Bajo el cielo estrellado, Nathan está sentado en el jardín, rodeado por el suave susurro de las hojas y el aroma fresco de las flores, su mente se sumerge en un torbellino de pensamientos. La imagen del encuentro con el padre de Emily sigue fresca en su memoria, y las palabras cortantes de Donovan resuenan en su mente una y otra vez.

Se pregunta qué podría haber desencadenado esa reacción tan hostil. ¿Fue su propia presencia lo que provocó la ira de Donovan, o hay algo más detrás de esa fachada de hostilidad? Nathan se siente confundido y frustrado. ¿Podría el padre de Emily pensar que por ser un Baker iba a dañar a Emily al no ser de la misma clase social? ¿o podría pensar que su familia podría rechazar y humillar a Emily? Él sabía que sobre todo su abuela y su madre jamás verían con buenos ojos a Emily.

Mientras tanto, Emily está en su habitación, dando vueltas de un lado a otro mientras intenta procesar la confrontación con su padre. Se siente abrumada por la mezcla de emociones que la embargan: confusión, frustración, y una pizca de resentimiento. Emily se cuestiona si realmente quiere seguir las órdenes de su padre sobre mantenerse alejada de Nathan, o si debiese seguir lo que siente en su corazón. Él nunca le había impuesto de quien debía rodearse.

Paso la noche sin dormir, se levantó de la cama, lo primero que hizo fue llamar a Sarai. Emily toma el teléfono y marca el número de Sarai, anhelando desesperadamente su presencia y sus palabras reconfortantes. El sonido del timbre le parece eterno mientras espera que su amiga conteste, anhelando la sensación de alivio que solo la cercanía de un amigo verdadero puede ofrecer.

Deciden verse en el malecón en unos minutos.

Andrea: ¿No irás a verte con Nathan?

Emily solo la miró y sin decir nada fue a vestirse para su encuentro con Sarai.

Ya en el malecón Sarai estaba esperando a Emily, cuando la vislumbro mientras se acercaba hacia ella.

El corazón de Emily se acelera con la emoción de ver a su amiga, sabiendo que este encuentro será un bálsamo para su alma atribulada.

Mientras Emily se acerca a Sarai en el malecón, siente un nudo en la garganta y un torbellino de emociones revoloteando en su interior. A medida que se acerca, el brillo reconfortante de la amistad en los ojos de Sarai parece disipar parte de la oscuridad que la envuelve.

Sarai la recibe con una sonrisa cálida y un abrazo reconfortante, y Emily se siente envuelta en un aura de calidez y seguridad. Sin embargo, la tensión que ha estado acumulando desde su confrontación con su padre sigue palpable en el aire, y Emily sabe que no podrá contenerse por mucho tiempo antes de compartir con Sarai lo que ha estado pasando.

Emily: Sarai, necesito hablar contigo sobre lo que pasó anoche.

Sarai: Por supuesto, Emily. ¿Estás bien?

Emily asiente con la cabeza, aunque sabe que está lejos de sentirse bien. Sin embargo, la presencia tranquilizadora de Sarai le da el coraje para abrirse sobre sus preocupaciones y sus sentimientos en medio del caos que ha estado experimentando.

Emily: Anoche, mi padre... él... Nathan vino a buscarme y mi padre reaccionó de una manera que nunca había visto antes. Me ordenó que me mantuviera alejada de Nathan, como si... como si hubiera algo terrible en él.

Sarai escucha atentamente, con una expresión de comprensión y apoyo en su rostro.

Sarai: Lo siento mucho, Emily. Debe haber sido muy difícil para ti enfrentarte a tu padre de esa manera. Pero, ¿por qué crees que reaccionó así?

Emily frunce el ceño, sintiéndose aún más confundida por la situación.

Emily: No lo sé, Sarai. No entiendo por qué mi padre parece tener tanto en contra de Nathan. Él nunca ha sido así antes, y.... y ahora estoy empezando a preguntarme si hay algo más que no sé.

La mente de Emily da vueltas mientras intenta procesar lo que está sucediendo. En medio de la incertidumbre, la presencia de Sarai le ofrece un rayo de esperanza y consuelo, recordándole que no está sola en esta lucha por entender y encontrar una solución a la situación complicada en la que se encuentra.

Sarai: A lo mejor lo único que ocurre es que Nathan es un chico y tu padre te sigue viendo como su niña.

Emily: no, eso no creo que sea. Si fuera así, también sería estricto con otros chicos y no lo es.

La expresión de Sarai se vuelve reflexiva mientras considera las palabras de Emily.

Sarai: Tal vez tengas razón, Emily. Quizás haya algo más detrás de la reacción de tu padre. Algo que no entendemos completamente. Pero independientemente de cuál sea la razón, lo importante es que estás segura de lo que sientes por Nathan, ¿verdad?

Emily asiente con determinación, su mirada reflejando una mezcla de determinación y vulnerabilidad.

Emily: Sí, Sarai. Estoy segura de lo que siento. Nathan es importante para mí, y no quiero dejar que las opiniones de los demás dicten cómo me siento o a quién elijo estar cerca.

Sarai le sonríe con admiración, sintiéndose orgullosa de la fortaleza y la claridad de su amiga.

Sarai: Eso es lo más importante, Emily. Mantén tu corazón fiel a lo que realmente importa para ti. Y si necesitas ayuda o apoyo en cualquier momento, recuerda que siempre estaré aquí para ti.

Emily se siente reconfortada por las palabras de Sarai, sabiendo que tiene a alguien en quien confiar en medio de la tormenta. Juntas, se enfrentarán a los desafíos que se avecinan, sabiendo que su amistad es una fuerza que pueden contar en tiempos difíciles.

