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Capitulo 15

Narra Juan

Luego de que Martín se fue tuve una sonrisa estúpida lo que restaba del día, él había mejorado mi día, me sentía mejor después de haberlo visto, de hecho me hizo recordar aquel beso, aquel que nos unió de una manera completamente distinta.

-¡Juan!-gritó mi hermano haciéndome reaccionar, rápidamente lo miré, él tenía cara de preocupado, al parecer notó que estaba completamente ido.

-¿Eh? ¿Q-qué pasa?-dije mirándolo mientras aclaraba mi garganta. 

-¿Por qué estás tan distraído?-dijo mirándome fijamente.

-Es verdad, Juan, estás realmente distraído-mi madre me miró fijamente también, luego sonrió burlonamente-¿acaso estás pensando en alguna chica?-preguntó riendo levemente, rápidamente negué sintiendo como mi cara comenzaba a arder.

-Claro que no, no me gusta una chica-dije subiendo un poco la voz, mi mamá, mis hermanas y Felipe comenzaron a reírse y a burlarse de mí.

-¡Ya cállense!-dije un poco irritado, ellos seguían riéndose. Bien, me estoy enojando. Me levanté del sillón en el que estaba y subí a mi cuarto. Al llegar cerré la puerta con llave y me acosté en mi cama.

-Que estupidez… ¿yo enamorado de una chica? eso es imposible-me tapé la cara con la almohada- el único que me importa es…-me detuve al caer en la cuenta de que estaba por mencionar su nombre, su puto nombre. Retiré la almohada de mi rostro y miré el blanco techo, como hacía cada vez que necesitaba pensar.

-¿Cómo pude siquiera pensar en Martín?-yo no puedo estar enamorado de un chico, menos de mi mejor amigo. Miré hacia la ventana, ya era bastante oscuro para ser las seis de la tarde, podía ver las luces de la calle encendidas y la brisa fría de la noche que corría a través de la ventana.

-¿Podría ser posible que él me guste?-mi cara comenzó a arder de inmediato, abracé la almohada y cubrí un poco mi rostro con ella. Me di la vuelta dándole la espalda a la venta, tomé mi celular y llamé a Mio.

-¿Hola?-dijo Mio del otro lado de la línea.

-¿Estás con Cande?-pregunté sin siquiera un “hola” y quien era.

-Sí, ahora te pongo en alta voz para que ella también escuche-escuché un ruido de su parte, luego algunas palabras que no pude identificar qué era lo que decían, luego pude escuchar otro ruido como de interferencia-ya está… ¿Qué pasó?-suspiré pesadamente pensando en cómo les diría lo del beso, después de todo había pasado una semana y no les había contado nada.

-Bueno… no sé cómo decirles…-volví a suspirar.

-¿Qué es? ¿Te metiste en problemas otra vez?-preguntó Cande con un tono de preocupación. ¿Por qué todo el mundo piensa que siempre estoy metido en mierdas y tal? Ni que fuera normal que esté metido en problemas.

-B-bueno… M-Martín y yo…- no podía hablar, mi voz temblaba mucho a causa de los nervios. Respiré profundo y me dispuse a hablar-Martín y yo… nos besamos…-dije sin más; ¿qué podrían decir? son mis amigas, además esto es lo que tanto querían ¿o no? hubo un silencio sepulcral, luego hubo un ruido seguido de unos gritos que probablemente era de su emoción por lo que había dicho.

-¿De verdad? ¿Cómo fue? Cuenta todo y con lujo de detalles-tal y como lo había imaginado…están tan emocionadas como yo cuando veo fútbol. Finalmente terminé de contarles mi pequeña “historia”.

-¿De verdad fue así?-dijeron al unísono, yo solo suspiré mientras sonreía levemente; estoy aliviado de tenerlas de amigas, me entienden perfectamente y sé que puedo contarles lo que sea teniendo la seguridad de que no lo van a divulgar.

-Sí…- dije cubriéndome un poco con la almohada- fue exactamente así, como se lo conté- en este caso no omití nada, todo lo que pensé y lo que sentí se lo conté.

-Es muy tierno…-ambas rieron-entonces… ¿ya sabes si te gusta o no?-esa pregunta me dejó helado, no sabía que decir, me tomó por sorpresa.

-¡¿Eh?!-no pude decir nada más. Escuché unas risas de parte de ellas.

-Hey tranquilo, tampoco es para que te pongas así-dijo Cande riendo.

-Entiendan que esto es muy vergonzoso para mí- dije sintiendo el rubor en mis mejillas.

-Sí, sí, lo sabemos, pero… queremos saber qué es lo que pasa con él. ¿Qué es lo que sentís por él?- posé mi mano sobre mi frente algo nervioso; ¿cómo pueden preguntar algo así? Saben que esto es un tema muy delicado para mí.

-B-bien…-dije tomando aire y un poco de valor para poder decirles-c-creo que… m-me gusta…-mi cara ardía por el sonrojo, la vergüenza se apoderaba de mí.

-Eso creímos…siempre creímos que Martín te gustaba-¿qué? ¿Cómo sabían eso? Mejor dicho ¿cómo se dignan a decir eso?

-¿Por qué dicen eso?- dije sentándome; la verdad quiero saber cómo son capaces de sacar conclusiones así.

-Bueno… para empezar: esas miradas de “mucho cariño” no son las de un amigo. Segundo: lo rojo que te pones cuando él hace o dice algo, eso en amigos no es ni medio normal. Tercero: la cara de desprecio que pones cuando él está con Julieta te delata bastante-dijo Mio seriamente; bien… creo que tienen razón, las cosas que enumeraron podrían ser ciertas, pero ¿cómo me doy cuenta de que mis acciones corresponden a lo que siento por él?

-Puede que sea cierto lo que dicen…- hice una pausa- pero aún no estoy seguro de lo que siento por él. Aún lo sigo viendo como mi amigo, como un compañero de andanzas no como un novio o algo así-dije casi en un susurro esto último.

-Esto va más allá de como veas a Martín, puedes verlo como un amigo pero aun así sentir cosas por él…-dijo Cande suspirando-como sea… sientas o no algo por Martín vamos a estar acá contigo para ayudarte y apoyarte-sonreí ante estas palabras; de verdad son buenas amigas.

-Gracias chicas-sonreí-bueno, ya es hora de que cuelgue, nos vemos-dije aún con una sonrisa en mi rostro.

-No hay de que… nos vemos-dijeron al unísono para luego cortar la comunicación. Tiré mi celular en mi cama y me acosté con la almohada aún entre los brazos.

-Tal vez tengan razón… Martín seguramente sí me gusta pero aún no le sé- mierda, esto está mal, no me puede gustar mi mejor amigo, menos siendo hombre. ¡Odio esta situación! Esta puta mierda está acabando con mi integridad mental. Cerré los ojos sintiendo una leve jaqueca.

-Será mejor que no le dé más vueltas al tema, si no me volveré loco…-dije metiéndome bajo las sábanas. Volví a cerrar los ojos, una leve brisa fría entraba por la ventana y pasaba delicadamente sobre mi rostro.

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El estruendoso sonido de mi celular me despertó, me estiré con dificultad para tomarlo y, sin ver quién era el de la llamada, contesté.

-¿Hola?-dije con somnolencia y aún con los ojos cerrados.

-Hola, ¿te desperté?-me levanté de golpe al escuchar la voz de Martín. ¿Por qué mierda me llama a esta hora? Miré el reloj y me percaté de que en realidad no era tan temprano de lo que creía.

-E-eh n-no, ¿qué pasa?- dije algo nervioso.

-Solo llamaba para saber si querías salir… vamos a ir a la plaza con los chicos para jugar al futbol-al parecer estaba entusiasmado por la salida con los chicos.

-Emm… bueno… n-no lo sé…-dije mirando a la ventana; la verdad considerando lo poco que salí esta semana me haría bien salir y encontrarme con los chicos.

-¡Vamos, Juan! No seas antisocial-dijo riéndose-si no quieres salir con los chicos vamos solo nosotros dos- ¿s-solos? Nos vimos ayer… ¿por qué tendríamos que vernos otra vez los dos solos?

-No lo sé- dije aun dudando; no creo que sea buena idea después de lo que estuve hablando con las chicas al respecto de lo que siento. Suspiré pesadamente.

-No voy a esperar a que digas que sí. En un rato estoy en tu casa. Espero que estés vestido para cuando llegue-fue lo último que me dijo antes de cortar. ¿Por qué mierda hoy? de todos los días de la semana justo hoy se le ocurre venirme a buscar.

-Bien a ver…- dije levantándome- tengo como unos veinte minutos, tengo que ducharme, peinarme y vestirme-comencé a dar vueltas por el mismo lado nervioso-¿Qué mierda estoy haciendo?-paré en seco al percatarme de que me estaba comportándome como una chica tonta-doy pena- me golpee la frente con la palma de mi mano.

Abrí los cajones de la cómoda y comencé a buscar ropa cómoda. Saqué varias prendas y las tire sobre mi cama, luego me acerqué a estas tratando de decidir que me pondría. Revolví varias veces hasta que por fin decidí las prendas que me pondría, elegí unos jeans negros, una camiseta azul, un buzo gris, mis zapatillas negras y una campera abrigada.

-Bien me tomo bastante tiempo pero al fin terminé de prepararme-dije sonriendo mientras guardaba mi celular en el bolcillo de mi campera, luego bajé a esperar a Martín. Poco tiempo después de haber bajado sonó el timbre, así que fui a abrir.

-Hol…-dije con poco entusiasmo al ver que Martín estaba en la puerta, pero no se encontraba solo, de su mano estaba aferrada Julieta, ella me sonrió mientras me saludaba con la mano, yo solo la miré despectivamente.

-Hola, ¿cómo estás?-dijo Martín sonriéndome; ¿por qué? Dijiste que iríamos solos. La verdad pensé que si vendría con alguien, pero nunca pensé que sería Julieta la que lo iba a acompañar-¿vamos?-dijo mirándome aún con una sonrisa en su rostro.

-N-no…-desvié la mirada-Felipe está enfermo y me tengo que quedar a cuidarlo-eso no me lo creo ni yo, nunca en mi vida cuide a mi hermano. Miré a Martín, hizo una mueca de desilusión o algo así.

-Bien… entonces… si estás ocupado nos vamos- miró a su novia y dio media vuelta- nos vemos mañana- dijo antes de marcharse. Cerré la puerta, mi hermano se acercó a mí y me miró.

-¿Pasa algo? Estas algo pálido-dijo Felipe, negué con la cabeza.

-E-estoy bien-dije sonriéndole falsamente, él solo me miró y se encogió de hombros, luego se fue a quien sabe dónde. Volví a mi cuarto, me volví a poner la ropa que tenía antes, tiré la ropa que estaba sobre mi cama y me acosté. Las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas sin que pudiera evitarlo.

-¿P-por qué tengo que sufrir por él? -nunca lloré por alguien, nunca sentí nada tan fuerte como esto, siento que algo me desgarra por dentro-esta mierda no puede estar pasando…-dije con dificultad, respiré profundo intentando calmarme, lo cual fue en vano, el llanto se intensificaba cada vez más, haciendo que mis intentos de calmarme inútiles. 

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