Capítulo cinco
Degel no pudo evitar ponerse nervioso cuando Sage le mencionó que la situación por la que Camus se encontraba ahí es por qué su deber ahora era guiarlo pero... ¿Porqué él?
No comprendía que es lo que puede ofrecerle a Camus si ambos están bajo la misma constelación.
— Degel — Lo llamó el patriarca interrumpiendo sus pensamientos.
En ese momento se dio cuenta que Degel se encontraba totalmente distraído, ni siquiera prestaba atención a lo que le estaba comentando.
Camus desvió ligeramente su mirada al portador de Acuario de aquella era, podía sentir ese momento incómodo por parte del patriarca tratando de llamar a Degel.
— ¡Degel!— Exclamó Sage golpeando con la palma de sus manos la mesa para que pudiera prestarle atención.
— Lo siento Patriarca — Susurró apenado — La verdad es que no sé como puedo ayudar a Camus si ambos debemos usar las mismas técnicas.
Sage se levantó de su asiento, comenzó a caminar rodeando la mesa — Degel... Tenemos que buscar la manera de regresar a Camus a su época. Sugiero que Sísifo nos ayude a llevar a Camus al Templo del Oráculo de Delfos, las pitonisas podrían ayudarnos.
Cuando Degel escuchó que Sísifo lo llevaría, rápidamente se levantó de su asiento para poder replicar, él no dejaría que alguien más se meta en esas misiones.
— ¡Puedo llevarlo yo patriarca!
Sage alzó una ceja asombrado ante la disposición de Degel, aunque no podía permitirlo puesto que el guardián de Acuario aún seguía débil por la batalla que llevó contra su maestro Krest en la mansión sumando a ello con las joyas de Garnet.
— Degel, necesitas descansar, además Sísifo conoce muy bien ese lugar será más fácil para él llevar a Camus a ese lugar y así puedan revelarle la verdad del porqué está aquí con nosotros.
— Disculpe gran patriarca — Interrumpió Camus aquella plática — No quiero causar muchas molestias, tan solo dígame como puedo acercarme con los aldeanos, necesito buscar algún lugar donde quedarme.
— Para no causar confusión ante los demás caballeros te quedarás en Acuario con Degel.
Les dirás que tu eres su discípulo, no vayas a mencionar que vienes de la siguiente era; causaríamos una gran confusión.
Lo que le faltaba, no solo se había convertido en su mentor; ahora tenía que compartir su templo con aquel joven enigmático y desconocido.
— Insisto patriarca, llevaré a Camus a Delfos.
— Está bien, si te sientes bien puedes hacerlo. De lo contrario le pediré el favor a Sísifo.
Camus rodó los ojos, no negaba que su mentor era muy lindo pero se notaba las ganas de querer hacer las cosas por su cuenta.
También tenía que ir conociendo poco a poco a los demás caballeros, esto era muy emocionante para él porqué tendrá la dicha de conocer a la élite de los caballeros de oro justo antes de su época.
Aquella tarde Camus se la pasó platicando cada detalle de su vida al patriarca, aunque con ello no tardó mucho en deducir que realmente necesitaba alguien que lo guiara.
— Entonces me estás diciendo que no alcanzaste el cero absoluto jamás... Tan solo tu prioridad fue guiar a tu alumno.
— Así es, como verá... Nosotros no tuvimos algún maestro de manera directa, salvo el caballero de Aries, él tenía a Shion como su mentor.
Cuando Sage escuchó que Shion era el maestro del siguiente caballero de Aries no dudó en sonreír, tampoco podía meterse más allá de lo que les deparaba el futuro.
Levantó su rostro y dirigió su mirada a Degel quien seguía con ese semblante serio.
— Bien fue mucha plática por hoy Degel, llévalo a tu templo y si es posible también préstale alguna de tus prendas, le hará mucha falta. Mañana cuando llegue el amanecer lo quiero en el coliseo para poder presentarlo ante los demás.
Degel se levantó de su lugar y le hizo una señal a Camus para que lo siguiera, ahora el dilema era ver en que lugar se quedaría a dormir aquel caballero de cabellos rojizos si cada templo tiene solo una habitación.
A menos que solo lo pueda dejar en la biblioteca.
En todo el trayecto Degel no dijo palabra alguna, el silencio era su total aliado en ese momento.
Para fortuna de ellos Albafica no se encontraba en su templo, al menos no tendría que darle detalles de su acompañante.
Los colores naranja hacían juego en el cielo anunciando la pronta llegada de la noche y eso significaba que Degel al menos tendría una noche tranquila observando las estrellas en la parte superior de su templo.
Aunque ahora con nuevo inquilino en su templo ya no tendría tanto tiempo a solas como a él tanto le gustaba.
— Sígueme Camus — Pidió Degel al entrar a Acuario.
En ese momento Camus se quedó sorprendido porqué el diseño del templo no era como el suyo, sin duda la estructura se veía muy distinta después de una era.
Degel llevó a Camus a su habitación para poder entregarle algunas prendas que pueda usar, así mismo para darle oportunidad de darse un buen baño.
— Espero que no te incomode usar ropas mías Camus — Le dijo tratando de evitar verlo a los ojos, algo tenía aquella mirada escarlata que lo paralizaba cada vez que tenía un ligero roce con él; esa mirada fría e indiferencia comenzaban a robarle el pensamiento sin querer.
— No tengo problema en ello, no quiero causar molestias Degel.
En ese momento Camus tomó las prendas que Degel le entregó y sin darse cuenta los dedos de ambos rozaron ligeramente.
Degel bajó la mirada y se dio cuenta que las uñas de Camus eran del mismo tono de su cabello, así como de sus iris.
— El baño es esa puerta que tienes a la derecha — Respondió desviando la mirada rápidamente. Se dio la media vuelta y sin darle oportunidad a Camus de que le agradeciera ese favor se salió de la habitación azotando la puerta.
— Que tipo más extraño — Susurró Camus alzando los hombros, se acercó a la puerta que Degel le había mencionado y entró para poder darse un buen baño.
No sabía porqué pero se sentía muy cansado, lo único que necesitaba era poder descansar para recuperar energías y así cumplir con lo que el patriarca de esa era le pidió.
Todo era muy diferente para él.
En ese mismo momento Degel salió huyendo a la cocina del templo.
Esa extraña sensación que despertó en él era indescriptible porqué en escasos segundos su respiración se había tornado más pesada.
❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖❄💖
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro