{𝐂𝐡𝐚𝐩𝐭𝐞𝐫 𝐬𝐞𝐯𝐞𝐧} ¿Admirador secreto?
Después de aquella extraña, pero aterradora experiencia el pequeño Jisung decidió ser mucho más precavido en cuánto a irse de la universidad sólo por las noches. Al día siguiente cuando se reunió con sus amigos en la sala de ensayos les contó sobre la experiencia que había vivido la noche anterior, éstos, al escuchar lo ocurrido decidieron no volver a dejar que el chiquillo volviera a irse sólo por las noches. Así que cada vez que éstos tuvieran ensayos hasta altas horas de la noche esperarían a que cada uno terminará para así poder irse todos juntos, así evitarían cualquier mal que pudiera ocurrir.
A pesar de la compañía de los chicos y que de allí en adelante no volvió a vivir la misma experiencia, el pequeño Jisung aún podía sentir aquella penetrante mirada en su ser además de tener la certeza de ser seguido a lo lejos por alguien. No lo podía ver, pero si lo podía sentir y de una manera bastante intensa; era cómo si un fantasma o una sombra se hubiera sido adherido completamente a él, ya que cada vez que éste terminaba por las noches podía sentir aquella presencia acosadora seguirlo de manera bastante sigilosa.
Seguro su mente estába haciéndole malas pasadas otra vez. Seguro el cansancio y estrés por perfeccionar su sólo le estában jugando en contra y por ende estába empezando a ver cosas que no eran ciertas. Si, eso debía ser. Pobre e ingenuo Jisung, no tiene ni idea de lo expuesto que se encuentra en éstos momentos, sin saberlo se estába convirtiendo en una presa fácil de atrapar.
Jisung, Jisung a quién debes de temer no es al fantasma que te sigue... sino a la persona que finge serlo.
Por el lado de Minho todo lo que estába planeando estába saliendo cómo quería. Había logrado conseguir toda la información sobre el pequeño Jisung y ahora sólo quedaba empezar a organizar un plan perfecto para poder tener a aquél chiquillo tan hermoso entre sus brazos. Sin duda alguna ése pequeño de mejillas sonrojadas y mirada límpida debía ser completamente de él.
Poco a poco una intensa obsesión estába creciendo en la mente de Minho, una obsesión que cambiaría el rumbo de ambas vidas para siempre.
Seúl/Corea del Sur
12:00pm:
Para la fortuna de aquél animado grupo de amigos ése día no tendrían tantos ensayos. Su profesor había dado por finalizado el ensayo exactamente a las doce en punto del mediodía, cosa que era muy raro que ocurriera, en especial si era en temporada de ensayos. Jimin les había dicho a sus alumnos que se tomaran una semana completa de descanso; declarando que sabía lo duro que ensayaban para perfeccionar todos y cada uno de los bailes a realizar en el recital. Además de eso, les pidió a cada uno que bajaran un poco la intensidad en sus ensayos, ya que no quería que alguno de estos saliera con alguna lesión o fractura, mucho menos que terminaran desvaneciendose en medio de la universidad por falta de descanso.
Y demás está decir que aquella noticia alegró a muchos de los bailarines. Su arduo trabajo se había notado y ahora era tiempo de relajarse un poco.
—¡Al fin! Al fin una semana libre de ensayos.—
Exclamó un Hyunjin bastante féliz.
—¡Una semana en la que podré dormir bastante! Ya me venia haciendo falta un buen descanso.—
Dijo Christopher llevando su mano a sus revueltos cabellos.
—¿Qué piensan hacer en ésta semana, chicos?—
Preguntó Félix entrelazando sus dedos con los de su novio.
—Creo que hablo por todos al decir que sólo dormiré y comeré bastante para reponer toda mi energía.—
Exclamó relajado el pequeño Jisung.
Éstos querían aprovechar cada día de esa semana, y querían hacerlo al máximo.
El animado grupo de amigos caminaban rumbo a sus respectivos casilleros, éstos querían buscar sus cosas para así irse todos juntos al centro de la ciudad para ir a comer algo delicioso. En cuestión de pocos minutos llegaron a éstos, abriendo cada quien sus casilleros empezaron a sacar sus mochilas y chaquetas, todos excepto Jisung quien se había quedado sorprendido de encontrar una fina caja de chocolates en el interior de su casillero.
—¿Uhm? ¿Y ésto? ¿Quién habrá dejado esto en mi casillero?—
Preguntó Jisung tomando entre sus manos la linda caja azulada.
—Qué bonito detalle, parece que alguien quiso darte un regalo, Jisungie hyung.—
Exclamó Jeongin esbozando una pequeña sonrisa.
—Pues si me quisieron alegrar con ésto, lo lograron con éxito.—
Dijo el pelicastaño esbozando una pequeña sonrisa.
—¿Te dieron algo más, Hannie?—
Preguntó Seungmin mirando fijamente a su amigo.
Revisando nuevamente su casillero Jisung encontró una carta dirigida a su nombre. Soltando un suave suspiro abrió con calma el blanquecino sobre, sacando seguidamente la hoja que contenía la esta, sin más preámbulos Jisung empezó a leerla mientras sus amigos escuchaban atentamente.
"En tan poco tiempo te has hecho un lugar muy importante en mi vacío corazón. Desdé aquella vez que te vi caminar por el centro de Seúl la imagen mental de tu divino rostro se ha anclado a lo más profundo de mi subconsciente, mi mente no ha dejado de pensar en ti, lindo Jisung. Te has convertido el protagonista de mis sueños y en el dueño de mis ilusiones, espero algún día ser digno de tu dulce amor. Pd: espero te gusten éstos deliciosos chocolates."
Leyó Jisung dejando salir una pequeña sonrisa un tanto tímida sintiendo las pícaras miradas de sus amigos.
—¡Oh! Parece que Hannie tiene un admirador secreto.—
Exclamó Changbin codeando de manera juguetona el brazo de Jisung.
—Al parecer si, Changbin hyung. Además, no dice quién es el remitente de la carta, así que es más que claro el hecho de qué es un admirador secreto.—
Suspiró el menor encogiendose levemente de hombros.
—Qué bonitos sentimientos debe tener la persona que te envió esto, Hannie. Ah, me recuerda tanto a la vez en la que Binnie hyung se me confesó por cartas.—
Exclamó Seungmin esbozando una cariñosa sonrisa a su novio.
Al oír la exclamación del contrario el animado grupo empezó a codear divertidos a Changbin quién se había apenado levemente al oír lo antes dicho por su novio.
Por fuera, Jisung mostraba tímidez y felicidad por haber recibido ese lindo gesto por parte de un admirador; pero por dentro se preguntaba quien sería la persona que se había tomado la molestia de darle aquél lindo detalle. Pobre, si supiera quién es su admirador secreto estoy más qué seguro que nunca hubiese recibido aquél presente con alegría.
Jisung, Jisung, es mejor qué nunca sepas la identidad de tu admirador secreto... es por tu propio bien.
{...}
Después de haber salido de la universidad, el animado grupo se dirigió a un café/restaurante, el cuál solían frecuentar con regularidad.
Al entrar, notaron que el lugar estába completamente lleno, tanto, que algunas personas chocaban entre sí. Éstos, suspirando levemente, decidieron posicionarse en la larga fila. La gente iba y venía sin parar, entre empujones algunas personas trataban de salir y eso provocó que en un fuerte empujón, Jisung se tropezara estrepitosamente con alguien. Hubiese caído ruidosamente al suelo, de no ser por un par de brazos que lo atraparon en el momento preciso, evitando así la caída.
—¿Estás bien, pequeño?—
Preguntó una voz masculina, ayudando al más pequeño a ponerse derecho.
—S-si, estoy bien, muchas gracias... ¿Uhm? ¿señor Lee?—
Exclamó Jisung mirando fijamente al mayor, para así hacer una pequeña reverencia.
—Sólo llámame Minho, no hace falta que seas formal conmigo, lindo Jisung.—
Dijo Minho esbozando una pequeña sonrisa.
—Gracias por evitar que mi cuerpo quedará en el suelo, pero ¿que hace usted aquí?—
Preguntó Jisung esbozando una tímida sonrisa.
—Siempre suelo comprar mi comida en éste lugar, y hoy no fue la excepción, lindo. Y dime, ¿viniste aquí con tu padre?—
Preguntó Minho sin desviar su mirada del menor, acomodando entre sus falanges las bolsas que contenían la comida.
—Oh no, vine con mis amigos, es que hoy nuestro instructor de ballet nos dió una semana entera de descanso y cómo teníamos hambre decidimos venir a comer algo.—
Dijo el menor señalando a sus amigos que estában haciendo sus respectivos pedidos.
—Ya veo, pues, fue un gusto haberte visto de nuevo. Ten más cuidado la próxima, ¿bien? Tal vez la próxima vez no podré atajarte entre mis brazos.—
Exclamó Minho llevando una de sus manos a los cabellos contrarios, para así desordenarlos levemente.
Con algo de tímidez, Jisung se despidió de su contrario, le apenaba el hecho de qué aquél hombre tan guapo y exitoso lo hubiese ayudado en el momento preciso. Su mirada se dirigió rápidamente a la masculina figura del contrario, siguiendolo con su mirada hasta que éste ya no fue visto más.
—¿Acaso ése hombre era el empresario Lee Minho?—
Preguntó Jeongin posicionándose al lado del pelicastaño, recibiendo cómo respuesta el asentimiento de éste.
—¿Cómo conociste a uno de los jóvenes más deseados y exitosos de Corea, Hannie?—
Preguntó Hyunjin llevando entré sus falanges las bolsas que contenían la comida.
—Lo conocí en una entrevista que mi padre tuvo con él, su empresa está dándole apoyo para hacer crecer la facultad de neuropsiquiátria.—
Suspiró Jisung llevando sus manos a sus bolsillos.
—Siendo sincero Hannie, yo creo que llamaste la atención de ése chico. La forma en la que te miraba era bastante interesante.—
Mencionó Félix esbozando una pequeña sonrisa.
—¿Eh? No lo creo, Lixie. Seguramente leer novelas de romance te afectaron bastante la conciencia.—
Dijo Hannie negando de manera juguetona.
Si el lindo Jisung supiera que la afirmación de su amigo era mas que acertada no pensaría de esa manera. Si el hubiese sabido que aquel encuentro no sería el último estoy más qué seguro que no hubiese vuelto a poner pie en ese lugar.
Ingenuo e inocente Hannie, si supieras que aquél chico te ve cómo un tesoro... un valioso tesoro el cual no dejará que alguien más lo tenga.
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