10:00am
Universidad Nacional De Artes de Corea.

Después de aquella merecida semana de descanso, los chicos volvieron con mejores ánimos a las prácticas para el recital, el cuál se acercaba a pasos agigantados.

Ése día darían prioridad a los solos, el maestro Jimin quería ver cuanto habían mejorado sus pupilos en su técnica, dinamismo y presencia escénica.

Pero antes de empezar con los ensayos, éste tenía un anuncio importante que dar. Un muy importante y emocionante anuncio.

—¡Chicos! Acérquense un momento, por favor. Les tengo que dar un anuncio muy importante.—

Exclamó el instructor Jimin, mirando a sus pupilos.

Al escuchar las palabras de su mentor, los chicos fueron rápidamente a sentarse en el suelo. Esperando atentos a lo que el maestro Jimin tenía que decirles.

—Es importante que todos estén presentes en el ensayo de mañana, ya que tendremos la visita de un reconocido ceo internacional.—

Comentó Jimin, mirando los asombrados rostros de sus pupilos.

—Cómo todos saben, al recital vendrán muchas personas del medio artístico y de distintas empresas de entretenimiento; tanto nacionales como internacionales. Así que no se sorprendan al ver muchos ceos recorrer los pasillos de la universidad muy pronto. En esta ocasión el ceo no quiso esperar hasta el evento, por ende vendrá a visitarnos mañana en la mañana.—

Dijo el coreano.

—Bien, ¿Alguno de ustedes tiene alguna pregunta?—

Preguntó el coreano, observando cómo una de sus alumnas levantaba la mano para hablar.

—Puedes hablar, Lisa. Te escuchamos.—

Dijo Jimin cediendo el turno para hablar a la chica tailandesa.

—Maestro Park, ¿Tiene alguna idea de quién es el ceo que nos visitará mañana?—

Preguntó Lisa.

—Lamentablemente no, el decano Kang no me quiso revelar el nombre del ceo. Creo que quiere que su identidad se mantenga en secreto para mayor emoción entre los estudiantes.—

Suspiró el mayor.

—Maestro Park, ¿a que se debe la visita del ceo?—

Preguntó rápidamente Jisung.

—Al parecer quiere conocer las instalaciones de la universidad, en lo personal creo que quiere buscar nuevos talentos. Pero no lo sabremos hasta mañana.—

Comentó el coreano.

—¿Alguien más tiene alguna duda o pregunta sobre la visita del ceo?—

Preguntó el mayor, obteniendo silencio cómo respuesta.

—Muy bien, con éste anuncio daremos inicio al ensayo de hoy. Solistas, empiecen a calentar y a estirarse.—

Dijo Park empezando a aplaudir.

Los alumnos se levantaron del suelo y la obra clásica, "El lago de los cisnes" de Chaikovski empezó a sonar.

—Señorita Hirai, prepárese para ejecutar el sólo de la princesa Odette.—

Exclamó Jimin, atento a cada uno de los movimientos de sus pupilos.

Era hora de dar inicio a las prácticas habituales.

{...}

5:00pm

El reloj marcaba las cinco en punto de la tarde, el ensayo se había tenido que alargar debido al perfeccionismo del maestro Park.

Jimin era conocido por su enorme perfeccionismo, tanto en vestuario, ejecución, emoción, ¡Todo! Todo lo que éste hiciera debía ser cien por ciento perfecto. No aceptaría nunca un rendimiento medio o bajo en sus pupilos, y por eso, les exigía que dieran el cien por ciento de su potencial en cada ensayo.

—¡Muy bien! Esta vez salió perfecta vuestra ejecución en el lago de los cisnes.—

Exclamó Jimin, sonriendo completamente satisfecho.

—Lamento haberles extendido el ensayo chicos. En recompensa, les traeré comida y bebidas toda esta semana ¿bien?—

Dijo Jimin, escuchando la alegría en la voz de sus chicos.

—Váyanse con cuidado chicos, gracias por todo vuestro arduo trabajo.—

Dijo Park, viendo como sus chicos hacían cariñosas reverencias en su dirección.

Después de un ensayo tan pesado, todos aquellos chicos merecían un buen descanso.

—¡Ah! ¡estoy tan cansado que creo tendrán que cargarme todo el camino a casa!—

Exclamó Hyunjin, colocando ambos de sus brazos en los hombros de Chan y Changbin.

—A ti qué te cargue Innie, al único que yo voy a cargar es a mi lindo Seungminnie.—

Comentó de manera tranquila Changbin.

—Hyung malo, Chan hyung, ¿cargarías a tu pobre Hyunjinnie?—

Preguntó el más alto.

—A mi ni me veas, Hyunjinnie. Yo estoy demasiado cansado y te aseguro que ni siquiera podré llevarte hasta la esquina.—

Se excusó el australiano.

—Hyungs malvados, Hannie, mi compañero de andanzas; ¿Podrías cargar a éste pobre amigo tuyo?—

Preguntó Hyunjin.

—Cómo quisiera hacerlo, Hyunjinnie, pero debo hacer unas cosas en el centro. Tal vez mañana.—

Comentó el menor.

—¿Gustas que te acompañemos, Hannie.—

Preguntaron a coro Seungmin y Félix.

—No hace falta, aún es temprano y no durare tanto tiempo fuera.—

Respondió Han.

—¿Seguro, Hannie hyung? El invierno está por llegar y estos días ha estado anocheciendo temprano.—

Inquirió Jeongin.

