Soltar Siempre Trae Paz
M: Saturno - Pablo Alborán
Era lo justo, concluir su historia, cerrar la puerta del pasado para dar el paso definitivo a la felicidad junto a Andros y al pequeño guerrero que crecía en su vientre; su matrimonio dependía de la ecuación perfecta y esta era dejar fuera a los fantasmas de lo que no fue.
Tomo su abrigo y la cartera, miro por última vez su semblante en el espejo de la casa, aún le costaba asumir que ya no había rastro de aquella niña herida que miraba sin mirar; sus ojos ahora estaban llenos de vida, luminosa, exultante de felicidad y aquello le producía sin quererlo un escozor en las entrañas, el viejo temor de abrir los ojos y volver a caer en la oscuridad de la soledad.
Negó con la cabeza — Acostúmbrate Helena esta es la nueva tú —
La seguridad le había dado un aire de altivez que a momentos no le gustaba, le otorgaba una arrogancia que carecía, pero prefería esta Helena que a la anterior. Un mechón de pelo se soltó y lo acomodo detrás de su oreja, vio el brillo de su anillo y se quedo observando como el círculo infinito los unía en una alianza eterna. Recordó el día de la ceremonia algo sencillo e íntimo, cargado de significados para ambos, rememoraría siempre las lágrimas de Andros cuando le dijo sus votos..
Levanto la vista y lo miro a los ojos, tan guapo y elegante que le temblaron las piernas, estaba allí de pie esperando con la respiración entre cortada que ella tomara su lugar y fuera suya para siempre. Cuando Teo soltó su mano y se la extendió a Andros se detuvo en la mirada que ambos compartían: orgullo, emoción, entrega, seguridad en el nuevo vínculo que se formaba entre ellos no solo la amistad que existia desde la juventud ahora seriamos una familia completa.
Andros enredo sus dedos entre los de ellas y deslizo despacio un dedo por el costado de su palma a modo de contacto intimo, la estremeció pues dibujaba una vez el simbolo del infinito como prueba de su amor.
Helena tomo la alianza en su mano y con el alma desnuda pronuncio sus votos ante la atenta mirada de Andros
— Desde hoy ya no pertenezco a mis padres o hermano, ni a mi misma, te pertenezco a Ti para siempre Andros Hertz — Se acerco y tomo sus manos para compartir la emoción que viajaba por su piel
— Abandono mi apellido y mi casa para adoptar el tuyo cómo mío en señal de rendición... porque cuando se ama se alza la bandera blanca de la eterna tregua, la del tiempo, del silencio, de las dudas y los por qué.... No existe un ayer sino un mañana y desde allí perfilo construir uno nuestro, un hogar para nosotros y de la mano de los hijos que han de venir como muestra de la bendición del Todopoderoso — Respiro hondo para evitar la revolución hormonal que se asomaba dentro de sí, mientras la emoción formaba un nudo en su garganta que le dejaba sin aliento. Se acerco con seguridad y tomo el rostro de Andros entre sus manos para sellar sus palabras bajo la única ley que le importaba la de su amor y con ansias tomo su mano y beso la alianza que sellaba su unión.
Teo aparco su vehiculo en el sector de visitas del hospital, el guardia le había entregado una credencial para ingresar a las dependencias sin problemas, acudió más por curiosidad a la solicitud de su hermana que por las ganas de saber en que terminaria la idea que se planteaba Helena de llevar a cabo
Aguardaba la llegada de su hermano, miraba el reloj como una extraña manía de hacer que el tiempo pasara más a prisa de lo que los segunderos se dignaban a avanzar .Cuando escucho el interfono supo con certeza que era Teo, al dejarlo entrar a la oficina vio la actitud que esperaba, su cara desencajada y el rictus de macho alfa protector, era su hermano mayor en todo momento, pero a su pesar no dudo en hacer lo que le solicito.
— Gracias, te debo una grande hermanito— lo miro con ojos de corderito, la misma cara que le mostraba desde que tenia razón
— No tenía mas opción, era mi ayuda o la loca de mi mujer me arrojaría a la frialdad del sofá— Helena rió para sí Rosario era el vendaval en la vida de su hermano, pero sabia de sobra que se adoraban mutuamente
—¿Quieres que te acompañe?— levanto una ceja a modo de interrogatorio, ella negó con la cabeza
— Debo hacerlo sola, ya no puedo escudar los miedos en otros— se tomo el vientre para refugiarse en la confianza que la nueva vida le otorgaba
— Esta bien, lo entiendo— —Te llevare hasta el café y esperare por ti en el estacionamiento, eso no puedes prohibírmelo— con una sonrisa se lo agradeció
D acudió al lugar de la cita, con una sensación de extrañeza al recibir el mensaje de Teo citándole para hablar, los términos de su ultima charla no fueron los más dignos, no existía una amistad entre ellos pero si un respeto tácito del uno por el otro, el cual bajo las circunstancias de su último encuentro se había extinguido.
Tomo asiento en la mesa designada para su encuentro y le pidió un café negro al mesero para acortar la espera, se removió inquieto al sentir una presencia a su espalda, un aroma particular invadio sus fosas nasales y la carne se sintió viva cuando escucho pronunciar su nombre nuevamente en sus labios.
Helena estaba aquí
—Hola D— su voz sonaba distinta como si la madurez de los últimos meses le dieran un halo nuevo, estaba preciosa
— Hola Helena— arrastro cada una de las letras como si con ello lograse extinguir las ganas de besarle o de extrecharle contra su pecho, su amor era una bestia que solo se aletargaba pero que allí estaba presente al asecho para alimentarse de ella.
—Imagino que Teo no se nos unirá al fin— quiso sonar lo más relajado posible, imparcial con el mismo tono que utilizaba para cerrar un negocio.
—No, estaremos solos— —Me debes al menos 5 minutos para hablar ¿no te parece?— Asintió con la cabeza, le debía todos los momentos que ella quisiera.
Helena movió su mano para acomodar la cartera y pudo percibir el reflejo de un anillo en su dedo, parpadeo varias veces para ver si era real o solo producto de su imaginación, pero allí estaba el anillo de la familia Hertz .... ellos se habían casado
—Otro hombre dormirá contigo Helena dará nombre a todos tus hijos, pero jamás dejaras de sentir que soy tu sombra— Y la miro con ira y melancolía mezcladas a la vez, se sintió nuevamente vacio jamas la tuvo a pesar de todo...
Asintió sin ganas, tal vez, D tenía razón su sombra siempre la acompañaría pero Andros era la luz, el sol que le brindaba vida y calor, no necesitaba más para vivir.
— Te busque para despedirme , ya lo hice y ahora me voy — tomo su cartera y se levanto, dio un último vistazo al rostro de D y se acerco para darle un beso en la mejilla, era el modo más preciso para pedir perdón y desearle todos los parabienes posibles.
- Adiós Darwin, que tu viaje por esta vida sea tan magnifico como el mío - se dio la vuelta y salió del local sin mirar atrás, no hubo dolor ni lastima solo el sentimiento de liviandad colándose por su piel... era una pluma al viento, un diente de león listo para caer sobre la arena libre con un solo rumbo en su destino al fin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro