Al final del pasillo, entre la multitud de invitados, Emily divisó a alguien a quien no esperaba ver Nathan. Un torbellino de emociones la invadió al verlo después de tanto tiempo, desencadenando una mezcla de resentimiento, nostalgia y curiosidad en su interior.

Nathan también pareció sorprendido al ver a Emily, ver la mujer en la que se había convertido, una mujer fuerte y segura de sí misma. Observó en silencio, sin poder evitar sentirse impresionado por la transformación que había experimentado desde la última vez que se vieron. Aunque su pasado estaba marcado por altibajos y desafíos, el presente revelaba una versión de Emily que lo dejaba sin palabras.

Emily apretó los labios, luchando por mantener la compostura mientras lo miraba con frialdad.

La incomodidad flotaba en el aire mientras los dos se enfrentaban con miradas intensas. A pesar del tiempo transcurrido, el resentimiento y los viejos rencores seguían latentes entre ellos, creando una barrera invisible que impedía cualquier intento de reconciliación.

Sin embargo, en medio de la tensión, también se vislumbraba un atisbo de nostalgia por los recuerdos compartidos, una chispa de lo que una vez fue y lo que aún podría ser.

El empresario Alejandro Rojas se acercó a Emily con una sonrisa amistosa, extendiendo la mano en un gesto de saludo cordial.

Alejandro Rojas: Señorita Green, qué alegría verle por aquí. Gracias por aceptar mi invitación.

Emily devolvió el saludo, estrechando la mano del empresario con firmeza.

Emily: El placer es mío. Gracias por la invitación, es un honor estar aquí.

El empresario asintió con satisfacción, apreciando la respuesta de Emily.

Alejandro Rojas: Tenemos muchas expectativas para este evento. Espero que sea una oportunidad para que los líderes empresariales como usted establezcan nuevas conexiones y colaboren en proyectos emocionantes.

Emily asintió con interés, mostrando su disposición para participar en la dinámica del evento.

Emily: Suena prometedor. Estoy ansiosa por ver lo que la noche tiene reservado para nosotros.

Con una sonrisa de complicidad, el empresario se despidió de Emily, dejándola con la sensación de que la velada podría ser más interesante de lo que había imaginado.

Sarai, siempre atenta a los cambios de ánimo de Emily, notaba la incomodidad que la invadía al estar en el mismo lugar que Nathan. Aunque Emily intentaba disimularlo, Sarai podía percibir la tensión en su postura y en su mirada.

Sarai: ¿Estás bien, Emily? [preguntó en voz baja, con preocupación evidente en su tono].

Emily asintió, tratando de mantener la compostura.

Emily: Sí, estoy bien. Solo un poco sorprendida de verlo aquí, eso es todo.

Sarai: Si necesitas algo o quieres irte, solo dímelo. Estoy aquí para ti.

Emily le dedicó una pequeña sonrisa a Sarai, agradecida por su amistad y comprensión.

Emily: Gracias, Sarai. De verdad lo aprecio.

Con el apoyo de Sarai a su lado, Emily se sentía un poco más tranquila mientras enfrentaba la presencia de Nathan en el evento.

A lo largo de la velada, numerosos empresarios y sus esposas se acercaban a Emily, deseosos de entablar conversación con la exitosa empresaria. Su reputación en el mundo de los negocios había crecido exponencialmente con el tiempo, convirtiéndola en una figura prominente y respetada en el evento.

Emily respondía con gracia y profesionalismo a cada saludo y pregunta, intercambiando ideas y contactos con aquellos interesados en su empresa y en sus proyectos. Aunque la presencia de Nathan aún la perturbaba en cierta medida, Emily se esforzaba por mantener el enfoque en su trabajo y en las oportunidades que se presentaban en ese momento.

Alguien rozo a Emily por detrás, al girarse vio a su prima Andrea.

Emily: Hola, Andrea. Qué sorpresa verte aquí.

Andrea: Emily, hola. Sí, es inesperado encontrarnos.

Emily: ¿Qué te trae por aquí?

Andrea: Vine con mi marido. Tiene algunos asuntos de negocios que atender. Seguro que te acuerdas de él, es Nathan ¿Y tú? ¿Cómo te va?

Emily asintió, reprimiendo cualquier muestra visible de incomodidad al escuchar el nombre de Nathan.

Emily: Sí, claro que me acuerdo de él. ¿Cómo no hacerlo? Mi negocio está prosperando, gracias por preguntar.

Andrea asintió con una sonrisa forzada, notando la tensión en el aire, pero feliz por poder decirle a Emily que estaba casada con Nathan.

