con ella — Fuutarou tomo la manija de la puerta — Dame unos minutos —

El giro la manija de la puerta y entro en la habitación, mientras que yo y Marou esperamos pacientemente por unos minutos sin decir absolutamente una palabra. Se sentía muy pesada la atmósfera en ese momento, seguramente producto del bienestar emocional de mi nuera.

Ella llegó a amar a unas niñas que no son suyas, lo cual habla mucho de ella, es decir ¿Qué mujer hoy en día asumiría eso y la responsabilidad que conlleva?

Akane-chan es una mujer única... A veces pienso, que la madre de Fuutarou definitivamente la hubiera querido en la familia como yo lo hago.

— Dice que quiere hablar contigo antes de tomar una decisión — Fuutarou salió de la habitación y me dio paso — Pero solo contigo, viejo —

— Pienso que sería más prudente que yo hablara con ella — Marou interrumpió —  De ese modo aclararé que no vengo con malas intenciones —

— Vete a la sala Fuutarou, y lleva a Marou contigo — Respondí manteniendo un tono de voz tranquilo — ¿Ella está...? —

— Está triste, pero no lo demuestra — Fuutarou respondió — Sabes como es ella, por favor, no tardes —

Fuutarou y Marou se fueron a la sala, y yo quedé enfrente de la puerta por un breve instante.

Tome un fuerte respiro, antes de entrar a la habitación.

Akane-chan estaba sentada en la orilla de la cama, vestía una camisa blanca y una larga falda de color negro. Su rostro, usualmente lleno de energía mostraba una expresión de preocupación y en el fondo de tristeza, que probablemente había tratado de ocultar.

— Suegro ¿Es verdad lo que dijo Fuutarou-san? — Ella pregunto, con la voz temblorosa — Yo... No comprendo que pasa ¿Por qué sugiere darle entrada a ese sujeto? —

Me sorprendí al ver a Akane-chan en un estado tan vulnerable. Esto demostraba firmemente que lo que pasaba entre ella y las niñas la estaba afectando demasiado. Usualmente ella hablaría en un tono serio y me interrogaria. Sin embargo, solo se limitó a preguntar eso.

— No tiene nada que ver con esas mujeres, eso te lo puedo asegurar — Intenté sonar lo más convincente posible — No tienen contacto desde lo que pasó hace siete años —

— Aún así... Es su padre, es normal que me sienta dudosa de eso, no sé si sea buen elemento para las niñas ¿Como puedo confiar en ese hombre? Yo... ¡No quiero cometer más errores! ¡Las niñas ya me odian lo suficiente! —

— Solo están confundidas, ellas jamás te odiarian — Intenté consolarla — Además, esto podría ayudarte un poco —

— ¿Qué... Que quiere decir? —

— Ellas están curiosas sobre su origen, y tal vez quieren respuestas — Respondí — ¿Quien es mas adecuado para darles la verdad que su abuelo materno? —

— Aún así... No lo sé —

—  Además de eso, si ellas saben que tú les diste permiso, poco a poco volverán a confiar en ti —

Necesitaba persuadirla de cualquier manera, no le estaba mintiendo, realmente esto era parte de mi estrategia en todo esto.

Las Nakano volverán y tendrán un solo día, que podrían usar perfectamente para seguir manipulando las mentes de las niñas como ya lo venían haciendo. Sin embargo, ellas no pensaron en lo absoluto que el tiro podría salirles por la culata.

Tendían a hacerse las mal entendidas en todo el asunto, y usaron eso a su favor. Pero, no tuvieron en cuenta que ALGUIEN que las conoce perfectamente podría darle la vuelta al asunto, y revelar su verdadera naturaleza.

¿Qué pretendo? Que Marou sea quien se encargue de revelar eso, el verdadero ser de sus hijas.

Después de todo, el vivió en carne propia y vio como sus hijas arruinaron todo.

Si Marou es quien responde según corresponda las preguntas de las niñas. Ellas por naturaleza desconfiaran por completo en cualquier palabra de las Nakano. Lo que ocasionará que ellas intenten tomar medidas desesperadas para lograr lo que quieren.

Además de eso, tengo otro haz bajo la manga. No soy tan ingenuo de depender de algo tan simple o de confiar que Marou actuará como anticipo.

Lo lamento, Marou, pero esto con tus hijas ya es personal.

— ¿E-Eso... Eso cree? — Akane-chan se mostró dócil — S-Si... Me gustaría que por lo menos... Volvieran a hablarme —

— Si, además el quiere hablar contigo personalmente — Le respondí — Ya que te considera la madre de esas niñas —

— P-Podria... Podría intentarlo — Ella de levantó y camino hacia la puerta — Suegro... ¿Esta seguro de todo esto? —

— ¿Acaso crees que tomaría una decisión tan a la ligera? — Respondí algo divertido — Manjirou me mataría —

Finalmente, la expresión de Akane-chqn cambio y soltó una leve risa.

— Papá es así, bueno, iré a ver, pero... Si no me convence....—

— Esa es la Akane-chan que conozco, y claro, te sigo —

Ambos fuimos a la sala donde Fuutarou y Marou estaban, ambos totalmente en silencio.

Sin embargo, apenas notaron la presencia de Akane-chan concentraron su atención en ella.

— Tu... Tu debes ser Takebayashi-kun ¿Verdad? —
Marou pregunto.

— Si —
Ella se limitó a responder eso, sin embargo, mantenía una postura firme y sería.

Al parecer la influencie un poco.

— Primero que nada, te pido de todo corazón perdón — Marou bajo la cabeza — Mis hijas son unas completas idiotas, no tienes que pasar por todo esto por culpa de ellas, de verdad... Lo lamento —

— No tiene porque disculparse, usted no hizo nada, por lo menos hasta ahora por lo que tengo entendido —

— Aún así...—

— Basta, no tengo que escuchar disculpas de usted, porque no le corresponde —

— Al parecer lo que me hablaban de ti es cierto, me alegra de que... Has estado tu para ellas, a diferencia de mis hijas —

— No se que responder a eso, pero, vamos al tema de su visita — Akane-chan se cruzó de brazos — Tengo entendido que tiene un cáncer terminal, y que pronto se aplicará la inyección letal —

— Si, penosamente es así —

— Y que desea conocer a las niñas... Siendole sincera, mi desconfianza en usted es gigantesca, es muy poco conveniente que con todos los problemas que pasan usted se aparezca —

— Eso lo entiendo completamente, pero te doy mi palabra de que no tengo malas intenciones, de hecho... Solo quiero hacer algo bien antes de partir —

— Normalmente debido a las circunstancias, me negaría rotundamente, pero por petición de mi suegro y que comprendo su situación... Le daré una oportunidad, pero si noto algo irregular lo echaré a patadas ¿Entendido? —

— Te aseguro que no pasará nada que perjudique a tu familia, y a tu familia me refiero a Fuutarou, las niñas y todo lo demás —

— Entonces si eso está claro, me retiraré, debo organizar un papeleo del trabajo — Akane-chan se volteó — Por cierto Fuutarou-san... Te necesito, así que una vez termines con la visita ven a la habitación —

Antes de irse, Akane-chan me mostró una expresión agradecida mientras se retiraba nuevamente a la habitación.

Ella estaba muy dócil, por eso fue fácil convencerla. Normalmente, se que no hubiera aceptado por más que hubiera insistido. Sin embargo, su buen corazón y la esperanza de reconstruir su relación con las niñas la llevo a seguirme la corriente.

Probablemente luego Raiha me regañe, pero esto es necesario. Por el bien de las niñas, de Fuutarou, de Akane y el de nuestra familia.

No dejaré que todo se caiga a pedazos de nuevo. No dejaré que las Nakano arruinen a mi hijo por segunda vez.

Pero especialmente, no permitiré que Akane-chan sufra.

Nota del autor.

Con este capítulo (Que resultó más largo de lo esperado) vemos las intenciones de Isanari y sus motivos.

Entre sus planes, practicamente está planeando utilizar a Marou, para que el sea quien revele la verdad de las hermanas Nakano.

¿Acaso eso está bien?

Sin embargo, vemos que también el estado de Akane cada vez es peor, perdiendo parte de su brillo y chispa que la hace quien es.

¿Tanto le afecto lo de las niñas?

¿Cuales son los verdaderos propósitos de Marou? ¿Es tan simple como se dice?

¿Cual es el haz bajo la manga de Isanari?

¿Acaso el plan es tan simple como parece?

Y boee, está vez no me demore un mes. Y además de eso mañana o el lunes vuelve otra actualización.

Este capítulo es complementario, y como se menciona es un interludio que ayuda a mejorar el desarrollo de los personajes del fic.

Faltan 2 interludios y vamos ya más de la mitad del fanfic.

¿Qué les parece la historia hasta ahora?

¿Les está gustando?

¿Qué esperan para el desarrollo próximo?

¿Akane se recuperará del bajón?

Sin más que decir les doy un abrazo psicológico y nos vemos en próximas actualizaciones.

Como dijo el papá de la niña de pelo verde, me fui.

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