Después de la confrontación con su padre y la incomodidad de su situación familiar, Emily se encuentra en una encrucijada emocional. Aunque su padre le ha ordenado mantenerse alejada de Nathan, sus sentimientos por él son demasiado fuertes para ignorarlos. Con el apoyo y la orientación de Sarai, Emily comienza a reflexionar sobre lo que realmente quiere para su propia vida y a cuestionar las decisiones impuestas por su padre.

A medida que el verano avanza y el tiempo con Nathan se vuelve cada vez más precioso, Emily se da cuenta de que no puede dejar que las expectativas de su familia dicten su felicidad y sus relaciones personales. Decide seguir su corazón y tomar el control de su propia vida, incluso si eso significa desafiar las órdenes de su padre y enfrentar las consecuencias que puedan surgir.

Con el apoyo inquebrantable de Sarai, Emily continúa viéndose con Nathan en secreto, encontrando momentos de felicidad y conexión en medio de la adversidad. Juntos, navegan por los desafíos de su relación, fortaleciendo su vínculo y enfrentando los obstáculos con valentía y determinación.

A medida que el verano llega a su fin, Emily se siente más segura en su decisión de seguir a su corazón y luchar por su relación con Nathan, sin importar lo que su familia pueda pensar. Con Sarai a su lado, encuentra el coraje para defender su felicidad y perseguir lo que realmente importa en la vida, el amor y la libertad de ser ella misma.

Nathan y Emily se ven en un faro abandonado que Emily, Sarai y Elena suelen frecuentar.

Nathan: En dos días tengo que irme, mis clases comienzan pronto.

Emily: Ya lo sé, pero no quiero pensar en eso. Voy a estar mucho tiempo sin verte.

Nathan mira a Emily con ternura, sintiendo un nudo en la garganta al enfrentarse a la realidad de su separación inminente. A pesar de la tristeza que los embarga, se aferran el uno al otro con determinación, decididos a aprovechar al máximo el tiempo que les queda juntos.

Nathan: Lo sé, Emily. Es difícil pensar en estar separados, pero siempre estaremos conectados de alguna manera, ¿verdad?

Emily asiente con la cabeza, sintiendo una mezcla de emociones mientras contempla el horizonte desde el faro abandonado. La brisa marina acaricia sus rostros mientras comparten un momento de silenciosa complicidad, sabiendo que, aunque sus caminos puedan separarse físicamente, su amor y conexión seguirán siendo inquebrantables.

Emily: Sí, siempre estaremos conectados. Y mientras estemos juntos, viviremos cada momento al máximo, sin importar lo que depare el futuro.

Nathan sonríe con tristeza, pero también con determinación, asintiendo con la cabeza mientras se toman de la mano, encontrando consuelo en el amor que comparten y la fortaleza que encuentran el uno en el otro.

Nathan: Así es, Emily. Mientras estemos juntos, enfrentaremos cualquier desafío que se nos presente. Y cuando llegue el momento de separarnos, nos aferraremos a los recuerdos que hemos creado juntos, sabiendo que nuestro amor siempre perdurará.

Emily sonríe con afecto, sintiendo una profunda gratitud por tener a Nathan a su lado, incluso en los momentos más difíciles. Juntos, se sumergen en la belleza del atardecer, saboreando cada momento de su amor y compromiso mutuo mientras el verano llega a su fin y el futuro espera con incertidumbre y esperanza.

El sol se sumerge lentamente en el horizonte, mientras Nathan y Emily se aferran el uno al otro en el faro abandonado. La brisa marina los envuelve, trayendo consigo un aire de romance. Con el corazón latiendo con fuerza en sus pechos, se miran profundamente a los ojos, compartiendo un momento de conexión y complicidad que parece detener el tiempo.

Nathan: Emily, desde el momento en que te conocí, supe que eras especial. Tu luz ilumina mi vida de una manera que nunca creí posible. Quiero pasar el resto de mis días a tu lado.

Emily sonríe con ternura, sintiendo una oleada de amor y gratitud hacia Nathan.

Emily: Nathan, tú has cambiado mi vida de la manera más hermosa. Eres mi roca, mi confidente, mi amor eterno. No puedo imaginar un futuro sin ti, y estoy lista para entregarme a ti por completo, sellando nuestro amor en este momento mágico.

Con manos temblorosas pero llenas de determinación, Nathan y Emily se acercan lentamente, fundiendo sus labios en un beso apasionado y lleno de promesas. El tiempo parece detenerse mientras se sumergen en la intensidad de su amor, sellando su compromiso mutuo en el suave resplandor del atardecer.

En ese momento, el faro se convierte en testigo silencioso de su amor inquebrantable, y el mundo desaparece a su alrededor mientras se sumergen en la eternidad de su amor compartido.

Dos días después, Emily despedía a Nathan con lágrimas recorriendo sus mejillas. Se fundieron en un abrazo con la promesa de no olvidarse el uno del otro.

Y con la ida de Nathan el otoño se instala en el pueblo, trayendo consigo un cambio en el aire y el comienzo de un nuevo ciclo. Para Emily, el regreso a las clases marca el inicio de una nueva etapa en su vida, una en la que está determinada a seguir adelante con valentía y determinación, sabiendo que lleva consigo el amor y los recuerdos compartidos con Nathan.

A medida que las hojas cambian de color y el viento frío del otoño sopla a través de las calles del pueblo, Emily se sumerge en sus estudios con renovada energía y determinación. Aunque la ausencia de Nathan se siente como un vacío en su corazón, encuentra consuelo en el recuerdo de su amor y la promesa de un reencuentro en el futuro, de las llamadas y las cartas que se envían. Con cada día que pasa, Emily se acerca un paso más a su sueño de estar junto a Nathan nuevamente.