
Más allá de la lealtad - Parte 1
Más allá de la lealtad - Parte 1 (por Handimar)
Amo el espectáculo único que me regalan estos parajes, cada vez que tengo la oportunidad aprovecho la ocasión para despertarme temprano y disfrutarlo a pleno. Ver la forma en que los rayos del sol, sin detenerse a pedir permiso, inundan los extensos campos que cubren este país en un instante, llena mi espíritu de una energía indescriptible. Más en una jornada como la que está a punto de empezar. Hoy, es el día en que haremos realidad el sueño de una nación entera.
Tal vez eso último haya sido un pensamiento demasiado positivo para nuestra situación actual. Me pregunto si el general Rovi y los demás tenían esa misma confianza cuando comenzó esta campaña. Estaban demasiado cerca de convertirse en los héroes de nuestro reino. No puedo culparlos si ese fue el caso, y es que las tierras se revelan frente a nuestros ojos de tal manera que pareciera como si apenas tuviésemos que extender nuestras manos para poder tomarlas.
Las banderas flamean con la brisa matutina. Una corona rodeada por diez estrellas, cinco a la derecha y otras cinco a la izquierda, dan vida a la inconfundible insignia de nuestro reino, Gran Corona. Veo que hay ánimos e ilusión en el rostro de los hombres a medida que me adentro en el campamento para prepararme antes de partir a la lucha.
Mi nombre es Handimar, y no sólo soy la líder y responsable del ejército que muy pronto estará en el campo de batalla, sino que también soy reconocida como la general más fuerte de Gran Corona. Quizás sea la principal razón por la que en este momento se me ha permitido comandar una fuerza que alcanza los nueve mil soldados. En la historia de nuestro reino es la primera vez que se le da la autoridad a un general para que lidere tal cantidad.
Es el año 818 EMD y a nuestras espaldas se encuentran los árboles del bosque oriental de Anang. Una batalla a campo abierto sin lugar a dudas es lo ideal para nuestro ejército, pero por alguna misteriosa razón que desconozco la victoria les fue negada a quienes estuvieron antes que yo. Culpar a los generales de Gran Corona sería un insulto para ellos, han demostrado por demás su capacidad a la hora de la guerra, por lo que la conclusión siempre es la misma. En frente nuestro hay alguien que ha vencido por méritos propios.
-"Vormaft está en posición."- siento que me indica uno de mis acompañantes.
Contemplo por última vez nuestro ejército y doy la orden para que avancen. A lo lejos se pueden distinguir las delgadas columnas de nuestros enemigos. Por mi cabeza empieza a nacer la pregunta sobre qué clase de reto ofrecerán ¿Uno táctico? ¿Uno basado simplemente en la fuerza bruta? ¿O la batalla que está a punto de comenzar será una que estará determinada por la voluntad del espíritu y el corazón de quienes se matarán unos a otros?
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