El sol se filtraba a través de las cortinas, iluminando suavemente la oficina de Emily mientras ella repasaba mentalmente los eventos del día anterior. La entrevista que había dado a su amiga periodista, Laura, había sido un paso importante para zanjar los rumores que habían estado circulando sobre su empresa. Se sentía aliviada de haber tenido la oportunidad de abordar públicamente las acusaciones infundadas y de reafirmar el compromiso de su empresa con la transparencia y la integridad.

Sin embargo, a medida que repasaba las preguntas y respuestas en su mente, Emily también era consciente de que había más trabajo por hacer. La entrevista había sido solo el primer paso para restaurar la confianza de los inversores y del público en general, pero sabía que necesitaba implementar estrategias adicionales para proteger la reputación de su empresa a largo plazo.

Tomando su libreta de notas, Emily comenzó a hacer una lista de posibles acciones a seguir. Necesitaba estar un paso adelante en todo momento, anticipando cualquier otro intento de difamar su empresa y preparándose para responder de manera efectiva. Esto significaba estar más alerta que nunca, monitoreando de cerca cualquier desarrollo en el panorama empresarial y respondiendo con rapidez y decisión cuando fuera necesario.

Con determinación renovada, Emily se puso manos a la obra, sabiendo que el camino hacia el éxito nunca sería fácil, pero confiando en su capacidad para superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

John toco la puerta del despacho de Emily.

Emily: Entra.

John: Disculpa, Fabio está aquí.

Emily levantó la mirada de su libreta de notas al escuchar el nombre de Fabio. Aunque había estado ocupada revisando sus estrategias, no podía evitar sentirse un poco ansiosa por encontrarse con él después de tanto tiempo.

Emily: Gracias, John. Por favor, hazlo pasar.

John asintió y abrió la puerta para permitir que Fabio entrara en la oficina. Fabio entró con una sonrisa amistosa en el rostro, pero Emily notó una ligera tensión en su expresión mientras se acercaba a su escritorio.

Emily: Fabio, estoy muy ocupada.

Fabio: Por eso vine. Te he traído tu café favorito. No he querido molestarte estos días por toda la situación que estaba pasando la empresa.

Emily: Es muy amable de tu parte. [ sonriendo cogió el café]

Fabio: ¿Qué me dices di ir a cenar esta noche? Tendrás mucha tensión acumulada.

Emily: Es una buena idea. Pero nada de dormir en mi casa. Ya sabes las reglas

Fabio asintió con una sonrisa comprensiva, sabiendo que Emily tenía claras sus condiciones.

Fabio: Lo entiendo perfectamente, Emily. No te preocupes, podemos ir a cenar y luego cada uno a su casa.

Emily asintió, agradecida por la comprensión de Fabio.

Emily: Perfecto, suena bien. Te estaré esperando afuera de la oficina a las 8 en punto.

Fabio se puso de pie y se despidió con un beso en la mejilla de Emily antes de salir de la oficina de Emily. Aunque la tensión de la jornada aún persistía, Emily no pudo evitar sentir un ligero alivio al tener algo que esperar después de un día tan agitado.

Ya en el restaurante y sentados en su mesa Emily y Fabio conversaban un poco de todo. Emily continuaba conversando con Fabio, disfrutando de la cena y la compañía, cuando su mirada se posó en la entrada del restaurante. Su corazón dio un vuelco al ver a Nathan entrar, acompañado de un grupo de hombres. Una mezcla de emociones la invadió: sorpresa, incomodidad y una pizca de intriga. No esperaba encontrarse con él en ese momento ni en ese lugar, y mucho menos rodeado de gente. Sin embargo, se mantuvo firme, tratando de ocultar cualquier signo de nerviosismo mientras observaba cómo se acercaba al salón principal del restaurante.

Nathan pasó junto a Emily y detuvo su mirada en Fabio con una expresión que Emily no pudo descifrar completamente. Una corriente de tensión parecía vibrar en el aire mientras Nathan observaba a su interlocutor con atención. Emily se sintió incómoda ante la situación, preguntándose qué estaría pensando Nathan en ese momento y cuál era el motivo de su presencia allí. Sin embargo, decidió mantener la compostura y continuar con la conversación como si nada hubiera ocurrido, aunque por dentro su corazón latía con fuerza.