Andrea: Me alegro de escuchar eso. Nathan no tardara mucho en ser el presidente de la empresa Baker. Pero bueno, no quiero interrumpirte más. Quizás nos veamos por ahí durante el evento.

Emily asintió, deseando que el encuentro fuera breve.

Emily: Claro, nos vemos por ahí.

Emily se apresuró hacia el baño, sintiendo que el aire se volvía denso a su alrededor. Los recuerdos dolorosos de la traición de Nathan y Andrea en su cama la acosaban, reviviendo la sensación de traición y angustia que había experimentado esa noche.

Una vez dentro del baño, Emily se apoyó contra el lavamanos, tratando de controlar la oleada de emociones que amenazaba con abrumarla. Cerró los ojos con fuerza, intentando bloquear los pensamientos que la atormentaban, pero era inútil. La imagen de Nathan y Andrea juntos en su cama seguía persiguiéndola, recordándole la traición que aún no podía perdonar. Fue la peor traición que podía tener, en el momento en el que había descubierto como murió su madre. Nathan la traiciono en vez de ser un apoyo.

Con un suspiro tembloroso, Emily se obligó a respirar profundamente, tratando de calmarse. Sabía que no podía dejarse consumir por el pasado, no cuando había trabajado tan duro para construir su éxito y dejar atrás los errores de su juventud. Se prometió a sí misma que no permitiría que Nathan y Andrea arruinaran su noche ni su futuro.

Con determinación renovada, Emily se enderezó y se miró en el espejo, enfrentando su reflejo con firmeza. Sabía que tenía que seguir adelante, no solo por ella misma, sino también por el negocio que había construido con tanto esfuerzo. Emily: Claro, nos vemos por ahí.

Emily se apresuró hacia el baño, sintiendo que el aire se volvía denso a su alrededor. Los recuerdos dolorosos de la traición de Nathan y Andrea en su cama la acosaban, reviviendo la sensación de traición y angustia que había experimentado esa noche.

Una vez dentro del baño, Emily se apoyó contra el lavamanos, tratando de controlar la oleada de emociones que amenazaba con abrumarla. Cerró los ojos con fuerza, intentando bloquear los pensamientos que la atormentaban, pero era inútil. La imagen de Nathan y Andrea juntos en su cama seguía persiguiéndola, recordándole la traición que aún no podía perdonar. Fue la peor traición que podía tener, en el momento en el que había descubierto como murió su madre. Nathan la traiciono en vez de ser un apoyo.

Con un suspiro tembloroso, Emily se obligó a respirar profundamente, tratando de calmarse. Sabía que no podía dejarse consumir por el pasado, no cuando había trabajado tan duro para construir su éxito y dejar atrás los errores de su juventud. Se prometió a sí misma que no permitiría que Nathan y Andrea arruinaran su noche ni su futuro.

Con determinación renovada, Emily se enderezó y se miró en el espejo, enfrentando su reflejo con firmeza. Sabía que tenía que seguir adelante, no solo por ella misma, sino también por el negocio que había construido con tanto esfuerzo. Con una última mirada desafiante, Emily salió del baño, lista para enfrentar lo que fuera que el resto de la noche le deparara.

Sarai la había seguido al baño de manera discreta. Esperó afuera con paciencia, consciente de que su amiga necesitaba un momento a solas para enfrentar sus emociones. Sabía que Emily estaba lidiando con recuerdos dolorosos.

Cuando Emily finalmente salió del baño, Sarai le ofreció una sonrisa solidaria, mostrándole su apoyo silencioso. Sin necesidad de palabras, Emily entendió que Sarai estaba allí para ella, lista para brindarle consuelo y apoyo en caso de que lo necesitara.

Juntas, se reunieron con los demás invitados y continuaron disfrutando de la noche, compartiendo risas y conversaciones. Sarai permaneció cerca de Emily, ofreciéndole su compañía y asegurándose de que se sintiera respaldada en todo momento.

A pesar del revuelo emocional que había experimentado momentos antes, Emily mantuvo una actitud profesional y elegante, dejando una impresión positiva en todos los que se encontraban con ella.

Con cada interacción, Emily demostró que era una fuerza a tener en cuenta en el mundo empresarial, dejando claro que su éxito era el resultado de su trabajo arduo, su inteligencia y su compromiso con la excelencia. A medida que la noche avanzaba, Emily se sintió más segura de sí misma y de su capacidad para enfrentar cualquier desafío que el futuro pudiera traer.

Cuando finalmente llegó el momento de partir, Emily se despidió de los invitados con una sonrisa radiante, agradecida por las oportunidades que el evento le había brindado. Mientras se dirigía hacia la salida, se sintió renovada y fortalecida, lista para enfrentar los desafíos que le esperaban con determinación y coraje.