Ironía
Alzo la vista y se encontró con el dueño de ese par de ojos negros que la escrutaron sin vacilación, desnudando su alma y el dolor que guardaba allí, en su rostro se dibujaban las señas de preocupación y miedo, pero debajo de todos esas emociones relucía una mayor.. ..La Desilusión.
Andros se acerco con parsimonia, como queriendo contener todas las emociones del día dentro de una misma maleta, tal como deseaba hacerlo ella, la lógica humana nos indicas que somos capaces de absorber un montón de situaciones negativas y convertirlas en las posesiones mas valiosas, esquirlas incrustadas bajo la piel que se transforman en cicatrices de las guerras del amor.
El camillero la dejo a unos pasos de su figura masculina e imponente, por primera vez lo vio sin miramientos y le pareció el hombre más atractivo de la faz, vestía formal con su camisa blanca abierta en los primeros ojales, el traje le calzaba a muerte, pero su rostro demacrado no le hacia justicia al espécimen de película que tenia delante de sí. En un breve instante una punzada de dolor se marco en su corazón al recordar que ese atuendo se debía a la cita que no acudió.
La tomo de la mano con delicadeza, pero en su roce no había amor, el hielo que traspasaban sus dedos eran la mella del dolor que habitaba en el corazón de Andros, lastimarse a muerte es tan fácil como atravesar un puñal . En el asiento de copiloto deposito su humanidad golpeada, magullada y desorientada, pero a su pesar con la dignidad intacta; le hubiese encantado en este precioso instante sentirse perdida como era su costumbre habitual, pero algo dentro de sí se resquebrajo por completo disolviendo la prisión que le ataba al miedo. Busco como de costumbre seguridad en su mirada, pero se encontró con el rostro imperturbable del hombre que amaba, estaba llena de vida pero en este instante se sintió vacía de amor.
Se hizo un ovillo, tomando la posición fetal, la cuna de todo lugar seguro, con el fin de aminorar esa sensación expansiva de dolor que la inundaba; sabia que los efectos de la medicación la relajarían hasta llevarla bajo el efecto de cualquier droga alucinógena; profundizarían la sensación de viaje ancestral que se abría a paso acelerado en su cabeza, desplazándose por cada una de sus terminaciones nerviosas, ésta asumiría el mando de las acciones y ella como una autómata se dejaría llevar y bajaría por completo aquella coraza que bloqueaba sus emociones a flor de piel. La Helena oculta al mundo volvería a ver la luz.
El silencio trae consigo la reflexión profunda y en su estado su cerebro acelerado cavilaba mil y una conjeturas ¿Lo había lastimado?, ella quien se creía el ser más humano y silente hasta la médula, no necesitaba las palabras recriminadoras de su boca para saberlo, su expresión sería y el entrecejo de su frente arrugada eras las señalas claras de su estado, "Sin Dobleces" era su norma y ahora las cosas estaban mal, lo vio mayor, cómo si en estas horas el peso de la verdad hubiera revocado la licencia de la juventud eterna y de paso la felicidad.
- Lo siento Andros... porque mis brazos debieron ser cadenas con las cuales envolverte a mi cuerpo y han sido lo contrario, son látigos de desesperanza que te alejan con cada caricia - Contuvo las inmensas ganas de llorar, porque de su boca nacían las palabras omitidas.
El eco de sus palabras llenaron el interior del vehículo por un momento, sin embargo, no mermaron la rabia en sus gestos, Andros se veía cansado, como si aquellos sueños de amor se esfumaron bajo el cielo, Heleno hizo el ademan de tocarlo, pero noto el rechazo del tacto antes de ejecutarlo.
Decidió continuar en mutis, no temía a su reacción, es más esperaba aquello con ansias, requería de esa mecha incipiente para lanzar la bomba que tenia reservada hace tiempo, escondida como niño asustado, arrimado y oculto detrás de las palabras de aquel adiós que la quebró. Cuando el semáforo indico la luz roja del detenerse, diviso la autopista central que cruzaba la cuidad y un nudo en el estomago revolvió su bilis invitándole a deglutir.
- ¿Donde me llevas? - Sus ojos no se contuvieron y derramaron lagrimas de dolor
- A tu casa con él.... no es allí donde perteneces Helena? - Sus ojos negros tan cálidos parecían perdidos entre la rabia y el dolor, ¿tanto le dolía el amor?
- Con él... ¿te refieres a D ? - El cielo se olvido de su existencia, se atraganto con solo pensarlo y sin previo aviso bajo la ventanilla para sacar la cabeza y deglutir la bilis que se alojaba en su garganta. Se limpio la boca y rebusco en las palabras de él la pista que cuadrara el puzzle... el dolor volvió implacable, Andros estaba al tanto.
- ¡ Lo sabias!- respiro acelerada, agitando las manos como el reflejo del descontrol, con la rabia nublando el poco juicio que le quedaba. - ¿Tú me viste la cara igual que mi hermano? - Grito furiosa, sintiendo por primera vez que se despertaba de un letargo eterno donde la vida la paso como en un sueño.
Andros freno el coche en seco, sin importarle el efecto colateral de dicha acción, busco la mirada de Helena para entender su actuar ante este juego maquiavelico que la vida les trazaba, su rostro acusaba consternación y pena,
- ¿Helena lo amas aún? , solo te pido la verdad... - Y su voz se quebró, con ello las lagrimas comenzaron a dibujarse en su rostro de hombre cansado y perdido por un amor que no le asignaba recompensas sino retos diarios, por primera vez Helena lo vio quebrarse, transformarse en algo frágil, en un hombre real que sufría al igual que ella. Y la esperanza se sembró nuevamente en su corazón, Andros se quebraba por amor, no por miseria como tantas veces hizo D.
Deslizo sus dedos torpes en su rostro cansado, sus yemas fueron descendiendo, a través, de los surcos formados por el paso de las salinas, el calor de su piel evaporaría la humedad de su llanto, el tacto memorizaría aquellos tesoros que su alma guardaría eternamente, un hombre que llora por amor es solo un alma quebrada anhelando ser restaurada, pero ella misma era una restauración inconclusa de un trozo de mujer.
Helena negó con la cabeza - Te amo solo a ti, desde el silencio, donde el miedo que recubre mi alma es solo un mal recuerdo, en ese lugar donde todo comienza y todo termina en ti - Acerco su mano hasta llevarlo al sitio donde se ubica el musculo motor dejando que la palma cálida de Andros sintiera el ritmo distorsionado que galopaba sin guía.¿de que servia amar sino era capaz de demostrarlo? sus músculos se tensaron al entender que sus acciones eran solo cosquillas de mariposas ante el corazón atrincherado de él, creyó ciegamente en que el Acto de Amar no es lógico sino es un acto de fe en su mayor expresión: Creer sin ver, Sentir sin tocar, Dar sin recibir. Entonces lo entendió estaba enamorada en la plenitud de la palabra.
- Cada día latió por ti, por el recuerdo, por la ilusión , por el deseo, por el anhelo, por ver el amanecer nuevamente y en cada latido tu llenabas mi espacio vital. Te ame sin saberlo, cuando lo entendí te había perdido, cuando te encontré estaba rota, pero sigue latiendo ese pulso constante que responde a tu nombre, porque sin ello no soy más que la efímera ilusión de quien espera.
Volvió el rostro para mirar el paisaje que se dibujaba fuera del vehículo el oleaje del mar la llamaba a gritos, en su mente distorsionada unas ganas enormes de lanzarse en sus aguas nacieron de sus entrañas, huir y nadar hasta caer rendida, dejar que su cuerpo laxo flotase hasta ser llevado por la corriente, que el sonido del mar se llevase todos los pensamientos que la atolondraban desde siempre invadiendo sus sentidos hasta olvidar... pero el silencio de aquel a quién amaba le devolvió la realidad.
- No hay camino fácil Andros, el nuestro siempre fue pedregoso , pero era nuestro ...lo recorrimos dibujando una expectativa de ensueño encontrar el final del arcoiris, pero nunca entendimos que los colores se dibujaban distintos para cada uno.
Bajo del auto, y cruzo los brazos para entrar un poco más en calor, su cuerpo se cubrió con la brisa de la noche colándose entre sus huesos y músculos adoloridos, el escalofrió barrio con su equilibrio , se sintió mareada y débil, pero antes de que su cuerpo colapsara los brazos cálidos de Andros se volvieron el asilo a sus plegarias, cerro la distancia que los separa y deposito sus manos sobre el lugar que ocupaba su vientre y todo en ella se removió.. Descanso su rostro en su hombro y dejo caer el peso de las palabras en su oído.
- Los colores de mi arcoiris siempre fueron los mismos Helena: el miel de tus ojos donde me perdí como un cuervo ilusionado por la luz, el verde del campo donde te vi crecer año tras año, el blanco de tu piel donde quise dibujar un mapa con mis dedos y trazar las lineas de mi credo, el rojo de tus labios que fueron el fuego que avivo mi corazón, siempre fuiste tú - La apego más a su pecho para que escuchara el crepitar de su interior, estaba vivo por ella.
Helena coloco sus manos frías sobra las de él y recito lo que su alma tanto clamaba - Tu eres el único color que ven mis ojos, nunca logre reconocer otros, porque mi memoria aprendió a ver en blanco y negro solo para ti, mi amor - Y se dejo llevar por lo esconde la noche y sus misterios. Andros reclamo su boca con una pasión galopante, como los caballos salvajes recorriendo las praderas,libres al viento buscando la caricia constante del sol.
Helena se sintió liviana como una hoja al viento, no supo si la causa exacta era el efecto de los medicamentos o de los labios de Andros que se la comían a besos, no le importo saber el origen de la causa sino conocer el efecto prolongado de dicho placer.
Regresaron al vehículos abrazados, desde ahora no volvería a dejarla salir de sus brazos, necesitaba llevarla a un lugar para descansar y recobrar fuerzas, encendió el motor y activo el GPS el navegador le indico los puntos donde encontrar un lugar para pasar la noche, un hombre cuerdo volvería a casa donde estarían seguros, pero él era un hombre enamorado que necesita ser egoísta y cuidar de ella sin la intromisión de otros. Al final del camino se dibujaban unas cabañas, allí sellaría su amor por ella; esta noche solo necesitaban de la luna y el mar como testigos para hacerla su mujer.
Despertó mucho antes que Andros aquella mañana, cubrió su cuerpo desnudo con la camisa de él y se dirigió con pasos sigilosos a la cocina, busco allí los artículos necesarios para llevar a cabo la tarea que se había planteado antes de dormirse y cuando tuvo todo lo necesario tomo el trozo de papel y escribió una simples líneas, aquellas mismas que se repitió como una letanía cada día de su vida "Vuelve a mí, mi hogar esta en tu corazón" , lo deposito dentro de la botella y se dirigió hasta el ventanal de la pequeña cabaña, bajo las escaleras donde sus pies descalzo se hundieron en la arena húmeda, llego a la orilla de la playa donde despuntaba el sol por la mañana, la espuma del mar mojo la punta de sus pies erizando sus vellos y se adentro un poco más en el agua salina, tomo la botella con su mano izquierda y lanzo al mar... Ya no necesitaba de aquellas palabras, él ya le había construido su hogar.
Andros la miro perplejo desde el rellano del ventanal se cruzo los brazos sobre su pecho desnudo y sintió en lo hondo de su ser que la mujer que tenia frente a sus ojos era la verdadera Helena, el fantasma de lo que fue se esfumo en las sabanas de la cama que ahora se teñían de carmesí....
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