La velada transcurría con una calma tensa, mientras Emily y Fabio intentaban mantener una conversación amena entre miradas cautivas. A pesar del ambiente relajado del restaurante, el encuentro con Nathan había dejado una huella de incomodidad en Emily, que luchaba por concentrarse en la charla y no dejar que sus pensamientos divagaran hacia el pasado. Mientras tanto, las miradas furtivas de Nathan desde la distancia agregaban un elemento de intriga a la noche, haciendo que Emily se sintiera aún más inquieta. Sin embargo, trató de ignorar la presencia de Nathan y centrarse en disfrutar del momento con Fabio, aunque en el fondo sabía que la sombra del pasado aún planeaba sobre ellos.

Emily se disculpó y fue al aseo, a la salida se encontró con Nathan, Emily sintió un nudo en el estómago al encontrarse de frente con Nathan al salir del baño. Apenas había unos centímetros de distancia entre ellos, lo que provocó una oleada de emociones contradictorias en su interior. Por un lado, la presencia de Nathan despertó viejos recuerdos y sentimientos que Emily había tratado de enterrar profundamente. Por otro lado, su cercanía también despertó un sentimiento de incomodidad y ansiedad, recordándole el dolor y la traición que había experimentado en el pasado.

Nathan la miraba fijamente, con una expresión que Emily no podía descifrar. Había algo en su mirada que la hacía sentir vulnerable, como si pudiera leer sus pensamientos más íntimos. Sin embargo, Emily se obligó a mantener la compostura, reprimiendo cualquier muestra de debilidad frente a él.

Emily: Nathan... [murmuró, buscando las palabras adecuadas mientras trataba de mantener la calma].

Nathan la observaba en silencio, sin apartar la mirada de ella. Había una tensión palpable en el aire, como si estuvieran al borde de un abismo emocional que amenazaba con consumirlos a ambos. Su corazón late con la fuerza de aquel adolescente enamorado en la costa.

Emily: ¿Qué estás haciendo aquí? -preguntó finalmente, tratando de romper el silencio incómodo que los rodeaba.

Nathan la miró por un momento más antes de responder, su expresión imperturbable.

Nathan: Solo vengo al aseo. No sabía que estarías aquí.

Ambos seguían mirándose, el tiempo se detuvo para ellos, una oleada de sentimientos internos, hasta que llego al de la traición y Emily volvió en sí.

Emily: Debería volver con Fabio.

Con un gesto de cabeza, Emily intentó apartarse de Nathan y seguir adelante, pero una parte de ella seguía sintiéndose atrapada en el pasado, incapaz de escapar del hechizo que Nathan parecía ejercer sobre ella.

El nudo en el estómago de Emily se aflojó ligeramente cuando logró apartarse de Nathan y continuar hacia donde estaba Fabio. Sin embargo, las palabras de Nathan seguían resonando en su mente, recordándole el tormento emocional que había experimentado en el pasado. A medida que se alejaba, Emily se obligó a enfocarse en el presente y en la compañía de Fabio, quien la esperaba con una sonrisa cálida y reconfortante.

Fabio: ¿Estás bien? Parece que has visto un fantasma.

Emily asintió, forzando una sonrisa para tranquilizarlo.

Emily: Sí, estoy bien.

Fabio frunció el ceño, preocupado por la reacción de Emily.

Emily: Esta cena esta deliciosa. ¿Pedimos más vino?

Fabio asintió, aunque no parecía completamente convencido.

Fabio: Claro. Estamos aquí para disfrutar de nuestra cena juntos.

Emily asintió, agradecida por la distracción que Fabio ofrecía.

Emily: Sí, tienes razón.

A medida que avanzaba la noche, Emily se permitió relajarse más y más, dejando de lado las preocupaciones y los recuerdos dolorosos que habían surgido durante el encuentro con Nathan. Se concentró en el presente, en la cálida compañía de Fabio y en la deliciosa comida que tenían frente a ellos. Aunque sabía que los desafíos aún la esperaban en el horizonte, por ahora, Emily estaba decidida a disfrutar del momento y dejar que las preocupaciones se desvanecieran, al menos por una noche.

Con un suspiro de alivio, Emily se permitió relajarse un poco y disfrutar del resto de la velada en compañía de Fabio, tratando de dejar atrás los fantasmas del pasado que parecían seguir acechándola.

Los dos se fueron a casa de Emily, al entrar Fabio empezó a desnudarla, la llevo a la habitación para culminar la noche con un final lleno de pasión.