—Más que seguro, Innie. Como dije antes; no estaré tanto tiempo fuera. Además, el centro no está tan lejos y podré llegar temprano a mi hogar.—

Dijo el chico de mejillas regordetas.

—Vete con cuidado entonces, Hannie. Llámame cuando llegues a tu casa ¿vale?—

Dijo el australiano.

—Se lo prometo, Channie hyung. Cuándo esté en mi hogar le llamare.—

Contestó el menor, acomodando su cabello.

—Bueno chicos, me voy, ¡nos vemos mañana en la práctica!—

Se despidió el menor, mostrando una hermosa sonrisa.

Sus amigos se despidieron de él de manera cariñosa. Siguieron con su mirada al de mejillas regordetas hasta que dobló a la esquina y no lo vieron más.

Jisung deseaba comprar algunas cosas de uso personal, algo de dulces y algunos vestuarios diarios para sus prácticas. El día estába bastante bonito y dudaba que anocheciera tan rápido. Al fin de cuentas, no iba a tardarse mucho comprando.

Jisung, Jisung, si supieras lo que vas a vivir esta noche...

{...}

7:00pm

Las horas pasaron, el reloj marcó las siete en punto de la noche y Han Jisung se regañaba internamente por haberse dejado guiar por las cosas tan hermosas que había comprado.

Jisung tenía planeado llegar a su casa antes del anochecer, pero las distintas tiendas de Seúl lo deslumbraron con los cientos y cientos de artículos de calidad; y al él ser débil ante aquellas cosas tan hermosas, terminó por olvidarse del factor tiempo y recorrer cada una de las tiendas del centro.

—¡Dios! ¡Han Jisung! ¿cómo pudiste dejar que el tiempo te ganara?—

Se preguntaba en voz alta.

—Si no llamo a Chan hyung pronto me va a regañar por haberme ido tarde.—

Y mentira no era, si su hyung se enteraba que había llegado a su hogar ya de noche le daría un buen regaño, ya que éste se preocupaba mucho por él.

Hannie empezó a caminar de manera algo rápida, queriendo llegar lo más pronto posible a su hogar. No quería que su mayor se preocupara y lo más importante... no volver a pasar la misma experiencia de aquélla vez.

Pero en eso ocurrió lo que más temía...

Jisung empezó a sentir una segunda presencia, podía escuchar sus pasos cada vez más cerca. Aquella persona estába bastante cerca de él y temía que fuera el mismo fantasma de aquella vez.

Así que, acelerando su paso, buscaba con su mirada un lugar en donde pudiera refugiarse o en donde hubiera más conglomeración de personas. Encontró su salvación en una tienda, así que corriendo a esta y entrando rápidamente decidió esconderse detrás de los aparadores de la tienda.

Alzando su carita, observó por las ventanas una figura masculina, al parecer era quién lo estába siguiendo.

¿Quién es ese hombre? ¿por qué me sigue? ¿Qué es lo que quiere de mí? Sea lo que sea que ese hombre buscaba... no sería nada bueno.

Sacando su celular, se llevó la mala suerte de encontrarlo sin batería. ¿Ahora como se suponía que pediría ayuda? Jisung sólo logró sentarse en el suelo, rezando por qué alguien lograra ayudarlo.

Lindo Jisung, tu salvador está en ese mismo lugar.

—¿Pequeño Jisung? ¿Qué haces ahí sentado?—

Preguntó una voz conocida.

Alzando su carita, se llevó la grata sorpresa de encontrarse con la atractiva cara de MinHo. En estos momentos, Jisung agradecía encontrarse con él.

—S-Señor Minho, afuera hay un hombre que me estuvo siguiendo desde hace un largo rato. Debido al miedo, decidí esconderme aquí, pero se que si salgo ese hombre continuará acosandome. Mi teléfono no tiene nada de batería y no puedo pedir ayuda.—

Contestó asustado el chico de mejillas regordetas.

Alzando su mirada, Minho dirigió su mirada hacía los ventanales de la tienda, encontrando así, al hombre que andaba acosando a su lindo Hannie.

《Ese maldito deseará no haber nacido.》

Decía Minho en su interior.

—No te preocupes, lindo Hannie. Yo te voy ayudar.—

Respondió el mayor, agachandose para quedar al mismo nivel que el menor.

—De verdad se lo agradezco, en serio estoy asustado.—

Contestó de manera tímida el menor.

—Vente, vamos a levantarte primero.—

Musitó Minho.

Tomando suavemente las manitas del menor, lo levantó con cuidado y suma ternura.

—Hannie, se como ayudarte a salir de aquí, pero antes, debes depositar tu confianza en mi.—

Dijo Minho.

—C-confio plenamente en usted, señor Minho. Si estoy con usted nada me pasará.—

Esas palabras hicieron que el corazón de Minho saltará de alegría. Aquel pequeño de mejillas sonrojadas y mirada límpida depositaba toda su confianza en él. ¿Acaso podía ser más tierno? Aún asustado, ¿cómo podía verse tan hermoso?

Jisung, Jisung, estás a punto de recibir algo que cambiará tu mundo para siempre.

¡Hola, mis amores!
Por aquí vuestra servidora Slyne.
Perdonen la larga espera, mi trabajo, algunos problemas de salud y demás factores, me imposibilitaban el actualizar "Más allá de la locura" y por ende decidí irme a un pequeño hiatus.

Pero ahora volví, con mucho más entusiasmo que nunca. Y estaré dándoles actualizaciones más seguidas. ¡Gracias a todos por vuestro apoyo y fidelidad para con "Más allá de la locura" y para conmigo! ¡Son los mejores! <3 <3